El secreto de mi familia 1
Un chico descubre un gran secreto muy oscuro y excitante entre su tío y su abuela..
La historia que contaré tiene que ver con un oscuro secreto de mi familia. Actualmente tengo veinte años y esto sucedió hace tres años, mi familia vive en un pueblo de Oaxaca cerca de la ciudad. Por parte de mi mamá tengo dos tíos; mi tío Jorge que es el mayor luego está mi mamá y después mi tío Juan, que me lleva dos años. Mi abuela Tina tiene unos sesenta años, es viuda, mi abuelo los abandonó hace mucho. Explicó esto para dar un contexto de mi historia.
Mi tío Jorge es el más grande de los hijos de mi abuelita, se fue al gabacho desde que tenía 19 años y ahí estuvo mucho tiempo, hace unos años regresó al pueblo, es un madurito de buen ver, tiene un cuerpo duro, sus brazos son musculosos, tiene sus pechos firmes además de una pancita chelera, tiene una mirada fuerte que con esa barba de candado que usa le da un aspecto rudo. Mi mamá me contó que cuando eran pequeños mi abuelo siempre se emborrachaba y trataba mal a mi abuela, era violento y se desquitaba con mi abuela y a veces con ellos. Cuando mi mamá tenía 13 años mi abuelo los abandonó, se fue con otra mujer y ellos se quedaron solos. Mi tío Jorge asumió el rol del hombre de la casa, dejó la escuela para ponerse a trabajar, antes vivían en una casa pequeña de tabique y lamina, mi tío Jorge se inició como chalan de albañil, mi abuelita vendía tortillas y mi mamá iba a la escuela y se encargaba de cuidar la casa. Así pasó el tiempo hasta que mi abuelito comenzó a acercarse nuevamente a mi abuela pero solo la embarazó y se volvió a ir con la otra mujer. En ese entonces a mi mamá ya la pretendía mi papá pero con lo del embarazó de mi abuela se espero a irse con él. Como ya habían más gastos mi tío Jorge decidió irse a los estados unidos, una vez que nació mi tío Juan y ver que mi abuelita se recuperó se fue de mojado. Durante varios días no tuvieron noticias de él hasta que al mes se comunicó diciendo que ya estaba ahí trabajando, en todo ese tiempo le empezó a ir muy bien, tanto que logró construir su casa y dos locales. Compró terrenos y le dio a mi abuela, a mi mamá y a mi tío Juan una vida mejor.
Mi mamá se fue con mi papá y me tuvieron tiempo después. Así fue que crecí, me llevó muy bien con mi tío Juan ya que casi somos de la misma edad que parecemos primos. Cuando tenía 15 años mi tío Jorge volvió al pueblo para todos fue una gran sorpresa, mi abuela Tina era la más contenta ya que recuerdo que cuando volvió no se cansaba de abrazarlo y mimarlo. Yo veía a mi tío Jorge, me sentía atraído por él, sigue siendo un buen macho hasta hoy, yo a esa edad sabía que era gay pero aún no lo daba a conocer. Por la edad que tiene mi tío Jorge y mi tío Juan pareciera que son padre e hijo los dos se llevan muy bien. Mi tío Jorge cuenta que en el gabacho vivió con una mujer durante 10 años pero no funcionó su relación, acá en el pueblo muchas mujeres lo rondan y me he enterado que se ha echado a una que otra pero nunca se ha juntado con alguna él vive en con mi abuela Tina y mi tío Jorge.
Hace dos años fue que en el cumpleaños de mi tío Jorge me llamó la atención un suceso entre él y mi abuela. Todos en la familia le tenemos un gran respeto al tío Jorge, tanto que pareciera el patriarca de la familia. En esa ocasión ya entrada la noche solo quedábamos en el patio mis papás, mi tío Juan, mi abuela y el cumpleañero, yo me metí a dormir al cuarto donde nos quedábamos cuando había alguna fiesta pero me dieron ganas de ir al baño, bajé por las escaleras y vi que la luz del corredor estaba encendida, a esa hora ya todos estaban dormidos por lo que pensé que alguien había dejado la luz prendida la apagué y como estaba oscuro decidí hacer pipi en el patio, escuché unos ruidos de la cocina de madera donde mi abuelita tenía su fogón, encendí la luz de nuevo y vi que de la cocina salió mi abuela, llevaba puesto un camisón de seda color crema con unos encajes en su busto, era un camisón que se le veía muy coqueto y después salió mi tío Jorge sosteniéndose de la puerta ya que estaba pedo, él estaba en camiseta y miré que llevaba el cierra de su pantalón abajo y se le veía un poco su bóxer de color rojo. Me dio mucho morbo verlo así pero me pareció raro que estuvieran los dos en la cocina, al verme en el corredor mi abuelita se puso algo nerviosa y me preguntó si ya llevaba mucho tiempo ahí yo le dije que no solo salí a orinar pero vi la luz prendida y la apague, le dije que si había pasado algo a lo que me contestó que no que habían salido a guardar bien la comida que estaba en la cocina, lo que no se me hizo algo convincente, Mi tío caminaba tambaleándose apoyándose en el hombro de mi abuelita al verme me dijo: ya váyase a dormir. Lo dijo en un tono de mandato que yo solo les dije: ya me voy a dormir, ¿lo llevo a su cuarto tío? Le dije esperando que me dijera que sí y como estaba pedo aprovecharme de eso para poder manosearlo por lo menos, pero me dijo que no que mi abuelita lo iba a llevar por lo que no me quedó más que ir de nuevo al cuarto pero cuando iba subiendo las escaleras vi que mi tío abrazo a mi abuela para irse caminando a su cuarto yo hice como que no los vi pero si observé que mi abuela por la parte de atrás llevaba parte del camisón metido en el resorte de su calzón y mi tío Jorge se empezó a agarrar el bulto y se fueron me quedé perplejo de esa situación. Pero preferí dormirme. A la mañana siguiente me dirigí a la cocina del fogón todo estaba normal solo que ahí estaba la camisa de mi tío Jorge en el suelo, lo que me hizo pensar que era algo muy raro y de pronto llegó a mi mente la idea que a lo mejor estaban cogiendo pero me sentí mal por pensar en esa situación, aunque si me dio curiosidad y morbo lo que estaba pensando.
En los días posteriores trataba de ser más observador con ellos, veía que había mucha complicidad entre mi tío y mi abuela. Mi tío se dedicaba a atender su negocio de abarrotes que había puesto, además que tenía algunas vacas. Cuando llegaba la temporada de lluvias sembraba sus terrenos, cuando era la temporada de siembra y cosecha mi tío y mi abuela se iban a checar los terrenos, rara era la ocasión que los acompañábamos, a veces mi mamá le decía si acompañaba a mi abuela a dejar la comida pero decía que iría ella sola y se regresaría con mi tío Jorge, solo en raras ocasiones la acompañábamos. Mi tío Juan iba a la escuela al igual que yo por lo que mi tío y abuela se quedaban solos en las mañanas y eso aumentaba mi morbo por saber si en verdad estaban cogiendo.
Luego de estar pendiente y pensar de qué forma los podría cachar nunca pude concretar alguna idea por lo que me estaba dando por vencido y lo estaba dejando a un lado. Un día que mi tío fue a checar la milpa mi abuela andaba apurada ya que se había tardado en hacer la comida debido a unas visitas inesperadas mi mamá y yo estábamos ahí, mi abuela paró un mototaxi y se fue pero después nos dimos cuenta que se le olvidó echar los refrescos en su bolsa por lo que mi mamá me envió a dejárselos, ella tenía que ir a un mandado y mi tío Juan siempre se quedaba a atender el negocio. Tomé mi bici y me fui a un terreno que tenía una pequeña casa de adobe que quedaba en medio de la milpa y a unos metros estaba un árbol muy frondoso, me dirigí hacia allá sin imaginar lo que vería.
Llegue al terreno y deje mi bici juntó a la camioneta de mi tío (Sabía que estaban ahí) me acerqué, entré a la milpa sin hacer algún ruido sosteniendo la bolsa de los refrescos llegue al árbol pero no había nadie alrededor, pensé en gritar pero me detuve supe que era la ocasión para descubrirlos, algo me decía que estaban dentro de la casita, entre con mucho cuidado de no hacer ruido con la puerta que estaba abierta pero cuando iba entrando escuché unos gemidos que provenían de uno de los cuartitos que tenía la casita, me acerqué con sumo cuidado aquel cuartito tenía una cortina como puerta, escuchaba más los gemidos y pude diferenciar que eral las voces de mi abuela y mi tío. El corazón se me aceleraba, sentía brincar mi pecho muy fuerte, una sensación extraña inundó mi cuerpo, mi mano temblaba al abrir con mucho cuidado una parte de la cortina.
Cuando me asomé por el portillo de la cortina vi una escena que jamás me quitaré de la cabeza, por el morbo, la excitación y ese sentimiento de presenciar algo prohibido. Vi a mi tío sin playera, desnudo desde la cabeza hasta sus pies, no se había quitado sus botas, se había bajado su pantalón de mezclilla y el bóxer azul a sus pies, estaba de espalda por lo que no me veía, su espalda estaba bien trabajada se le marcaban los músculos y el sudor resbalaba en su piel, miré sus nalgas redondas que se movían en un vaivén mientras miraba las piernas de mi abuela que aprisionaban la cadera de mi tío que estaba encima de ella sobre la cama, esa escena me dio un remolino de emociones pero me excitó mucho verlos coger. Mi abuela tenía puesto solo su brasier con sus chiches fuera de él, yo solo miraba como sus chiches se movían con las embestidas que le estaba dando mi tío Jorge, miraba la cara de mi abuela que estaba en un éxtasis total al ser cogida por su propio hijo, cerraba sus ojos mientras mi tío la embestía como si fuera un toro, veía como el sudor de aquel macho caía encima de su mamá, ambos estaban tan centrados en sentir placer que no les importaba que sus gemidos se escucharan ya que a esa hora no había gente en aquellos lugares.
Mi corazón latía muy fuerte como si una flecha me diera en la cabeza, todos mis músculos se tensaron mientras escuchaba los gemidos de placer de mi tío junto a los gritos que daba mi abuela al sentir la verga de su hijo en su panocha, se me ocurrió grabar ese momento, saque mi celular y solo pedía que la memoria aguantara lo suficiente. Miraba como mi tío seguía cogiendo a mi abuela, mi tío tenía el cabello mojado de tanto sudar y su barba estaba empapada igual. Escuché que le dijo a mi abuela: ¿te gusta mi amor, te gusta cómo te coge tu hijo? Mientras ponía los pies de mi abuela en sus hombros, ella le respondía: Si mi amor, me encanta mijo. Esas palabras me hicieron excitaron más que mi verga estaba parándose. Veía a mi tío Jorge todo un semental con sus brazos de hombre de campo su mirada ruda haciendo muecas de placer al sentirse dentro de su mamá, yo no entendía como mi abuela podía aguantar las embestidas que les estaba dando su hijo. Mi tío se separó de ella fue entonces que logre verle su verga, era una verga un poco más larga que el promedio, gruesa y con algunas venas que se le marcaba, estaba brillosa por los jugos de la panocha de mi abuela, se veía exquisita. Mi tío se quitó las botas, el pantalón y su bóxer mientras mi abuela se quitó su brasier. Mi tío le decía a mi abuela que si le gustaba como le hacia el amor y mi abuela contestaba que le gustaba mucho.
Los vi desnudos a los dos, mi tío todo un macho con su verga bien parada entre un montón de pelos y mi abuela ya con unas arrugas en su piel morena, su cara de una señora de pueblo ya grande que a pesar de su edad permanecía fuerte, tenía unas piernas firmes con una que otra celulitis, mi abuela tenía su pelo con canas desatado, sus senos caídos y una pequeña mata de pelos en su panocha. Mi tío la retrincó en la cama y así parado le metió su verga, la panocha de mi abuela se la tragaba como si ya estuviera amoldada a la verga de su hijo, mi tío le dio unas embestidas diciéndole entre gemidos: ¿Quién es tu macho, mamita?¿Quién te hace mujer, mami? ¿te gusta que te haga mi mujer, mamita? Mi abuela le respondía a todo: tú mijo, tu mijo, eres mi hombre. Mi tío le sacó su verga y se acostó en la cama, le miré esa verga tan rica que tiene en todo su esplendor, mi abuela se subió encima de su hijo y miré como poco a poco mi tío metía su verga en la vagina de su propia madre, los dos se movían sin parar, mi abuela estaba montándose a mi tío mientras él la levantaba para que su verga se metiera más en su mamá. Ambos gemían tan rico que mi verga estaba toda parada quería ser mi abuela y sentir la verga de ese macho en mi interior. De pronto mi tío dio una vuelta para quedar encima de mi abuela y así se acomodaron de misionero los dos se abrazaron mientras decían: ay mamá, ay mijo veía como mi tío bombeaba a mi abuela, era un morbo muy excitante cuando vi mi celular ya había grabado unos 15 minutos y se había quedado sin memoria. Escuché a mi tío gritar de placer se había venido dentro de su mamá y mi abuela igual pegó un grito. Al escuchar eso me salí tan sigilosamente de la casita y me dirigí al huamuche con un montón de emociones y con mi verga parada tanto era la excitación que no aguanté más, me la jale a un lado del árbol pensando en cómo mi tío el hombre recto y el que dirigía la familia se cogía a escondidas a su mamá. Me vine tan rápido, tapé mi leche con tierra. Mi abuela y mi tío salieron después cuando grité los dos bien contentos con sus caras de complicidad. Ahí comimos y me fui con un video con el que me la jalaba en las noches recordando todo esa cogida que mi tío le dio a mi abuela.
Tiempo después con ese video chantajeé a mi tío para que me cogiera y me contó cómo fue que él y mi abuela iniciaron a coger.
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