El secreto de mi suegra
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hasta en eso lo protegió mi suegra; murió cuando le iba a pedir la separación.
Soy de las petisas bien proporcionadas, buenas tetas y buen culo, pelo largo negro y por los 30 años; mi marido de igual edad solo que ya hacía un tiempo no teníamos sexo por su metejón con una pendeja, que había roto una pareja de unos 10 años.
Viajamos al pueblito donde sería el entierro ya que mis suegros eran de aldea campo adentro; mi marido no tenía una relación muy buena con el padre; siempre había sido una persona muy estricta sin bien no agresiva no tenían el o su madre derecho a réplica de nada; me imaginé una "pobre y sufrida mujer" a través de las palabras de mi marido.
El saludo fue escueto y frío y no había en mi suegro síntomas de llanto alguno; tal vez su condición de hombre de campo no se lo permitía.
Del cementerio fuimos a la chacra con proyectos de un futuro pre-conocido "pero hay que seguir pa delante" y etc.
Al otro día recorrimos el campo con mi marido y lo vi quebrado, por lo cual decidí postergar el hecho de decirle que no viviría más con el.
Al otro día pese al permiso y derecho laboral invento un pretexto de urgencia de un mensaje recibido, de tener que retirarse por una emergencia ineludible pidiéndome me quedara con mi suegro por que pese a lo que parecía estaba mal en el fondo; iba a llorar en los brazos de su adolescente amante.
Pasaron un par de días con mi suegro y desde la nochecita quedabamos charlando de cosas triviales hasta que una vez la curiosidad me hizo dar un punto de giro.
Caminando por el campo entre unos matorrales vi a mi suegro recostado a un árbol orinando, sonreí ante la situación si supiera que lo estaba viendo.
pero mi sonrisa se cortó cuando vi la verga que sacudió antes de guardarla, me quito la respiración y trague saliva al notar que tuvo que hacer 2 movimientos para guardarla.
Era una suerte de pepino sin bien no gigante deduje que podría hacerse sexo oral el mismo.
En mi turbación me volvió la mujer sin tocar y abandonada que era; cuando nos encontramos en la casa mi mente no logró borrar la imagen vista antes.
Me preguntó si pasaba algo a lo cual sonreí contestando que no, tomamos un vino casero en la cena y charlamos hasta la madrugada, en un momento me tomó de la mano agradeciendo mi compañía y sentenciando que su hijo no merecía hacerme vivir así a mí una persona tan bella y cálida.
Bajé la vista con culpa y el acarició mi antebrazo; lo que te voy a decir te ruego no se lo digas a nadie; no te ví como una mujer hasta que un día accidentalmente te ví bañarte; juro que fue sin querer que hermosa que sos y perdoname pero mi hijo no merece tratarte así.
Lo miré con odio y ternura y por suerte avanzó, me empezó a besar aunque traté de negarme, lo hacía muy bien y sus manos acariciaban con roces entre lo sensual y lo bizarro.
Me sentí deseada y con la calentura de mese de no ser ´poseída con ansias caí.
Me despojó del vestido con un arte increíble y bajó mi bombacha sacándomela con el pie al tiempo que sus grandes y rasposas manos me tomaron de las nalgas para levantarme en el aire y hacerme deslizar por su hermosa, dura y nerviosa verga.
Entró hasta un punto que no me habían llegado nunca, y empezó a subirme y bajarme en un bamboleo que no tenía piedad; de puro orgullo no le pedí que buscara un lubricante y su respiración por momentos me preocupó mientras yo gemía de dolor cuando el me soltaba la lengua de su boca.
Acabó a raudales y cunado terminó su rostro reseco y arrugado se apoyó en la tersura del mío, me descalzó de la pija y me sacudió para que cayera toda la leche de mi concha.
Entre el estrés, la descarga mía y de él después de tanto estar mal cogida quedé agotada.
Me llevó a la cama y me acostó ahí, no paraba de acariciarme y besarme ponderando mi cuerpo, que rica y linda sos, gracias por este momento que sueño desde esa vez bañandote.
me acarició la cola y le dije que ni soñando, lo que quisiera pero no con esa pija.
Sé usarla sonriö.
A la mañana despertamos abrazados, nos besamos y cuando lo toqué su verga como lo indica lo natural estaba parándose, se paró al lado de la cama y me pidió que sacara la lengua en forma tensa, depositó la verga ahí y sonrió triunfante.
Empecé una chupada de pija soñada, tenía que sacar la lengua muy afuera para poder hacerla entrar hasta la garganta y cuando me lleno la boca de semen me atraganté más, pero lo tomé todo.
A la tarde vino por mi cola que negué, me la chupó y pidió clemencia para su antojo, me metió 2 dedos y me puso cucharita pidiéndome me relajara; mujeres que valen menos que vos lo han hecho por que sé hacerlo.
Un maestro de a poco y sin bombear fuerte me la hizo tragar toda, sus pendejos rozando mis nalgas su pecho sudando mi espalda y nuestras lenguas enrolladas lograron un clímax solo imaginado, me lo recontra llenó de leche y fui mas que feliz.
El último día donde el no quería que me fuera me encontró haciendo el equipaje; me pidió que me recogiera la pollera y me pusiera de espaldas dejando mi culo al aire sosteniendo yo la pollera vino y entró.
Mientras me cogía gimoteo llorando que quería me quedara para siempre con él, le prometí volver y eyaculó mucho y caliente.
Me levanté las bombachas y bajé el vestido sin lavarme; me voy con tu leche amor y volveré con ella.
A mi marido cuando lo dejé no le dije donde iba y regresé todo el viaje pensando que mi suegra había sido una mujer muy inteligente.
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