El sobrinito y su tio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi sobrino vino a visitarme a mi casa a pasar el fin de semana. Cuando abrí la puerta allí estaba el, tan pequeño, delgadito, con su pelo corto castaño claro, de piel palida y su sonrisa siempre en su boquita de labios rojos…
– Hola Tio. He venido a quedarme todo el finde contigo.
– Si, ya me lo dijo tu madre.
Le digo acariciándole la cabeza y atrayéndolo hacía mi, visto un short y camiseta y el nene se me abraza y mi pene siente el contacto de su calido cuerpecito.
– ¿No le das un beso a tu tiito?
El nene se me cuelga del cuello y me da dos sonoros besos en cada una de mis mejillas. Lo agarro por su cintura y cuando lo suelto bajo mis manos por su espalda hasta llegar a sus nalguitas bien marcadas y dándole un empujoncito lo hago pasar para la casa… El niño me sonríe y entra.
– Deja tus cosas por ahí, aquí estas en casa de tu tio y no es necesario cargar con todo esto. – Digo descargándole de los bultos que lleva para pasar conmigo unos dias.
– ¿Quieres venir conmigo a la piscina?
El chaval abre mucho los ojos ilusionado con lo que le acabo de comentar y rápidamente abre su petate en busca de su traje de baño y me pregunta donde se puede cambiar.
– Aquí mismo, total… somos dos hombres y nadie nos ve ¿Verdad?
El nene con su inocente sonrisa se encoge de hombros y se quita su ropita doblándola delicadamente mientras me siento y aprecio su cuerpito desnudo, esos pezoncitos, esos huevitos chiquitos y peladitos y esa pollita sin descapullar. Pero sobre todo… esas nalguitas blancas e inocentes que son un pecado. Mientras el se cambia yo lo observo sentado sobándome el paquete sobre el short debido a la excitación que provoca en mi.
Con su siempre sonrisa inocente me dice… – Tiito ya estoy. – Y cogiéndolo de la manita y empujándolo hacia delante con mi mano sobre sus nalgas lo llevo hasta la piscina… Se que la piscina le encanta.
Jugando me empuja a la piscina y yo caigo trayéndolo conmigo. Jugamos a las ahogadillas el uno con el otro y mis dedos acarician su cuerpo desnudo y el se agarra a mi muerto de risa diciendo que le hago cosquillas. Noto como su paquete le va creciendo al paso de mis expertos dedos.
Ya agotados de tanto juego lo saco en brazos de la piscina fingiendo que se me ha ahogado… – ¡Ay mi pobre niño se me ha ahogado…! ¡Mi hermana me mata!…
El intenta aguantar la risa mientras yo lo pongo tumbado junto a la orilla de la piscina. – ¡Tendré que hacerle el boca a boca!. – Y sin más acerco mi boca a la suya y lo beso, luego paso mis manos por sus pechos y los amaso fingiendo que le hago el masaje de reanimación. El ríe divertido y eso me anima a seguir adelante, ahora junto mis labios a los suyos pero le abro la boca y mi lengua se atreve a entrar en su golosa boca y cato su dulzón aliento prohibido… Vuelvo a masajearle sus pectorales disfrutando del masajeo concentrándome en sus pezones. Vuelvo a su boca y ahora mas lentamente le como la boca en un morreo donde mi lengua ahonda en su boca y el no hace nada, se deja hacer. Cuando me separo de el un hilo de saliva une nuestras bocas y el lo rompe relamiéndose de las babas que he dejado en su interior… Miro su paquete y ya lo tiene durísimo…
Me quedo mirando para el y el mira para mi y observa mi paquete. No me había dado cuenta, debido a mi excitación en el juego, el glande, asomó por mi bañador asomando este desnudo y rojo pero el no dice nada y solo me sonríe.
– Sobrinito… ¿Qué tal si nos sacamos los bañadores y tomamos el sol desnudos? Aquí nadie nos ve. – El simplemente se encoge de hombros sonriendo y se pone de pie dispuesto a desnudarse.
Yo, de rodillas ante el le digo que me deje ayudarlo y sin esperar a su contesta meto mis manos por la parte interior delantera y trasera del bañador, y mientras se lo bajo acaricio sus nalgas desnudas y su polla ahora erecta y sus huevos cargados aun libres de vello. El ante tan intima caricia se exita y su polla se yergue aun mas y en un acto de cariño me acaricia la cabeza sonriéndome.
– Tiito ¿Quieres que te ayude yo?- Me dice con su sonrisa infantil.
– Claro. Le contesto y poniéndome en pie mientras el se me arrodilla paso mi boca por sus genitales y su polla fina imberbe pero desafiante.
El de rodillas y sonriente hace lo mismo que yo le hice a el y mete su mano en el interior de mi bañador y le da una larga caricia a mi pollon cuyo glande ya asomaba y no deja de sobarlo, mientras con la otra mano acariciaba mis nalgas y se deshace de mi bañador.
Tener a mi pequeño sobrino, frente a mi, de rodillas sobándome la polla con su sonrisita, es mucho mas de lo que jamás habría soñado… Le agarre su carita y la acerque a mi en acto de cariño pero el se pego a mi pollon restregando su carita por mi polla palpitante y mis cargados huevos. Lo que mas deseaba en este mundo es que me la mamara pero lo mas que se atrevió a hacer fue a darle un besito en todo el glande, y luego me miro con esa mirada que solo saben poner los crios cuando saben que han hecho algo malo y te sonríen para que les perdones.
Yo por toda contestación le agarre su carita y se la conduje su boquita directamente a mi polla. El no sabia que hacer con ella y al principio le fue dando besitos pero al sentir que yo le presionaba, abrió la boca y procedí a metérsela toda dentro. El no dejaba de mirarme a la cara confundido, preguntándome con su miradita que quería que el hiciera pero yo simplemente le marque el ritmo de la mamada sacando y metiendo mi polla de su boca lentamente… Disfrutando del momento, al poco fue ya el quien me la mamaba dándome gusto con su lengua… Mirándome y preguntándome… ¿Te gusta tiito?
Por toda respuesta lo levante en brazo y le comí la boca mientras me lo llevaba a la tumbona, allí le tumbe boca abajo y el con su carita inocente me preguntó.
– Tiito… ¿Qué me vas a hacer?
Y con mi sonrisa mas morbosa le contesté. – Nada, te voy a dar un poco de cremita para que no te quemes del sol. – Y acto seguido cogí el protector solar y empecé a dárselo por toda la espalda, bajando inmediatamente hacía sus nalgas y regodeándome en ellas, amasándolas y buscando su diminuto agujerito aún cerrado y virgen. No pudiéndome contener y lamerlas y meter mi lengua en lo más profundo de su estrecho ano. Por toda respuesta mi sobrinito se abría de piernas y se frotaba arriba y abajo contra la tumbona excitado. Aproveche su excitación para meterle un dedito en su ano… luego dos… y hasta tres le metí no sin dificultad, y el solo gemía de dolor y placer …
– Tiito.. Me gusta… ¿Qué me haces? Tiito que rico… Tiito
Sin dudarlo me puse sobre el apuntando mi polla en ristre hacia esas nalgas blancas y tiernas apoyando mi glande en su agujerito virgen y acercando mi boca a su oído…
– Te quiero mucho… Sobrinito.
Y lo penetre, lo hice lentamente, pero sin pausa, el se puso tenso como quien lo hubieran apuñalado pero no emitió quejido… Le susurre…
– Muy bien… Ahora relájate… Ya verás como te gustara.
Y comencé a follármelo con pasión, en un traqueteo donde sus caderas correspondían a mis embates llegando mis peludos huevazos a golpear sus imberbes cojones. Ya fuera de mi empecé un mete y saca frenético donde solo oía el plas plas de mi cintura golpeando sus nalgas y los quejidos que emitía mi querido sobrinito…
– Qué gusto me das mi putito… ¡Qué gusto me das! AAAAAAAAAAAAAAH
Grite corriéndome copiosamente en su recto, acabe derrumbado sobre el aplastándolo con mi peso sobre su juvenil cuerpecito.
– Me ha gustado mucho tiito… Me has dado mucho gusto – Le oí decir con un hilito de voz.
Me salí de el y mi polla empezó a gotear semen de los restos que le había depositado dentro y dándole la vuelta como un pelele le comí la boca con pasión, mordiéndole los labios y haciéndole daño pero el solo gemía y quería agradarme… Busque con mis manos su polla pero la note manchada de leche… Recogí la leche derramada por él y se la acerqué a la cara.
– ¿Y esto?
– Lo siento tiito… No se que me paso… Solo que moviéndome sentí calambres aquí en mi pito y me salio esto… Pero no te enfades… Yo lo limpio..
Y acto seguido comenzó a chuparme los dedos limpiando de ellos su propia corrida.
– ¿Así esta bien? – Me pregunto relamiéndose los restos de leche que quedaban en sus labios, una vez hubo chupado uno a uno todos mis dedos manchados de su lefa, tragándosela golosamente.
– No sobrinito… No… – Dije acariciándole su carita… – Aun te queda mucho por limpiar…
Y acto seguido y muy sumiso me lamió todas las gotas de sudor hasta llegar a mi polla la cual limpio con su golosa boquita tragando todos los restos de mi visita en su virginal culo, no hizo la mas mínima mueca de asco, sino mas bien todo lo contrario. Lo sorbía y tragaba como si fuera el mas exquisito alimento.
Cuando me hubo dejado el rabo otra vez erecto y mis huevos brillantes de su saliva y de su gran comida me di un chapuzón en la piscina, pero cuando mire para él, ví como a cuatro patas sobre la hamaca lamía como un perrito su propia lechada que vertió mientras lo enculaba.
Estaba excitado, tenía a mi sobrinito todo para mi y aquello no había hecho mas que comenzar.
Si os ha gustado el relato no me lo dejéis de decir por favor. Saludos
Aun lo hacen?