EL SOBRINO DE MI ESPOSO ME FOLLO
Me case muy joven a los veinte años, la familia de mi esposo me recibió siempre muy bien con mucha amabilidad y cariño, en especial un sobrino de mi esposo de apenas doce años que desde que lo conocí fue muy cercano a mí, siempre estaba atento a complacerme y hasta una noche que mi esposo viajo.
Me case muy joven a los veinte años, la familia de mi esposo me recibió siempre muy bien con mucha amabilidad y cariño, en especial un sobrino de mi esposo de apenas doce años que desde que lo conocí fue muy cercano a mí, siempre estaba atento a complacerme y hasta una noche que mi esposo viajo a una ciudad cercana él me pidió lo dejara dormir conmigo. Yo no le vi problema y todo normal.
Pero ahora que pasaron seis años hemos vuelto a visitarlos y Lucas, ese es el nombre del sobrino de mi esposo, ya cumplió los diez y ocho años, creció bastante al menos mide un metro ochenta y como le gusta el deporte, tiene un cuerpo atlético, con los rasgos de familia que resultan ser muy atractivos.
Al tercer día de estar conviviendo con esta familia, todos se fueron al pueblo cercano a comprar regalos, yo no fui porque me había dormido muy tarde la noche anterior y mi esposo me dijo, quédate descansando, yo compro lo que me dijiste y al medio día regresamos.
Como a las nueve de la mañana me levanté y me fui a tomar una ducha y como pensaba que estaba sola no puse seguro a la puerta del baño. Yo estaba muy tranquila disfrutando del agua, al terminar sali a secar mi cuerpo con una toalla y cuando estaba en esto ¡oh sorpresa!, apareció Lucas desnudo, que chico más imponente, sin embargo, me asusto y de manera muy lógica pensé… se va a bañar, le dije… ¿Lucas si te quieres bañar espérate un par de minutos que ya salgo?
Pero su respuesta fue, no lo que quiero es bañarme contigo.
Le replique…No, no, eso no puede ser, pronto regresara tu tío y tendremos un problema.
Su respuesta fue… ¿Ves esa ventana?, por ese camino tienen que regresar y desde aquí los podremos ver.
Pero yo le replique… No Lucas no podemos hacer eso, no está bien.
Si tú lo deseas, si está bien… me respondió.
La verdad es que el chico es bastante atractivo y porque no decirlo, muy bien dotado, mejor que su tío.
Al estar los dos desnudos frente a frente y con sus adulaciones que yo era la mujer más hermosa del mundo logro excitarme un poco, pero aún estaba renuente a seguir adelante.
El abrió la llave del agua y me dijo… ven y disfrutamos unos minutos.
No sé qué me paso, pero acepte, y él muy amablemente me dio la mano para entrar a la ducha.
Estando bajo el agua comenzaron las primeras caricias de su parte, aumentando mi excitación, luego cuando él pegó a su cuerpo al mío, sentí como su verga que se había puesto dura, buscaba acomodarse en el vértice de mis piernas. Mi excitación fue total y para completar enjabono sus manos y comenzó a acariciar mis senos que son mi punto débil y por momentos él apretaba con sus dedos mis pezones haciéndome soltar gemidos producto de la excitación.
Le dije… Bueno Lucas creo que ya está bien, hemos ido muy lejos, mejor paremos aquí.
El me respondió… Se que tu estas muy excitada y no está bien que un hombre abandone a una mujer sin regalarle al menos un orgasmo.
A continuación, él puso en sus manos acondicionador del cabello, lo esparció en mi concha, mi culo y luego en su verga, que había crecido enormemente.
Sin pedir permiso comenzó a mover su cadera rozando mis partes íntimas y luego su mano comenzó a masajear mi clítoris y con tanta excitación me entregue.
Perdí mis fuerzas de rechazarlo y por el contrario sus besos en mi cuello, me impulsaron a girar mi cabeza buscando su boca y nos trenzamos en un beso erótico acompañado de sus caricias llevándome al punto de dejar salir mis gemidos de excitación, afortunadamente estábamos solos en la casa.
En ese estado de excitación lo único que faltaba era la penetración y yo misma busqué su verga y la dirigí a mi concha y Lucas al empujar su cuerpo hacia adelante me penetro, haciéndome sentir su virilidad.
Comenzamos a mover nuestros cuerpos y hasta incline el mío hacia adelante, para permitirle una mayor penetración y la excitación era tan grande, al encontrarme en mi primera infidelidad, en consecuencia, Lucas no necesito penetrarme muchas veces para conseguir llevarme al clímax total de placer. Cuando comencé a gemir más fuerte al sentir mi orgasmo él me dijo…Me voy a correr y exploto dentro de mi concha.
Al terminar los dos nos quedamos pegados, y me dijo… Eres maravillosa, te he deseado desde hace años.
Le respondí… Esto no lo puedes comentar ni con tu mejor amigo porque puede ser el fin de mi matrimonio. ¿Está claro?
Por supuesto, me respondió, este será nuestro secreto.
Termino la Navidad y no paso nada más, hasta dos años después que hemos vuelto a visitar la familia de mi esposo, ahora Lucas tiene veinte años y está más atractivo que antes con más cara de adulto y desde que lo vi mi corazón comenzó a latir y mi concha a humedecerse.
Él al saludarme, apretó su pelvis contra la mía, haciéndome estremecer y me dijo al oído…Estas más hermosa que nunca.
Nuestra visita sería de una semana y al tercer día no había pasado nada, salvo caricias furtivas de Lucas en mis nalgas y mis senos cuando nos encontrábamos a solas.
Y la verdad que ya había notado en mi panty señas de flujos por mi excitación y un día que quería ir hacer unas compras, le pregunte a mi esposo, estando en la mesa del comedor, si me podía llevar al día siguiente, él lo dudo, entonces intervino su sobrino y dijo, tío si vas a estar ocupado yo con mucho gusto puedo llevar a tu esposa a las compras y de paso miro un PC que estoy deseando cambiar porque el mío está bastante desactualizado.
Gracias Lucas, te lo agradezco, y así quedamos.
Al día siguiente en la tarde le pregunte a Lucas si seguía en pie la oferta de llevarme a hacer compras, él me respondió… Por supuesto ya podemos irnos. Salimos, subimos al auto y todo muy normal hasta pasado un kilómetro, Lucas puso su mano en mi pierna y comenzó a acariciarme, yo volteé a mirarlo y él sin apartar la vista del camino me dijo… Estas más bella que nunca y deseo estar contigo hoy. Yo no le respondí, pero en el fondo lo deseaba. Y como el que calla otorga, lo que siguió fue que él condujo hasta la entrada de un motel en el que nos indicaron la habitación. Él entró el auto al parqueadero y detrás se cerró la puerta del garaje. Al apagar el motor del auto volteó a mirarme y me dio un beso en la boca que se prolongó por varios minutos al tiempo que acariciaba mis senos por encima de mi ropa.
Luego nos bajamos del auto, entramos a la habitación y después de cerrar la puerta me abrazo pegando su pelvis a la mía dándonos un beso muy apasionado que duro varios minutos en los cuales él no paro de acariciar mi cuerpo por todas partes. Entonces yo dirigí mi mano a su sexo y me encontré con una verga, muy dura y de buen tamaño.
El bajo el cierre de su pantalón y llevo mi mano hasta donde estaba su miembro erecto. Se lo saque del pantalón y le di varios masajes, pero él con una insinuación en mi hombro me pidió le diera sexo oral, entonces me arrodille y comencé a meter poco a poco su verga de buen tamaño y después de varios minutos me levanto para empezar a desnudarme, inicialmente la parte superior de mi vestido, luego el sujetador para besar mis senos e iniciar tremenda motivación con su boca, siendo ésta la parte más sensible para mí y adicionalmente más, si me aprietan o dan pequeños mordisquitos en los pezones y eso hizo él precisamente.
A continuación, termino de bajar mi vestido y quede solo con tanga y medias ajustadas al muslo y estando así empezó a darme besos en mis nalgas.
Pero pronto llegó el momento crucial en que me acostó y separando mis piernas inició una sesión de sexo oral, llevándome al éxtasis, disfrutando mi primer orgasmo. Luego me dejó recuperar y deslizando su cuerpo hacia arriba, su boca llegó a mis senos, iniciando un beso maravilloso en mi boca y al hacerlo su verga empezó a rozar mi concha.
Metí mi mano por en medio de nuestros cuerpos tomé su verga y la dirigí a la entrada de mi concha y gracias a mi abundante lubricación comenzó a penetrarme hasta tocar fondo. Lo que siguió fue una seguidilla de penetraciones que las combinaba con sacar su verga y la cabeza de esta, friccionaba la entrada de mi concha tres veces y luego volvía a una penetración profunda. Ese roce de la cabeza de su verga en la entrada de mi concha elevo mi excitación rápidamente y creí que pronto disfrutaría un orgasmo, pero Lucas me invito a cambiar de posición, él se acostó boca arriba y yo me subí sobre él a cabalgar su verga a mi gusto. Disfrute mucho en esta posición porque yo dominaba la situación, pero finalmente, él me pidió me acomodara de perrito y desde atrás penetró mi concha y tomándome de la cadera inició suavemente, pero luego apuro la velocidad y fortaleza, alcanzando los dos una tremenda excitación que nos llevó, a mí a gemir vigorosamente y a él a respirar agitadamente hasta el momento que los dos conseguimos el éxtasis, llenando mi concha con su explosión de semen.
Luego permanecimos unos minutos conectados durante los cuales él se deshizo en alabanzas sobre mi belleza y su deseo desde tiempo atrás de disfrutar momentos como éste.
Al separarnos comenzó a fluir el regalo que Lucas me había dejado dentro, entonces él me trajo pañuelos para secar mi concha. Y estando los dos muy satisfechos quedamos con el compromiso de repetir este encuentro antes que yo regresara a su casa con mi marido.
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