El sueño se hace realidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy una chica de quince años, y mi pasion, como buena ninfomana que soy, es el sexo.
Estoy en mi habitacion, acariciandome la vulva humeda, hundiendo los dedos en mi gruta caliente. Me masturbo con urgencia, y algun que otro gemido ocasional sale de mi garganta. Gruñidos de placer, que pugno por ocultar, ya que solo un delgado tabique me separa de la habitacion de mis padres. La luz del pasillo se enciende. Lo se por la claridad que se filtra en la puerta de mi habitacion. Oigo pasos, y se que es mi padre. Tiene ese andar lento, pero seguro. Es posible que se dirija al cuarto de baño. Dejo de masturbarme, pero no separo los dedos de la humedad de mi coño. Espero a que vuelva a acostarse. Unos escasos segundos, y el pomo de la puerta de mi habitacion se mueve. La puerta se abre, y veo a mi padre, con su bata de franela, que entra en mi cuarto y cierra la puerta. Me apresuro a hacerme la dormida. Mi padre llega hasta la cabecera de mi cama, acerca su cara a mi rostro, y me susurra al oido. – No finjas, te he oido- me dice- suerte que tu madre no tiene el sueño ligero. Abro los ojos y le miro. No se que hacer, pero mi padre resuelve el problema. Retira la colcha que me tapa, y contempla mi vulva, llena de jugos humedos, palpitando por la masturbacion a la que la he sometido hace unos instantes. Su grueso dedo toca mi vulva. Un estremecimiento recorre mi cuerpo. Sin dejar de mirarme, empieza a masturbarme, arriba y abajo, arriba y abajo, arriba y abajo… Empiezo a suspirar levemente. No dejamos de mirarnos a los ojos. Con la otra mano, me separa las piernas, que yo abro totalmente. Acerca su boca a la mia. Nos besamos con fruicion. Su dedo adquiere velocidad y fuerza. Empiezo a mover mi vulva adelante y atras. Un pequeño grito indica que voy a correrme. Mi padre deja de masturbarme. Se situa de forma que mi coño esta solo a unos milimetros de su boca. Saca la lengua y la pasa por los labios ardientes y humedos. Vuelvo a gemir. Me morrea el coño con su boca, adentrando su lengua hasta que la siento llenarme. Me retuerzo de gusto en la cama. Me vuelvo loca de placer, gimo y grito que me de mas, que me haga correr como a mama. – ¡Dame mas, papa!, mas lengua, ¡ahh, ahhhh!, papa, como me gusta- gimo mientras sostengo su cabeza con mis manos y la aprieto contra mi raja, ahora mojada como nunca lo habia estado.
Mi padre mueve la lengua con fuerza, me masturba el clitoris hasta que creo que voy a morir de placer. Y en ese momento me deja y sale de la habitacion. Casi le grito que no se vaya, que vuelva y termine el trabajo, pero en un susurro, ya casi fuera de su habitacion, me dice que espere. No puedo evitar masturbarme con fuerza, gemir ya sin que me importe nada mas. No pasan ni quince segundos cuando mi padre vuelve a entrar en mi cuarto, esta vez desnudo, con su verga totalmente tiesa y su capullo color purpura reluciendo casi en la oscuridad. Yo abro las piernas, me las cojo con las manos y las sostengo asi, exhibiendo la vulva ante mi padre. Creo que va a penetrarme cuando se acerca a mi, pero no…, todavia no. Vuelve acariciarme los labios mojados con el dedo, y acerca su enorme rabo a mis labios. No es necesario decir nada, al principio beso su capullo, insegura, luego, me lo voy metiendo en la boca, lentamente, mientras un gemido lento y profundo se le escapa. A medida que absorbo su trozo de carne palpitante, se va poniendo aun mas duro. Pero mi boca golosa se lo traga todo. Me habla en voz muy baja mientas se la chupo. – Nena, nenita, asi… si ¡Ahhh, sigue, ahhhh!, ahora, si, recorre el glande con tu lengua, ahhh, si, chupa con fuerza, que boquita tiene mi niña, ahhh, ahhhh… Su dedo vuelve a obrar un efecto magico en mi. Y mi vulva expele una nueva riada de gotas espesas, de fluido vaginal que impregna su dedo. Este, cada vez mas atrevido, empieza a insinuarse en la entrada, penetrando ya la primera falange en mi vulva. Y yo gimo, con su polla en la boca, chupando sin parar, y sintiendo como su dedo me va llenando. Me la saco de la boca, le miro a sus ojos, y observo como me desea, como me frota y me mima. Ya no puedo aguantar mas. – Papa- le susurro entre gemidos- follame… El no se hace esperar. Se situa encima de mi, y me masturba ahora con su verga, que esta tiesa y dura, como aquella vez que le sorprendi meneandosela mientras contemplaba un video casero, en el que yo hacia aerobic. Me masturbe tres veces imaginando que me follaba. Ahora el sueño se hacia realidad. Su enorme glande se va introduciendo en mi vagina, que se abre y lo acepta con gusto. Suspiros de placer llenan la habitacion. Nos miramos, nos besamos mientras me penetra hasta lo mas hondo.
Nuestras lenguas se entrelazan, en un baile frenetico de lujuria y placer. Y empieza a bombear dentro de mi. – Ahh, papa – le digo entre gemidos- sigue, sigue asi, ¡por Dios!, ¡No aguanto mas, me corro!, Ahh, papa, como me follas, me encanta; ¿te gusta follarme?- a lo que el asiente- ¿te vuelve loco verdad?, pues no pares, no, sigue, mas… mas… ¡Ahh, ahhh!, papa, de verdad que voy a correrme… que no aguanto… ¡Ahhhh….. En el instante en que alcanzo el orgasmo, mi padre gime con fuerza, bombea, dos, tres veces… y eyacula un espeso chorro de semen en mi interior. Yo le abrazo con mis piernas, quiero que este siempre asi, corriendose en mi vulva mojada.
Suspiramos, gemimos, nos abrazamos con fuerza, y el bombeo se va haciendo mas lento, pero sin pararse. Mi padre me mira, y me besa con mimo los labios. Le devuelvo el beso. Pasamos casi toda la noche abrazados, acariciandonos y besandonos.
Cuando llego la mañana, nos despedimos con un ultimo beso, y se fue a acostarse con mi madre. Estoy segura que a partir de ahora no necesitare masturbarme. Mi papa se encargara de calmar mis ansias.
Autor: Anonimo
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