EL TÍO FAVORITO PARTE II – DIANITA DE 8 AÑOS SE UNE AL JUEGO
… Marissa de inmediato giró su cabeza y le dijo a Dianita – Te despertamos? No vayas a decir nada solo estaba jugando con nuestro tío. Dianita sin moverse de su lugar dijo con tierna voz – Yo también puedo jugar?….
EL TÍO FAVORITO PARTE II – DIANITA DE 8 AÑOS SE UNE AL JUEGO
Escuchar a Dianita decir eso me excito bastante, me acerqué a ella y la tomé de su carita para decirle – Bebé, puedes jugar con nosotros, pero tienes que prometer que no vas a contar nada de lo que hagamos a tus papis porque se molestarían mucho y nunca más me van a poder visitar. Mi sobrinita me miro atentamente con sus ojotes verdes abiertos y me respondió – Sí tío, no diré nada te lo prometo. Entonces la besé en su boquita lentamente, mientras que Marissa se nos quedaba viendo sin decir nada, la seguí besando y sentía su lengüita, mordía sus labios y con mis manos empecé a acariciarla en sus nalguitas, que, aunque un poco más pequeñas que las de su hermana pintaban para volverse igual de hermosas en unos años más pues su culito era perfecto, paradito y bien marcadita cada una de sus nalguitas. Dejé de besarla y le dije – Para que juegues con nosotros quítate tu ropita porque Marissa y yo ya estamos sin nada, solo faltas tú. Dianita sin dudar se desnudó rápidamente y contenta me miro y dijo – Listo tío, ya podemos seguir jugando como estaban haciendo ustedes hace ratito. Marissa seguía sin decir nada, entonces la tomé de su carita y le dije – Tranquila nena, las dos serán mis mujercitas de hoy en adelante, no sientas pena. Le di un beso lento mientras la sujeté de su cintura y la pegaba a mí. Tome de la cintura con mi otro brazo a Dianita y la pegue contra mi también, así besaba a una y luego a la otra apasionadamente, después recosté a Dianita y le abrí sus piernitas para hacerle un oral, pase mi lengua sin dudar por su puchita lampiña y rosadita, hinchadita y con un rico olor de niña. Dianita solo ponía en blanco sus ojos cuando se vino en un rico orgasmo dejándome probar su sabor, haciéndome sentir unas ganas enormes por hacerla mía, entonces me puse de pie y les ordené – Bueno hermosas, ahora quiero que me chupen mi verga para ver si aun queda algo de lechita para darle a Dianita que no la ha probado aún. Marissa ya algo excitada fue la primera en pegar su boquita a mi glande, chupándolo despacio y poco a poco tragándose mi verga en su garganta, por su parte Dianita solo tenía su carita frente a mi verga que de momento estaba siendo devorada por Marissa, entonces le dije a Marissa – Uff mi amor la chupas riquísimo, pero ahora deja que Dianita aprenda a mamármela así de rico como tú. Entonces se sacó mi verga de su boquita y me la agarre con una mano, la acerque a la boquita de Dianita que la abrió grande, entonces la roce en sus labios, pero antes de meterla jugué un poco y se la dejaba caer en sus mejillas y frente, quedando su piel ensalivada por las babas de Marissa que me la había dejado bien lubricada, entonces la puse de nuevo en sus labios y Dianita la fue recibiendo de a poquito, no le entraba tanto ya que apenas y lograba tragarse un poco más allá del glande, pero era suficiente para mí ya que sentir su torpe pero riquísima mamada me ponía a mil, entonces le dije a Marissa quien solo nos observaba – Mi amor porfa quiero que le des unas lambidas a mi culo, así como cuando yo use mi lengua en el tuyo. Marissa algo insegura me dijo – Pero a mí si me da cosa tío. La miré y le dije – No te preocupes amor, está limpio, anda nena. Ella algo dudosa se acerco a mi culo y sacando su lengüita empezó a lamber mi ano, lo cual me excito aun más, sintiendo a las dos nenas dándome placer no tarde mucho y sujete a Dianita contra mí, la atraje contra mi pubis y le metí mi verga lo más profundo que pude en su boquita para soltarle mi semen en su garganta, que aunque no fue una eyaculación potente como las que le di a Marissa ya que en ella se me fue casi todo, si fue lo suficiente para que Dianita sintiera el sabor de mi leche y así aprendiera a comérsela ya que ahora sería mi segunda putita. Le saqué mi verga y Dianita con sus ojos llorosos y la piel de su carita medio rojita me dijo – Sabe raro tu leche tío, pero ya me la pasé. Diciendo esto abrió su boquita grande y sacó su lengüita mostrándome orgullosa que no quedaba nada. Marissa seguía Lambiéndome el ano, pero la detuve y la mire para decirle – Gracias amor, así me gusta, que hagas lo que te diga, aunque te de asco, porque ahora tu hermanita y tú serán mis mujercitas, mis putitas y me deben obedecer y disfrutar todo lo que yo quiera hacer con ustedes. Entonces la besé apasionadamente y ella me correspondía. Acto seguido le dije a Dianita, a ver amor, acuéstate boca abajo que es hora de que meta mi verga en tu culito como lo hice en el de Marissa. Mi sobrinita sin dudarlo se puso como le dije, entonces le dije a Marissa – Mi amor quiero que le chupes el culito a Dianita, que lo dejes bien ensalivado para poder meterle mi verga, pero mientras que se lo chupas tu ponte a gatas que te voy a volver a coger por tu culito. Marissa abrió las nalguitas de su hermana y empezó a lamber su ano, le escupió y metió su lengua en el ojete de su hermanita, mientras que al mismo tiempo tenía su culito a mi disposición, con lo que me dispuse a escupirle en su ano, después le escupí a mi glande y se lo dejé ir hasta los huevos, con lo que Marissa se detuvo de chupar el culito de su hermana para quejarse un poco – Ayyy tío me dolió no seas tan rudo. Seguido volvió a lo suyo y lambía el culito de Dianita, la cual ya empezaba a gemir muy rico, su vocecita infantil me volvía loco ya que sus gemidos eran aun más excitantes que los de Marissa. Yo seguí bombeando el culito de Marissa, que joder, era la gloria sentir mi verga entrar y salir de su apretado recto, sentir como su esfínter anal me estrangulaba la base de mi falo, entonces empecé a aumentar el ritmo y la fuerza mientras le di un par de nalgadas con fuerza y le dije – Eso es putita, disfruta mi verga en tu apretado culito, eres una delicia mi amor, me encanta cogerte por ese hermoso culito. Mi sobrina al escuchar eso me dijo – Si tío, soy tu putita, cógeme duro, pégameee. Y yo le di más nalgadas y la jalé de sus trenzas mientras la embestía con toda mi fuerza hasta que la hice venirse, con lo cual me apretó aun más mi falo y se dejo caer sobre las nalgas de Dianita quien ya tenía el culito bien ensalivado por su hermana. Se la saqué del culo a Marissa, quien quedo tendida en la cama y recuperaba el aliento con profundos suspiros. Entonces me puse tras el culito de Dianita, le acerqué el glande a su ensalivado ano y lo puse en la entrada, le dije – Ahora princesa, te dolerá un poquito a lo mejor, pero quiero que aguantes como lo hace Marissa, quiero que me demuestres que también eres mi mujercita, mi putita. Dianita me respondió – Si tío, soy tu putita también, métemelo en el culito te prometo que voy a aguantar como Marissa. Fue así como fui hundiendo mi glande en su culito, lentamente mi glande fue desapareciendo en el ano de mi pequeña sobrina quien gemía y se quejaba quedita, apretando su boquita para no gritar, entonces ya había entrado un poco más allá del glande, le dije – ¿Lista bebé? Ya casi está. Dianita me respondió con la voz entrecortada y entre suspiros – Sí tio, métemela más yo voy a aguantar no te preocupes. Entonces seguí empujando en su culito y era delicioso como las paredes de su recto recibían mi verga hinchada en su culito, cuando ya estaba la mayor parte dentro empecé a bombearla, al principio lento, pero conforme Dianita cambiaba sus quejidos por gemidos acelere el bombeo y la embestía con tremendas ganas haciendola gritar de placer – Ayyy tio me duele pero me encanta, ayyy que rico síii, sigueeee. Yo la embestía hasta los huevos en su estrecho recto y me sentía estremecer, así estuve dándole con todo hasta que me dijo – Ayyy tio me voy a orinaaar. Y acto seguido sentí como me estrangulo el falo y su cuerpito se tensaba y se desvanecida después para solo respirar profundamente diciéndome – Ay que rico fue eso tío, me siento muy cansada. Entonces le saqué mi verga del culito, y su ano quedo abierto, palpitante y se fue cerrando poco a poco, entonces le di una nalgada a mi putita con lo que se voltio boca arriba después de tremenda cogida que había recibido por su culito. Yo me tendí a un lado de ella y del otro lado Marissa seguía acostada, solo voltió su carita hacia mi y me dijo – Tío, que rico que nos has reventado el culito. Yo solo sonreí y seguí acostado, pero Marissa se acerco a mi verga y me la empezó a mamar, me lambia el glande lentamente, luego los huevos y de nuevo regreso a mi glande para pasar de lamber a chuparlo, se metía mi verga hasta la base y luego me chupaba el glande haciéndome estremecer, con su manita me lo empezó a pajear mientras con su boquita me devoraba riquísimo la punta, hasta que me logró hacerme eyacular, fueron apenas unas cuantas gotas de semen que fluían con trabajos de mi glande, Marissa me succionaba cada gota con su boquita dejándomelo limpiecito y exprimiendo mi glande, asegurándose de extraerme hasta la ultima gota de semen que quedaba en mis bolas. Luego se aparto y me beso, recostó su cabeza en mi pecho y no dijo nada. Dianita ya algo recuperada también se recostó juntito a mí y le di un beso en su boquita. Nos quedamos callados y nos quedamos dormidos ahí desnudos en mi cama, igual, aun teníamos algunos días en lo que daban de alta a mi cuñado y mi hermana pudiese regresar por ellas, así que totalmente despreocupados nos dispusimos a recuperar energías después de tremenda cogida que habíamos tenido.
Continuará….
Que rico tener a dos sobrinas y reventarles el culito y que ellas gosen cuando te las estas cojiendo suertes la tuya de tener dos putitas a tu alcance para poderte cojer y lo bonito lo que tus sobrinas te dicen que son tus putitas continua con tu próximo relato que estaráuy bueno
Conformista de mierda.
Payaso ridículo. Ni siquiera subiste la parte 1 de la historia.