El viaje, la confesion y el funeral
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Elena soy mujer divorciada con tres hijos bueno, dos por que una de mis hijas ya falleció. Precisamente de ella les voy hablar Leonora era una de mis hijas gemelas y Leonor es su hermana, ellas eran muy parecidas físicamente pero muy distintas. Leonor era la chica tímida, estudiosa e inteligente, por lo contrario Leonora era sexy, fiestera y pe leonera, si defendía siempre a sus hermanos.
Leonora estaba muy feliz por que hoy era el día que estaban esperando, se iban a ir de vacaciones con su padre a los Ángeles. Pero la sorpresa de ella fue cuando su hermano le dijo que no iría recuperaría unas materias que no aprobó y Leonor lo asesoraría, diseccionada empezó hacer su maleta.
Se despidió de su madre y sus hermanos, subió al transporte que la llevaría hacia donde vivía su padre.
Cuando llego al bajar del transporte vio a su padre corrió abrazarlo y le planto un beso en la mejilla,
– como estas mi niña. Y tus hermanos.
– No pudieron venir, Saúl reprobó unas materias y Leonor lo asesorara.
Al sentir una mirada, voltea hacia la izquierda, era su abuelito lo raro es que la veía muy raro y se sintió incomoda fue lo saludo y se retiraron de la central, lo raro su abuelo no dejaba de verla por el espejo del auto llegaron y ella entro a la recamara de siempre.
La confesión.
Al sentir una mirada, voltea hacia la izquierda, era su abuelito lo raro es que la veía muy raro y se sintió incomoda fue lo saludo y se retiraron de la central, lo raro su abuelo no dejaba de verla por el espejo del auto llegaron y ella entro a la recamara de siempre.
Recibí una llamada pero cuando sonó el teléfono sentí que mi corazón latía al mil por hora, conteste.
– bueno, quien habla.
– Buenas tardes hablo con la señora Elena torres.
– Si, ella habla, quien habla.pregunte sorprendida
– Soy Agustín mejia, hablo por que hubo un accidente, en una curva el transporte don de viajaba su hija Leonora se accidento.
Yo sorprendida le grite como estaba y donde estaba, me dirigí rápidamente donde se encontraba cuando llegue los doctores me dijeron que pasara silenciosamente, que estaba muy mal, en mi cabeza me daba vueltas la mismas preguntas por que, teníamos un mes y medio sin vernos ahora por que así.
Cuando entre al cuarto ella estaba llena de aparatos, le agarre una de sus manos y le di un beso en la frente, se quito el respirador y me dijo.
– madre, tengo que confesarte algo.
– no hija, no hables te va ser daño.
– Por favor déjame confesártelo. Comencé a oír la historia de mi niña (la contare a mi manera es realidad y es mi dolor).
Al siguiente día, Leonora estaba vestida con un short muy cortito, su blusa era escotada cuando corría o brincaba se le movía sus senos, su abuelo los veía no dejaba de observarla, todos los día minuto a minuto.
Cuando llego el día de partir, cenaron los tres juntos rieron y contaron chistes de pronto el padre de Elena, se levanto de la mesa y se dirigió a dormir, Elena hizo lo mismo, don Genaro se quedo ahí sentado con su mirada fuerte veía como movía el traserito su nieta cuando desapareció de su vista se quedo pensando.
Don Genaro es un hombre fuerte, su edad es de 66 años, sus brazos fuertes y rasposos por ele trabajo de campo que hizo mucho tiempo, alto de estatura pero gordo y su piel morena.
Elena era alta, sus piernas largas y torneadas, sus pechos grandes y blancos un cuello largo ojo cafés claros pero sus nalgas eran redondas y paraditas acababa de cumplir 18 años.
Como a las tres de la mañana, don Genaro entro a la habitación de su nieta, lo primero que hizo es hablarle, cuando despertó la joven se sorprendió a ver al viejo ahí era muy raro por que nunca entraba a esa recamara.
– hola mi niña
– abuelito que haces aquí tan noche.
– Es que.
– Que pasa mi viejito
– Elenita cuando te vi me sorprendió tu belleza.
En ese momento el hombre se lanzo hacia los brazos de su nieta (Elena quedo sorprendida por el beso que le planto su abuelo), el hombre movía su lengua adentro de la boca de la joven tontamente Elena movía su lengua, don Genaro tentaba las piernas de Elena, desesperado agarraba cada rincón del cuerpo de la joven, sin pensarlo, Elena ya estaba desnuda y su abuelo entre su piernas movía la lengua en la rajada de la muchacha, ella suspiraba fuertemente y agarraba la cabeza de su abuelo, de repente la sangre de la muchacha se vino a su cabeza y llego al orgasmo por primera vez, lleno la boca de su abuelo de sus jugos vaginales.
Llego el momento dijo. Don Genaro
Se acomodo arriba de su nieta, agarrando su verga (media 5 de ancho y 21 de largo) era enorme para la ponochita cerrada de Elena, cuando tentó las carnes vírgenes de su nieta ella cerro los ojos de un empujón metió toda la verga adentro de Elena, un grito se oyó en la casa, las manos de la joven abrazo a su abuelo fuertemente, el hombre no le importo que el padre de Elena estuviera en la otra recamara dormido, comenzó a bombear fuertemente, Elena sentía que la iba partir en dos los huevos del hombre pegaban en las nalgas paraditas de su nietas las embestidas era poco a poco mas fuertes y profundas Elena tenia lagrimas en sus ojos, don Genaro sonreía y apretaba los senos de la joven de repente, los movimientos fueron mas fuertes un grito del hombre se oyó y termino adentro de Elena
– de pronto se oyó un grito de mi abuelo y eyaculo adentro de mi madre dijo Elena con su voz débil, fueron sus ultimas palabras murió al momento que termino de confesarme.
El funeral
Don Genaro lloraba mucho, hincado donde estaba la fosa de Elena, la gente creía que por que era su abuelo y la quería mucho le lloraba así, pero la verdad era otra y yo la sabia.
(Mr)
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