EL VIDEO SECRETO DE MAMA
Después de observarlo en su totalidad me di cuenta del maravilloso cuerpo de mi mama a sus 37 años. Remití el video a mi celular borrando el envío en el de ella. .
Somos una familia corriente, papa, mama, mi hermana menor y yo un joven bastante inquieto próximo a cumplir los 18 años. Me gusta conocer los secretos de las personas, pero solo lo hago por satisfacción personal. Lo que le voy a contar comenzó un día que mama me dio la clave de su teléfono para que atendiera una llamada urgente que esperaba y se le había quedado en casa su celular. Teniendo la clave y como buen curioso no perdí la oportunidad y me dediqué a revisar videos de su WhatsApp y estando en eso me encontré uno que llamo mi atención con duración de seis minutos, enviado por un personaje que al consultar el mensaje aparecía como Diego y la nota de envío decía… nuestro recuerdo secreto. En el video aparecía mi mama, desnuda y con su amigo Diego teniendo sexo, supongo que él lo había grabado y observe muchas cosas, sexo oral mutuo, caricias y sexo en distintas posiciones.
Después de observarlo en su totalidad me di cuenta del maravilloso cuerpo de mi mama a sus 37 años. Remití el video a mi celular borrando el envío en el de ella. Pasaron varios días y cada vez que observaba el video me excitaba tanto que terminaba masturbándome para bajar la exaltación, hasta la fecha que llego mi oportunidad de hablar con mama. Era viernes y nos habían invitado a una fiesta familiar en la que ella se tomó unos cuantos vinos de modo que la regresar a casa ella estaba bastante eufórica y aprovechando que papa estaba de viaje le propuse que me invitara a una copa, y me dijo… tu aun eres menor de edad y no puedes tomar licor, …le respondí… solo falta un mes para mi cumpleaños, invítame y como ella estaba alegre acepto. Tomamos una copa y cuando estábamos terminando, ella se fue al baño y yo aproveche para rellenar las copas, cuando ella regreso no lo noto, y continuó tomando sin objetar nada, solo se dio cuenta cuando vio la botella vacía y me dijo ¿a qué hora nos hemos tomado todo el vino? Yo en broma dije… seguro se evaporo, y ella me dijo… bandido tu estuviste sirviendo a escondidas ¿verdad? y se rio, ella ya estaba muy animada, y como yo había puesto música tropical, la invite a que bailáramos y ese baile fue crucial para ir avanzando en el acercamiento, cada vez que podía buscaba rozar su pelvis y ella no decía nada. Cuando entramos más en confianza le dije… Te puedo llamar Adriana, si dijo ella, ese es mi nombre, ¿pero porque no llamas como siempre mama?
Es que desde que te vi desnuda no dejo de pensar en ti como mujer. Pero qué cosas dices. Si te he visto desnuda y cada vez que lo repito me excito sobremanera. Ella me dijo… No entiendo de donde sales con esas ideas, le conteste… No, no son ideas, es que te he visto desnuda follando con Diego. Ella enmudeció y pego su cabeza a mi hombro y quedo en silencio. Hasta que me pregunto… ¿Como te enteraste? Le contesté… Mirando los videos de tu celular allí lo encontré. ¿Y ahora que pretendes al llamarme Adriana y no mama? Le respondí, que así te vería como la mujer hermosa que observe en el video y no como a mi mama.
No veo la razón, a fin de cuentas, me tienes que respetar como la mama que soy. Eso es cierto y siempre te respetare y te querré por ser mi mama, pero ahora quiero verte como la mujer maravillosa que me excita. ¿Y qué quieres? Estar contigo… le respondí. Pero me replico, tú sabes que soy tu madre y eso no está bien, le respondí… y tu estás casada y tienes sexo con Diego ¿y eso si está bien? Ella se quedó callada y continuamos bailando. Yo la apreté contra mi cuerpo para hacerle sentir mi empalme y ella no volvió a decir nada.
A continuación, empecé a darle besos en el cuello, en la oreja, en la mejilla y finalmente llegué a sus labios. Para esos momentos ayudo el licor que habíamos bebido, y por eso su resistencia no fue la misma si hubiera estado sobria, además su pecadito, ayudo a que ablandara su voluntad. De pronto me dijo… Me siento como si me estuvieras chantajeando. Le corregí… No, solo es que yo te necesito y la caridad empieza por casa. Además, la culpa la tiene tu precioso cuerpo que no puedo sacarme de la cabeza. Le propuse abrir otra botella de vino y ella acepto, de manera que a la madrugada los dos estábamos bastante ebrios y así todo fue más fácil. Ya no hubo ninguna resistencia y comenzamos a acariciarnos mutuamente como hombre y mujer y me confesó la razón por la que se veía con Diego, Empezó diciendo… yo amo a tu padre, pero para él, el sexo solo existió cuando te procreamos a ti y a tu hermana y eventualmente cuando yo le daba mucha motivación. En cambio, yo soy una mujer muy ardiente, aunque demuestre lo contrario ante la gente.
Le dije… a me pasa lo mismo, creo que me parezco a ti, dentro de mi hay un volcán que tengo que apaciguar frecuentemente, pero ahora contigo no aguanto más. Y después de estas mutuas confesiones nos fuimos desnudando hasta quedar en almendra. En es momento pude admirar en directo el cuerpo de Adriana y mi polla se irguió tanto que ella exclamo… Huuuuuy, que polla más grande tienes. Y como nadie me había hecho notar el tamaño, le pregunte… ¿en verdad te parece muy grande? Ella dijo… Siii, bastante, nunca había visto otra así. Y estando en confianza, atrevidamente le dije… ¿entonces has visto muchas? Y ella pícaramente me dijo… Bueno, no muchas.
La abrace y mi polla quedo en medio de sus piernas rozando su concha, apenas la sintió se corrió hacia atrás, pero luego seguimos besándonos y la acepto, yo le acariciaba los senos y todo su cuerpo, con esto logre acelerar su excitación. Luego le di vuelta y pegándome a su espalda era más fácil acariciar sus senos y mientras mi polla se movía entre sus piernas, mis dedos frotaban su clítoris, todo esto más besos en el cuello y cuando volteaba la cabeza le daba besos en la boca. Las caricias en su clítoris dispararon su libido y como yo tenía que aprovechar al máximo esta oportunidad quise hacer lo que vi en el video de ella, y en otros tantos de internet, así que la acosté sobre el tapete y separándole las piernas fui directo a su concha, estaba bastante húmeda y mis caricias dispararon una cadena de gemidos, uhmmm, ahhhhh, ahiii, oooooooh, uhmmm, con movimientos de su cuerpo disfrutando del placer y así continué hasta que presumí ella había alcanzado un primer orgasmo.
Imagine que ella podría disfrutar varios orgasmos a cambio yo no sabía de cuánto sería capaz dada mi inexperiencia, decidí reservarme y dosificar mis fuerzas. Mientras ella se reponía la cubrí de caricias, besos y lisonjas sobre su belleza, percibiendo que lo disfrutaba y aproveché para hacer lo que tanto deseaba, disfrutar como si fuera un ritual de mi primera penetración en ella. Al estar nuestros sexos enfrentados comencé a acercar mi pelvis hasta que hubo contacto, lubrique mi polla en sus flujos y luego la puse en la entrada de su concha, a continuación, la fui metiendo lentamente como quien disfruta un manjar y no alcance a meterla toda cuando ella me dijo… Para, para, estas tocando fondo, allí confirme que era cierto lo del tamaño de mi polla. Me detuve un momento y a continuación empece un mete y saca lento y suave para no maltratarla, pero en la medida que Adriana volvió a excitarse comenzó a decir… dame más, mas, vamos, le dije… te puede doler. No, no importa métemela toda y hazme con más fuerza y excitado como ya estaba, no lo dude y con tremenda fogosidad aumente la velocidad y fuerza de meter y sacar mi verga de manera brutal. El choque de nuestros cuerpos y los gemidos de Adriana me excitaron tanto que no pude controlar la ferocidad de mis embestidas, y percibí de inmediato que esto le encantaba, para ella era un placer que la tratara con rudeza, no se quejaba, al contrario, veía en su rostro morbo y excitación, que me produjeron más deseos.
Finalmente ella alcanzo su segundo orgasmo, y yo me detuve cuando sentí que estaba por correrme, seguí dudando que si explotaba en su concha no volviera a tener otra erección y yo quería más. Para recuperarnos serví sendas copas de vino que bebimos con mucha rapidez saciando la sed. Ella me dijo… me has hecho sentir algo que nunca antes experimente. Una vez que la vi recuperada volví al ataque y ella me pregunto… ¿Y tú no has llegado verdad? Le dije… No, porque quiero estar contigo toda la noche. Vamos, no seas tan glotón que te puedes atragantar.
Y estando ella acostada boca abajo sobre el tapete, me motivo al acariciar sus preciosas nalgas y a recorrer su entrepierna logrando excitarla. En verdad jamás imagine que Adriana fuera una mujer tan ardiente. Pero ya era hora de alcanzar mi clímax, me subí sobre su espalda, acomode mi polla entre sus piernas y después de acariciarla y besarla por todas partes, lubrique mi verga en sus flujos, aproxime la punta de mi polla a su culito, empecé a penetrarla con mucha paciencia y suavidad para no hacerle daño y que por el contrario sintiera placer. La demora fue lograr la entrada de la cabeza de mi polla, luego lo demás se deslizo dentro de ella sin ninguna dificultad. Ella quiso que lo hiciéramos de medio lado para que le acariciara el clítoris y esta vez quien empezó a resoplar de placer fui yo.
Con gusto le hundía toda mi polla hasta la raíz y la mayor presión que sentía en mi miembro me genero una excitación tan grande que al momento de explotar sentí le dejaba inundado de semen en el culito de Adriana, sin embargo, no pare de agitar mis dedos en su clítoris y ella logro un último orgasmo.
Luego quedamos inmóviles, rendidos de aquella faena. Adriana me dijo… me has regalado una noche inolvidable, tengo el vértice de mis piernas en candela, has logrado lo nadie pudo antes, gracias Rafita. Yo en respuesta le dije que ella era la mujer más linda y maravillosa, además le agradecía que me hubiera entregado todo su cuerpo con tanta generosidad. Enseguida nos fuimos a descansar y como estábamos solos dormimos desnudos en mi habitación hasta el día siguiente.
Ninguno se ha arrepentido de lo sucedido y hoy estamos más unidos que nunca, espero un próximo viaje de mi papa para compartir con Adriana.
Muy buen relato