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Fantasías / Parodias, Incestos en Familia

El Vigilante de la Privada 10

Matt y Carmela son testigos de una confesión en una de las casas, descubriendo una pérfida verdad entre padre e hija….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…

10

 

La dulce Bella habría pasado una de las mejores noches de su vida, cogiendo como una pequeña puta, entre ambos amantes, quienes estimularían cada fibra de su ser para hacerla embriagarse en el deseo, sintiendo una revolución de placer en su cuerpo, pues era parte del plan, luego de ello sería penetrada analmente de a 4 mientras se besaba con Carmela, incluso la haría chupar de sus pechos como si fuera una bebe, y de igual forma, lamería el coño de la joven hasta hacerla correrse, sintiéndose enviciada por aquel sabor, pero cuando estuviera siendo penetrada, incluso en un acto de malicia, Matt la sacaría del cuarto unos segundos, mientras la cargaba, al tiempo que la penetraba por el coño, jugando con su cuerpo a mitad de la calle, embistiéndola con una bravura que le hacía gemir más fuerte, exponiendo su pequeño cuerpo al frio nocturno del otoño, donde le llenaría el coñito con su carne masculina, misma que abría su vulvita por completo, la que parecía chupar esa verga con gusto goloso, sintiéndose perdida pero aferrándose a su macho, antes de volver a meterla dentro del cuarto, en su camita, donde seria acariciada por 4 manos deseosas de hacerla sentir un placer indescriptible, la cual la haría gemir con fuerza, aunque sería besada para mantener una privacidad. Así continuarían con un poco de juego, logrando que se corriera al menos un par de veces más, todo para terminar en el baño con Carmela, quien le ayudaba a lavarse, aunque su pequeño y delicioso cuerpo se mantenía muy sensible por tantas caricias, quedando perdida en un mar de ideas que solo le hacían desear que la noche fuera eterna, pero eso era imposible, no podía seguir ahí, siendo sodomizada o amada, ahogándose en el más brutal de los deseos, por aquel par de amantes, así la habían convertido en su putita, y ella a pesar de lo retorcido de la situación, esperaba una oportunidad para volver a ser el juguete de ambos, olvidando cualquier moralidad, en su mente solo se hallaba la idea de gozar, ser penetrada, amada, convertida en la esclava sexual de esos amantes, y como tal, aceptaría cada juego que ellos pensaran.

Después de eso, para Matt tener a Carmela, era un placer, no solo podía coger con ella de una manera exquisita, disfrutando de su delirante figura, pese a la diferencia de edades, todo resultaba demasiado excitante con ella, su cuerpo era un monumento a la sensualidad, que siempre le gustaba disfrutar, además ahora podía acelerar sus jugadas con las chicas, era un sueño hecho realidad, mirando luego como podría acercarse y hacer suyas a otras, incluso su novia, hacia de las suyas, y aseguraba querer hacer algo con Kimmy, quien le llamaba mucho la atención, deseaba realmente hacerle algunas cositas, justo en su cama, pues no le gustaba la forma en que le miraba, algo inquieta, molesta, seguro le tenía celos por ser la pareja oficial del vigilante, lo cual le encendía, pues sabía que un par de putillas querían la misma verga que ella disfrutaba todas las noches. Por su parte Matt también estaba trabajando, no solo en las cosas de la privada, también en sus planes, como todas las noches revisaba las cámaras, no solo para conseguir material para esos extraños hombres que le pagaban tan bien, revisaba las cámaras buscando formas de acercarse a las nenas, en especial quería ver la situación con Edna y Laura, esas 2 hermosuras que todavía no podía tomar como suyas, así que haría algo especial, comenzó a entrenar a ciertas horas, pues quería llamar la atención, no solo de las crías, igual de otras chicas, necesitaba darse a desear a las gemelas, quienes estaban algo inquietas por Carmela, sin embargo su principal objetivo eran las chiquillas, sin olvidar que empezaba a ver en las cámaras algo que no esperaba, justo en la casa de Karla, pues gracias a las nuevas cámaras, se daba cuenta de un secreto tan morboso, que no le dejaba de llamar la atención.

Mientras revisaba la pantalla, siempre en la noche, con su sensual Carmela, podía disfrutar de las perversiones de algunas nenas, como de costumbre Edna hacia de las suyas, durante sus juegos de calentamientos hacia poses muy sugestivas, enseñando el culo de manera provocativa, tomaba un aire delicioso difícil de resistir, o abría sus piernas de tal manera que su vulva se marcaba en su calzoncito, mientras “practicaba” pero de alguna manera todo acaba con la nena tallándose su parte más intima, con cierta delicadeza, para que entre caricias, su cuerpo se despertara en una explosión sexual, la cual fastidiaba a Matt, pues poco le faltaba para lanzarse a ir por la niña y clavársela, pues lo sabía perfectamente, ella quería que el hombre se la cogiera, todo este tiempo la chiquilla había estado incitándole a hacer algunas cosas prohibidas, lo cual no iba a resistirse, pero debía hacerlo, o no llegaría a nada, era lo mismo con Laurita, quien pese a su edad, se veía inquieta, intentaba llamar su atención, aunque esta era más certera, pues llegaba a jugar con su uniforme, fingiendo pasos de baile, enseñándole muchas veces su calzoncito, los cuales cubrían deliciosamente ese culito redondo, era una locura, realmente quería abrirlo con su verga, y sabia que de poder la haría tragársela toda de una sola vez.

Para Matt y Carmela ver aquello era demasiado excitante, entre ambos querían ver cómo manejar la situación, y tomar a cada una de las niñas, si ya estaban pensando en la forma de convencer a la pequeña Valeria de ser una amante de aquellos 2, solo era necesario que la joven le diera pistas, y que el vigilante se ganara su confianza, idea que se iba incrementando al verla llegar de la ducha, para irse a cambiar, quedando por varios segundos con solo un pequeño calzón rosita, pues no encontraba el camisón, así que iba de un lado a otro enseñando sus tetillas, creyéndose a salvo de cualquier mirada, luciendo tan deseable, como para calentar a ambos pervertidos, quienes comenzaban a jugar entre ellos, liberando su ardor sexual, sin embargo lo más caliente que vería ese día era lo que estaba por pasar en la casa de Karla, pues no había podido tomar conocimiento de ella en un tiempo, aunque se daban cuenta, dentro de los muros de esa casa pasaba algo, su relación con su padre no era normal, algo escondían, pues había rozones, él la tocaba de manera distinta, incluso una vez se vio como si la estuviera masturbando, y siempre se besaban en los labios, hasta se veían desnudos, como si fuera lo más normal del mundo, mas no era normal, y la imagen que grabarían esa noche sería deliciosa, pues contrario a lo esperado, la niña saldría del baño con un fino camisón de seda, con el cual apenas escondía sus finas formas femeninas, pues tenía un cuerpo que no dejaba de crecer, parecía que la adolescencia empezaría rápido, lo cual sería obvio cuando escucharan la plática gracias a las nuevas cámaras que recién había colocado.

Mija, ponte ese vestido que te regalé en tu cumpleaños, hoy es una fecha especial, mañana no vas a la escuela, lo tengo todo arreglado – decía el papá, desde abajo.

Si papi – respondió la niña emocionada.

Todo ante las cámaras, que iban grabando se daría una escena muy sensual, comenzaría con la niña desvistiéndose frente al espejo, donde se secaría mientras veía su cuerpo al desnudo, era pequeño, pero tenía una silueta ligeramente sugestiva, algo en esa niña llamaba la atención, aunque era difícil asegurar que, sin embargo contrario a lo esperado la chiquilla se pondría un extraño calzoncito que parecía una tanga, la cual era tan corta que apenas cubría su vulva, y por detrás se quedaba encajada entre sus nalguitas, logrando que pareciera no traer nada, la niña miraba eso emocionada, sonriendo picara mientras aparte buscaba unas medias que le llegaban arriba de las rodillas, unas zapatillas sin tacón, que le daban un aire elegante, y finalmente un vestido de una sola pieza que le llegaba hasta un poco debajo de los muslos, parecía ser una pieza para una niña más pequeña, aunque de alguna manera se lo había puesto quedando como si fuera un vestido muy corto que le daba un aire demasiado sensual, casi como si fuera una verdadera golfa, luego se dejó suelto el cabello, pero como toda una damita se acomodaba un collar, un poco de perfume, un labial infantil, e intentaba hacer algo más, pero no tenía experiencia como para agregar algo de rubor, más no le hacía falta, la chiquilla se veía preciosa al natural.

Cariño, como vas – decía desde abajo el hombre (el cuarto estaba en el segundo piso de la casa y él en la planta baja).

Ya voy papito – respondió la niña mientras se miraba en un espejo de cuerpo completo.

La niña estaba algo nerviosa, pero no perdió tiempo, había terminado de arreglarse, se saldría de su cuarto viéndose como una sensual señorita, quien pronto dejo su cuarto, encontrando afuera como su padre hizo varios arreglos en su casa, controlando la intensidad de la luz, logrando darle un aire romántico, privado lleno de secretos, también había unas velas aromáticas, y al bajar encontró en la sala una mesa con una cena, todo se hallaba perfecto y el hombre aparecía con un traje muy elegante.

Ya hace 3 años que se fue tu mamá con el otro tipo, y no nos ha venido a buscar ni nos ha llamado – dijo el señor mientras la hacía pasar.

Si, y hace un año tomé su lugar en la casa – respondía la niña un poco inquieta.

La hizo pasar a su asiento, poniéndola en una silla, mientras hablaban un poco, más revelando un par de cosas muy privadas, lo cual dejaba inquieto a los ojos indiscretos que estaban viendo gracias a las cámaras ocultas, pues ambos revelarían unas verdades muy sensuales, cargadas de lujuria precoz.

Recuerdo cuando mi mamá se fue, tú estabas muy triste, y apenas podías hacer tu trabajo bien, no dejabas de fallar en tus negocios, así que quedamos en problemas, como también me entristecí, me bajaron las calificaciones y una maestra intentó meterse a la casa – revelaba la niña celosa.

Lo recuerdo bien, habían pasado solo 3 meses desde el abandono, tu madre me dejó los papeles de divorcio, tomó todo cuanto pudo y se fue, le dejé una demanda por aquello, si vuelve a verse tendría a la policía encima, o al menos eso hice 6 meses después, la verdad es que tu maestra me ayudó en ese sentido, pues cuando vino, se dejó ver interesada en mi, y no pude evitarlo, no era tanto mi tipo, pero estaba deliciosa, recuerdo que me invitó unas copas, por compromiso lo hice, como estaba el abuelo Benito te dejé sola con él, y fui para distraerme, pero al final, tras unos tragos me la acabé llevando al motel más barato, ahí terminamos cogiendo, la muy golfa lo tenía planeado, debajo de su traje llevaba un conjunto de lencería rosa, que en su piel canela se veía muy bien, aparte las tetas eran algo de tener en cuenta, grandes y redondas, eran como un par de tomates maduros, tenía una ligera panza, pero las piernas estaban deliciosas, también el culo, además era tan suave, que perdido en mi malestar, acabé cogiéndola con un desesperado, quería romperle el coño, cuando quedó en la cama invitándome a darle con todo.

Esa noche me la pase metiéndosela con fuerzas, le abrí las piernas para descubrir que usaba un delicioso depilado con forma cuatro abajo, la muy zorra quería eso, perdí la cabeza, y se la metí con todas mis fuerzas, chupándole las tetas, me supieron a gloria, no dejé de dar con todo, la estuve penetrando en todas las posiciones posibles, primero de misionero, así pude besarla de frente, nuestras lenguas jugaron, respiraba dejándome oler su aliento a licor, sus manos sujetaron mi espalda, me clavo las uñas, fue sabroso ese ligero dolor, en especial cuando se terminó corriendo mientras me decía un par de sandeces.

Luego de ello me acosté en la cama, para dejar que ella me cabalgara, no sé porque, pero me dio la espalda, como si esperar a que alguien más llegara y quisiera verlo por de frente, donde estaba la puerta, solo que en su momento se fue acostando dejándome que le agarrarle las tetas, eran tan suaves, ella gemía de forma deliciosa, lo mejor que había escuchado, aunque me concentraba en sus pezones, los cuales antes me habían rozado el pecho, y podía sobarlas, pellizcarlas, ahí me dijo: te gusta, en serio, que pensaba la golfa de tu esposa, dejarte por un pendejo, mm, no cariño, esa tipa era una tarada, seguro que luego volverá arrepentida, mm, y yo no quiero eso, ah.

Carajo, que estaba ahí con una idea clara, y no me resistí, pues antes que me diera cuenta me ofrecía el culo poniéndose a 4, como no había cogido en más de un año, pues tu madre no me dejó tocarla, fue para mí muy sencillo tomarla a la fuerza, como si me desquitara de todo lo ocurrido, y me sentí tan bien, destrozándole con mis embestidas, mientras ella seguía hablando: si cariño, rómpeme, se que quieres, es lo que necesitas, mm, eso te gusta verdad, ser un hombre fuerte, mm, no eres el putito que creyó tu vieja, mm, eres mejor de lo que deseaba, mm, ella te dio por sentada, ah, eres un macho de buena verga, ah, y te gusta coger como tal, AH.

Luego se corrió la muy perra, y ya sabrías, empezaríamos una relación, que fue buena, estuvimos cogiendo donde pudimos, me dio algunos consejos, como demandar a mi esposa por hacer las cosas como lo hizo, aunque  nunca se vino a vivir con nosotros, era algo extraña esa mujer, pero la pasamos bien, no crees, mijita hermosa.

Si papito, de todas las novia la maestra fue la mejor, porque la secretaria fue una puta sin remedio, a esa la odio – dijo muy celosa la niña, quien parecía muy normal con la plática.

Pues que quieres que te diga, eso es, creo que ahora trabaja en uno de los burdeles de la zona rosa, pero eso ya está de más, ah, recuerdo que todo se vino abajo cuando esa tipa me vino a visitar por unos papeles, recién había roto con tu maestra, porque tuvo que devolverse a su ciudad de origen, y no la seguí, y esta rápido vino a ofrecer su coño, aunque lo tenía todo peludo, no me gustó nada, pero en su liguero se veía tan cachonda, que no pude evitarlo, aparte olía a hembra en celo, y se la tuve que meter, ella quería lo que tengo entre las piernas, y no me contuve, se lo fui encajando hasta el fondo, cogimos como animales, le fui dando tan duro en la cama matrimonial, me cabalgo de frente, para que jugara con sus tetas, las cuales no eran nada extraordinario, aunque admito que la cara que hacía, era de lo mas cachonda, con todo y los lentes, de hecho estos le daban un toque más caliente, que por ello le fui dando más duro, casi me corro, pero aguanté un poco más, hasta que finalmente lo hice, me quedé helado cuando descubrí que estabas en la casa – confesó el hombre aunque se veía caliente.

Si, papito, llegué temprano y acabe viendo cómo te follabas a esa zorra – señaló la niña visiblemente celosa.

Sí, pero esa golfa casi me arruina, estaba embarazada de antes, de su novio que la dejó, y me quiso dejar al niño, quien resultó ser un trabajador del negocio, al final corrí a ambos, pero dime, Karlita, fue durante eso que ocurrió – dijo algo inquieto el hombre.

Si papito, como la maestra se fue, buscaron un sustituto, así llegó el profe, quien parecía tan lindo, aunque en verdad no lo era, no pensamos mucho, solo era un joven recién graduado de la carrera, y nos fuimos con la idea de que era un buen tipo, se hacia el divertido, aunque no terminaba de dar bien las clases, por lo que muchos la estábamos pasando muy mal, no sabía qué pasaría con él – dijo nerviosa la niña mientras se alcanzaba a ver como se sobaba la vulvita sobre el vestido.

Cuéntame más, pequeña, hoy es un día especial – dijo el hombre viendo a la niña de sus ojos.

El hombre se veía con una buena erección, era obvio que haría algo con su hija, cosas ilegales, y la niña, en un ambiente propicio comenzaría a contarle.

Todo comenzó en un día de clases hace más de un año, el profe ya nos había dado clases antes, pero ahora formalmente era el profesor, todas estábamos contentas, nos parecía tan guapo, delgado de cabello castaño rubio, una mirada encantadora, siempre estaba pendiente, pero no de nosotras, sino de nuestros descuidos, quería hacernos cositas, además se portaba tan bien, no fueron pocas las veces que llevó a las niñas a sus casas, aunque jamás lo hizo con nuestros compañeros, que porque eran cosas que cualquier caballero debía hacer por una pequeña dama.

Muchas nos emocionamos ante eso, aunque no tenía un carro tan bonito, pero eso no importaba, todas lo queríamos mucho, y en ese día que te cuento pasó, por andar platicando se me hizo un poco tarde, no alcancé el camión de la escuela, por lo que este se me acercó, luego me dijo que él me llevaría, yo me emocioné, pero antes fui al baño, una amiguita, Lorena, me dijo que si quería llamar la atención de los hombres debía portarme diferente con ellos, que también me subiera un poco la faldita, me abrí un poco la camisa, como veía que las niñas grandes lo hacían, no entendía porque, pero el profesor se daba cuenta de ello, me miró con gusto, tenía una sonrisa especial y me decía que era muy bonita, además me estuvo sobando la pierna, como si quisiera alcanzar ahí abajo, al final cuando llegamos me dio un besito cerca del labio, el cual me estremeció mucho.

Mm, y eso es lo que pasó, como eras tan chiquita, y yo me ausentaba por el trabajo, seguro que se estaba fijando en ti para seducirte, pero dime, te gustó – dijo el hombre algo agitado.

Claro que me gustó papi, me sentí en las nubes, pensando que yo le gustaba, de hecho luego de eso comencé a verlo diferente, hacia alguna travesura para ser regañada, pero no era la única, también Lorena, Paty o Quica lo hacían, así que muchas veces nos quedamos haciendo cosas, pero no siempre pudimos salir con él, en veces era alguna otra, aunque no faltó que a las demás vinieran a buscarlas sus mamás o algún familiar, era una cosa muy difícil, todas hacíamos lo que pudiéramos para llamar la atención del profe, quien muchas veces se lucia, jugando soccer o baloncesto en los recreos, mm, era divino – dijo la niña ilusionada molestando un poco a su papá.

Y dime ¿Cómo paso “eso”? tu sabes – dijo el señor celoso.

Pues veras, cuando menos lo esperamos estábamos terminando un ejercicio que se nos hizo muy difícil, la estuvimos sufriendo pero al final me quedé hasta ultimo con un compañerito quien era tan tonto, acabé antes, pero al verme el profe dijo, que le esperara, que luego me llevaba, porque de plano este se iba a tardar mucho mas, y así fue, media hora, nada, así que la mamá llegó por este, se enojó tanto, aunque al ver el problema lo resolvió en poco tiempo, quedando su hijo como bruto, bueno, luego de eso me fui con el profe, quien se paseo por otro lado, diciéndome si no se me antojaba un helado, a lo que yo me emocioné, acepté de inmediato, y fuimos por este a un parque solitario, ahí se fue a comprarlos, aproveché para arreglarme, quería que me viera bonita el profe, y cuando regresó con los helados, este me miró con una sonrisa.

Claro está que comimos los helados, y yo estaba encantada en la forma en que me miraba, sentí cosquillas ahí abajito, estaba tentada a besarlo, pero el mismo mientras me hablaba, diciéndome lo linda que estaba, me pidió que le dejara darme un beso, sólo cerré los ojos dejándole que lo hiciera, fue maravilloso, en ese pequeño ratito que creí eterno me besó como nadie, me enseñó de todo, me sentí tan especial, haciéndome toda clase de cosas, en especial ahí abajo, y dirás que estaba muy chiquita, pero me paso. Cuando me regresó a casa, dejándome en la entrada con el abuelo Benito, llegué a cambiarme, no estabas, creo que en ese momento te fuiste por unas copas y conocer a las putas de la zona rosa, no importa, es que me fui a revisar, pensé que me había orinado, pero no fue así, me desnudé frente al espejo, para sobarme abajito, hallé algo, pero no era pipi, al tocarme se sintió tan rico, empecé a sobarme con fuerza, en verdad estaba sintiendo una comezón especial, no podía dejar de apretarme ahí, necesitaba hacerlo.

Mi bebe estaba cachonda – dijo el hombre con cierta malicia encantadora.

Si papi, me puse bien calientita, hasta pensé que tenía fiebre, pero no me importó me sobé ahí abajo hasta que no pude más, necesitaba sentirme bien, eso me lo hacía, pensaba en el profe, también en lo que había visto contigo y la secretaria, fue la primera vez que gemí, mientras me acostaba en la camita, para estar más cómoda, hasta que – decía la niña pero no se sabía explicar.

Chiquita, tuviste un orgasmo en seco, tan pequeña y caliente, eres una pequeña putita, seguro que muchos te quieren coger en este momento, tu profe de educación física, lo he visto como se te queda viendo, también el tipo de los helados, parecía que quería follarte la otra vez que fuimos, hasta el vigilante, dime lo harías con alguno de ellos

Si papi, con el profe de física, está muy grande y musculoso, seguro que tendrá una buena verga, también el chofer del camión escolar, se ve bien guapo, ese no lo sabías, pero también con el guardia, ese hasta me dan celos de la novia que tiene, y el otro día cuando lleguemos, pude oírlo que estaba cogiéndosela, seguro que le da bien duro ahora que viven juntos, dime papi, tú te cogerías a la tipa esa – cuestionaba la niña.

Claro, la Carmela está bien rica, y lo más divertido es que no es tan vieja, seguro que aprieta bien rico, pero no creo que el guardia me deje hacerle nada, quizás podríamos hacer un intercambio, mi mujercita por la de él durante una noche – dijo vicioso el hombre.

Si papi, pero no habrá problema, porque luego si se dan cuenta de lo nuestro nos podemos meter en problemas, lo sé, quizás si hiciéramos que pase, debo pensarlo bien, a menos que no quieras – dijo el hombre algo inquieto mientras se rascaba la cabeza.

Bueno, piensa papi, para ver cómo te coges a la criada y yo soy tomada por el guardia, pero déjame te acabo de contar, porque eso quieres, saber como el profe terminó rompiéndome el coñito, mientras tu estaba de guarro con otras tipas, si bien que me di cuenta que también con una mesera de un bar te acabaste cogiendo, si no creas que lo olvidé, que te la cogiste y su marido, te fue a romper la cara aquí dentro, el pobre abuelo tuvo que llamar a la policía para salvarte – dijo la niña maliciosa.

Jejeje, que esperabas, es muy difícil encontrar pelirrojas, y la mujer aparte tenía un buen par de tetas, me las quería comer todos en el bar, aparte que su voz era deliciosa, por su culpa bebí de más, y antes que me diera cuenta, ya la estaba llevando a un cuarto, además la muy puta se dejó hacer de todo, así que ni tan inocente, porque le di bien duro y ella no se quejó, sino todo lo contrario, me estuvo cabalgando por una buena propina, hasta sus tetas se movían de manera deliciosa, su coño no dejaba de chorrear, ah, qué bien se veían mientras le daba, en verdad, mm, que delicia – dijo el hombre totalmente caliente, viendo a su niña mirándole fijamente.

Púes bien papi, porque mientras te cogías a cada puta que podías, el profe bien que me estaba haciendo suya, luego de la fiesta de Halloween, mm, recuerdas que fui de brujita, con las medias, vestidito negro y sombrero de punta, pues bien que me tomó para hacerme truco, me regaló unos chocolates envinados, los cuales me pusieron en humor, dejando que pudiera hacerme de todo, y fue delicioso, porque me llevó a la casa, el abuelo Benito estaba descansando, así pudo meterse para cerciorarse que estuviera bien, aunque me pidió un poco de agua, y le dejé entrar, pero antes que me diera cuenta, me besó una vez más, lo cual esperaba, desde ahí me perdí completamente, pero sé que me subió a la mesa del comedor, para seguirme besando, mientras sus manos me sobaban, no sé qué tantas cosas me dijo, yo solo reía nerviosa.

Te seguía diciendo cosas cursis – indagaba el hombre.

Quizás, pero no me fije, como me besaba bien rico y los chocolates se me subieron, estaba perdida, dejándome llevar por sus manos que iban sobándome todo, sentí mis tetitas sensibles, mi calzoncito húmedo, estaba por correrme, es que no se, me hallaba con fiebre o algo así pensé, trataba de mantenerme de pie, pero no podía, en verdad me gustaba ese nuevo juego, me besó hasta meterme la lengua dentro, era como si nuestras bocas lucharan, y perdía, sus manos me fueron sacando el vestido, y quede solo con las medias, luego siguió lo más delicioso, porque me fue besando ahí abajito, dándome como unas cosquillas que se sintieron tan deliciosas, mm, era lo más rico, al menos en ese momento – aseguró la niña mientras se veía algo inquieta, era obvio que se estaba calentando por su recuerdo.

Como sea, antes que me diera cuenta era como si me estuviera orinando, la lengua del profe se sentía tan rico, que las cosquillitas se fueron a todo mi cuerpo, logrando que gritara, aunque no era de miedo, solo me sentí tan bien, que no pude contenerme, el cuerpo me tembló, y el maestro me preguntó por mi cuarto, ahí fue donde empezamos todo, me cargo así como estaba, apenas si agarró mi disfraz, para aventarlo dentro, me dejó en la camita para hacerme suya, no pude evitarlo, su lengua se sentía tan bien ahí abajito, mientras me lamia de nuevo, pero eso no era lo interesante, pronto busco en mis cosas, yo apenas sabía que pasaba, estaba casi dormida, aquel toque que me dio me dejo mareada, papito, no supe que me hizo, pero lo quería de nuevo, las cosas no terminarían ahí, agarró un poco de cremita, y se desvistió, quedó desnudo, era algo nuevo, me sentí nerviosa, viendo como su pito se alzaba, se untaba mientras decía: ahora te voy a enseñar un dulce truco, voy a meterte esto ahí abajo, y te dolerá un poquito, pero luego te encantara; no sabía que pensar, pero fue real, pronto el profe me hizo sentir el peor dolor de la vida, no me dejaba de arder, su cosa estaba entrando, y traté de quejarme, no servía de nada, el profe siguió, en un par de ocasiones me beso, nunca se detuvo, sentía como si me partiera en 2, empecé a llorar, mientras el hombre me acomodaba las piernas a los lados, intentando llegar más al fondo, hasta que no pudo más, no me quejé, en ningún momento lo hice, a pesar de tenerlo dentro, sintiendo mis cuerpo arder, todo abierto, por el maestro

En ese momento el padre de Karlita la acercaría para besarla tiernamente, logrando consolarla un poco, se notaba en su dulce carita que sufría por eso, y el hombre cariñoso, comenzaría a besar esa boquita mientras sus manos alcanzaban esos muslitos, logrando que la nena se excitara un poco más, también sobaría el cuello, haciendo que la nena casi ronroneara como una gatita en celo, una que deseaba algo tan delicioso como prohibido.

No sé cuánto tiempo estuvo con su verga metida dentro, me estaba doliendo mucho, ni supe hasta cuanto me llegó a meter, pero antes que me diera cuenta comenzó a moverse de atrás para delante, me queje un poco, me estaban dando unas sensaciones muy fuertes, me partía, pero deseaba más, no sé qué gesto hice, pero súbitamente comenzó a decirme que era una putita, que iba a enseñarme todo lo que hiciera falta para que siempre le diera placer, no sabía nada, apenas podía mantenerme despierta, disfrutaba de eso como no sabía, quería seguir así por siempre, al menos de eso me di cuenta, cuando me terminé corriendo, o eso me dijo el profe, “córrete como la putita que eres”, antes que me diera cuenta me metió su cosa en mi boquita, obligándome a tragar lo que pensé que eran orines, y casi me atraganto, pero se sintió tan rico, lo saboree – señaló Karlita algo inquieta.

Con que eso pasó, e imagino que no te dejó descansar después de hacerte suya, verdad mi mujercita – dijo eso con una voz muy peculiar, empezando a acariciar la espalda de la niña, mientras besaba los muslitos de manera casi invasiva, logrando que la nena se quejara un poco, aunque eso no parecía molestar mucho a la preciosa niña, quien de cierta forma abría sus piernitas para que el hombre se sirviera mejor de esa pequeña vulva, logrando que ella hiciera un gesto erótico difícil de resistir.

Si papito, antes que me diera cuenta era el juguete del profe, no siempre lo hacíamos, me enojaba por eso, creía que era su mujer, que me amaba, me decía que no debía decir nada porque la gente no lo entendería, así que callaba, dejándome llevar por mi amor infantil, por eso en otras ocasiones me estuvo castigando durante clases, una vez me llevó al parque para cogerme ahí, puso su verga acomodó mis piernas en el volante, para metérmela ahí dentro de carro, como era brusco, me puso mi calzoncito en la boca, ese día estuvo muy rudo, tratándome con mucha fuerza, también me pellizco las tetitas, se corrió un par de veces, y luego usó mi ropita interior para limpiarme, pero en vez de dejármela se la quedó, incluso en una ocasión me llevó al baño de profesores, ahí me dejó solo en calcetas y zapatos para hacerme suya, estaba muy caliente, cogiéndome sobre el escritorio del director, aparte me encajó el dedo en el culito, pero eso no me gusta, me duele mucho – dijo la niña algo alarmada.

Eso es el sexo anal, y muchos les gusta hacerlo por ahí, dime, no te hizo nada en ese agujero, o ¿Qué paso princesa? Porque sabes que yo te amo con locura – dijo el hombre casi paternal.

No papi, en una ocasión me llevó a su departamento, fue como la otra vez, cuando me hizo su mujer, pero esta vez, aunque me dio sus chocolates envinados, y me coloco como una perrita, cuando me intentó meter todo el pito dentro, yo me quejé, estaba doliéndome mucho, quería que me lo sacara, y se quejó de que no lo amaba, pero yo sentía como me ardía, ya no era tan cariñoso al cogerme, solo me la iba dejando meter todo con fuerza, jalándome para que no me escapara, ya no era el lindo profesor de antes, sino que me veía de una forma molesta, y en esa vez, cuando me la estaba metiendo, no pude aguantar más, le di por accidente una patada en las bolitas, logrando que se quejara, yo al ver eso me vestí y me fui a la privada, por suerte en el camino me tope con el abuelo Benito, justo cuando me iba a alcanzar el profe, quien no se veía contento, no sé qué paso después, pero no volví a ver al profe – dijo la niña algo inquieta.

Oh, con que eso paso, pero eso me alegra, porque me deja saber que yo haré mío tu culito – dijo el hombre algo contento aunque no dejaba de sobar a la nena.

Pero papi me duele mucho por ahí – se quejó la niña.

Vamos, al menos déjame desvirgarte el culito como se debe, quiero ser el primero, solo te metió la puntita no, te juro que seré gentil, además me la debes, o quien me arruino mis planes hace más de un año – dijo el hombre astuto.

Lo siento papi, esa mujer te gustaba y yo la espanté – decía bajando la cabeza la nena.

El hombre se le quedó mirando con cierto cariño, mirándola bien, la pequeña Karlita quedaría en sus piernas sintiendo como estaban a punto de cogerla, si desde hace un año se había vuelto la amante de su propio padre, quien ahora disfrutaba de ese pequeño cuerpo que se preparaba para tener una noche de pasión, pero necesitaban contarse algunas cosas muy importantes antes de continuar con su relación.

En serio te ibas a casar con Melinda – dijo la niña algo inquieta.

Si, estaba pensando en hacerlo, era una mujer preciosa, bastante sexy, secretaria de un socio, me gusto mucho verla en un vestido de gala, hace como 1 año y medio estábamos juntos en una fiesta de la compañía, poco después de alejar a la otra, pero no formalizamos nada hasta 6 meses después, porque yo estaba de golfo con todas las tipas que encontraba, sin embargo verla en brazos de otro me dio celos, por lo que interrumpí un poco bravucón, así logré acostarme con ella, cuando usaba la prenda que te digo, y puedo asegurarlo, se veía deliciosa, tanto así que por el siguiente mes la estuve buscando para seguir cogiéndola, puede que no fuera tan sensual como otras, sus piernas largas, algo flaca, su cintura breve, senos pequeños, aun que de cara deliciosa, mm, antes que me diera cuenta no había día en que no cogíamos como conejos, siempre se movía de tal forma que sentía como si la vida se me fuera mientras la penetraba, era buena mujer, pensaba que serviría como madre, aunque mi niña ya era mujercita en manos de un idiota – decía el padre un poco molesto.

Papi no te enojes, sabes que te amo, no me di cuenta hasta que el profe se fue, te vi en brazos de otra, no quería que te casaras, e hice un berrinche – se disculpó la niña asustada.

No te preocupes, aun recuerdo el día de ayer, hace un año que llegaste y me dijiste que tu serías mi esposa para que no buscara a nadie más, me quedé de piedra, no sabía que decirte, estaba algo molesto por arruinarme lo de Melinda, pero viéndote con tu camisón, lista para coger, mi verga se me puso tiesa, aparte que olías a hembra en celo, cosa que me alteró mucho, pero me convenció de buscarte al día siguiente para hacerte mía – dijo el hombre antes de besarla en los labios.

Después de eso quedaba claro para el par de pervertidos de Matt y Carmela, el tipo de relación que tenían los 2, no eran solo padre e hija, sus deseos sexuales eran bastante diferentes a lo esperado, o casi, recordaban que ese lugar estaba lleno de pervertidos, así que no les sorprendió cuando el hombre tomó a la niña para besarla en su boca, empezando a sobar su delicioso cuerpo infantil, que se perdía entre esas caricias, del hombre, aquella platica los había calentado mucho, se notaba la gruesa verga del señor apuntando, buscando la vulva de su hija, quien seguramente se volvería su putita esa noche. La criatura estaba lista para entregarse a toda clase de juegos eróticos, se dejaba tocar con una delicadeza bastante sensual, sus mieles sexuales empezaban a llenar el lugar con su fragancia, sus gemidos eran audibles, pues los dedos del hombre no dejaban de jugar con ese cuerpo seductor, mientras el vestido que traía empezaba a caerse para dejar su figura en libertad, a la vista o al alcance del hombre, quien tocaba con unas ansias.

Sabes que eres la mujer de mi vida, preciosa, no quiero que nadie más te haga lo que yo, pero si deseas que juguemos un poco con alguien más, te lo dejare para alguna buena fecha – decía el hombre algo fogoso, mientras empezaba a frotar con más descaro aquel pequeño cuerpo.

Si papito – respondería mimosa la niña mientras se entregaba al hombre, quien rápidamente le fue sacando casi toda la ropa.

No tardaron en verse incómodos ahí y se fueron a otro lado, necesitaban de una cama para lo que iba a seguir, el hombre cargó a la niña como si fuera una princesa, a pasos lentos que iban aumentando el deseo de Karlita, mientras que su cuerpo vibraba entre los brazos de su padre, quien estaba listo para hacerle toda clase de cosas, como lo habían estado haciendo, pues Matt y Carmela los habían vigilaban, llegando a descubrir que se bañaban juntos, muchas veces estaban casi desnudos, o demás cosas, aunque parecía que ese día algo cambiaría, y así lo sería, pues el hombre una vez en su cuarto dejaría a su hijita en la cama, le abriría las piernas, apenas estaría vistiendo las medias y zapatillas, además de la tanguita, que le haría a un lado dejando ver un sexo lampiño, el cual comenzaría a saborear de manera obsesiva, quería darle un gusto a su niña, la miraba mientras chupaba ese coñito infantil, haciendo un esfuerzo, porque en ese momento su verga le dolía, estaba tan hinchada, erguida, apuntando a la niña, listo para adentrarse en ella, pues eso quería, cogérsela como a una pequeña putita, la cual esperaba eso, aunque antes bien estaba gozando de la lengua de su padre:

Que rico sabes, tesoro – decía el hombre mientras sujetaba esas piernitas, para sacarle la tanga.

Me gusta papi, dámelo todo – suplicaba la niña dejándose llevar.

Karlita seguiría gozando por causa de esa lengua mientras que su padre, no dejaba de sentirse ahogado en su deseo carnal, le encantaba saborear a su pequeña hija, la sensación de prohibido y la delicia de esos pliegues que le apretaban como ninguna otra, lograban que perdiera la conciencia, sabiendo que no podría seguir adelante en su vida sin la niña, la iba a coger hasta ahogarla en su leche, era adicto a su sabor, de ser necesario la violaría, pero eso no hacía falta, ella misma buscaba eso, si recordaba como hace un año el hombre al llegar la vio, estaba pensando en su propuesta, cosa que no comprendió, ¿Cómo podía ofrecerse su hija como mujer? No tenía sentido, pero no había cogido en un tiempo, su mejor relación se arruinó por culpa de Karlita, así que en un arranque de locura, cuando ella misma se volvió a ofrecer, usando su uniforme de escuela, subiéndose la falda, mostrando como su calzoncito infantil lo tenía arreglado para que se le marcara el coñito húmedo, llenándole los pulmones con su aroma de hembra en celo, ya no pudo contenerse, necesitaba hacer algo, cogérsela como dictaba la ley del Macho con su Hembra, y en la misma sala, apagando las luces, arrancaría la ropa, violando a la niña, aunque las ventanas pudieran enseñarlo todo.

Eres una pequeña putita, mi hija es una putita y le gusta coger con su padre – decía el hombre con un frenesí sexual mientras se acomodaba en la cama para empezar a cogerse a su hija.

Si papi, soy una putita, y desde hoy soy toda tuya – dijo la niña algo perdida en su deseo carnal, pues pese a ser tan pequeña por dentro ardía el fuego de una mujer deseosa de sexo.

La chiquilla no se detendría por nada, empezando a besarse aunque su talla fuera tan chica, las manos de su padre sobarían cada centímetro, estaba ansiosa por sentir aquel cuerpo masculino dentro como otras veces, y es que al ver la verga de su padre, quería sentir esa carne casi desesperadamente, suspirando en silencio mientras el hombre se preparaba para penetrarla.

Recuerdas lo que me dijiste, es hora – dijo el hombre a segundos de penetrar a su hija.

Si papi, íbamos a probarlo, un año, amantes en secreto, estoy convencida, ahora papi, hazme tuya, seré tu mujer hasta el final – dijo la niña en una especie de juramento de ambos, dejándose penetrar en un solo movimiento.

Aquello debería haber, causado un fuerte dolor en la niña, pero no fue así, al contrario, estaba contenta, su padre la estaba cogiendo como a una mujer, haciéndola sentir un placer tan grato, que no podía dejar de gemir, casi como una canción de sexo, su cuerpo se aferraba al del hombre, mientras sus caderas empujaban a la de la criatura, quien recibía todo de manera impresionante, pese a su pequeño tamaño soportaba el peso de su padre, recibiendo esa verga muy dentro de su vulva, la cual escurría, tanto que se podía confundir con orina, pero era el jugo del sexo, que no podía ser ocultado, púes Karlita estaba gozándolo, embistiéndola como si se tratara de una mujer, quien hacia un esfuerzo para mantener el ritmo, aunque parecía ser empalada por aquel macho.

Ahora serás mi mujer – decía el hombre antes de correrse.

Si papito, lo seré – dijo la niña antes de compartir un tremendo orgasmo.

En ese momento el hombre se correría, estaba muy caliente por toda la plática que tuvo, así que no se contuvo, dejando que toda su carga bañara el interior de su hija, sin embargo eso no era todo, pronto se levantó para continuar, era la noche de “bodas” juntos hasta el final, y lo iba a aprovechar, ahora quería que su nena le cabalgara, así que iba a hacerlo, aunque a mitad de todo eso la niña le sorprendería al apuntas su anito a la verga, empezando el sexo anal, lo cual le demostrada que ella iría por todo. Siendo testigo de aquello un par de pervertidos, Matt y Carmela seguían vigilando, se daban cuenta que ambos padre e hija eran muy putos pero lo más molesto, es que pensaban que los podían engañar para mezclarlos en sus planes, eso estaría por verse, aunque tras ver eso, el vigilante se daba cuenta que Karlita jamás podría ser su perrita, mas eso sí, la disfrutaría mucho a su debido tiempo.

2687 Lecturas/11 marzo, 2024/0 Comentarios/por Lobo85
Etiquetas: anal, cumpleaños, hija, hijo, madre, maduros, padre, sexo
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