Embarazada sin aviso
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Edollan.
Ya estaba verdaderamente preocupada, no me dolía nada, no sentía nada, pero la panza me comenzó a crecer, entonces me bajó el pánico, llevaba 3 meses sin menstruar, pero también cinco años sin sexo. Pensé que la ausencia de sexo, me estaba prococando algunos sintomas, consulté en internet y me di cuenta que era amenorrea, pero tres meses después el volumen de la panza era enorme, mis senos estaban creciendo y sentí que se me movían los intestinos.
Sin dudarlo pedí hora al ginecólogo y el resultado de la visita fue inesperado, embarazo de 28 semanas, una criatura de sexo femenino, se formaba en mi vientre, le protesté al médico, explicándole que no había tenido sexo desde que falleció mi marido, hacía ya más de cindo años. Me miró con simpatía y dijo
– Está muy bién, pero yo no creo que haya sido el espíritu santo, ni que Vd. sea la virgen María – Me reí y le dije
– Vale, yo tampoco, pero es la verdad, no he tenido sexo con nadie y tampoco creo en fantasmas –
– Entonces piense que estamos en Junio, quedó embarazada en Diciembre del año pasado – Me puse lívida, mi cumpleaños es el 14 de ese mes y lo había celebrado en grande, era el Nro. 37, así que salí con mis amigas y bebí tanto que me llevaron inconsciente a casa ¿Que había pasado? ¿Quién me había violado? No recordaba nada, pero Fran mi hijo tendría que saber que amiga me llevó a casa, el siempre me ha esperado que vuelva a la hora que sea. Me despedí del médico y me fui a casa.
Francisco o Fran como le digo, aún no llegaba del instituto, donde pese a sus 17 años, estaba por terminar el 2º de Bachillerato. Me puse a hacer las cosas de la casa, cerca de las 3 de la tarde llegó Fran, me saludó y preguntó
– Hola Viole ¿Como te fue en el médico? – Me besó con un piquito como siempre y le dije
– Cariño, tenemos que conversar seriamente y tendrás que hacer memoria, por el amor de Dios recuerda ¿Quién me vino a dejar mi cumpleaños pasado? Es muy importante que lo recuerdes – Me miró dulcemente y dijo
– Me recuerdo muy bién, fue un taxista, te entró en brazos y te llevó a la cama, para peor habías vomitado, te manchaste entera y le ensusiaste el coche al tio ese – Me quedé helada y pensé en el taxista, pero recorde
– Pero en la mañana tenía puesto un camisón como siempre ¿Quién me acostó? No creo que el taxista, tienes que haber sido tu, quién me desvistió y me limpió ¿Fran recuerdas si estaba con la bragas puestas? – Me quedó mirando fijamente y preguntó
– Viole ¿Que pasa? ¿Porque tantas preguntas? – Le dije
– Estoy embarazada, vas a tener una hermanita y seguro que el taxista me violó – Se sentó en la cama y dijo seriamente
– No fue el taxista, déjame explicarte y no me interrumpas para nada.
Cuando llegó el taxista contigo en sus brazos, le pedí que te trajera a tu habitación, le di una buena propina por las molestias y se fue contento. Pero tu olías muy mál, así que me fui por una tohalla mojada y otra seca, te desvestí completamente y te limpié muy bién, cuando estabas desnuda en la cama, me di cuenta que tu colcha se había ensuciado un poco, así que abrí la ropa de cama y te levanté, me resultó tan fácil, te encontré tan livianita, que te pude meter en la cama, cuando hice eso, me abrazaste y me dijiste, Juanfran mi amor, te amo tanto, hazme tuya, y abriste mucho las piernas, entendí que me confundías con papá, pero ahí estabas tu con tus piernas completamente abiertas, mostrándome tu vulva rosada y esos labios gorditos, pidiéndome sexo. No me resistí, así que fui a buscar condones, con los que me masturbo, para no dejar huellas, me desnudé, y me acosté sobre ti, estaba a mil, pero no lo había hecho núnca, pero tu me tomaste la polla y la pusiste en la entrada de tu coño, solo empujé un poco y se resbaló suavemente en tu interior, te comenzaste a mover como loca, no me di ni cuenta cuando estaba vaciando mi leche en ti, era un poco como cuando me masturbo y me corro con la mano.
Pero no se me bajó la polla, seguía a mil, así que me cambié el condón y te volví a penetrar, seguí bombeando, como veía en las películas porno y tu cada vez más agitada, hasta que te pusisite a gritar, mientras tu cintura se elevaba y temblabas de placer. Luego te quedaste quieta y te dormiste profundamente, pero yo me fui a lavar y ya no tenía más condones, pero la polla me dolía de caliente, volví a tu cama y estabas de lado, así que me puse por detrás y con un poco de dificultad te lo volví a meter, esa vez me corrí sin condón, creo que en total te follé cinco veces, te besé entera, te pasé la lengua por todo el cuerpo, hasta que cansado, te limpié todo lo que pude, sobre todo los líquidos que abandonaban tu vagina. Luego te vestí con el camisón y me fui a mi pieza, desde entonces me mato a pajas, pensando en ti, en tus senos, en tu coño y creo que estoy loco por ti – Se quedó en silencio mirándome, no podía articular palabra, solo lo miré bién. Si se parecía a su padre, solo que una versión más moderna y actual que la de su padre antes de morir en un accidente.
No sabía que decir, estaba embarazada de mi hijo, me molestó una sola cosa, la pasividad con que tomé la noticia, Fran me había follado un gran número de vesces, yo me había corrido con él, y no me acordaba nada, lo volví a mirar, lo encontré tan bello, tan hombre, tan serio, así que le pregunté
– Dime la verdad, quiero que lo pienses muy bién ¿Estás arrepentido de haberme follado? – No sabía ni porqué le había preguntado, me sentí un poco sucia, porque no había rechazado el acto de violación insestuosa. Me miró con mucha ternura y me dijo muy suave
– Fue la noche más feliz de mi vida – Estaba serio, muy serio, estaba hablando la realidad, le insistí
– ¿Porqué? – Continuó suavemente
– Porque me enamoré de ti, porque desde esa noche, solo quiero estar contigo, quiero ser tu marido, tu amante, lo que sea, pero ser tuyo y que seas mia, te amo tanto Viole… – Se quedó en silencio, me senté a su lado en la cama y tomándole una mano le dije
– Gracias por decirme la verdad, trata de entenderme que estoy sorprendida, anoche eras mi hijo, hoy eres el padre de nuestra hija ¿Te das cuenta de la responsabilidad que tengo? – Me miró a los ojos fijamente diciendo
– Que tenemos Viole, que tenemos, será nuestra hija, en unos dias termino el Bachillerato y podré buscar un trabajo para mantener mi familia – Sentí una alegría enorme, me dieron deseos de comermelo a besos, le respondí
– Ahora escúchame tu sin interrumpirme, porque creo será lo mejor para nosotros, pero antes respóndeme de todo corazón ¿De verdad quieres ser mi pareja, ser mi amante? – Me tomó de los hombros y dijo
– Más que a nada en el mundo – Luego me besó en los labios, era un beso inexperto, pero abrí mi boca y recibí su beso, me puso de espaldas en la cama y sus manos buscaron mis senos, sentí una oleada de placer, pero le pedí
– Déjame terminar mis condiciones. Terminarás de estudiar en la universidad, la pensión y el seguro de tu padre, cubre todos nuestros gastos, así que nada de trabajar. Esta criatura será hija de una persona desconocida, con la cual tuve una relación pasajera y le pondremos nuestro apellido, será mi hija. Cuando te recibas, veremos si todavía quieres estar conmigo, o prefieres hacer tu vida con una chica de tu edad, si quieres que continuemos, nos mudaremos de ciudad y haremos vida de pareja abiertamente ¿Te parece? – Me volvió a besar y su respuesta fue poner sus manos en mi espalda y comenzar a bajarme la cremallera del vestido maternal, me lo sacó mientras él mismo se desvestía, me sentía como una colegiala y no como una madre que está a punto de entregarse voluntariamente en los brazos de su hijo
De solo pensarlo sentí que ardía, que necesitaba sentir su polla, no soporté mucho y apenas me sacó el sujetador, me fui a sus boxer, se los saqué casi violentamente y entonces le vi su polla, no es enorme pero es bella, con un gran glande que sin pensarlo, me lo llevé a la boca y comencé a lamérsela, se acostó de espaldas en la cama, mientras yo me dedicaba a gozar con su polla en mi boca, le acaricié el tronco y llegué a sus huevos, se los acaricié suavemente, luego volví a su glande y se lo acaricié con la lengua, sentí que lo quería entre las piernas y que me clavara hasta volverme loca, pero mi panza le molestaría así que hice al revés, me saqué las bragas y noté que estaba muy mojada con mis propios lubricantes, me subí sobre él, con las piernas separadas lo monté, puse su polla en el vestíbulo vaginal y comencé a sentarme sobre mi amor, el contacto primero y luego la sensación de ser penetrada, por esa polla maravillosa en el primer tercio de la vagina, me hizo encabritar de placer, me lo introduje hasta que sentí como taladraba completamente mi orificio e invadida la vagina, comencé a mover las caderas hacia adelante y atrás, junto con sentir un placer enorme, sentí que su polla se endurecía como fierro, aceleré un poco los movimientos y él me comenzó a gritar
– Te amo Viole, asiiiiii… sigue asiiiiiii… yaaaaaa… riiiicooooo – Y sentí un chorro de leche caliente inundarme, ese placer me elevó al séptimo cielo y le pedí – No te salgas… no me la saques… me corroooooo… Fran mássss… ahhhhhh… ahhhhhh y un placer olvidado, una fuerza electrica enorme me recorrió el cuerpo de pies a cabeza. Estaba gozando como una zorra con la polla de mi hijo, que no cedió en nada, al contrario, al terminar de correrme, él con toda suavidad me puso de lado, dándole la espalda, pensé que me penetraría por el ano, pero no, solo me lo puso entre las piernas, me percaté de su falta de habilidad, así que le ayudé, separando una pierna y tomando con mis manos su miembro, me puse su glande a la entrada de la vagina, él de un empujón me la metió hasta que su pubis chocó contra mis gluteos, entonces sentí un placer increible y comencé a embestirlo con los gluteos, en pocos minutos ya estaba gritándo y corriéndose , esta vez su leche se me escurrió de la vagina y comencé a empapar la cama, me di cuenta que yo misma había lubricado, como no recordaba haberlo hecho jamás. Eramos una laguna, pensé que descansaría, pero me pidió que fueramos al baño a lavarnos un poco, para seguir amandonos. Cuando ya estuvimos duchados, volvimos a la cama, nada más acostarme con alguna dificultad, me pidió
– Quiero provar algo que siempre he soñado – Volví a pensar que mi culo, era muy admirado por los varones, le dije
– Mi amor, ya sabes que a partir de hoy soy tuya, pídeme lo que quieras y te lo daré, me entregaré siempre que lo desees, como quieras, por donde quieras –
Me miró con mucho amor y sin decir palabras, me separó las piernas y su cabeza bajó besándome el vientre, me pasó la lengua por el ombligo, para ir a posarse en mi entrepierna, entonces entendí, abrí bién mis piernas y mi vulva quedó a su disposición, entonces sentí su lengua comenzar a lamarme el coño, mi marido jamás lo había hecho, así que fue una sensación nueva, sobre todo cuando comenzó a lamer y succionar el clítoris, en ese momento, creí que me volvía loca de placer, me hacía gozar demasiado, estaba ahogada de placer, en algunos momentos, me metía la lengua en la entrada de la vagina, pero cuando se pegaba al clítoris, le sujeté la cabeza para que entendiera que ese era el punto, en un momento, creí que todo el mundo se abría y una corriente salvaje me invadió el cuerpo, gozaba gritando como poseida, orgasmé por cerca de tres minutos, cuando me di cuenta, me tenía fuertemente cogida de los muslos, mientras su lengua no paraba de lamer y sus labios de succionar. Creo que perdí el conocimiento de placer, por unos instantes, porque lo sentí cuando me levantó las piernas y las puso en sus hombros, pensé este será el momento, me dispuse a relajarme, para que me penetrara el ano, pero nuevamente me penetró por la vagina y esta vez sin ayuda, el placer nuevamente me llevó a un nuevo orgasmo, que me hacía perder el control sobre mi misma, sabía que tenía la vagina llena de su polla, que me estaba haciendo feliz, como jamás había sido en mi vida y eso era todo.
Decidí provar si los ejercicios de Kegel, habían servido para algo, cuando me masturbaba y apreté los músculos de la plataforma pelvica, de inmediato Fran reaccionó
– Que rico Viole, hazme más así – Seguí apretando su pene y nuevamente me vino un orgásmo terrible, no alcanzaba a recuperarme, cuando un nuevo orgasmo de mi amante, me hacía extremecer, al sentir como su leche me invadía la vagina. Nos abrazamos y nos besamos mucho, en un momento miré la hora, habiamos estado follando más de seis horas y ya estabamos hambrientos, por eso comimos y a la cama de nuevo, a ser felices como jamás había soñado.
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