EMMA Y SU HIJO ALEX parte. 11
Ya Alex iba creciendo y pronto yo debería dejar mi profesión de puta fina .
Continúo con mi vida de puta fina o sea cotizada para aprovechar mi juventud para poder comer yo y mi hijo.
Ese día de la agencia Fran me llamaron pues un hombre de unos 35 años llamado Renato requería mi servicio de puta, estaba de paso por Buenos Aires y estaba en un pequeño hotel de San Telmo X, lo reconocería pues estaría sentado en el bar tendría libro tapas rojas, no me gustó quedar a solas con él pero había varias habitaciones contiguas así que era relativamente seguro. Nos encontraríamos a la tarde en una esquina de Avenida S X donde estaban algunos restaurantes y salas de baile. Me bañé y comencé a ponerme las medias trasparentes negras con bikini también negro, Alex, que estaba en su cuarto de inmediato salió y me vio vistiéndome sentada en la cama desnuda de arriba y con las medias a medio colocar y quedó mirándome serio y sin decir nada, yo lo miré tampoco hablé y me seguí acicalando con desodorante y pinturas para el rostro, satisfecha me miré al espejo y me puse un vestido de breteles dejando a medias se vieran mis tetitas, largo hasta medio muslo y zapatos de taco medio con tapado liviano a media pierna abotonado al cuello. En ese momento sonó el teléfono X, yo miré y la cara de Alex cada vez expresaba más enojo, pero no dijo nada, yo miré el mensaje y escribí “Ya estoy lista, nos encontramos a la hora y el lugar convenidos”. Alex estaba duro sin expresión, yo traté de suavizar el momento preguntándole – ¿Te gusta cómo está mamá? – Sus ojos relampaguearon, dio vuelta la cara y salió de la habitación, él había comprendido el lenguaje del celular, él sabía que iba a que un hombre me daría pija dura por mis agujeros, por mi culo, por mi boca y por mi vagina, y yo a chupar con mi boca su pija, supe y me di me di cuenta estaba celoso, ya él sabía que al sonar el celular Ame Fran, después comenzaba a acicalarme, para después salir a veces sin volver para cenar o recién al otro día, ya comprendía yo iba a ser besada y acariciada por un hombre, que me desnudaría y me llevaría a la cama.
Al salir pasé por su cuarto, lo envolví en mi perfume penetrante, lo besé en su la boca y me despedí diciendo – No vuelvo tarde, cuídate no duermas tarde mañana tienes que ir al club temprano – cualquier cosa tienes los teléfonos de emergencias y policía, no tardo amor, te quiero – No me contestó solo miraba la pantalla y siguió absorto en ella mientras yo recogí mi abrigo y mi cartera. Un poco inquieta, abrí la puerta observe la calle y pedí un taxi en cinco minutos estuvimos yendo y al llegar entré al local del hotel. Allí ya me conocían y era la única puta a la que permitían levantar clientes en el bar, debido a que yo era muy hermosa, discreta y jamás había creado problemas.
Allí busqué al que estaba sentado sólo en un rincón, con un libro de tapas rojas, enfilé hacia allí con mi caminar lento pero armonioso y sensual y me paré delante de él. Al verme quedó sorprendido quizás esperaba otro tipo de mujer y no una que parecía más una virgen estudiante, un ama de casa niña joven, y no una puta. Se presentó – Soy Renato, mucho gusto– Fuimos al comedor del restaurante, él me miraba con atención, yo me movía sensual pero sin exagerar, él, como lo hacían otros clientes cuando me conocían recién, me miraba intrigado, me preguntó si era casada, si tenía hijos, y si trabajaba de otra cosa además. Me dijo mi tipo de mujer no era de prostituta sino más bien de ama de casa y madre y le contesté – Eso es justamente la impresión que quiero dar, no de puta arrastrada – Él me dijo era casado dos hijos pero su vida matrimonial pasaba en ese momento por una baja, tanto aunque no quería quizás se separara, a lo que le contesté – Piensa no tomes decisiones apresuradas, el matrimonio no es lecho de rosas, no es solo lujuria y penetrar, no cometas equivocaciones de las que te arrepentirás y será tarde – Y agregué – No soy consejera sentimental, este es un servicio adicional gratis ja, ja ja –
Volvió a mirarme con más interés, me dijo lo que otros tantos lo hacían siempre antes o después de una cita ¿Puedo verte en privado lejos de la Agencia? A lo que contesté lo mismo que a los demás, le dije, que no, me negué terminantemente, debía cobrar la tarifa, y eso sería infidelidad a mi empleador y yo no podría hacer eso, (No le dije yo tenía mi hijo muy celoso y no iba a enredarme en una relación clandestina, ni ser responsable de una ruptura matrimonial ¡¡Horror!! o peor, estar en la sombra, sabiendo no iba a presentarme a sus familiares como su esposa). Vino el mozo, ordenamos, yo ensalada vegetariana y fideos con manteca y queso y él un bife con guarnición y para mí gaseosa y él un vaso de vino. La atmósfera de la cena se hizo amable, yo pensaba, él se quiere olvidar de los problemas con su esposa y por eso buscó una escort e ir a bailar después, pero eso no era cosa mía, yo solo haría mi parte del trabajo. Terminamos de cenar, estiró su mano para agarrar la mía, no lo rechacé, sentí su calidez pero no me engañé, estaba caliente y despechado, sería presa fácil de una que lo lleve a una infidelidad, pero no era el caso mío, no me iba a liar con él ni le iba a robar su plata, solo cobrar la tarifa estricta por mi trabajo de puta. Terminamos de cenar, me dijo mirando mis ojos verdosos – Quiero tenerte, estoy muy caliente, me gustaría hagas mi fantasía, no le pido a mi esposa porque me va a rechazar – Despertó mi curiosidad y le pregunte por su fantasía, a lo que respondió quería yo le ponga en su culo juguetes que traía, como bolas chinas y arnés con gran pija de goma, además que yo lo penetre con pene de goma y arnés que él traía. Y yo sorprendida dudé un poco pero rápida contesté – No suelo hacer estas cosas, no soy puta arrastrada, pero puedo hacer una excepción y por supuesto esto agrega XX pesos a la tarifa ¿Aceptas? Me dio el sí, acepto, con la cabeza y entonces aliviado me dijo — ¿Vamos al hotel? – Yo la verdad no estaba caliente ni anhelante, pero sí debía justificar mi tarea, ser más una actriz que una puta, Fuimos caminando hasta el hotel, me tomó de la cintura, casi en las nalgas con su delicadeza, me gustó, era educado, no dije nada, llegamos, subimos, En la habitación trancó la puerta, fui al baño y me desnudé sensualmente, mientras él me miraba fijamente, me bajé el vestido, me saqué las medias y el bikini, él pasó al baño, apagué la luz quedando sólo la del baño, cuando salió del baño lo observe, alto 1 70 y 75 kilos, trigueño cabello negro con hebras grises edad entre 35 a 40 años aproximadamente pubis con mata negra igual que el pecho, pene grande, grueso y muy duro, en general hacía un conjunto agradable, aunque realmente no me calentaba, al contrario pensé en mi hijo Alex y deseé estar con él en mi papel de madre con mi hijo, en mi cama besándolo y acariciándolo, en vez de estar besando y acariciando a alguien que ni siquiera conocía..
Renato amablemente me dio un sobre con el precio convenido, le dije — Gracias yo tengo que rendir esta plata, pero separé el adicional para mí – Y de paso le hacía saber nuestra relación era profesional solamente, que no se equivocara máxime teniendo mujer e hijo. Con pasión me besó en los labios, me metió la lengua en la garganta me sentó en la cama y empezó a comerme las tetas especialmente el piercing, Le dije – Despacio, me haces doler por favor, no muerdas – En su calentura mis pezones pagaron el pato, su lengua tocó el piercing y eso lo enloqueció. Me dijo “Perdona tus pezones son muy hermosos”. Fue con su boca bajando hacia mi vientre y en mi vagina tocando el piercing inferior y se quedó allí sorprendido y luego sorbiendo mis líquidos mientras yo le acariciaba su cabeza y sus cabellos, se dio vuelta se puso boca abajo y muy despacio fui metiendo las bolas chinas dentro de su ano, su sensación fue de incomodidad, pero gracias a la enema previa que siempre pido se hagan cuando hay culo en juego, no le dio ganas de defecar, pero estuve incómoda, él obnubilado me pidió le meta más, quise meter todo el pene de goma también pero le dolió debido a que no tenía el ano dilatado y no quise hacerle sufrir. Terminado con las bolas chinas, él las sacó, se dio vuelta boca abajo, me senté en la cama, fui abriendo sus piernas, y le entré lento el pene con el arnés y cuando estuvo bien adentro, apreté la enema de goma y el agua le entró en su intestino de golpe, por lo que saltó de placer con un alarido de gozo. Y dijo — ¡¡Que puta que eres, me enloqueces de placer!! — . Finalizada la etapa anal, me senté en el borde de la cama un momento, apreté mis muslos y de a poco me lamió la vagina con el piercing, me acomodé tendida boca arriba y me fue metiendo lentamente su pene con condón subiendo y bajando suavemente. Mientras lo hacía él gemía suavemente y yo le estimulaba sus testículos presionando su bajo vientre y sus nalgas con mis dedos de la mano, los pulgares y le hacía círculos en su espalda que lo enloquecían, se corrió o acabó varias veces yo sentí las contracciones en cada chorro de leche, estuvimos así largo tiempo, hasta que de pronto reaccioné, ¡En mi mente apareció el rostro de Alex, yo me dije, es tarde y quizás me esté esperando y no quiero llegar tarde! Sin siquiera lavarme guardé mis medias en la cartera, me sequé con mucho papel higiénico, puse el bikini, la camisa, los zapatos, me alisé el pelo, le di un beso en la boca, le dije — Estuviste maravilloso. No me acompañes, no hace falta, Lo pasé muy bien contigo — Y salí corriendo, saludé a la recepción, y ya en la calle fui hasta la esquina que daba a la avenida y allí pasaban taxis, paré uno, le di la dirección y en quince minutos estuvimos en la puerta de mi edificio. . Cuando abrí la puerta del departamento, Alex apareció para recibirme algo serio, interrogante pero sin preguntarme donde había estado, yo solo lo abracé y besé en los labios y le dije –Hola Alex ¿Todo bien? La verdad ansiaba verlo, puso su cabeza en mis tetitas, él no dijo nada, solo me contestó – Sí Emma ahora que estás aquí. Todo está bien – y quedó con la pregunta tácita, con quién yo había estado y si yo disfruté de la gruesa pija del hombre, pero no la formuló y respiré aliviada y agradecida, pues evitó le mintiera, además era un tema tabú que yo no hablaba con mi hijo.
Esa noche me sentí muy cansada después de tanta actividad sexual. Me tendí en el sofá silenciosa, frente a la TV, bebí una medida de bebida alcohólica para tonificarme, y empecé a pensar, me di cuenta, Alex ya era grande, era muy celoso, seguramente lo torturaba el imaginarse yo estaba en brazos de otro hombre, ya comprendía cuando yo salía sexi iba a hacer “algo” con otros hombres, y sentí en poco tiempo eso lo afectaría y sería posible dañara irreparablemente nuestra relación lo que me aterrorizó, creí lo más sano era le confiese que lo hice y hago para ganarme la vida pues estoy sola en la vida, confesarle lo relacionado con mi vida anterior y comentarle mis planes futuros, especialmente ahora que iba entrando en la mayoría de edad. En lo relativo a nuestra vida común, lo primero sería reformar el departamento, hacer un dormitorio, un cuarto escritorio y un baño en cada cuarto, para que él pueda estudiar independiente, ahora que iba a la escuela secundaria y entraría pronto en la universidad. Así que muy pronto hablaría a la agencia Fran y le diría era el FINAL de mi actividad escort o sea de puta arrastrada. Fui al cuarto, me desnudé me puse el pantalón pijama holgado y le di las buenas noches. Después tranquila por fin después de mucho tiempo, fui a mi cama me arrebujé bajo las frazadas y quedé totalmente dormida . Al otro día me desperté tarde, el sol estaba alto, sentí el aroma del café que Alex estaba preparando, fui al baño, me higienice perfumé, me puse mis cremas y fui a la cocina, Alex me miró aprobando mi figura, pelo recogido, blusa trasparente mostrando mis tetitas, las aureolas y los pezones ahora dormidos, le dije – Buenos días hijo – y él alegremente me abrazó apoyando mis tetitas con los pezones ya despertando, en su pecho y me besó cálidamente los labios diciendo – Buenos días Emma, que linda estás – Te voy a preparar desayuno con tostadas con margarina y mermelada dulce, riquísimas. La mañana de domingo en casa con Alex, estábamos en el comedor cocina tomando el desayuno y charlando si a la tarde ir al cine, a un parque o a escuchar música, cuando escucho desde mi dormitorio suena el celular Ame, me extrañó, yo no recibía llamadas a esa hora y menos el domingo, y salvo la agencia nadie tenía el número. Me quedé en el dormitorio, iba a cerrar la puerta, pero no quise ofender a Alex que ya había cambiado la cara y desde la cocina me clavaba el ojo atento. Dije – Hola ¿Quién habla, aquí Ame y por favor qué desea? – Y escuché la respuesta que me dejó fría, una voz desconocida de mujer joven me contestó y siguió hablando – Usted no me conoce, conseguí su número porque pirateé el celular de mi esposo, yo sé él va a Buenos Aires a verla a usted y descuida nuestro matrimonio y si sigue así terminaremos en divorcio – y escuché un sollozo y un ruego quedo — ¡¡Por favor déjelo tranquilo, no rompa una familia, tenemos dos hermosos hijos!! – Yo traté de calmarla, le expliqué yo solo tenía con él relación profesional de prostituta a cliente, de ninguna manera tenía algo personal ni me gustaba, ni tenía antecedentes sobre él.
Y volvió a aflorar la Emma, la mujer combativa que luchó contra la adversidad y se elevó sobre el barro y la miseria. Yo odiaba a las mujeres sumisas y entregadas que se comportaban como esclavas. Le interrumpí su catarata de lamentos y le dije — Señora, antes de quejarse y andar llorando por los rincones, piense si su esposo busca afuera, es porque no consigue adentro lo que desea, sea menos madre y ama de casa y sea más mujer, sea más su puta y luche, sea su amante, y lo recuperará, sin cargarme culpas que no tengo ni me interesan – No supo que decir y a mí no me interesaba el tema, así que la saludé con amabilidad, me despedí y corté. Nunca más supe de él y borré su número de teléfono.
Volví a la cocina, Alex seguía allí expectante, lo abracé y le dije – No es nada amor sigamos desayunando – Exhalé un suspiro de alivio, le acaricié la mano y le propuse salir a caminar más tarde un rato y le dije — “Tú eres mi amor no hay otro hombre en mi vida” – Y comencé a pensar en hacer conocer a Alex quien era su padre, de donde viene nuestro dinero, si bien los acontecimientos pronto se precipitaron.
La gym que aprendí siempre la tenía latente en esta profesión donde hombres machistas se aprovechan de mujeres porque son débiles e indefensas. Una tarde me llamaron por teléfono de la Agencia Fran, un cliente Juan que yo conocía porque nos vimos varias veces, esta vez pidió yo fuera a su departamento, al principio me negué. Le explique a la Agencia – No me gusta ir a casa de nadie, prefiero a hotel, aunque como es conocido por esta vez iré a su casa – Dile que estaré a 17 horas, dame la dirección. Como ese día Alex tenía actividad larga en la escuela estuve más tranquila para prepararme y salir. Me acicalé pinté y preparé mis adminículos, dildo, vibrador y gel y condones más pinturas y crema y salí a la calle. Tomé un taxi y en diez minutos estuve tocando el timbre de la calle de Juan, cuando contestaron se abrió la puerta automática, y entré, me pareció escuchar por el auricular sonido de voces, pero no le presté atención y subí confiada por el ascensor. Cuando salí del ascensor Juan me esperaba en el pasillo con la puerta abierta, me saludó sonriente –Hola Ame me encanta que vengas, hermosa como siempre vamos a pasar una buena noche – Noté en su aliento olor fuerte a alcohol que me desagradó, yo siempre insistía que no quería trío ni drogas ni nada. Al entrar había dos hombres que no conocía, me saludaron alabando mi figura y dijeron que yo era una puta muy sensual y querían verme desnuda e incluso uno trató de tomarme el brazo y tirarme de la ropa para quitármela. Yo hice un rápido movimiento de artes marciales, y zafé del agarre, y como vi sería una jornada complicada primero quise asegurar mi paga. Le dije claramente a Juan quería me pague la tarifa convenida, cosa que molestó a su amigo que me dijo a los gritos y de mala manera – Qué te crees puta de mierda , que no vamos a pagarte, vamos muestra tu concha ya – Rápida evadí el agarre y quedé en posición de guardia, era evidente, lo único que iba a cobrar sería una paliza si me dominaban, por lo que les dije — ¡¡Alto si me agarran grito y los vecinos llamarán a la policía, déjenme ir y les prometo no diré nada!! – Ellos estaba muy calientes y más por el alcohol no razonaban, el amigo de Juan trató de abrazarme pero le di una patada frontal que lo lanzó hacia atrás y rebotó contra la pared, y lo recibí con una patada a los testículos, dio un alarido, se tomó la ingle y quedó en el suelo encogido sin hablar del dolor. Asustado Juan fue hacia atrás, quedó tieso y aproveché para manotear los billetes sin contarlos (era mi paga) salir abriendo la puerta con la llave que estaba puesta. Bajé lo más rápido que pude y le pedí al portero me abra la puerta de calle, y ya afuera en la calle exhalé un suspiro de alivio, Gracias a Dios pude zafar quizás de una agresión Y di gracias a Dios por estudiar Artes Marciales pues de otra forma podía haber terminado en el hospital o algo peor. Conté los billetes y me interné en la noche.
Yo había comprado un pequeño negocio que en este país da más disgusto que ganancia, pero era una inversión, seguía trabajando en mi pequeño negocio de venta de puntillas, ropa interior femenina, en el cual pasaba mi tiempo útil aunque con los impuestos, me daba más dolores de cabeza que ganancias. De allí iba a mis clases de defensa personal en el gym que no estaba demasiado lejos. A veces me acompañaba Alex pero él prefería algo de box y aparatos. Cuando estábamos juntos hacíamos alguna toma y nos reíamos a rabiar. Tanto alguna compañeras comenzaron a decirme, más que mi hijo parecía mi novio, pero al contrario de molestarme, me enorgullecían esos comentarios, y comencé a reparar más en mi hijo, a observarlo a él y a mí cuando me daba su mano para caminar juntos, yo me pegaba a él y mi cadera rozaba suave y gratamente su pierna haciendo mis pelos se erizaran. Además veía él me observaba cuando sonaba mi celular. En un momento se dio cuenta yo tenía dos celulares, el que decía “Ame” no lo usaba corrientemente y cuando sonaba yo me iba lejos para que no me oiga, y además ese día o al otro día yo me vestía con prendas escotadas y provocativas y salía hasta la medianoche y muy pocas veces hasta el día siguiente. Alex era todavía muy niño y no le podía decirle yo como mujer tenía que desahogar mi libido, además ya era para mí un hábito, quizás me hacía algo de terapia, juntarme con mis pocas amigas y cuando tenía llamados para “Ame” que satisfarían la lujuria de mis clientes, yo podía llegar incluso el día siguiente, pero en honor a la verdad, fueron muy pocas veces lo hice así, e iban declinando a medida que él crecía. . Nunca Alex me pidió explicaciones por mis salidas arreglada pero sabía le dolían mucho, era clara su actitud hostil una vez después que recibía una llamada en el celular AME y me alejaba para hablar, cuando terminaba me iba a bañar y me vestía escotada y con minifalda y tacos altos, veía claramente ponía cara larga, y comenzó a evitarme con hostilidad bastante evidente contra mío y cuando sonaba mi celular privado prácticamente cambiaba de cara, se encerraba en su cuarto y me ignoraba totalmente. Lo llamaba para la cena, abría la puerta se sentaba, comía y volvía a su cuarto, con la excusa tenía que estudiar para la escuela. Como éramos prácticamente solo él y yo, le era difícil evitarme, Trataba de dulcificarlo diciéndole — ¿Vamos esta tarde al gym? Me gustaría me acompañes, no quiero volver sola en el bus a la noche tarde – Una vez me dio una respuesta que me dejó fría y fui a mi cuarto a llorar estrepitosamente. Me dijo – Parece cuando sales de noche y vuelves al otro día no te asustas y no tienes miedo.– Fue brutal, era evidente Alex no sabía todavía medir lo que unas palabras podían dañar y dijo lo que sentía. Estuve a un paso de contestarle pero me contuve — Gracias a mis salidas tu puedes comer – Sus celos por mí eran evidentes y yo tenía que como mujer mayor controlarme y poner paños fríos.
Me encerré en mi cuarto llorado desconsolada pero quedamente. Yo desde mi decisión de no abortar a mi hijo, viví por y para él, me echaron a la calle por él, sufrí amenazas y vejámenes, me distancié de mi familia en la provincia porque no aportaban nada, solamente mandaba dinero a mi madre y no sabía en que lo gastaba siquiera y la llamaba por teléfono aunque al parecer no tenía demasiado interés por mí. Y todo para qué, para que mi hijo me odie y me reproche. Perdí la noción del tiempo, cuando me recobré vi era de noche, pensé en Alex y que debía darle de cenar, me sequé las lágrimas, me refregué la cara para darle algo de vida, iba a salir cuando escuché golpecitos en la puerta, abrí y estaba Alex con cara de preocupación diciendo –¿Te encuentras bien Emma? — Lo abracé llorando, lo tranquilicé y le dije iba a preparar la cena, que todo estaba bien y pude ver en sus ojos su sensación de tremendo alivio.
Quizás fue una forma violenta de crecer, darse cuenta no se puede decir impunemente lo que se piensa, si es imprudente se puede herir a otro a veces irreversiblemente. Él fue a sentarse a la mesa y trató de conversar, como disculpándose de su actitud anterior. Yo por mi parte me di cuenta mis días como escort en la agencia Fran X estaban contados, casi habían terminado, no quise terminar totalmente, quizás aceptar un cliente por semana o cada quince días, realmente no necesitaba dinero, y ni me excitaba la ceremonia de encontrar a un hombre y tener sexo intenso y me llene la vagina y el ano de leche. Era así, curiosamente los encuentros sexuales como puta rentada ya hacía bastante no me complacían, no sentía placer que alguien desconocido me penetre y me toque solo para volcarme su leche en mis entrañas, que me acaricie y yo acariciar sin sentir nada por él, solo para correrme o acabar, comenzó a serme desagradable y repulsivo.
FIN de EMMA Y SU HIJO ALEX parte 11
Relatado por Roberto
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