En el Camping – Parte 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto pasó cuando yo tenía 14.
Era verano y con mi padre (padre soltero, mi madre nos tuvo a mí y a mi hermano y se fue) siempre acostumbrábamos irnos de camping a unas montañas al sur de la capital. Ese año quisimos ir con el abuelo porqué hace poco había quedado viudo y queríamos que se divirtiera.
Cuando llegamos al lugar y nos instalamos a eso del mediodía, yo y mi hermano nos fuimos a bañar al río que estaba junto al camping. Nos quedamos solo en boxers y nos zambullimos en el agua. Jugábamos a las luchas y de vez en cuando nuestras vergas se rozaban. Cuando ya llevábamos un rato jugando mi hermano me dice “Vamos a hacernos unas pajas?” a lo que yo accedí.
Nos fuimos a un lugar apartado, nos sentamos bajo un árbol y nos quitamos los boxers, mi hermano dejó escapar su verga (de tamaño normal pero gruesa, con unos cuantos pelos y unas bolas medianas) y se empezó a masturbar, yo hice lo mismo (casi del mismo tamaño pero un poco más grande, no tan gruesa, con mucho más pelo y las bolas del mismo tamaño). Luego de un rato me agarró mi verga y yo la suya (ya lo habíamos hecho antes, desde los 11. Somos gemelos), y así seguimos por un rato pero él se detuvo y me dijo “Y si tú me la chupas y yo a ti?, lo vi el otro día en una porno”, se acercó a mi verga y se la metió en la boca, se sentía exquisito, yo hice lo mismo.
Estábamos en pleno 69, cuando escuchamos un ruido, eran papá y el abuelo que estaban nadando cerca de nosotros. Nos detuvimos y nos pusimos los boxers, mientras los mirábamos atentamente. El abuelo nadaba de espaldas, dejando al descubierto una panza peluda. Tenía unos brazos muy grandes y fuertes. Mi padre estaba de pie, con el agua hasta la cintura, dejando ver una panza pero no tan grande como la del abuelo. En eso mi padre le dice al abuelo “Te subo el ánimo como tú lo hacías cuando yo era pequeño?” mi abuelo lo miró y sonrió, al parecer mi padre lo tomó como un sí y ambos salieron del agua, en dirección al camping. Mi hermano y yo nos miramos, un poco confusos y decidimos ir a espiar.
Cuando llegamos al camping, no se veía nadie, pero después de quedarnos en silencio, escuchamos que alguien caminaba alejándose del camping. Los seguimos hasta que llegamos al borde de un claro en el bosque. Cuando llegamos mi padre extendía una manta en el suelo, mientras mi abuelo se sobaba el paquete sobre el traje de baño. Cuando mi padre terminó y se sentó en la manta, mi abuelo le empezó a sobar el paquete a mi padre, de un momento a otro ambos estaba desnudos, mi padre con una verga hermosa (pequeña, de unos 14cm más o menos, gruesa como la de mi hermano, depilado y unas bolas grandes) y mi abuelo con una verga igual a la de mi padre, pero con mucho pelo y su prepucio colgaba un poco, por los años. Empezaron un 69 demencial, mi abuelo chupaba como si hace mucho tiempo no mamara una verga, mi padre le lamía el ano.
Mi hermano y yo no nos dimos cuenta cuando nos masturbábamos el uno al otro, mientras mi padre tenía en cuatro a mi abuelo, él dijo “Vamos hijo, que quiero estar feliz, como cuando tú estabas triste y yo te consolaba con mi verga en tu culito. No tengas piedad, métemelo de una sola vez” al decir esto, mi padre se escupió en la mano y se lubricó el pene, y luego, se la mando completa en el culo a mi abuelo. Dio un gemido espectacular, mientras su verga daba brincos.
En ese momento una ramita crujió bajo los pies de mi hermano, mi padre se detuvo y grito “Quien anda ahí!? Que salga inmediatamente!”, mi hermano asustado se subió el boxer y salió, mi padre lo quedó mirando hasta que se acordó que tenía a mi abuelo penetrado, sacó su pene del ano de mi abuelo y se acercó desnudo a mi hermano “Que haces aquí Tommy? Donde está tu hermano?” mi hermano apuntó a la dirección donde estábamos sin decir ni una palabra. “Vamos Jorge, sal de ahí” dijo mi padre. Salí de mi escondite, con mi mano en mi verga parada. “Así que eso estaban haciendo, se estaban haciendo unas pajas mientras nos veían… Pero… y si se unen a subirle el ánimo al abuelo?”, al decir esto el abuelo se paró y se acercó a mí, no me dijo nada y se metió mi verga en su boca, me sentí en el cielo. Mi padre tomó en sus brazos a mi hermano, lo sentó en la espalda de mi abuelo, volvió a penetrar a mi abuelo, mientras le daba una mamada a mi hermano. Luego de un rato mi abuelo dejó de chuparme mi pene y me dijo “vamos chico, chúpale el pene a tu abuelito” yo me acomodé debajo de mi abuelo y empecé a chuparle el pene, mientras él seguía chupando el mío. La sensación era diferente, no era como cuando lo hacíamos mi hermano y yo, era mucho más excitante, la verga del abuelo tenía un gusto exquisito, más adulta.
Mi padre empezó a acelerar sus movimientos hasta que dejó escapar un suspiro, al mismo tiempo que el abuelo gemía, dejando caer su leche en mi garganta, que exquisito manjar. Mi padre sacó su verga lacia del ano de mi abuelo (del cual caía el semen de mi padre) y nos dijo “vengan chicos, vengan a probar el culito de su padre” nos acercamos a él y me dijo que lo penetrara, lo hice, luego le dijo a mi hermano que lo penetrara, con un poco de esfuerzo también lo hizo, pero no nos podíamos mover, pero no fue problema porque mi abuelo se acercó y con sus fuertes brazos alzó en el aire a mi padre, poniéndolo de lado en un tronco caído, le puso su verga en la boca, mientras mi hermano y yo lo penetrábamos, una él, otra yo. La sensación era magistral, sentir mi verga aprisionada por el ano de mi padre, y en contacto con la verga de mi hermano. Aceleramos el movimiento y eyaculamos casi al mismo tiempo. Mi abuelo bajó a mi padre al suelo, de su ano escurrían nuestro semen. Descansábamos un rato, cuando mi abuelo se recostó en el tronco “Ahora a mi chicos” nos dijo, y mi hermano y yo lo penetramos. Pasó un rato y eyaculamos (menos que la última vez, pero igual de rico). Yo ya estaba agotado, pero mi padre y mi abuelo tenían la verga durísima, era el momento de que ellos se descargaran. Nos acomodamos en la manta, haciendo un 69 con mi hermano, mientras mi padre lo penetraba a él y mi abuelo a mí. Cuando me penetró sentí un poco de dolor, pero el placer fue mayor, era demencial, sentía que mi verga daba brincos, hasta que sentí un rio de leche en mi ano. Mi padre y mi abuelo se habían corrido.
Nos detuvimos, exhaustos. Mi padre dijo “Vengan chicos, vamos a darnos un baño en el río” y así desnudos nos dirigimos al río los 4. Ya se había hecho tarde, estaba oscuro, pero esto no acabó por el día… Pero eso es para otro relato… Espero les haya gustado
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