En fiesta de 13 cumpleaños perdí mi virginidad gracias a mi prima Lucía – Parte I
Llegaron los 13 años, aparecieron los pelos en mi vientre, ya mi verga tomaba forma de tronco cuando se ponía dura y me pajeaba..
Llegaron los 13 años, mis hormonas a mil todo el día. Me pajeaba muy seguido, a veces hasta tres veces al día. Casi siempre la idealización de mujer a la que poseía en mis venerables masturbaciones era mi prima Lucía. A sus 14 años ya era toda una mujercita. Sus pechos ya rellenos pugnaban por romper las remeras. Sus pezones estiraban la tela y mi verga. Ya que cuando la veía soñaba con meterme sus tetas a la boca. Y eso automáticamente me llevaba a un alto grado de excitación que solo se calmaba con su correspondiente paja. Lucía tiene un hermoso culito, no muy grande pero sí redondito y parado. Y cuando viste calzas de lycra, se le notan mucho sus labios vaginales, gorditos, algo separados.
Siempre fue una muy buena compañera, para todo. Hacíamos macanas juntos de chicos y ella siempre me defendía echándose ella la culpa. Yo la solía defender en el colegio frente a otros chicos cuando la agredían o se pasaban de listos. Llevábamos una vida bastante cómoda. Nuestros padres tienen un negocio de artículos eléctricos, que es el más grande del pueblo. Por lo tanto no existían las privaciones. Eso llevo a que para mi cumpleaños número trece, a Lucía se le ocurriera que hiciéramos una fiesta e invitáramos a algunos compañeros del colegio. Así se organizó y llegado el 10 de octubre, fecha de mi nacimiento, mis padres ya tenían contratado un salón donde se hizo la fiesta, con banda de música y todo. Un buen cáterin tipo buffet frui, (comida fría), y bebidas sin alcohol para los chicos y los grandes a tomar de todo.
Luego de haber cenado se comenzó con el baile, y obvio que mi prima me buscó enseguida para divertirnos juntos. Yo soy un poquito más bajo que ella, por lo que al bailar juntos, mi verga quedaba justo a la altura de su pelvis. Al principio no tuvo importancia debido a que bailábamos sueltos, pero en determinado momento pusieron bachata, esa música que se baila agarrados, bien apretaditos con mucho contacto de pelvis. Y saben que pasó, se me paró la verga tanta fricción con mi prima. Y ella lo sintió, y en vez de retirarse o parar de bailar, medio se izó a caballito de mi tripa y movía con más ganas su conchita sobre mi tronco. Yo estaba enardecido, re caliente. Y ella no se quedaba atrás, sus pezones me pinchaban el pecho de erizados y duritos. Terminó esa bachata y Lucía tomándome de la mano y haciéndose la tonta se encamina conmigo detrás hacia la cocina del salón, donde hay una puerta trasera por donde normalmente ingresan la mercadería. Al ser de noche esa parte estaba totalmente a oscura. Ni bien salimos, mi prima me empuja contra la pared y me come la boca metiéndome la lengua hasta la garganta. Yo no sabía ni besar, pero ella ya tenía algo de experiencia, por lo que no me costó nada aprender, tampoco soy tonto y algo de porno había visto. Me adueñé de sus tetas, se las acariciaba y apretaba sus pezones, y ella frotaba con muchas ansias su conchita contra mi bulto. Que dicho sea de paso es bastante grande para mi edad. Son 15 cms de largo, algo grueso y muy cabezón. Lucía cada vez estaba más lanzada, de repente se arrodilla, me baja el pantalón y saca a relucir mi verga, la toma por el tronco y se la mete a la boca, hay mamita, que sensación, una descarga eléctrica de placer me recorrió el cuerpo, ella chupaba y lamía con ganas, trataba de meterse toda la pija dentro de la boca, y obvio que con tanto frenesí no duré ni cinco minutos y sin previo aviso le descargue todo el semen juntado desde la mañana. Ella se lo tragó todo, y finalmente me la limpió a lenguetazos dejándola bien limpita. Sonriendo se incorpora y me pregunta si me gustó. Obvio que le dije que sí, y ella con mucho desparpajo me dice que ahora me tocaba a mi darle placer. Yo le quise explicar que no sabía como pero que lo intentaría si ella me guiaba. Se bajó la calza y la bombacha dejando al descubierto su cuquita. Con pocos bellos y esos labios carnosos que yo siempre había observado y anhelado. Me hizo arrodillar entre sus piernas, me tomó de los pelos y me incrustó la cara contra su vagina y me ordenó chupá!!!! Comencé a lamer su conchita y ella a gemir, su sabor salado me atraía, con la lengua recorría toda su vagina, prontamente ella comenzó a mover desesperada la pelvis, haciendo movimientos de cogerme la lengua y lanzando un pequeño gemido sentí como se me llenaba la boca de fluidos melosos, había tenido un orgasmo. Me hace levantarme, me atrae hacia ella, yo ya tenía la verga dura de nuevo, izó una pierna y la puso por arriba de mi cadera, y con su mano derecha tomó mi verga por el tronco y la aproximó a sus labios vaginales, rimero la frotó bastante para lubricarla y luego lentamente se metió la cabeza en la entrada de su túnel. Me dice al oído, métemela, despacito que es gorda y me va a doler, obvio que yo no me iba a negar y haciendo caso a su pedido, lentamente me introduje en su concha. La verga entraba pero bastante apretada, ella se abría cada vez más de piernas para hacer lugar a la ensartada, finalmente estaba totalmente metida en ella, su concha parecía un volcán, pulsaba sore la cabeza de mi verga, la sensación era única. Empecé a moverme adelante y atrás, ella lo disfrutaba al máximo, me decía sí primito, cógeme con esa vergota que tenés, yo le daba duro y parejo, me tuvo dándole matraca al menos cinco minutos y nuevamente en medio de un gemido casi se le doblan las piernas, y sentí sobre mi pija el calor de sus jugos, no lo aguanté y nuevamente le acabé, pero esta vez dentro de su vagina. Quedamos exhaustos y medio abotonados. Finalmente le saqué la tripa y por sus piernas corrieron sus jugos y los mío. Ella estaba con los ojos cerrados y sonriendo, de repente me mira y me dice, te gustó mi regalo de cumpleaños? Si te portas bien y no hablas de esto con nadie, te prometo que todas las semanas tendrás uno igual. Y me beso nuevamente. Nos acomodamos la ropa y volvimos al salón donde parece que nadie notó nuestra ausencia. Hace ya un mes que tenemos sexo seguido. Cada vez experimentamos cosa nuevas, al menos para mí. Ella se nota que ya antes había tenido mucho sexo. Ahora quedó el compromiso que la semana que viene me va a permitir que se la meta por el culito. Ya les contaré en el próximo relato como me fue.
como sigue
Buen regalo de cumpleaños.