En un lugar de la mancha
En un lugar de la mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente, vivía una familia de las de la época de 1960, larga de hijos, escasa de recursos, de casa pequeña con animales domésticos, conejos, pollos, cerdos y una mula para ayudar en las tareas.
En un lugar de la mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente, vivía una familia de las de la época de 1960, larga de hijos, escasa de recursos, de casa pequeña con animales domésticos, conejos, pollos, cerdos y una mula para ayudar en las tareas de campo.
Tenía esta familia 13 hijos de los cuales 7 eran chicas y 6 chicos, iban de la edad de 26 años a 4, este matrimonio parecía coger ejemplo de los conejos y apenas pasaba la cuarentena la mujer volvía a quedarse embarazada, tal era la cosa que apenas se llevaban dos años de un hijo a otro, todos menos la madre y los menores de 10 años trabajaban ayudando en lo que podían a la familia, unos en el campo, otros cuidando ganado, las chicas como empleadas de hogar en otras casas y los pequeños en lo que podían echar una mano, sin entrar en detalles de cada uno aquí vamos hablar de dos, una chica de 6 y un chico de 14, de los demás quizá sea menester ocuparnos otro día.
Santi que es del que vamos hablar se encargaba de sacar a comer al campo a los cerdos, también de ir a regar a la huerta en ocasiones, su despertar sexual ya había ocurrido hacía tiempo, 3 o 4 años antes viendo a los perros y cerdos apareándose, de echo cuando podía él ya se desahogaba tanto con una perra como con una cerda de cría, pero tampoco vamos hablar de eso en esta ocasión.
La humilde casa se componía de 2 habitaciones y la cocina que era a la vez comedor pues era la pieza más grande de la casa, a la parte de atrás de la casa había un patio cerrado en que había dos zahúrdas para los cerdos y donde estaban las gallinas y las jaulas de los conejos y al final tres habitaciones, un cuarto de trastos, una cuadra y un pajar.
Un día de verano, donde era obligatorio para los pequeños echarse la siesta Santi se había ido al cuarto de los trastos para jugar con algún juguete que allí guardaba cuando la madre llego con sus dos hermanas pequeñas para que las cuidara pues ella iba a salir con otros dos hermanos intermedios a algún lugar, no le quedó más remedio que quedarse con ellas y un rato después se pusieron a jugar con unas canicas o bolas, los tres se sentaron en el suelo con las piernas abiertas formando una especie de estrella para ir pasándose las bolas sin que se escapara de entre sus piernas, berta de 4 años con su vestidito corto y sus braguitas blancas a la izquierda, sara con su vestido algo más largo pero subido hasta sus caderas para que no tapara las bolas a la derecha y así empezó a correr la bola de uno a otro, después de un rato no se si por efecto de los movimientos con el culo para colocarse o porque las braguitas le estuvieran grandes a sara se le quedo a la vista por los lados su coñito y aquí es donde empieza esta historia que quiero contarles.
Intente varias veces tirarle la bola para que se metiera por dentro de las braguitas consiguiéndolo en un par de ocasiones, nos reímos mientras se las apartaba y me dejaba ver sus labios abiertos y eso empezó a levantar en mi las ganas de cambiar de juego para intentar sacar algo de aquella situación en que me había puesto mi madre al dejar a mis hermanas a mi cargo.
- Vamos a cambiar de juego que este ya me aburre
- Vale, a que jugamos
- A los papas, tu sara serás la mama y yo el papa y berta la hija
- Vale
- Vale
Nos pusimos a preparar la comida y limpiar cosas simulando las tareas de la casa y a los 5 minutos seguí con mi plan
- Ya es hora de acostarse, sara y yo nos vamos al pajar que es nuestra habitación y tu duermes aquí vale
- Vale
- Vale
Pasamos al pajar y me tumbe llamándola para que se tumbara a mi lado, me puse de medio lado y metí mi brazo por debajo de su cabeza, la gire hacia mi poniéndonos de frente y me arrime a ella hasta quedar totalmente pegados, un momento después empecé a moverme como si la cogiera golpeando con mi verga que se había puesto dura sobre su pelvis, lo hacía despacio hasta que note que ella hacia los mismos movimientos por lo que empecé a hacerlo más fuerte, con el roce y el golpeteo la verga se me fue poniendo más dura dándome restregones contra ella que prolongaban el contacto entre los dos notando que igual que yo apretaba ella también mantenía la presión lo que aumentaba mi calentura.
La di la vuelta poniéndola de espaldas y subiéndome encima de ella mientras seguía punteándola con la verga dura dentro del pantalón y ella se habría de piernas dejándome rozarla sobre su conchita y facilitando todo haciendo ella fuerza hacia arriba, en esto llamo a la puerta berta diciendo que se aburria y que ya era hora de levantarse por lo que mientras yo maldecía interiormente a berta salimos del pajar pasando al trastero.
Jugamos un rato más a hacer tareas y cocinar y esas cosas que se juegan como si fuera una casa de verdad y al poco rato volví a decir que era de noche y que había que ir a dormir, berta se revelo un poco, pero entre los dos la convencimos y se volvió a quedar allí mientras sara y yo nos íbamos al pajar.
Cuando entramos la tumbe boca arriba mientras yo me tumbaba a su lado y sin esperar la bese en la boca, ella tenía los labios cerrados y así nos restregamos un poco mientras yo ahora metía mi mano entre sus piernas levantándole el vestido, ella se abrió de inmediato dejándome acceso directo a ella, eche a un lado sus braguitas y empecé a acariciar su coñito impúber mientras mi polla se hinchaba a tope y mi lengua intentaba abrir sus labios, ella solo se habría más y más de piernas dejándome hacer, le abrí los labios mayores hurgando en su interior encontrando e hueco por donde el dedo se hundió, me saque la polla y lleve su mano a ella que la cogió sin saber qué hacer con ella, solo me daba pequeños apretones que a mí me ponían a mil, incorporándome me coloque de rodillas rodillas entre sus piernas aunque tumbado sobre ella apoyándome en una mano, se la fui arrimado apartando las braguitas el primer contacto entre su vagina y mi polla fue como una corriente eléctrica que me recorrió entero, empecé a restregársela entre sus labios, sara gemía despacito mientras mi capullo hurgaba entre sus labios mayores buscando el agujero de la vagina, yo seguía con mis labios pegados a los suyos y ella los abrió dejándome meter mi lengua en su boca, su saliva caliente con la mía me puso aun más cachondo mientras con mi mano y mi dedo intentaba conducir mi capullo a su agujero, cuando lo encontré y el capullo se acoplo al agujero la sensación fue de sublime placer, empuje pero no conseguí nada, solo que ella diera un respingo hacia arriba por el dolor que le cause en el intento de invasión de su vagina, yo insistía cambiando saliva por nuestras bocas e intentando cambiar fluidos por abajo, de los nervios estaba a punto de correrme cuando berta volvió a interrumpir con que se aburria y que saliéramos ya que era de día, esta vez sí que Sali cabreado y diciéndola que las noches eran mas largas, que la próxima vez esperara a que saliéramos nosotros
Después de un rato y cuando íbamos a dormir otra vez berta dijo que esta vez la mama era ella o no jugaba que siempre se aburria ella sola, por más que intente convencerla de que no era así, que ella era la pequeña no transigió, o era ella la mama o no jugaba, así que me metí con ella en el pajar y repetí la situación como con sara, la puse de medio lado y empecé a puntearla con mi polla en su entrepierna pero ella se dio la vuelta y dijo que había que dormir, así que dispuesto a pasar allí un rato sin hacer nada me di la vuelta pensando lo que pasaría cuando llegase la próxima vez con sara, un momento después se abrió la puerta de golpe entrando nuestra madre y diciendo que ya habían vuelto y que todos fuera, menos mal que me pillo con berta y que berta no quiso hacer nada porque si no allí habría acabado esta historia y posiblemente hasta mi vida, al salir fuera le hice señales a sara con mi dedo sobre mis labios advirtiéndola que no dijera nada haciendo ella una señal afirmativa.
- Yo me quedo mama que no quiero ir a ningún lado ahora
- Vale, pero a ver que me haces que eres un trasto
Yo me había quedado no con la polla dura porque con lo de berta se me había bajado pero si con muchas ganas de hacerme una paja o follarme algo, así que Sali al patio y cogí a una gallina, la metí para dentro de cuarto trastero mientras le metía el dedo por el culo, lo tenia muy caliente y acostumbrada a poner huevos mi dedo le entraba como si nada, la cogí con una mano mientas con la otra me sacaba la verga, se la coloque en la entrada como si fuera mi dedo y metí el capullo, ufff estaba supercaliente el culo de la gallina mientras pensaba que podía ser el coñito de sara y estaría tan caliente como la gallina, esta se mantenía quieta aunque un poco en guardia por que lo que tenia ahora dentro no era un dedo, fui atrayéndola contra mi y mi polla fue entrando, el calor era casi abrasador pero además la facilidad con la que entraba y salía mi polla de ella hizo que en unos momentos me corriese como un aprendiz dentro de ella, cuando acabe la corrida la solté saliendo la gallina disparada con un vuelo corto desde mi propia polla.
Sali de allí y estaba mi madre preparando la cena mientras mis hermanos jugaban en la calle, también estaba sara a la que llame y le advertí de que no podía decir nada de lo que habíamos hecho diciéndome ella que ya lo sabía, les deje yéndome a dar una vuelta sabiendo que por la noche me iba a divertir mucho con sara.
Hasta aquí llega esta parte del relato, según a aceptación seguiremos con él o solo habrá sido un ensayo
wow buen relato y si sigue contando me regusto amigo … 🙂 😉
buen relato me calento muchisimo espero que sigas publicando los siguinetes capitulos
Muy nteresante, pero debe haber una parte donde se bañan, me da la sensación que son niños medios mugrientos.