En una orgía en casa de mi tío, me encuentro con mi tía que no había visto en 15 años.
La ultima vez que me vió era un niño siendo follado por mi tío. Ahora soy un hombre que folla con ella. .
Era el año 2020, y me encontraba en la ciudad en donde vivía mi tío Federico en compañía de mi padre, debido a que nuestra familia había sido sorprendida por el fallecimiento repentino de mi tía Victoria, y éste había dejado tres hijos huérfanos, por lo cual mi tío Federico nos había pedido ayuda para mudar las cosas de los chicos hacia su casa, debido a que él se quedaba con la custodia y estaría encargado de criarlos, aparte de su hijo Esteban. Ya habían transcurrido 48 horas y prácticamente comenzábamos a soltar el cuerpo, entre el funeral un par de días antes y también todo el movimiento de un domicilio al otro. No habíamos tenido tiempo de quedarnos solos, en familia, ya que la casa recibía múltiples visitas por amistades tanto de mi tía ya difunta, así como de mi tío, para dar el pésame y para acompañarnos en la pérdida. Pero por fin se dio la ocasión en donde ya habíamos permanecido completamente solos, sin personas ajenas a la familia o ajenas a la secta que pudieran interrumpirnos en nuestras prácticas.
> FE:
Yo tenía 24 años, un hombre blanco, de pelo café oscuro, de 174 cm de altura, delgado, todavía un poquito marcado debido al ejercicio que llegaba a realizar antes de la pandemia, sin embargo, mi cuerpo ya sufriendo los estragos de que no hubiera gimnasios abiertos. También nos acompañaba mi padre, un hombre blanco parecido a mí, pero él era de 190 cm de altura, y de pelo rubio, también bastante delgado, aunque ya algo panzón, producto por la vida corporativa que había perseguido, y que para entonces, él ya tendría 59 años de edad. Por su parte estaba mi tío Federico, igual de blanco que nosotros, con un pelo también rubio, pero un poco más castaño, de 170 cm de altura. Tendría unos 55 años de edad, quizá un poco más joven inclusive, y también con un cuerpo propio de una persona delgada, pero bastante fuera de forma, debido a su devoción a la vida corporativa, igual que mi padre. Luego de ahí nos acompañaban mis primos, los hijos de mi tía Victoria, quien había fallecido, siendo tres, Alejandro, un chico de 17 años, moreno, de 180 cm de altura, con pelo café oscuro, completamente igual que su padre, ya que los tres hijos de Victoria habían salido igual de morenos que él, mientras que ella era completamente blanca, como mi tío Federico, y como mi padre, y como yo. De ahí nos seguía Anaí, mi prima, también morena, que tendría en ese entonces unos 13 años, y bastante baja de estatura, inclusive para su edad, probablemente llegándome un poco menor al mentón. Por último, nos acompañaba mi tía Anaí, mi tío Federico, un poco menor al mentón. Por último, la tercera hija de mi tía Victoria, Margarita, un poco más blanca de la piel que sus hermanos, de ocho años de edad, y que para en ese entonces me estaba llegando por abajo de las tetillas. Las últimas dos personas que se encontraban en el domicilio, eran mi primo Esteban, hijo de Federico, y también hijo de mi tía Nelly. Esteban tendría en ese entonces una edad bastante similar a Margarita, probablemente nueve años. Era un chico más blanco que sus primos directos. Pero me llegaba a una altura similar, hacia un poco por debajo de las tetillas, su pelo largo, enchinado, caracterizándole su cabeza. Por último, estaba mi tía Nelly. Nelly tenía una historia bastante particular, debido a que en ese entonces Nelly tenía una historia bastante particular, debido a que se había divorciado de mi tío Federico, pero sin embargo tenían una relación bastante inusual para una pareja divorciada, ya que se frecuentaban a lo largo de la semana, e inclusive seguían follando juntos, algo que inclusive para la secta es bastante inusual, como me lo había hecho saber mi padre en un viaje previo que había hecho a la ciudad, y en donde había regresado a la casa para contarnos a mis hermanas, a mi madre y a mí, que habían realizado un trío con ella y con Federico, algo que nadie se hubiera esperado.
> FE:
Me encontraba en el cuarto de mi tío, empacando unas cosas en su closet, como me lo había pedido de favor unos momentos antes. No podía dejar de pensar e imaginar todas las escenas sexuales que estábamos a punto de vivir, en el momento que la última persona ajena a nosotros cruzaba la puerta de la casa para no volver, y que nos quedáramos completamente solos, en confianza. Particularmente me cruzaba mucho la mente de interactuar con mi tía Nelly, a quien no había visto en 15 años. Fue para mí muy grata la sorpresa al verla entrar a la habitación. No portaba nada. Era claro que estaba buscándome. Me sacó una plática sobre lo grande que estaba, lo mucho que había crecido, y que le gustaba mucho saber que estaba bien, debido a que ya habíamos platicado antes, de forma más cotidiana, en las últimas 48 horas. Ella quería no se poner al día de mi vida, así como yo también me estaba poniendo al día de la suya. Sin embargo, yo notaba que su voz ya era un poco más seductora, que se acercaba a mí poco a poco. Yo dejando a un lado lo que estaba haciendo, ya que era claro lo que estaba empezando a suceder en la habitación. Yo también, en un modo un poco más seductor, la miré fijamente a los ojos, y le pregunté que si ella se habían ido las visitas. A lo cual ella me comentó que sí, y que de hecho ya estaban empezando a tener acción los demás, abajo en la sala. Nos acercamos, nuestros cuerpos pegándose el uno al otro. Yo de 170 a mis 24 años, sacándole una diferencia de altura a ella, que a sus 54 años, medía unos 155 centímetros. Era una mujer morena, de pelo negro, con un cuerpo bastante proporcional. Obviamente ya con el impacto de algo de grasa, un poco más flácida, así como carencia del ejercicio siendo evidente. Nos abrazamos, nuestras miradas encontrándonos, encontrándose. Nuestros labios pegándose, nuestros labios conociéndose nuevamente, así como nuestras lenguas. Ella siendo mucho más apasionada que yo, y también más intensa, comenzando a recubrir mi cuerpo con sus manos. Me empezó a subir la camiseta, cosa que yo le ayudé, debido a la diferencia de altura. Inmediatamente ella quitándose la blusa que tenía puesta, así como desamarrándose el sostén. Yo también me bajé los pantalones, la ropa interior, quedando completamente desnudo ante ella. Ella lográndolo en realidad primero, bastante intensa y lujuriosa, con ojos bastante apasionales. Como yo la recordaba cuando era niño, que cuando mi tío Federico me follaba, ella actuaba como toda una dominatrix conmigo, y que se le caracterizaba su tacto por ser bastante firme. Se notaba que no había cambiado.
> FE:
Nos seguimos besando apasionadamente. Yo la invité a la cama de mi tío. Me la puse boca arriba, que se acostara su cadera a la orilla de la cama, ella abriendo las piernas, yo arrodillándome enfrente de ella, inmediatamente mis labios buscando su vulva, sus piernas descansando sobre mis hombros, mientras que sus manos estrujaban mi cabello, mientras que la punta de mi lengua comenzaba a recorrer su clítoris, así como sus labios mayores y menores. No tardé en encontrar el patrón de movimiento que más le gustaba, ella siendo de esas chicas que les gusta el movimiento vertical. Al poco tiempo, introdujo un dedo y luego dos, comenzando a estimular su punto G, así como las paredes laterales, ella gimiendo cada vez más fuerte. Mientras nos encontrábamos en esta posición y realizando este acto, podía ella escuchar uno que otro gemido que emitió desde la sala que estaba en la planta baja de la casa. No tardé en llevarla a su primer orgasmo, ella estrujándose las tetas y apretándome fuertemente el cabello. Una vez concluido este, me tomó de las manos, alzándome para que estuviera arriba de ella, la punta de mi polla yace en mi erecta, teniendo contacto con su vulva, mientras que nos besábamos apasionadamente. Obviamente yo sin perder la oportunidad de, antes de llegar a sus labios, a pasar visita a sus tetas, metiéndome los pezones hipertrofiados, café oscuro, producto de su embarazo, a la boca, dedicándole el mismo tiempo a los dos, antes de seguir envolviendo mi labio y mi lengua con los suyos. Me invitó a acostarme boca arriba, cosa que yo hice, inmediatamente ella columpiando una pierna por arriba de mi cara, quedando sobre mí a posición de 69, descendiendo su pelvis, mi cara completamente envuelta en sus madres, mis labios apenas pudiendo tener contacto con sus labios vaginales y con su clítoris, mientras que ella se alcanzaba a tener una posición adecuada para comenzar a tener mi polla en la boca, debido a la diferencia de estaturas que teníamos.
> FE:
Yo recorría con el punto de mi lengua desde su clítoris hasta su ano antes de regresar, ocasionalmente clavando la mayor longitud de mi lengua posible en el fondo de su vulva, comenzando a agregar dedos. Está caracterizada por ser de piel morena y, como toda mujer de su rango de edad y de generación, por cabello recortado, delimitado, pero algo más largo que lo que se utiliza usualmente para mujeres de la generación X o la mujer de la generación Millennial. Ella, por su parte, se introducía en lo más que podía de mi polla, más de tres cuartas partes hasta el fondo de su garganta, antes de sacarla y luego pasaba mis testículos, lamiéndolos y succionándolos, tornándose uno y luego el otro, antes de masturbar frenéticamente mi polla y volvérsela a meter. Yo, con mi lengua nuevamente expostada sobre su clítoris y dos dedos dentro de su vulva, pude lograrla hacer llegar a otro orgasmo. Ella masturbándome frenéticamente a manera de canalizar la energía que estaba surgiendo en su cuerpo y yo teniendo que pedirle que parada debido a que estaba a punto de hacerme llegar a mí, a mi clímax, y todavía no era momento.
> FE:
Ella se volteó, buscándome mirada, apasionadamente besándome, antes de, estando arriba mío, tomando mi polla, que la cual estaba erecta, y sentándose sobre ella, casi completamente ésta, desapareciendo en su vulva, yo tomándola de las caderas, por debajo de las lonjas, comenzando a guiar sus movimientos en círculos, y adelante y hacia atrás, buscando el patrón que fuera placentero para ella, mientras que ella embarrascaba el pecho, y se masajeaba las tetas, nuestras miradas clavadas en la del uno al otro, ocasionalmente siendo cortadas porque cerrábamos los ojos nada más para disfrutar del placer, nuestros oídos siendo inundados por nuestros gemidos en la habitación de mi tío, mientras que ellos escuchaban los gemidos de mis primas, y también de mi primo Esteban, que seguramente estaban siendo follados por los demás en la sala. Curiosamente, no hubo iniciativa ni mía, ni de parte de ella, para bajar e integrarnos, seguramente los dos simplemente concentrados en este momento, el cual representaba el hecho de que estábamos follando después de quince años de no vernos. Yo con mis manos recorría sus caderas, sus lonjas, estrujaba sus tetas, ocasionalmente me incorporaba para besárselas, para succionarle los pezones, mientras que con mis manos en sus nalgas, la balanceaba hacia adelante y hacia atrás, ella eventualmente queriendo comenzar a votar, arriba y hacia abajo. Sus gemidos se hicieron más fuertes, eventualmente ella pudiendo llegar a un orgasmo más, ya ambos sudados, ella sobre todo, quien se hacía un chungo con una liga que tenía en su brazo, pidiéndome un descanso, colocándose a cuatro, con sus piernas a la orilla de la cama. Yo me puse de pie detrás de ella, abriéndole las nalgas, enterrando mi cara entre éstas, mi lengua apasionadamente recorriendo toda su vulva e intentando entrar hasta lo más fondo de su vagina, como si quisiera tocar con la punta de su cervix, antes de volver a salir. Le pregunté que si estaba muy sensible o que si estaba lista para otro orgasmo, a lo que ella, muy excitada, me llegó a decir que estaba lista para lo que venía. Como me encanta hacer con todas las mujeres que follo, tomé dos dedos, colocándolos dentro de su vulva, estimulando su punto G, mientras que con mi pulgar que quedaba libre, trazaba círculos sobre su clítoris, y mi boca envolvía su mano, mi lengua intentando penetrarlo como si fuera un colibrí en una flor. Ella estiró un brazo para apostar su mano sobre mi cabeza, intentando tomar lo más que podía de cabello, mientras que poco a poco llegaba a otro orgasmo, lo cual no tardó mucho por la hiperestimulación que ella tenía de los previos. Una vez concluido esto, no le di tiempo de que se recuperara mi polla todavía erecta, siendo apuntada su vulva, yo aventando mis caderas hacia adelante, comenzando a ingresar a ésta, más de tres cuartas partes, cabiendo dentro. Comencé a menearme con delicadeza, con cuidado de no chocar mi punta contra su cérvix para no provocarle incomodidad, los dos gimiendo, mientras que con mis uñas le rascaba la espalda y le tomaba el cabello. En algún momento tomándola de los hombros y levantándola, ella en posición vertical completamente, sus pies colgados debido a que estaba de rodillas en la orilla de la cama, yo detrás de ella, acuclillado para que nuestra diferencia de altura no fuera impedimiento, besándole la oreja, recorriéndole con las uñas el cuello, estrujándole las tetas, mientras que sentía como mi cabeza tallaba contra su pared anterior.
> FE:
Estaba muy excitada, gemía muy fuerte, y empecé a bombear un poco más. Rápido yo también, buscando llevarla a un último orgasmo debido a que se acercaba. Ella no paraba de decirme lo mucho que había crecido, y que estaba hecho todo un hombre, todo un semental, lo cual ayudó a mí a acercarme a mi punto de no retorno, el cual llegó antes de que yo pudiera acercarme al de ella. Le dije al oído que estaba a punto de venirme, y le pregunté que dónde quería que me viniera. A lo cual ella me respondió que con todo gusto podía venirme en la boca. Así estuvimos un poco más, yo tomándola fuertemente de las caderas, para anunciarle que estaba llegando a mi punto máximo. Cuando fue el caso, me retiré, sintiendo como la punta de mi polla dejaba la cavidad caliente de ella para afrontarse al aire fresco de afuera.
> FE:
Se sentó en la orilla de la cama, tomando mi polla, acercándome a ella, inmediatamente la mitad de ésta desapareciendo entre sus labios, su lengua dando círculos frenéticos en contra de mi grande, apretando la base de mi polla y también apretándome los testículos, como yo recuerdo que le caracterizaba su agresividad desde hace años. No pude evitar emitir un fuerte alarido, mientras que su lengua no le daba descanso alguno a la cabeza de mi miembro, mis piernas tambaleándose, casi yéndome para atrás, yo simplemente sosteniendo la del cabello, apretándolo fuerte, ella gimiendo junto conmigo, un gemido de excitación y de felicidad, contenta con lo que acababa de provocarme.
> FE:
Ella se acostó boca arriba en la cama, yo uniéndome a ella, eventualmente ella arrastrándose hacia mí, quedando bajo mi brazo, columpiendo una pierna sobre la mía, abrazándose a mí, ella recordándome que la escena era muy diferente a comparación de la última vez que habíamos follado juntos, cuando los dos habíamos consentido a mi tío y que yo me había colapsado sobre ella cuando tenía 8 años. Los dos reímos, nuestra práctica tornándose cada vez menos lujuriosa y un poco más cotidiana, eventualmente ella diciéndome que era hora de bajar porque se acercaba el momento de comer y que de hecho había comprado unas cosas y quería ir poniendo la mesa para todos. Nos vestimos, pero sin ponernos los zapatos ni los calcetines, descendiendo hacia la planta baja, donde nos encontramos con la escena que se estaba suscitando en una sala, esta caracterizada por dos sofás blancos. En uno, mi padre, siendo cabalgado por mi prima Anaí de 13 años, este metiéndose sus tetas a la boca mientras que le naviaba las nalgas y se las estrujaba, invitándola a subir y a bajar, esta apenas pudiendo con un poco más de la mitad de su polla, debido a la diferencia de edades. Por su otra parte estaba mi tío Federico en una posición similar, mi prima Margarita de 8 años, esta pudiéndose introducir todavía menos de la mitad de la polla de su tío, mientras que sus labios se entrelazaban en un beso apasionado con los de mi tío Federico, mientras que este le abría las nalgas lo más posible, buscando que su miembro pudiera tocar un nuevo punto de fondo dentro de la vulva de su sobrina. Mientras tanto, en el otro sofá, y curiosamente quienes más gemían, eran mi primo Alejandro y mi primo Esteban. Esteban de 8 años, de A4, sus nalgas siendo abiertas por Alejandro que se encontraba de rodillas detrás de él, acuclillado, su polla entrando y saliendo del ano de su primo. En el momento que nos vieron bajar, Nelly no pudo quedarse fija, evitar quedarse apasmada con la escena, prendida, obviamente como buena mujer, sin tener un periodo refractario tras los orgasmos. Sin embargo, yo sinceramente estaba completamente hiperestimulado y mi libido estaba momentáneamente disminuido. Nelly se acercó a su hijo, fundiéndose en un beso con él, bastante apasionado, mientras que le rascaba la espalda, e inclusive luego se dirigía a Alejandro para besarse con él, mientras que le ayudaba a abrir las nalgas de su hijo, quien era follado, por su sobrino. Mientras tanto, mi tío Federico me invitó a mí a incorporarme, él criticando que tanto Nelly como yo estábamos vestidos, y que los habíamos dejado fuera de la jugada. Yo en plan de chiste les dije que necesitaba una pausa, pero que más tarde, con todo gusto, nos cambiábamos de pareja para follar, y por supuesto que no me iba a negar la oportunidad. Me dirigí a la cocina a hacerle un vaso de agua, debido a que estaba sediento, mientras que seguía escuchando todos los gemidos de lo que se estaba suscitando en la sala. Con mi vaso de agua en mano, retorné, ya llevaba un rato follando, follando, notorio por el sudor que todos tenían. Mi padre siendo el primero en llegar al clímax, mi prima Anahí descendiendo, arrodillándose entre sus piernas, metiéndose la cabeza de su pollo a la boca, masturbando la base con ambas manos, mientras que ella estaba en la empujada de la cabeza para intentar introducir un poco más de su miembro en su garganta, mientras que descargaba toda su leche en ésta. Al poco tiempo, en una posición bastante similar, Federico, igualmente llenándole la garganta a mi prima Margarita, con ésta arrodillada entre sus piernas. Ya por último, Alejandro, el chico de 18 años y con toda la condición del mundo, chupó por recomendación de mi tía que era momento de terminar, ya que como todos los que participamos en orgías sabemos, es de mala educación seguir follando cuando la mayoría ya terminó. Anunciando su llegada a su clímax, sacó su polla del ano de Esteban, sentándose sobre el sofá, sin embargo mi tía invitándolo a que se pusiera de pie.
> FE:
Mi tía se puso arrodillada en el piso, arrodillando a su hijo Esteban en frente suyo, los dos con bastante altura similar, aunque ella todavía más alto que él, debido a la diferencia de edades. Mi tía se introdujo la polla de Alejandro en la boca, comenzando a mamarla apasionadamente, seguramente provocándole el mismo placer que ella me provocaba a mí en el grande con su lengua, unos momentos previos, mientras que Esteban se concentraba en lamerle los testículos a su hijo. Eventualmente descargó su semen, pero lo hizo en la boca de Esteban, ya que cuando anunciaba la llegada, mi tía invitó a su hijo a que le asumiera la posición con la polla que ella previamente ocupaba, debido a que él era el que había follado y ese semen era suyo, casi por derecho. Alejandro colapsó en el sofá, extasiado, mientras que mi tía y Esteban se fundían en un beso, probablemente con restos de semen intercambiándose entre sus lenguas, mi tío y mi padre aplaudiendo por la escena que acababan de ver.
bueno