Encontré a mi hija de 10 masturbandose con mis videos porno – IV parte
Las cosas se destraban entre mi hija y yo. La primer sesión de sexo fue lo mejor que me pasó en la vida. Nuestras vidas cambian a partir de ese momento .
«Papá, tenemos que hablar» me dijo cuando salió de la oficina. Yo me quedé mudo. «Pero primero, necesito ir al baño» y subió las escaleras hasta el cuarto de baño de los dormitorios.
Mi mente estaba en blanco, pero a su vez era un torbellino de pensamientos. ¿Tenía miedo? No sé, quizás. Sentía que era yo quien había cometido un enorme error al hacer lo que hice.
De hecho, así fue por qué en definitiva ella tiene todo el derecho del mundo a explorar su sexualidad y fui yo quien le fue incentivando mediante videos que no debería ver a su edad y que encima, algunos eran totalmente ilegales.
Un cambio había operado en ella, o al menos recién en ese tiempo fue cuando yo me di cuenta. Hoy los niños y niñas se desarrollan mucho más rápido que antes. El acceso a Internet y redes sociales, publicidades, programas televisivos, etc., ayudan a una sexualizacion más temprana. No es como en mis épocas.
Me senté en la mesa de la cocina y me serví un vaso de agua esperando que ella baje. Tardo bastante, o al menos eso me pareció. Cuando lo hizo, vi que se había cambiado de ropa. Llevaba puesto un pantalón largo de gimnasia y una remera blanca. Se sentó al frente mío, me miró y también se sirvió un vaso de agua. En ese momento yo me sentía el niño y ella la adulta.
- Se que vos estuviste cambiando videos en la compu – dijo. Yo intenté hablar pero ella con una seña me hizo callar – eso me gustó mucho, papá.
- Perdón… – atine a decir – pero me parecía que disfrutabas mucho lo que haces, aunque reconozco que esta mal… te pido que no le digas nada a tu ma…
- No le voy a decir nada a mama – me interrumpió – por que se que es un secreto nuestro.
Seguimos hablando un rato más. Me contó que ella comenzó a tener mucha curiosidad ante lo que le contó una compañerita que había visto a sus padres haciendo el amor. Que empezó a explorar su cuerpo y descubrió que al tocarse la entrepierna empezaba a sentir placer.
Después, de casualidad buscando algo en la compu encontró los videos y eso le provocó algo en la panza, como cuando se marea jugando a dar vueltas y vueltas. Así que empezó a verlos y a querer imitar todo lo que venía.
A la noche, en su habitacion seguía practicando y hasta había estado buscando ropa interior de su madre para usar, pero le quedaba todo muy grande.
Le pregunté si le contó a su compañera sobre todo esto y me dijo que no, que nadie lo sabía salvo yo, su padre. Ella sabía desde hace mucho que yo la espiaba por que una vez abrió de casualidad mi laptop mientras yo me pegaba una ducha y vio que estaba abierto el programa de vigilancia donde se veía toda la oficina.
Estábamos sentados en la mesa a unos tres metros de distancia. Se levantó de la silla y fue a la heladera a sacar unos chocolates que guardábamos. Cuando volvió, corrió su silla y se sentó al lado mío.
- Papa, a vos te gustaba, verdad? Por que creo que si me veías la primera vez y no te gustaba, me hubieras reprendido
Yo no sabía que contestar, apenas asentí con la cabeza.
- Yo…. (casi balbuceaba) no se… cuando supe que vos me mirabas, me gustaba también. Sentia que no estaba haciendo algo mal
- Amor – le dije tratando de tomar las riendas de la situación – vos no hiciste nada malo. Estas creciendo y es lógico que tengas algunas dudas sobre el sexo. Quizás no es la forma ideal de aprender, pero es la que vos elegirías
- ¿Cuál sería la forma ideal? – preguntó
- No se, con las clases de educación sexual de la escuela
- Meehh – dijo haciendo una mueca – la maestra que nos enseñó parece que tenía como 1000 años y tenía más vergüenza ella que nosotros.
- Bueno, pero tenes a tu mama también con quien podrías haber hablado de esto.
- Si pero mama no estaba nunca por su trabajo… además, ella me reta mucho siempre… pero estas vos, papá.
- Ehh si si, yo podría evacuarte cualquier duda que tengas hija – no sabia que responder
- Tengo muchas papá… mmm a ver, vi cosas en esos videos que me gustaría aprender
- Si pero son mujeres mayores que vos
- Hablo de los «otros videos» que pusiste… son los que más me gustaron por que eran niñas de mi edad.
- Y en que te puedo ayudar entonces? – necesitaba tomar el mando de la situación de manera urgente
- Quiero muchas cosas papá… y quiero que vos seas mi maestro
Era imposible tomar el mando de la situación, como quería hacer. Me tenía totalmente prendado y con lo último que dijo yo me di cuenta que era la oportunidad que esperaba.
- Te gustaría practicar esas cosas? – sonrió y asintió fuertemente con la cabeza – bueno, pero vos sabes que hay que tener mucho cuidado, el sexo es algo muy lindo si se hace bien – la veía y su cara mostraba un entusiasmo total – pero como podríamos empezar?
- Beso, beso! – dijo – me gustaría mucho aprende a besar.
No dije más nada, directamente actúe. Me levante de la silla, la tomé por debajo de sus brazos y la senté sobre la mesa. Sin mediar mucho más que una profunda mirada ente los dos, acerque mis labios hacia ella.
Sentí electricidad total, sentí que esos labios pequeños, muy pequeños, sabían a miel pura. Ella abrió suavemente su boca, giro la cabeza y metió su lengua en mi boca (por supuesto, había visto videos). Yo correspondi esa acción y el pequeño beso inicial se fue transformando en un excitante beso entre dos personas que se deseaban mutuamente.
Mi mano izquierda sostenía su cabeza mientras que la derecha primero acariciaba su brazo, su espalda, su muslo. Empecé a mover mi mano por sus caderas también y acerque su cuerpo las al mío. Ella estaba sentada con las piernas abiertas en la mesa, dándome un tremendo beso de lengua y con sus dos brazos rodeando mi cuello, mientras mi mano ahora intentaba buscar la parte interior del muslo.
Cuando llegué hacia su vulva, siempre por fuera del pantalón, ella tuvo un pequeño estremecimiento y arremetió con más fuerza mi boca.
Comence a masajear lentamente su entrepierna y su respiración comenzaba a agitarse cada vez más. Bajó un brazo con el que rodeaba mi cuello y fue directo hacia mis pantalones. Torpemente intento tocar mi pene y se separo de mi cuando noto que estaba totalmente erecto.
Aproveche para besar su cuello, detrás de la oreja. Le susurraba que era hermosa, era mi princesa y que la íbamos a pasar muy bien. Mientras ella tocaba mi pene, a su vez movía como podía sus caderas ante mis masajes.
La tome desde su cola, la puse a hojarascas mía y la llevé hasta el sofá. Quedó ahí, acostada, con las piernas abiertas y mirándome. Yo no podía creer que esto estuviera sucediendo realmente. Mi verga estaba que explotaba.
Le saque sus zapatillas y lentamente quite sus pantalones. Ella sola, por su cuenta, se quedó con el torso desnudo al sacarse la remera. No usaba brasier, por supuesto, pero pude notar unos bultitos hermosos en sus pechos, bien incipientes, bien ricos.
Fui derecho hacia allí y mi boca cubrió por completo su pezon izquierdo. Ella lanzaba pequeños gemidos y me decía que me quería mucho. Fui bajando lentamente, bese su pecho, su panza, su ombligo… me tope con sus bragas. Comencé a besar y oler ese premio… estaba un poco húmedo.
Ella se estremecía, movía de manera circular su cadera. «Sácame la bombacha, papa y besarme ahí abajo» me dijo. Como un perro fiel, obedecí inmediatamente. Juntó sus piernas y le saque las bragas, inmediatamente cuando se vio libre de ellas abrió las piernas.
¿Cómo explicar? Ya había visto su vagina por la webcma (y era full HD) pero nada reemplaza al ojo humano. Era perfecta, sin ningún pelo, rosada, deliciosa. Estaba un poco roja, claro… por los tocamientos y orgasmos que tuvo más temprano.
Pasé mi dedo por su clitoris, lanzó un gemido y arqueo la espalda. Estaba muy sensible. Mi boca se fue acercando lentamente, muy lentamente… quería disfrutar cada momento y por que no, que ella lo deseara cada vez más.
Bese cada rincón de su entrepierna sin llegar a «ese» lugar al que ella quería que llegue. Se estaba desesperando pero también excitando mucho. Movía las caderas, sus manos tocaban sus pechos, tenía la boca entreabierta y los ojos cerrados.
El olor… totalmente distinto a una concha adulta, emanaba dulzura, inexperiencia. Un olor suave. Me dispuse a probarlo. Mi lengua se acercó a su rajita primero hasta llegar a su clitoris.
Pego un gritito de placer. Me decía «si papi, ahí me gusta, con tu lengua como en los videos». Eso me ponía más duro que el cemento. Arremeti con más fuerza. Pasaba mi lengua por todo su clitoris, jugando de un lado al otro, en círculos. Ella gemia cada vez más, ahora no tenía que reprimir ninguna manifestación de placer.
Duró casi nada, a los dos minutos tuvo su orgasmo. Cerró sus piernas con mi cabeza entre medio, con sus manos me empujaba hacia abajo mientras decía «ahhhh siiii». Yo estaba en la gloria.
Sin dejarla ni respirar, la tomé de sus caderas y la puse boca a bajo. Ya que estaba probando, lo haría bien completo.
Hice que levantara su cadera, mientras ella todavía respiraba entrecortadamente, y fui directo a su culo. Abrí con mis manos los dos cachetes y metí mi boca ahí, en el medio. Mi lengua buscaba su ano y lo encontró. Ella volvía a estremecerse y levantaba la cola cada vez más.
Moje bien su ano, con saliba y también con sus jugos vaginales… los que quedaban saliendo por que yo me los había tomado a todos.
Cuando tuvo el ano bien mojado, comencé a empujar con mi lengua hacia adentro… ingresaba casi sin esfuerzo… lógico, había ingresado un fibron un par de horas antes. Seguí un rato de esa forma y con la mano empecé a masajear nuevamente su clitoris.
«Si papá… me gusta, ay si… seguí así, me gustaría tu verga adentro… quiero ser tu puta…»
Cuando dijo eso, me separe de ella. Se dio vuelta y me miró inquisitivamente. Aunque, lo reconozco, me calentó mucho.
- ¿Dije algo malo, pa?
- Amor, esto no es uno de esos videos que viste… no quiero que seas mi puta, quiero que seas mi hija.
- Si papa…
- Todo esto que estamos haciendo es por que nos amamos… vos y yo sabemos que no esta bien visto que hagamos esto, ¿se entiende? – asentía con su cabeza – no quiero que vos te sientas mal, quiero que lo disfrutes y que si hacemos algo que no te gusta, me lo dices inmediatamente… entendido?
- Si papa… prometido… ahora puedo hacer algo por vos? (con una sonrisa cómplice)
Lentamente ella se acercó y me dio otro beso. Bajo hasta mis pantalones y comenzó a bajarlos. Debajo de mis Jeans tenía un bóxer que estaba a punto de reventar. Cuando los bajo, mi verga salió disparada como cohete a la luna.
Ella puso los ojos como dos huevos, bien abiertos. Era la primera vez que veía un pene y en semejante estado. Primero lo toco con un dedo y luego con su manita lo agarro completo.
Yo me acosté boca arriba en el sillón y ella estaba arrillodada al costado… era más que nada una fascinación que tenía. Lo tocaba, lo agarraba. Primero cerró una mano y luego puso la otra al lado.
Yo no daba más… «despacito, de arriba hacia abajo, mi amor» le dije. Ella hizo caso y comenzó con un ritmo lento, apretando en la medida justa. Luego empezó a aumentar el ritmo, yo estaba en el cielo con eso. Cerré los ojos y dejé que haga.
A los pocos segundos note húmedo, era su lengua que comenzaba a lamer todo el lago de mi pene, bajaba hasta las bolas y subía de nuevo. Nunca dejaba de subir y bajar con su mano.
«metelo todo en la boquita, bebe»… Atine a decir y eso lo intento. No es una gran verga, para que vamos a mentir, pero estaba tan erecta y dura que nunca la había visto así.
Comenzó a chupar, parecía realmente una actriz porno… seguro practico mucho con el fibron tal como lo había visto yo en los videos.
Me cuesta mucho explicarlo… perdón si no me me salen las palabras, pero era una sensación increíble. No solo que hacía mucho tiempo no me chupaban la verga, sino la situación en sí, lo prohibido, lo erotico de todo. Era un combo explosivo.
Todo era tan explosivo que ni siquiera pude advertir a sofi que estaba por eyacular y sin que ella se diera cuenta salieron chorros y chorros de semen. Algunos pasaron directo a su garganta, otros (cuando atino a sacarse la verga de la boca) regaron toda su cara, pelo y cuerpo.
No recuerdo haber acabado así en mi vida… no solo por la cantidad, sino por lo excitante que fue… me temblaban las piernas.
Mi hija se ahogo con el semen que pasó derecho a su garganta, pero cuando dejó de toser comenzó a reírse y mostrar una alegría tremenda por haber sido la autora de semejante orgasmo de su padre.
Se recostó encima de mí pecho, ella llena de semen, yo de sudor. Nos besamos y cerramos los ojos. Fue una pequeña siesta, pero hermosa.
A parir de ese día, mi vida… nuestras vidas, cambiarían para siempre. Esperaba que el cambio fuera para bien.
Continuará…. Y como!
Exelente relato muy exitante, continúa con la siguiente parte
Te luciste con esta IV parte..☺️ espero tengas más anécdotas.
Me encantaría saber como continua ésta historia de amor
«la situación en sí, lo prohibido, lo erotico de todo». Yo con nenes, así de caliente te pone ❤️🔥
Ufff que rico relato espero pronto la continuación