Encontré a mi hija de 10 masturbandose con mis videos porno – V parte
Subimos un nivel? Definitivamente. Al fin pude disfrutar del culito de mi hija Sofi. .
Ese día y los siguientes fueron hermosos. Parecíamos dos adolescentes descubriendo su sexualidad por primera vez. La única diferencia es que había más de 30 años entre ambos.
Después de nuestra primera sesión, esa tarde y noche volvimos a repetir. Al día siguiente, nos dimos amor en la ducha, en la cama, en el sofá, en la mesa. Siempre sexo oral, no iba a ir más allá de eso, por más que ella me lo pidiera un par de veces.
Le explique que no es fácil, que era un proceso que llevaba tiempo para que ella no salga lastimada. Estuvimos viendo muchos videos, desde los porno de mi pc, de los «otros» que había bajado y hasta un documental educativo. Hasta ese nos calentaba y terminábamos en un 69 riquísimo.
El viernes volvió mi esposa de viaje y para mi fue terrible. Con Sofi estábamos súper contentos, cuando su mama le preguntó cómo la había pasado, ella decía que de maravillas sin dar mucho detalle pero enviando miradas cómplices.
A mi me daba un poco de pena, por que Mariela volvía realmente mal de sus guardias. El covid se estaba llevando muchas vidas y ella al estar en una terapia intensiva tenía que lidiar con la muerte todos los días. Hice a un lado mi obsesión con mi hija y me dedique a que Mariela lo pase lo mejor posible.
Por supuesto, seguíamos sin tener sexo con mi esposa, pero a decir verdad el primer fin de semana fue muy lindo. Igual, en la madrugada del sábado me levante por un vaso de agua y me encontré a sofi sentada en las escaleras… sin mediar palabra alguna, me bajo el bóxer y me la chupó de tal manera que caí rendido. Todo con el peligro de que mi esposa se despertara.
El lunes siguiente, mi esposa se fue de nuevo a sus guardias. No perdimos tiempo y seguimos chupandonos cada rincón de nuestros cuerpos. Sofi me insistía de que quería que el sexo pasara a mayores. Le prometí que lo íbamos a hacer, pero bajo mis términos.
La pandemia puso muy de moda los envíos a domicilio, así que aproveche esa situación y pedí algunas cositas en un sex Shop online. Aceites corporales, lubricantes al por mayor y un par de juguetes que a sofi estaba seguro que le iban a gustar. Las cosas llegarían al día siguiente.
Esa noche, acostados en la cama, Sofi me preguntó como hacía el amor con su mama. Le conté que hace mucho no lo hacíamos, pero que era muy lindo por que había amor.
Recordé los videos donde nos grabamos teniendo sexo con Mariela y busque el disco extraible. Lo encontré en una caja que jamás habíamos desembalado después de la mudanza. Lo conecte a la TV del dormitorio y reproduci uno de ellos, con sofi acostada a mi lado totalmente desnuda.
La escena arrancaba con Mariela con un conjunto de lencería muy sexy, color negro. Su cuerpo era una preciosura en aquella época (lo seguía siendo, pero con unos años más). Yo estaba fuera de cuadro apareciendo desde el costado. Nos fundimos en un beso apasionado y fuimos a la cama. Poco a poco nos fuimos sacando la ropa hasta quedar totalmente desnudos.
Sofi en ese momento se comenzó a acercar a mi en la cama.
La escena seguía con una penetracion en misionero, para pasar en la posición perrito y terminar con ella encima mío. Yo me había súper calentado con eso y añoraba las épocas que con mi esposa teníamos sexo a cualquier hora y en cualquier lugar.
Cuando repare en mi hija, ella estaba con las piernas semi abiertas masturbandose. Le pregunté si le gustaba lo que veía y apenas asintió con la cabeza. Me acerque a ella y comencé a besara apasionadamente, ella aumento el ritmo de su masturbacion.
«Chupame el culo, papa» me dijo y se puso en cuatro patas en la cama mientras que se seguía estimulando con una mano, siempre mirando hacia la TV, donde había arrancado otro video de sus padres teniendo sexo. A ella le gustaba mucho que le chupara su anito y a mi me encantaba hacerlo también.
Si bien todavía no había penetracion, si jugaba mucho con mis dedos en sus agujeros. Lubrique bien su culito y comencé a meter un dedo, ella gemia cada vez más y no perdía detalle de lo que veía en la tele. A los pocos minutos estalló en un orgasmo que la dejó tirada en la cama casi sin respiración.
- Te gustó, amor? – le pregunté
- Si papi, me encantó ver los videos tuyos con mami… ella era muy linda antes.
- Sigue siendo hermosa, como vos, bebe…. Decime, te gustó mami también? – ella asentía tímidamente – solo mami o las nenas también
- Las dos cosas, pero creo que si nos vamos a dar amor con vos, sería de malos dejar a mama afuera… ella esta triste últimamente
- Si bebe, ya vamos a ver como hacemos para animar a mama, pero hay que tener cuidado con eso, puede que no le guste.
Al día siguiente, un martes, llego el pedido que hice en el sex shop: lubricantes anuales y vaginales, lociones para masaje, un aro para el pene, un dilatador anal y un vibrador.
Sofi abrió la caja como si se tratara de su cumpleaños y me preguntaba por cada uno de los productos. Para que servía, como se usaba, etc. Le fui explicando y estaba muy ansiosa de probar.
Desde que habíamos comenzado a tener nuestras prácticas sexuales, ella no se había encerrado más a ver videos porno, sino que o bien lo hacíamos juntos o directamente no veíamos nada, solo actuabamos.
Ese dia ella quería que busquemos videos nuevos, no de los legales sino de los «otros». Así que nos sentamos en la PC y buscamos con el método que yo ya había perfeccionado para descargar. Encontramos varios, algunos caseros, algunos de estudio.
Antes de ir a la habitación para verlos en la TV, ella dijo que quería ir a cambiarse. Yo no le di mayor importancia y me dedique a preparar todo lo que había comprado para estrenarlo con ella. A los pocos minutos baja con un camisón todo transparente que yo reconocí de inmediato: era el que uso su mama en el video que vimos anteriormente.
Cómo era de esperarse, le quedaba grande, así que con unas tijeras ella misma lo había recortado y, usando aguja e hilo, aprovecho unas «clases» que alguna vez le diera una tía sobre costura, para achicar los costados.
Fue un gesto que a mi me calentó mucho. A pesar de que sólo tenía diez años, verla con ese conjunto me recordó mucho a Mariela ya que eran muy parecidas.
Yo estaba sentado en la cama cuando ella ingreso al dormitorio y se me acercó para darle un profundo beso que yo correspondi. Nos acostamos y comenzamos a ver los videos que habíamos descargado.
Naturalmente, nos empezamos a calentar. Ella tenía su mano sosteniendo mi pene que cada vez crecía más, mientras que yo juguetaba con su conchita que se iba humedeciendo. Antes de que los instintos básicos nos dominarán, le pedí que se saque el camisón y se acueste boca abajo.
Lo primero que hice fue echarle unos chorros de aceite de masaje por todo el cuerpo… comencé por su espalda, sus brazos, sus piernas. Llegué hacia su culo y comencé a masajear. Ella se iba excitando. Le hice abrir las piernas y que levante si cadera. Me quedo una preciosa imagen de sus dos orificios.
Cambien de producto y empecé con el lubricante sobre su culto. Le advertí que utilizaría mis dedos y el dilatador. Así que comencé primero masajeqndo para relajar el musculo, poco a poco iba insertando mi dedo índice… no era la primera vez, pero el lubricante lo hacía mucho más fácil, así que metí un segundo dedo… entraba y salía, sin dificultad. Ella gemia.
Pasé al dilatador en forma de cono que se iba engrosando cada vez más. La punta entró sin problemas, a medida que insertaba más, se dificultaba. Al principio dio un respingo cuando el grosor ya era mayor que mis dedos. Le puse más lubricante, también en su vagina y la comencé a estimular con el vibrador. El dolor iniciar cedió ante el placer que sentía.
Aproveche esos momentos para meter de todo el plug en su culo, lo hice de manera repentina así que su primer reacción fue alejarse. Ya era tarde, estaba del todo metido en su culito. Poco a poco se fue relajando a medida que el estímulo en su clitoris se intensificaba.
Yo le besaba la espalda, el cuello, sus nalgas. Ella gemia y movía circularmente su cadera, estaba a punto de estallar en un orgasmo hasta que finalmente sucedió. Se quedó así, tirada boca abajo respirando con agitación y con el plug metido en su culo.
Hice que se girará hacia mí y me chupara la verga que estaba firme a más no poder. Ella encantada, se había vuelto experta y adicta a chuparme la pija. Estuvimos así un rato, yo acostado boca arriba y ella al costado en cuatro patas chupando.
Con una mano, yo seguía estimulando su culo, estaba bastante dilatado y relajado a punto tal que el plug entraba y salía sin dificultad.
Cuando sentí necesidad de eyacular la aparte de mi. Ella entendió lo que iba a pasar y me sonrió, pero en sus ojos había un poco de miedo.
«Sofi, mi amor, quiero que te relajes ahora» ella asintió. La acosté boca arriba y levante sus piernas. Bese sus muslos, su vientre, su vagina, estimule su clitoris que estaba rojo y sensible. Saque el plug de su culo y le puse más lubricante, bastante… sobre mi pene erecto, también.
«Al principio va a doler, si? Quiero que me avises si necesites que pare» le dije, guiando mi glande hacia su culo bien lubricado y dilatado.
Ella no decía nada, su comunicación era gestual. Había miedo en sus ojos, pero ansiedad y curiosidad también. Por fin iba a pasar lo que ella tanto veía en los videos.
Comence a empujar, al principio no notaba mucha resistencia, pero cuando entro todo el glande ella dio un pequeño grito. Le pregunté si estaba bien y me dijo que si. Tras poner más lubricante (por las dudas) seguí empujando.
Lo hacía de a poco, lentamente, prestando más atención a ella que a como entraba mi verga en un pequeño agujero. Tuve que hacer mucho esfuerzo para no dejarme llevar por la situación y meter todo de una. Ella es mi hija y la quiero cuidar, quiero que disfrute.
Cuando tuve medio pene adentro, encontré bastante resistencia y ella me hizo saber que le dolía mucho. Le pregunté si quería que la saque, pero dijo que no. Estuvimos asi, unos segundos, los suficientes para tomar el vibrador y dárselo para que ella estimule su clitoris con el.
Cuando vi que se relajó, volví a mi tarea de empujar más, no sin antes sacar un poquito y volver a meter. Con casa acción de esa, mi pene entraba un poco más. Cuando estuvo en casi un 80% adentro, comencé a meter y sacar con las ritmo.
Yo antes había tenido sexo anal, con Mariela y otras parejas anteriores. Siempre fue lo que más me gustó ya que la presión sobre el pene es distinta. Pero esta vez no tenía comparación con ninguna anterior que haya experimentado.
Tenía a mi hija con las piernas levantadas y abiertas, donde ella se estaba masturbando con un vibrador mientras yo metía y sacaba mi verga de su culo.
Comenzó a gemir cada vez más fuerte a medida que yo aumentan el ritmo. A los pocos segundos, los gemidos se transformaban en gritos de mezcla de dolor con placer. Yo entendí que tenía vía libre para seguir, así que aumente el ritmo.
Ella estaba bien quieta, lo único que movía era su mano con el vibrador y su boca que cuando no gritaba, se mordía el labio. Yo no daba más y acabe.
Le llene el culo de semen, fuero varios chorros que se sentían que llenaba todo ese agujero.
Después de eso, caímos rendidos a la cama, había sido una noche única. Por la mañana quise volver a atacar ese culito, pero ella decía que le había quedado doliendo, así que fue solo otra sesión de sexo oral que tampoco estaba nada mal.
Habíamos subido un nivel más en la relación, siempre con cuidado, siempre con amor. Pero ahora se me planteaba algo nuevo, un poco por pedido de sofi, otro poco por morbo… ella quería compartir con su mama, yo sería el encargado de facilitar eso, aunque no sabía el cómo ni cuánto tiempo me llevaría.
Cada relato me gusta más y más, tienes algún contacto? Estaría genial un tutorial sobre como buscar esos «otros» videos…
Como siempre muy bueno, continua e integra a esa madre👍
Excelente muy excitante,erotico y tiene mucho morbo, cada relato es mejor que el anterior.