Encuentro a mis hijas muy unidas
Nunca pense que ver a dos mujeres juntas me excitara, menos que fueran mis hijas..
Mi nombre es Nancy, tengo 38 años y a pesar de mi edad me conservo bastante bien, delgada por el yoga y buenas curvas, me gusta como me veo, pero la gente no me cree cuando les digo que tengo 2 hijas; Laura, de 19 y Liz de 17; las 3 tenemos el cabello castaño oscuro y ojos cafés. Las tuve a una edad temprana, cuando recién comenzaba la universidad, sin embargo, eso NO me impidió concluir con mis estudios en Arquitectura, gracias al apoyo que recibí de mis padres. El padre de mis hijas hizo su mayor esfuerzo, según él, ya que nunca tuvo trabajo y se la pasaba mendigando dinero con sus amigos y conocidos, a día de hoy no se como me enamore de él siendo un bueno para nada. En fin, después de que laura cumpliera 6 y Liz 4, se fue y me dejó una carta diciendo que se había enamorado de otra. Más que enojo o frustración, sentí alivio, un niño menos al cual cuidar, no lo volví a ver.
Los años siguientes fueron agridulces, entre el crecer de mis niñas y el amor que nos teníamos y las dificultades económicas y de salud, dado que mi padre falleció pocos días después del cumpleaños 12 de Laura en un accidente y lo siguió mi madre a los dos años debido al cáncer. Perder su apoyo, sumado a que nunca fuimos gente de dinero nos dejó en una crisis, puesto que mi trabajo apenas era suficiente para pagar las cuentas y comer. Así fue hasta que conseguí un mejor puesto y las cosas mejoraron para las 3.
Lau y Liz siempre fueron una niñas muy hermosas, sumado a que son muy inteligentes, pues eran de las mejores en sus respectivas clases, esto me llevó a pensar que tendría que lidiar con un mar de chicos tras de ellas a partir de su adolescencia, pero no fue así, así que dejé de darle tanta importancia. Aun así, hacía lo posible por guiarlas y explicarles cuanto pudiera de las relaciones y los cuidados que tenía que haber. Las cosas marchaban viento en popa.
Fue cuando cumplí 37, que las cosas comenzaron a cambiar, pues notaba ciertos comportamientos de mis hijas que me inquietaban. Salían seguido en las noches sin permiso, hablaban en susurros, se encerraban en sus cuartos; cosas que antes no pasaban, pero suponían eran normales para chicas de su edad, en más de una ocasión se mostraron nerviosas y sin verme a la cara, como si quisieran decirme algo, pero no lo hacían y yo no las presionaba, nunca faltó la confianza y les dejaba en claro que podían contar conmigo para lo que necesitasen.
Todas las respuestas me llegaron un viernes por la tarde, cuando regresaba del trabajo más temprano de lo usual, al entrar a mi casa, que antes era de mis padres, escuche ruidos en el piso de arriba, supuse que mis hijas estaban viendo una película o algo por el estilo y subí sin prisas. Fue hasta estar junto a la puerta del cuarto de Lau que distinguí con precisión los gemidos. Me asuste pensando que estaría con algún chico y que le pasaría lo mismo que a mi. Instintiva e imprudentemente abrí la puerta un poco para ver que ocurría, invadiendo la privacidad de mi hija, y lo que vi me dejó helada, pues no había ningún chico, en su lugar estaba Liz que cómodamente le hacía un oral a su propia hermana que estaba recostada sobre la cama con las piernas abiertas.
Ambas desnudas, disfrutando de un acto aberrante sin percatarse de que su madre las había descubierto. Con terror comencé a marearme y me sostuve del marco de la puerta, incapaz de comprender lo que sucedía. Las observaba al borde del llanto, mientras Lau se retorcía y Liz la sujetaba de las tetas y enterraba el rostro en su entrepierna. Aunque lo pensé, no las interrumpí y no pude dejar de verlas e irme, simplemente, no pude, algo me mantenía estática en ese lugar. Por alguna extraña razón una sonrisa me lleno el rostro, pues mis hijas se estaban amando, disfrutando, compartiendo.
De forma inconsciente, al momento de que Lau tuvo su notorio y ruidoso orgasmo, para proseguir a besarse con su hermana, yo comencé a tocarme todo mi cuerpo, hacía tiempo que no estaba con nadie, pero no había sentido la necesidad hasta ahora, viéndolas juntas. Lau se colocó detrás de Liz con los pechos en su espalda y comenzó a dedearla por detrás, mi hija menor gemía, y su rostro se veía tan tierno y placentero como el de su hermana, mientras yo metia mi mano dentro de mi tanga y me frotaba el clítoris lentamente, estimulandome y sin hacer ruido para no delatar la situación y arruinar el momento.
Liz se agacho levantando el culo dejándolo a disposición de Lau, la cual no desaprovecho y comenzó a devorarla; clítoris, vagína, ano, todo lo atendia el tiempo necesario y Liz temblaba con cada estimulación, mientras tanto yo aceleraba los movimientos sobre mi vagina comenzando a introducirme dos dedos y apretando mis tetas. Fueron como 5 minutos hasta que Liz tuvo un orgasmo y yo un minuto después. Tarde en recuperarme del mejor orgasmo que recordaba haber tenido nunca mientras ellas se besaron nuevamente, reaccione solo cuando Lau dijo «mamá no tardará en llegar, vamos».
Salí disparada de casa sin hacer ruido y espere como 10 minutos antes de entrar nuevamente fingiendo que no había pasado nada, pues aún no sabía cómo afrontar la situación. Mis hijas actuaban como siempre, por lo que no me preocupe mas y fui a dormir esperando aclarar mi mente para el día siguiente.
Sin embargo, al día siguiente fue cuando todo se salió de control. Me levanté a las 9:00 como todos los sábados, pero pensando en lo del día anterior y me puse a preparar el desayuno. Cuando entraron mis hijas me dieron los buenos días pero no voltee a verlas y continue con lo mio, al terminar me gire y casi se me cae el plato con huevos y pan tostado, pues mis hijas iban solo con cachetero y unos camisones muy cortos que dejaban ver sus vientres. Me puse muy nerviosa y ellas me sonrieron, preguntando si todo estaba bien, yo dije que sí y comenzamos a desayunar entre miradas fugitivas y un silencio muy denso que me costaba soportar.
Media hora mas tarde, mientra limpiaba los platos, me tomaron por sorpresa ubicándose una a cada lado, muy cerca, y me dijeron.
Lau: Oye mamá, Liz y yo hemos estado hablando.
Yo: De qué cariño? – pregunto nerviosa
Liz: De ti – volteo a verla confundida – de que eres la mejor mamá del mundo, y que te amamos mucho.
Yo: yo las amo mucho mas – sonrío a cada una y las abrazo.
Lau: También hay otra cosa que tenemos que decirte – dice apartándose un poco del abrazo, dejándome expectante – sabemos que nos viste el día de ayer.
Perdí los colores del rostro y me puse extremadamente nerviosa, «como?» pregunte. Al parecer había una cámara en el buró de la cama apuntando justo hacia la puerta, donde estaba yo masturbandome mientras mis hijas hacían lo suyo. Al querer reprenderlas por haberse grabado teniendo relaciones, me dijeron que era solo para ellas y sus novias, nuevamente quedé en shock, ¿novias?.
Después de tanta confusión y sorpresas, decidieron contarme todo de una vez. Por lo visto descubrieron ser lesbianas a los 14 y 12 años respectivamente, a Lau le costó más aceptarlo puesto que sus amigas comenzaban a hablar de chicos y se sentía perdida, intentó con un joven de su escuela pero no le gusto, solo le interesaban las chicas, y fue con Naty su «mejor amiga» con quien confirmó sus gustos y siguen de novias a día de hoy.
Con Liz fue más controversial puesto que siempre supo que no quería nada con ningun chico, y fue con su maestra de Álgebra con quien se quitó todas las dudas, eso me sorprendió y molestó un poco, ya que solo era una niña, pero me aclaró que ya no ha vuelto a verla desde que terminó la secundaria y además nunca la forzó a nada ni la lastimo.
Finalmente me contaron de sus encuentros, que al parecer Liz encontró a Lau y a Nath juntas en la cama hace ya 2 años y se les unió, ambas convencidas por Nath de que sería muy excitante, dicho y hecho así fue y desde entonces no han parado de tener relaciones casi a diario. De acuerdo con Lau, Nath no tiene problemas con eso y se les une de vez en cuando, y desde hace unos meses también incluyen en sus pervertidos encuentros a la novia de Liz, de ahí sus salidas nocturnas.
Con esto último yo me excitaba a medida que avanzaba la conversación, y Lau aprovechó para soltar la pedrada. Me dijo que se habían excitado mucho al ver el video del día anterior y notar mi presencia en el, volví a ponerme nerviosa, Liz le siguió el juego diciendo que siempre me habían visto como una mujer muy atractiva, pero al ser su madre les daba miedo como pudiera reaccionar. Mientras me decían eso se acercaron a mí y me arrinconaron en una esquina. Lau siguió diciendo, desde que están juntas han tenido la fantasia de hacerlo conmigo. Comenzaron a acariciarme y yo no me movía, pero decía que no se podia, son mis hijas, pero no pudo importarles menos y a mi igual pues sus toques me erizaban la piel y mi respiración comenzaba a agitarse.
Cuando me di cuenta estaba desnuda entregada por completo a mis pequeñas, que también se quitaron lo poco que traían puesto. Me montaron en la mesa y Lau comenzó a comerme la vagina de una forma espectacular mientras Liz me comia la boca y los senos, tantas manos, tantas lenguas, tanta estimulación me produjo una corrida impresionante que no podía dejar de temblar.
Luego de recuperarme, fuimos a mi recamara y sobre la cama me pusieron a comerle la vagina a Lau, y a pesar de mi inexperiencia, hice lo posible por darle lo mejor hasta provocarle un orgasmo, mientras que Liz volvió a estimularme desde atrás, pero no dio tiempo a correrme de nuevo cuando cambiamos y ahora me tocaba satisfacer a mi hija menor, el sabor de ambas era delicioso, aunque muy parecido. Lau continuo estimulando mi clítoris y unos minutos más tarde Liz y yo nos corrimos casi al mismo tiempo.
Era espectacular, queria mas y mas, por lo que nos acomodamos para hacer como un 69 pero entre las tres, yo me comía a Lau, ella a Liz y Liz a mi, completa excitación, mis sentidos estaban a tope mientra gemiamos a la par, trataba de replicar lodo lo que Liz me hacía para satisfacer a Lau, intercalando mi lengua y mis dedos en el clítoris que no dejaba de estimularse y de ahí metía mi lengua en su vagina y después a su ano y de nuevo el clítoris. Incluso llegamos a meternos un dedo en nuestro ano, cosa que rara en un principio terminó por enloquecerme y hacer que me corriera en una especie de squirt que dejo mojada a Liz que por lo visto lo disfruto mientras tambien tenia su orgasmo junto a su hermana.
Después de eso nos quedamos dormidas del cansancio mientras nos besamos y abrazamos diciendonos lo mucho que nos amamos. Aunque durante los primeros días me sentí culpable, después de haber estado con ellas 3 veces mas se me pasó y comencé a disfrutarlo con todo. Después de eso Lau siguió saliendo con Nath y Liz me presentó a Brenda con quien terminó hace unos meses, pero ya conoció a otra chica. Un año después la vida sigue y seguimos disfrutando.
Es curioso mi primera vez con una mujer, mi primer trio, mi primer oral y todo con mis propias hijas.
muy bueno esperemos continuación
Buenas tardes, Excelente contenido. Felicitaciones
Excelente relato , expericia a mil , grandioso