Encuentro Prohibido
Relato del encuentro entre un padrastro con su hijastra .
ENCUENTRO PROHIBIDO
Hace 20 años estoy con mi esposa. Soy policía, la conocí cuando fui trasladado a una ciudad del interior de mi provincia.
Ella tenía una hija de 8 años, una nena rebelde pero muy inteligente que siempre desafiaba las reglas de su madre.
La conocí el día que cumplió 9 años.
Al tiempo nos casamos, nos fuimos a vivir juntos y luego me trasladaron nuevamente pero esta vez a mi ciudad natal. Habíamos formado una familia y decidimos iniciar una nueva vida en mi pueblo.
Los años pasaron y me hice amigo de Amparo, la hija de mi esposa.
Quise ser su padre en algún momento, pero nunca se pudo, siempre había una distancia imposible de romper.
Con el tiempo, Amparo se volvió una jovencita muy bonita. Aunque me decía a mi mismo que no debía mirarla con otros ojos, era la niña de la casa.
Tuve dos hijos con mi esposa, dos varones, como no teníamos espacio en casa ambos dormían con Amparo en la misma habitación.
Una noche luego de salir de mi guardia, llegué a casa, mi esposa dormía, y quise saludar a mis hijos, entré a la habitación donde dormían, Amparo ya tenía 14 años, esa noche hacía mucho calor y en la oscuridad no había visto que estaba destapada. Encendí la luz de la lámpara para besar a mis nenes, y ahí vi que ella estaba en ropa interior…un calor se apoderó de mi. Sospecho que ella se despertó pero no dijo nada, se puso de espalda y sacó más su c0la, haciendo que se viera el hilo que tenía puesto como ropa interior.
Apagué la luz y me fui de la alcoba.
Entre al baño y ya tenía la verg4 parada, tuve que masturbarme esa noche. No pude dormir pensando en la figura de Amparo.
Luego de esa noche, traté de no mirarla, de evitarla, pero Amparo venía y se sentaba encima mio, o me abrazaba y se apoyaba contra mi cuerpo, me sonreía de reojo y veía que yo me ponía nervioso, pero se daba cuenta que me generaba erecciones y más se apoyaba en mi como al descuido.
Un día cualquiera, debía pasar a buscarla por el colegio, mi esposa había viajado y los niños quedaron con la niñera, tenía que ir a llevar unas cosas a la finca que habíamos comprado hacía poco tiempo, pasé a buscarla del colegio y ella se subió al auto.
Tenía puesto el uniforme del colegio, una pollera muy corta y una chomba escotada, la miré mientras se subía y cruzaba las piernas.
¿A donde vamos? Me dijo mientras sonreía de manera pícara.
Le explique qué debíamos pasar por la finca a llevar unos fertilizantes y que luego iríamos a casa.
Durante el camino me preguntó como podía darse cuenta si ella le gustaba a un hombre, titubeó mientras me preguntaba y apoyaba su mano en mi regazo. Me confesó que aún era virgen a los 16 años y que quería aprender como estar con un hombre pero que no tenía confianza para hablar de esto con nadie. Hasta ahí, pensé que quizás era la forma de conectar con ella,¿quién no tuvo dudas sobre la sexualidad y más siendo adolescente?
Llegamos a la finca, baje mientras ella prendía el estéreo y ponía esa música que le gustan a los adolescentes.
Había una botella de agua que ella abrió. Cuando regrese al auto ella tenía parte del pecho mojado, me dijo que se le había derramado el agua mientras tomaba. No pude evitar notar que no llevaba brasier. Sus pezones se marcaban bajo la chomba y debo admitir que me calentó demasiado.
Me volví para dejar de mirarla, le dije que me había olvidado de algo, ella se bajó por detrás y me dijo que quería agradecerme. Le pregunté por qué me agradecía, y me dijo: «por todo lo que haces por mi. Por ser mi confidente en temas que no puedo hablar con nadie» y acto seguido, me abrazó fuerte pero otra vez se apoyaba contra mi. Yo ya tenía la verg4 parada y ella lo notó, bajó su mano y me lo rozó, yo me quedé sin saber que decir.
«¿Esto es una muestra de que te gusta alguien?» Me preguntó mientras me tocaba por arriba del pantalón.
Me miró fijamente, tenía una boca seductora, con labios anchos y carnosos, ojos grandes y una nariz pequeña y repingada, su cabello largo y suave caía sobre sus hombros, sus senos redondos y firmes que se veían desde arriba de su escote. Se acercó a mí oído y me dijo «creo que algo me pasa, mira»
Y mientras lo decía llevaba mi mano hacia abajo de su falda, hizo que posara mis dedos en su c0nch4 y por arriba de la ropa interior que llevaba puesta pude sentir que estaba húmeda. Eso me hizo calentar más.
La toqué suavemente y le respondí que eso pasaba cuando alguien te gustaba mucho.
Entonces, me besó, un beso húmedo y suave.
Yo seguí besándola mientras tocaba sus pechos por debajo de la remera. Pero me detuve. Quise detenerme.
Me subí al auto y cuando me senté ella se subió arriba mio. Quedó entre mi y el volante del auto. Siguió besándome mientras se movía arriba mio y empezó a gemir. Sin penetrarla pude sentir que seguía aún más mojada. Mi verg4 estaba más dura que nunca y me desprendi el pantalón. Cuando vio mi p3ne ella siguió moviéndose encima mio. Luego de algunos movimientos, ella corrió su tanga y mientras se resfregaba arriba mio sentí que por fin mi verg4 entró en su c0nchit4 húmeda.
Salió s4ngre, gritó pero seguia moviendose. Era verdad, aún era virgen, y entrar en ella se sintió apretado, era la primera vez que lo hacía.
Recline el asiento del auto recostandome más.
Ella montada arriba se movía como si tuviera experiencia. La tome de la cintura y lo único que le dije fue que ahora se diera vuelta.
Me hizo caso y al hacerlo se sentó nuevamente encima pero dándome la espalda. Tomó el volante con sus manos y mientras se movía levante su falda, pude ver su cul0 con la tanga puesta y mi v3rg4 adentro de ella. Una imagen perfecta. Tenía poco vello púbico. Una cola firme y levantada que cuando se movía se veía mejor.
Me gusto tanto que no pude evitar acabar.
Mientras lo hacía ella gemia; «Se sintió rico, sentí mientras te salía la leche blanca que me tiraste» me dijo cuando se sentó en su lugar.
Arranque el auto. Salimos a la ruta de regreso a casa. Estuvimos en silencio durante todo el camino.
Antes de llegar a casa me miro y me dijo:
«Cuando volvemos a la finca? Quiero ir de nuevo»
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