Encuentro sexual con mi hijastra
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos los lectores de estos relatos. Mi nombre, aunque cambiado es Vicente, y quiero relatar algo caliente para todos, algo que me sucedió y aún me sucede.
Resulta que tengo 36 años, y hace unos dos años me hice novio de una mujer divorciada de nombre Raquel, ella en ese entonces tenía 39 años, es decir tenía cinco años más que yo. Raquel tiene una hija de 17 años, de nombre Isabel, pues resulta que a ella nunca le gustó mi relación con su mamá, asi frecuentemente me hacía desplantes, muchas veces ni me saludaba ni por educación, portándose muy indiferente conmigo. Pues aun con eso yo seguí mi relación con Raquel.
Ella vio mis buenas intenciones y al año de salir juntos pues decidimos casarnos, aun con el rechazo de Isabel, quien inclusive no asistió al casamiento, aún después de que su madre casi le rogó.
Bueno pasaron los meses, yo instalado en la casa de Raquel, eso no indica que ella me mantenía, sino que fue más cómodo para todos, debo decir que yo trabajo en una firma de abogados, y esa es mi profesión. Mi relación con Isabel siguió casi igual, casi no nos dirigiamos el uno al otro, sino a través de su mamá, y aprendí a vivir con eso. Isabel tiene un cuerpo alto pero delgado, su cara es preciosa, con ojos grandes y pelo negro azabache, tiene pocos senos y nalgas, pero para su figura delgada le sienta bien, sus pieras son un poco arqueadas, con forma de alicate que lejos de afearla la hacen ver muy sensual. Alguna vez la había visto en toalla o en minifaldas y la verdad es una chiquilla deliciosa, pero rara vez la vi con morbosidad.
Cierto día que Raquel había ido a visitar a su madre, pasaría todo el fin de semana en un lugar a unas tres horas de allí, me quede solo con Isabel, a quien vi salir con sus amigos en horas de la tarde. Estando sin hacer nada, llamé a unos amigos, con quienes planee salir a dar una vuelta por allí. Estuvimos bebiendo unas cervezas en un bar, viendo algún partido de futbol. Luego alguien de ellos propuso ir a una discoteca cerca de allí a oir musica y beber, asi que fuimos con tres o cuatro cervezas encima.
Logramos una mesa en la discoteca y pedimos una botella de licor, estuvimos alrededor de una hora bebiendo, de repente que oimos varios gritos y ruidos que provenian de la puerta de entrada de la discoteca, como buenos curiosos fuimos a ver y pude ver a mi hijastra Isabel y sus amigos enfrascados en una riña con otro grupo de muchachos. Habían golpes, se lanzaban objetos y pude ver que un jóven le daba un puñetazo a mi hijastra, la cual cayó noqueada al suelo, yo salí del grupo de curiosos y me invadió la ira, no solo porque era mi ahora pariente, sino por golpear a un mujer, sin avisar le dejé ir un golpe en la quijada y éste también cayó al suelo como saco de patatas, otro del grupo de ellos vino a vengarse de mi y dividimos golpes y patadas, para eso mi hijastra ya estaba sentada en el suelo y gritaba no se que. En eso logre darle un golpe en la nariz al tipo y este también cayó al suelo con sangre en la nariz.
En eso se oyé a lo lejos la sirena de una patrulla de policía, me dirijo hacia Isabel la tomó del brazo y la levanto, -larguémonos de aquí!!- le digo con voz bastante fuerte.
La metí a mi auto y rechinando las llantas salimos de allí. Ya calmados en el camino de regreso a casa, puedo ver que Isabel ésta casi ebria, habla una serie de incongruencias, maldiciendo a los del otro grupo de jóvenes con quienes era la riña, luego hubo silencio. Cuando por fin llegamos a la casa, luego de esa noche tan agitada, Isabel ésta casi dormida en el lugar del copiloto.
La entro casi cargada a la casa. La habitación más cercaana es la matrimonial, la que comparto con Raquel. La dejó encima, ella está conciente pero casi grogil. Luego ocurre lo peor, ella comienza a vomitar asi como ésta. Yo le levanto la cabeza, para que no se pueda ahogar con sus vomitos, pero hace un desastre su ropa y las sabanas de la cama. No se me ocurre mas que hacer que llevarla casi cargada al baño y que termine de vomitar. Luego, le comienzo a quitar su blusa y su pantalón que están embarrados. En ese momento puedo ver sus pequeñas pero bien formadas tetas y su lindo trasero solo cubierto por su pantaleta, su vientre plano y lindas piernas delgadas. Ella no se da cuenta de nada.
Asi en ropa interior la meto a la ducha con agua tibia para limpiarla, le paso la mano en su piel, en donde está manchada, pero aprovecho para palpar sus senos duritos y su piel tersa en sus piernas y espalda. Sin darme cuenta tengo una erección infernal. Como ella está conciente, le digo que termine de bañarse y que se quite su ropa interior, yo salgo de allí y la espero en la cama. Asi yo aprovecho también para quitarme la camisa que ésta rota en un manga por la pelea, me pongo una camiseta, me quité el pantalón y me quede solo en boxer. Isabel se tardó un mundo allí adentro, pensé que se había quedado dormida, era posible.
Asi que el sueño me venció y yo me quede dormido sobre la cama, me desperté hasta que sentí el cuerpo de Isabel envuelto en una toalla, ella se acomodó a mi lado, acurrucàndose en posición fetal. Esperé hasta que la vi bien dormida y me levanté, ya que la luz de la habitación, del baño y de buena parte de la casa estaban prendidas. Apagué las luces, cuando regresaba del baño, pude ver bien a Isabel, la toalla con que estaba envuelta era pequeña, era la de manos, por lo diminuta y asi en posición fetal dejaba ver su tierno bollito por la parte de atrás, llenito de pelitos, sus labios vaginales colorados y su lindo par de nalgas y su culito arrugadito, me quedé varios minutos viendola, es más me acerqué con mucho morbo para verle sus partes intimas más de cerca, era excitante el olor de su coñito, oliendo a jabón, su culito oscuro, lo tenía a esasos centímetros de mi rostro. Quise tocarlo o lamerlo, pero no hice nada, me recordé lo mal que nos llevabamos con Isabel y esto podría ser puntos para ella, para darle la razón.
Asi que saqué una frazada del ropero y la coloque sobre Isabel tapándole sus partes y la dejé sobre la cama, luego me metí debajo de las sabanas, siempre teniéndo a mi lado a Isabel. Me dormí profundamente.
En la madrugada pensé que tenía un sueño húmedo, con Isabel como protagonista, mi verga era mamada por ella con ricos chupones en todo mi tronco, hasta llegar a mis bolas. Era rico, mi verga crecía y crecía en su boca y ella succionaba para darme más placer. En eso abro los ojos y me doy cuenta que Isabel éstá metida debajo de las sabanas y con mi pene en la boca, chupandolo desenfrenadamente, yo solo logro verle la cabeza con sus negros cabellos y lo puedo ver porque la luz de la lampara de noche está prendida. Mi primera reacción es tomarla por la cabeza y mover mi verga adentro de su boca, es exquisito, sus labios son tersos al igual que su lengua juvenil. Además me lo hace muy bien.
Sin embargo, me entra la preocupación de lo que acontece.
-Que haces Isabel?-, ella levanta su cabeza de entre mis piernas y con una sonrisa me dice: -Quiero recompensar a mi heroe!-, siento su aliento con olor a alcohol.
-No Isabel, no!- le digo, sin hacer nada por apartarla, realmente estoy gozando esta rica felación. Asi que dejo que ella termine de chuparme la verga. Pero poco a poco mi excitación es incontrolable. Ella termina de comerse mi pija y se empieza a subir sobre mi, creo que busca meterse mi verga, pero yo le digo que aún no, la dirijo para que suba aún más con dirección a mi rostro, asi que tomo su coñito con mi boca y le comienzo a chupar su chuchita con todas mis fuerzas. Isabel tiene su monte de Venus en forma de triángulo, al parecer no le gusta rasurarse el coño, pero en ese momento lo que quiero es mamarselo, lamerlo, asi que pego mi boca y mi nariz contra su sexo y mi lengua lame entre sus pelos sus labios vaginales, rapidamente siento sus jugos intimos derramarse en el interior de su chuchuita, le paso la lengua por esos lugares y siento su sabor agridulce.
Como su cuerpo no es pesado, la levanto para pasar mi lengua de su clítoris a su culito arrugado, es una delicia, lo hago varias veces, para ese momento Isabel esta casi gritando de excitación, luego ella ayuda con movimientos de su trasero hacia delante y hacia atrás. Mi rostro después de unos minutos está completamente embarrado con sus jugos vaginales, hasta mi nariz ha tocado su bollito y su culito. De pronto un flujo eléctrico recorre el cuerpo de Isabel, se convulsiona y siento en mi boca que su sexo se ha mojado completamente, señal de un orgasmo, sus jugos revalsan su vagina.
Isabel se quita de encima, la colocó a la par mía, boca abajo, busco su cuello para chuparlo, al igual que el pabellón de sus orejas, mis manos registran su vulva y acarician su clítoris, ella sigue gimiendo, yo bajo a sus tetitas y las mamo sin recato, pongo sus pezones entre mis labios y los aprieto por turnos, ella responde con quejidos de placer. Ahora yo coloco un dedo dentro de su chuchita peluda y se lo empiezo a pajear, qué caliente está por dentro!, por fin me animo a buscar sus labios, los tomo y meto mi lengua dentro de su boca, vuelvo a sentir el aliento a licor, pero no me importa, me acomodo entre sus delgadas piernas y mi verga va ubicándose en la entrada de su coñito, empujo un poco para que mi glande quede en la entrada de su vagina. Empujo otro poco para que mi glande abra su abertura sexual y empiezo a penetrarla, lo hago lentamente porque siento que es bastante estrechito su bollito. Asi también ella cuando siente mi verga entrando me clava sus uñitas en la espalda, eso me excita aún más, en ese momento el doy un empujón más a mi verga y ésta penetra un buen tramo en su vagina, oigo a Isabel gemir fuerte y su respiración es acelerada.
Ahora empiezo a mover el pedazo de verga que tengo dentro de ella, adelante y atrás, tratando de meter más de lo que saco, de esa forma mi verga se va metiendo en su rico sexo al tiempo que ella permanece abrazada a mi cuerpo y sus uñas en mi espalda. Luego de varios minutos en eso, por fin la tengo clavada completamente, mis bombeos se vuelven más constantes y profundos, el ritmo es delicioso, mi verga entra y sale completa de su bollito, unimos nuestros gemidos, ya que yo estoy muy excitado. El vaiven de nuestros cuerpos es acompasado, como si estuvieramos bailando, mi boca busca su cuello y sus tetitas y las vuelvo a chupar con todo el morbo posible. El placer que me da su estrecha chuchita es exquisito.
De pronto siento que ella me abraza con sus delgados brazos y piernas, siento que se la tengo metida hasta el cabo, luego de unos minutos, emite una serie de quejidos, Isabel está llegando a otro nuevo orgasmo y lo está gozando. Después suelta sus brazos y piernas de mi cuerpo, le ha pasado el climax y está mas relajada ahora. Sin mucho pensar la pongo de lado en posición fetal y me coloqué por detrás en la misma posición, le levanté una de sus piernas y la penetré suavemente, esta vez entró toda hasta el fondo de su chuchita, luego le comienzo a bombear mi verga en esta posición, al tiempo que le estoy besando su cuello y la espalda, su vagina esta altamente mojada y caliente por dentro. La sigo cogiendo en esa posición de lado poro un buen rato, gozando su cuerpo delgado y la tersura de su piel contra mi pecho y mi vientre, la bombeo hasta que no puedo más, no me da tiempo ni quiero sacarla de su bollito, asi que me derramo dentro de su chuchita, gimo varias veces y verga convulsiona hasta que sale la última gota de mi semen. Asi como estamos abrazados nos quedamos fatigados y con sueño. Nos quedamos asi de lado durmiendo desnudos.
Por la mañana, al amanecer sentí cuando Isabel se despertó, se despego de mi y salió casi corriendo de la habitación, tapada solo con la frazada, yo me hice el dormido para no incidir en nada. Me bañé una hora después, limpie el cuarto, saqué la ropa sucia, tanto mia como de ella, en cuenta su ropita interior.
Ella estaba encerrada en su habitación y pasó toda la mañana en él. Le toque la puerta para llamarla a almorzar, ella bajó al comedor, hasta que la comida estuvo lista. Con su rostro sonrojado se sentó en la mesa, yo me comporte normalmente, nadie sacó el tema de la madrugada.
Como supondrán, nuestra relación cambió radicalmente. Ella es ahora atenta conmigo, su madre esta feliz por ello. A veces creo que me coquetea constantemente. Sale menos a la calle y le gusta platicar conmigo. Por mi parte, tengo sueños humedos con ella frecuentemente, inclusive despierto. Anhelo volverle hacer el amor. Penetrar ese coñito tan joven y estrecho. Y creo que ella tiene el mismo sentimiento, veo brillo en sus ojos cuando me ve de frente. Creo que es cosa de tiempo y también pondré de mi parte para que ocurra.
Que relato más excitante.