Enseñándole a Sara de 8 años, lo que es el sexo oral – parte 2
Ahora era el turno de Sara de hacer sentir bien a su primo, con su pequeña boquita.
Acababa de ver como mi pequeña Sara acababa de tener un orgasmo con mi lengua y mi libido estaba por encima de las nubes, ya había llegado a este punto y no me iba a detener.
– Yo: podrías ahora hacérmelo tu a mi?
– Sara: quieres que te haga sentir bien?
– Yo: Si, vez mi pene trata de meterlo en tu boca
Le acerque el pene al rostro de Sara, ella al verlo de cerca quedó atónita y nerviosa, quería hacerme sentir bien pero era la primera vez que haría algo así. Aún así superó su nerviosismo e intento meter mi pene en su boca, su boca era muy pequeña y mi pene muy grande así que sus dientes chocaban con la punta de mi pene.
– Yo: trata de abrir un poco más la boca y mueve suavemente la lengua
– Sara: voy a intentarlo, pero creo que mi boca es muy pequeña
Sara trataba de encajar mi pene dentro de su boca, apenas lograba entrar parte de la punta y aún así chocaba contra sus dientes. Era algo doloroso pero el solo mirar cómo se esforzaba me excitaba aún más.
– Yo: creo que no entrara más, porque no mejor intentas lamerlo
Ella empezó a lamer mi pene, su lengua se movía con timidez desde la punta hasta la base de mi erecto miembro, la sensación era única, el morbo de ver como mi pequeña prima de apenas 8 años lamía mi pene como si de un dulce se tratara hizo que entre a un paraíso de placer.
– Sara: lo estoy haciendo bien?
– Yo: si cariño lo haces muy bien, te gusta?
– Sara: tiene un sabor extraño, es muy grande y está caliente
– Yo: entonces no te gusta?
– Sara: no sé cómo decirlo, no me gusta mucho pero quiero seguir haciéndolo
Al escucharlo me puse como un toro y empecé a masturbarme mientras ella aún me lamía el pene. Movía su suave lengua especialmente en la punta de mi pene y cada poco acercaba sus labios como si estuviese besando mi pene, yo no paraba de masturbarme y cada vez estaba más cerca de terminar.
– Yo: Sara quiero que abras tu boca, voy a acercar mi pene y saldrá algo blanco, quiero que lo tomes
– Sara: …está bien
Mi pequeña Sara abrió su boca lo más que pudo y yo le di una gran descarga de semen dentro de su boquita, ella abrió los ojos de sorpresa al sentirlo pero no apartó su boca de mi pene.
– Sara: cof cof cof creo que pude tomarmela toda
Ella había hecho el esfuerzo de tragarse todo mi semen pero aún así no pudo con todo, parte de la descarga que le deje en la boca se le escurría por los labios.
– Sara: tiene un sabor amargo y extraño
– Yo: perdón creo que deje mucho, pero es porque realmente me gustó
– Sara: no te preocupes, me gustó acerté sentir bien, la próxima intentaré que no se salga nada de mi boca
Sara me dijo eso con una linda sonrisa en su rostro, tenía los ojos llorosos y se notaba que el sabor no fue de su agrado, pero a pesar de todo ella ya me había hablado de una próxima vez y yo no podía estar más feliz porque imaginaba otra vez su boca pegada a mi pene con el rostro inundado en lujuria.
Después de todo lo que habíamos hecho Sara estaba agotada, así que la vesti y me quedé a su lado viendo una película hasta que se durmió. En mi mente solo pasaban varias ideas sobre lo que estaba haciendo, me sentía algo culpable pero a la vez satisfecho, Sara parecía pasárselo bien y de algún modo habíamos descubierto algo que nos unía más, de un modo especial.
Días pasaron y no tuve oportunidad de volver a probar la deliciosa vagina de mi prima, pero no había sido en vano lo que paso esa noche, Sara y yo éramos más unidos que nunca, me convertí en su confidente, ella me contaba todo y confiaba plenamente en mi, al parecer al conectar con ella sexualmente hizo que también conectamos aún más en nuestro afecto, así que tenía que hacer que ambos seamos inseparables llegando aún más lejos en lo que haríamos en las noches cuando finalmente podamos estar a solas otra vez.
Nada asombroso pero me calente igual.Veamos que viene y si mejora
MM ricoo!