Entre hermanos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Año 1990 me llaman Manu en ese entonces tenía 15 años y vivía en una finca alejada del pueblo, éramos mis padres Francisco 35 años mi madre Lola 34, mi hermana Eva 9 y María 8, nos dedicábamos todos a la agricultura y a los animales, por ese entonces ya yo estaba en plena adolescencia y estaba todo el día pensando en cascármela, tenía y tengo una buena herramienta para eso, solía vigilar a mis padres cuando cogían y recordándolo bien la verdad es que lo disfrutaban casi todos los días, mi padre era un hombre normal, pero mi madre debajo de las ropas gastadas que usaba tenía un cuerpazo unas tetas enormes y un culazo, vivíamos en una casa normal que solo tenía 2 cuartos el de ellos y el de los hijos, el de ellos quedaba al final de la casa, yo salía y por la ventana veía los polvazos que se pegaban mientras me masturbaba.
Un día estaba viendo como mis padres estaban comenzando sus juegos y ya yo con la polla en la mano acariciándomela, de repente oigo que me dicen que hacía, me quede petrificado y cuando gire la cabeza ahí estaba mi hermanita Eva que no separaba sus ojitos de mi polla totalmente empalmada, solo atine a decirle que se callara llevándome un dedo a mis labios y le señale a la ventana, se asomó con cuidado y ahí estaban nuestros padres desnudos metiéndose mano a discreción, Eva se quedó muda mirando lo que hacían, mi padre había echado a mi madre en la cama y le estaba comiendo el conejo mientras mi madre se retorcía agitadamente después mi madre le cambio la postura y le comía la polla a mi padre literalmente se la tragaba toda y después empezaron a follar como locos, yo a todas estas no paraba de meneármela suavemente, a veces Eva giraba su cabecita y se la quedaba mirando mientras yo seguía a lo mismo, después de un buen rato mi padre se la saco y mi madre se la metió en su boca para vaciársela completamente (se veía que no querían tener más hijos) y yo aproveche para correrme copiosamente en el suelo bajo la atenta mirada de mi hermanita, cuando acabaron le señale que nos fuéramos rápido para nuestro cuarto, una vez allí Eva me pregunto qué era lo que hacían nuestros padres y yo también, le explique torpemente me imagino de que iba todo y de que a ella también le gustaría cuando fuera más grande recordándole que no dijera nada de eso pues nuestros padres nos castigarían duramente, me dijo que no lo diría y nos dormimos.
Seguimos como si nada hubiese pasado y un par de noches después me di cuenta pues ya los conocía bien que esa noche iba a tocar faena, nos fuimos a dormir todos y al rato fui a salir para espiarlos y Eva me dice que donde iba, se lo dije y me fui, al rato llego ella a mi escondite, le dije que porque venía y me dijo que a ella también le gustaba mirar, no le di más importancia y seguí a lo mío mientras espiaba, entonces Eva me dice Manu y a papa y a ti no les duele cuando se pone así grande, no le dije al revés nos gusta mucho, Manu tú la tienes más grande que la de papa porque?, no lo sé y cállate que nos van a descubrir, si sigues hablando no vengas más, mis padres echaron uno de sus polvazos y luego de acabar yo también nos fuimos a dormir.
La misma situación vivimos unas tres veces más y una noche llegamos antes y pudimos ver como en los preliminares los dos se comían a besos y se restregaban desnudos, cuando acabo todo nos fuimos a nuestro cuarto y cuando estábamos ya acostados Eva me dice, Manu y nosotros nos podríamos besar y acariciar como papa y mama? yo que ya volvía a estar caliente otra vez le dije, no lo sé, es que tú eres pequeña aun y me dice pues Ana (una amiga de su edad) me dijo que tenía novio y se besaban en la boca, a mí me gustaría aprender para hacerlo bien, tú me quieres enseñar Manu por favor, estuve pensando un rato y me decía que eso era una locura pues era mi hermana, pero por otro lado solo serían unos besos de nada, le dije bueno ven a mi cama y nos damos unos cuantos y luego te duermes vale, si me dijo mientras vino corriendo a mi cama, yo solo tenía puesto unos calzoncillos viejos tipo bóxer que eran muy suaves por el uso, ella tenía un camisoncito y las braguitas puestas, le hice un sitio y se metió en la cama, nos quedamos quietos un momento hasta que me decidí y me fui por su boquita, era la primera mujer que besaba y era mi hermanita, tenía una boquita muy bonita y carnosa pues ella era un poco gordita, cuando mis labios entraron en contacto con los de ella me dio un corrientazo al igual que a ella, note como salió su lengüita de entre los labios como le veíamos hacer a mis padres y cuando se unieron nuestras salivas fue como si hubiese entrado en erupción un volcán, nos comíamos la boca como desesperados la sensación que vivíamos era maravillosa nunca la había experimentado, sin darme cuenta la apreté hacia mi mientras le sobaba su culito, me puse boca arriba y Eva se puso encima seguíamos besándonos intercambiándonos nuestras salivas, la tenía agarrada por su culito y hacia que se restregara mi polla con su conejito, estaba a mil y ella igual, no sé cuánto tiempo estuvimos así hasta que apretándola con fuerza por su culito para que se pegara bien a mi polla me corrí como poseído casi le cómo su lengüita a ella pienso que le paso algo parecido pues no paraba de gemir y su respiración estaba totalmente agitada, cuando nos calmamos ella se quitó sobre mí y se puso a mi lado y me dijo Manu fue muy rico todo esto verdad? Si le dije me gustó mucho, Manu yo creía que me iba a desmayar de lo rico que estaba, yo me corrí como lo hace papa lo pase muy bien, le dije vete a tu cama a dormir que mañana hay que trabajar, gracias Manu y se fue para la cama.
Al otro día quería actuar como si nada hubiese pasado pero no podía pues no paraba de pensar en lo que habíamos hecho por la noche, cruzábamos miradas cómplices y la verdad ya yo no la veía como mi hermana sino como una chica, estuve casi todo el día empalmado y cuando por fin nos acostamos al rato cuando ya no se oía nada en la casa, escuche sus pasitos que se dirigían a mi cama y cuando estaba al lado me dice muy bajito, Manu hacemos un ratito lo mismo que anoche, bueno le dije y separe la sabana para que se acostara, nada más hacerlo me tire como un loco a comerle la boca, le dije que se quitase el camisoncito, lo hizo deprisa y cuando nos pegamos el sentir su pechito desnudo contra el mío me dio un corrientazo de placer nos comíamos otra vez, en esta una de mis manos se me escapo y comencé acariciarle sus pezoncitos pues era lo único que tenía, estaban duritos y cuando lo hacia ella se estremecía eso abrió la veda, pues ella también me acariciaba el pecho pero dirigiendo su manita hacia abajo y acabo llegando a donde yo quería y esperaba, cuando su manita abarco mi polla y la empezó acariciar por encima de mi calzoncillo ya yo estaba en la gloria más grande, lo cual hizo que yo también dirigiera mi mano hacia abajo y le palpaba su gordo conejito, le pasaba el dedo por toda su rajita lo cual hizo que ella se volviese como loca pues metió su manito en mis calzoncillos y acariciaba mi polla delicadamente yo estaba en la gloria, metí mi mano en su braguita y con un dedo le surcaba toda la rajita que desprendía sus juguitos le encontré su botoncito y se lo masajeaba y ella se retorcía gimiendo, incluso le dije que lo hiciera más bajito pues nos podían oír, afirmo con su cabecita y seguimos a lo nuestro no se el tiempo que duramos (creo que no fue mucho) y le dije que me iba a correr, no le dio tiempo a nada y la llene de mi leche su mano y su barriguita, pienso que ella también se corrió por cómo se agitaba y gemía, nos calmamos un poco y los dos comentamos lo bien que lo habíamos pasado, estuvo un ratito más en mi cama y luego se fue para la suya.
Al otro día igual no se me quitaba de la cabeza lo que habíamos hecho y solo pasaba en mi mente el volver hacerlo, cuando llego la noche no espero ni un rato y se metió en mi cama solo con las braguitas, volvimos hacerlo y lo pasamos igual de bien, a la noche siguiente cuando vino a mi cama le dije que nos quedásemos desnudos, ella lo hizo al igual que yo sin ningún problema y cuando estábamos en plena faena le dije que si me dejaba que le chupase el conejito como se lo hacia nuestro padre a mi madre, me dijo que si y metí mi cabeza entre sus piernitas y le pasaba la lengua en su rajita, su olorcito y su sabor me volvía loco, se lo comía a bocados y con la lengua le pasaba por toda la rajita entreteniéndome en su botoncito lo que la volvía loca, con sus manitas me apretaba la cabeza para que siguiese comiéndoselo, lo hice un buen rato hasta que me di cuenta de que se estaba corriendo pues después de agitarse y gemir como loca se quedó como muerta, me dolía hasta la mandíbula, entonces ella me dijo que si podía chupármela también como hacia nuestra madre y le dije que sí, me puse boca arriba y ella se colocó entre mis piernas y agarrando mi polla comenzó a darle pequeños lengüetazos se le fue quitando la vergüenza y se metió la punta en su boquita y me la chupaba como un caramelo, no tardo en desinhibirse y se puso a chuparla con muchas ganas, se acostumbró y ya casi se metía la mitad en su boquita, eso era la gloria bendita y no pude aguantar mucho y le dije que me iba a correr para que se la sacara pero al igual que mi madre se la dejo y me derrame en su boquita mientras que con gran esfuerzo se la tragaba toda y acabo dejándomela totalmente limpia, te gusto le dije y me contesto que sí que sabía cómo saladita, se puso a mi altura y nos besamos otra vez sintiendo el sabor de mi propia leche, luego se fue acostar.
Eso lo hacíamos todos los días, nos hicimos unos expertos en el 69 al igual que nuestros padres, nos queríamos mucho y nos deseábamos mas no sé cómo nuestros padres no se dieron cuenta de lo que hacíamos por la noche, pues bastaba el mirarnos para que se nos viera la cara de salidos que teníamos los dos.
En la próxima les contare como fue nuestra primera vez y como nuestra hermanita María se incorporó a nuestros juegos.
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