Episodio 3: AL cine con mi Abuelo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Lunita1945.
EL ESPACIO DE LAS PEQUEÑITAS… ? …
Después de lo ocurrido en esa fiesta mi mundo dio un giro de 360 grados, no entendía por qué ese señor que yo no conocía me había besado y tocado de la forma en que lo hizo, solo sé que despertó en mi un sentimiento diferente, algo que aunque había estado ahí desde lo que paso con mi tío no se había sentido tan fuerte como hasta ese momento, los días en la escuela pasaron y yo parecía que estaba perdida como si no estuviera en clases mi cabeza volaba en un mundo de preguntas, de lo que había pasado esa noche, una parte de mí se sentía muy mal porque ese señor feo me había robado mi primer beso, pero otra parte se preguntaba el porqué de esas cosas, yo que supiera solo un chico besa a una chica cuando esta le gusta y está enamorado de ella, (eso lo sabía por las películas, caricaturas y novelas que veía a esa edad), pero no podía pensar en que un hombre ya adulto estuviera enamorado de una niña de tan solo 8 años, todas estas preguntas inadecuadas para mi edad tan corta y la gran curiosidad que yo siento, añadido a mi inteligencia produjo que me metiera en un mundo muy raro y peligroso un mundo que me atrapo y se convirtió en mi vicio un mundo de excitación y peligro un mundo de abusos y del cual hasta el día de hoy no he podido escapar porque me gusta ?.
Mientras yo pensaba todas estas cosas no me daba cuenta que mi mundo estaba cambiando muy rápido, mi lindo hogar que siempre considere lo mejor se estaba desmoronando pero eso yo no lo sabía, ya que mis padres se encargaban que yo no me enterara de nada, además yo con mis cosas pues menos atención prestaba.
Lo raro fue que de un tiempo a la fecha después del colegio comencé a frecuentar mucho a mis abuelos por parte de mi mama, esto era inusual porque casi nunca visitábamos a la familia de mama, porque a mi papa casi no le gustaba que estuviera ahí, mis abuelos Vivian solos, pues solo habían tenido 3 hijos, dos de mis tíos, uno que ya estaba en la cárcel y el otro ya no vivía con ellos y mi mama, mis abuelos eran algo mayores, mi abuela tendría como unos 50 años y mi abuelo ya casi le pegaba a los 60, ellos no eran abuelos cariñosos de hecho siempre que mi mama me dejaba con ellos, podía sentir que ha ellos no les gustaba que me fueran a dejar pues los incomodaba en sus actividades diarias, aunque ellos lo disimulaban muy bien, mis visitas con mis abuelos comenzaron hacer muy frecuentes, mi mama me dejaba después del colegio y me iba a recoger en la noche, para esto siempre veía a mi mama triste y a mi papa casi no lo veía, todo siguió así por un tiempo hasta que un día ocurrió algo.
Un viernes como cualquier otro después del colegio paso mi mama por mí a la escuela, se veía algo alterada y con mucha prisa, yo no le hice ninguna pregunta pero podía ver su preocupación, me dijo que íbamos a casa de mis abuelos, al llegar pude ver como mi mama salió del auto y me dijo que me esperara y salió, mi abuelita estaba en la puerta y mi mama comenzó a hablar con ella pero como que discutiendo, pude notar como que a mi abuela no le parecía la idea que yo me quedara con ellos ese día.
Pero al final termino aceptando, mi mama me dijo.
-mira mi amor hoy te vas a quedar a dormir con tus abuelitos yo mañana vengo temprano por ti sí.
A lo que yo le conteste.
-pero mami, no puedo ir contigo, además no traje mi ropa ni nada y aún tengo puesto mi uniforme del colegio, ¿Cómo me voy a cambiar?.
Le pregunte a lo que ella me contesto.
-mira mi amor no te preocupes yo mañana que venga te traigo ropa para que te cambies no te preocupes, pero quédate con tus abuelitos y además te puedes quedar con tu uniforme al final que es viernes y mañana no lo usas hasta el lunes.
Después de esto, me dio un beso en la mejilla y se fue no sin antes hablar con mi abuela, (voy a describir mi uniforme para que tengas una idea: mi uniforme era el típico escolar, con la clásica falda a cuadros, pero eso si un poquito alta, me llegaba a media pierna, porque como lo dije mi mama le gustaba vestirme de una forma coqueta, de igual forma tenía puesta una camisa estilo colegial de botones y mi suéter igual de botones de color azul fuerte, mi playera era blanca, ese día llevaba mi cabello suelto mi cabello es semi rubio, y muy lacio.
Las tardes en casa de mis abuelos eran muy aburridas, ellos casi no me pelaban pero ese día paso algo diferente, ya eran como las 7 de la tarde, cuando escuche que mi abuelita le decía a mi abuelo que me tenía que llevar, a lo que mi abuelo se negaba rotundamente, yo no entendía de que hablaban solo sé que esto se prologo durante unos minutos más, y después hubo un silencio acto seguido entro mi abuelita y me dijo.
-Dulce prepárate porque te vas a ir al cine con tu abuelito
Yo me puse muy contenta con estas palabras, pues la idea de ir al cine me entusiasmaba mucho, y me levante con una gran sonrisa en mi cara diciendo que sí, después de esto Salí con mi abuela a la sala donde mi abuelo ya me esperaba con una cara de enojo y con su chamarra en la mano, rápidamente salimos y nos subimos a su carro, algo viejo que él ya tiene y sin decir una palabra el condujo todo el camino.
Ya en el camino como ninguno de los dos hablábamos y después que se me paso un poco la emoción de la sorpresa me puse a pensar, ¿mi abuelo en el cine? Sonaba ilógico que el fuera a ver una película, que película le podría gustar a él, además él era de los viejos que se quedaban durmiendo cundo veían televisión en su sofá, pero esto no me importo yo estaba emocionada por poder salir y pensé que tal vez él me iba a llevar al cine a distraerme y que entraríamos a ver la peli que yo quisiera.
Llegamos como eso de las 8, al llegar me percate que este cine no era como los que yo antes había frecuentado, pues a los cines que yo había ido con mis papas estaban dentro de plazas comerciales grandísimas, este no, este estaba a un costado de una comercial y se veía un poco pequeño, al entrar pude leer un letrero que decía, (hoy grandes funciones de películas de la era de oro del cine mexicano), yo en ese tiempo no lo sabía pero en el cine iban a pasar de esas películas mexicanas viejitas, que todavía están a blanco y negro, por eso mi abuelo quería ir al cine.
Llegamos y rápidamente entramos a la sala, que daba para la compra de boletos, en cuanto llegamos escuche como mi abuelo saludaba a alguien con su voz ronca.
-compadre como esta, si lo dejo venir su vieja a ver la película, jajajaja.
A lo que el otro señor contesto.
-Si tú eres al que le pega la vieja cabrón, mírate nada mas ya te mandaron de niñero, y ¿Quién es esta señorita que te está acompañando compadre? Mirándome de pies a cabeza.
-viejo rabo verde, es mi nietecita hija de mi hija, nos las encargo y me la tuve que traer porque mi vieja tenía sus planes y vez que se enojó por la otra vez que llegue algo borracho por eso no le pude alegar, pero no te preocupes es bien tranquila casi ni habla, no nos va a molestar.
Explico mi abuelo.
El compadre de mi abuelo era un señor que se veía más viejo que mi abuelo algo chaparrito, y también un poco gordito, con una cara muy estirada y arrugada pero que daba algo de ternura, y su cabeza llena de canas, después de esto enfilaron a comprar los boletos no sin antes pedirme que me quedara esperándolos, para que no me metiera en la fila con ellos, al irse el amigo de mi abuelo me dijo que no me fueran a robar.
Cuando llegamos pude notar la miradas que el amigo de mi abuelo me mandaba no sé cómo explicarlo pero me miraba de una forma que me hacía sentir extraña, como nerviosa, mientras esperaba voltea así los lados y pude notar que la sala para entrar al cine estaba llena de personas mayores, (puros abuelitos), en su mayoría hombres, algunos iban acompañados de lo que imagino eran sus esposas, pero la mayoría iban solos, también pude notar porque era muy evidente que muchos me miraban de la misma forma en la que me miraba el amigo de mi abuelo, al principio pensé que era porque traía todavía mi uniforme del colegio puesto, solo sé que esas miradas me hacían sentir algo extraña.
Después de unos minutos llego mi abuelo y su amigo ya con los boletos en mano, y me dio el mío y caminamos hacia la taquilla, mientras caminábamos le pregunte a mi abuelo.
-¿Qué película vamos a ver abuelito? A lo que él me contesto.
-es una de Mario Almada, te va a gustar esas sí que eran películas.
Después pasamos cerca de donde se venden los dulces y yo me atreví a pedirle a mi abuelo.
-abuelito me compras unas palomitas para ver la película.
Siempre que iba con mis papas al cine ellos me compraban lo que yo quería pero con mi abuelo era diferente pues el contesto con su voz seria.
-a que niña, que piensas que traigo mucho dinero, antes di que te traje al cine.
Mi abuelo iba a continuar regañándome cuando su amigo lo interrumpió de pronto.
-no seas malo con tu nieta, mira déjame yo le compro sus palomitas.
A lo que mi abuelo contesto.
-pues hagan lo que quieran yo me voy adelantando a la sala, como sea ya tienen cada quien su boleto, me alcanzan adentro.
Una vez terminando de decir esto mi abuelo camino rumbo a la sala, no podía creerlo mi abuelo me dejaba así nada mas con su amigo el cual yo acababa de conocer y era un completo extraño, mis pensamientos rápidamente fueron interrumpidos cuando sentí una mano arrugada y áspera tomar la mía, era el amigo de mi abuelo quien tomándome de la mano me llevaba al mostrador para comprar las palomitas, su mano estaba algo sudada como si estuviera algo nervioso.
Compre unas palomitas chicas porque me daba pena con el señor y después sin soltarme de la mano nos encaminamos a la sala para alcanzar a mi abuelo, cuando entramos la sala estaba muy oscura y el único resplandor que salía era el de la pantalla, como es costumbre en el cine, desde que entramos el me dejo ir al frente de él, soltándome de la mano y colocándose detrás de mí, después coloco una mano en mi hombro y siguió detrás mío, como guiándome, nuestros asientos eran los de arriba no era que hubiera mucha gente en la sala, pero estábamos como tres filas antes de la última.
Cuando comenzamos a subir los escalones pude sentir como el pasaba su mano de mi hombro a mi espalda tocando mi cabello lacio, comenzamos a subir y la sala era muy oscura, yo iba muy atenta a los numeritos para no pasarme de la fila, pero cada escalo que subíamos podía sentir como la mano del señor iba bajando un poco por mi espalda, deslizándose por mi cabello el cual me llegaba hasta mi cintura en el nacimiento de mis nalguitas, para cuando íbamos a llegar pude sentir perfectamente como la palma de su mano izquierda se ubicó directamente en el medio de mis nalguitas y por encima de mi falda del uniforme y como que hizo un poco de presión, yo por instinto moví la cabeza para atrás, pero el inmediata mente me dijo.
-cuidado Dulce, no te vayas a tropezar porque está muy oscuro.
Yo podía escuchar como su tono de voz era diferente, se escuchaba algo ajitado o entre cortado, esto lo dijo pero aun así no me quito su mano de en medio de mi trasero, el continua tocándome mis nalguitas de arriba abajo todo lo que quedaba de camino hasta nuestra fila y de ahí esta nuestro asiento, yo no le dije nada, por pena y esto él lo ha deber interpretado como que yo nunca diría nada de lo que él me hacía o al menos no le iba a reclamar, cuando llegamos a donde estaba mi abuelo el quito por fin su mano de mi trasero y nos sentamos, yo en medio de los dos y comenzamos a ver la película.
Estaba súper aburrida (sin ofender a los que si les guste), estaba a blanco y negro y no se veía muy bien, la verdad es que no me gustó nada así que me dedique a comer mis palomitas con caramelo que estaban a mi mano derecha, donde estaba mi abuelo, pero a los pocos minutos de haber empezado la peli, pude sentir una mano que se posó sobre la mía que estaba recargada sobre mi pierna izquierda, era el amigo de mi abuelo que sin decir nada había puesto su mano sobre la mía, yo no dije nada aunque me incomodo un poco, pero continúe viendo la película, ya que el no intento nada más solo dejo su mano quieta y aprisionando la mía.
Estaba intentando distraerme viendo la peli cuando la voz bajita del amigo de mi abuelo me interrumpió diciéndome.
-mira tu abuelo Dulce, ya se quedó dormido, jajajaja, ya no aguanta nada el pobre viejo.
Diciendo esto yo voltee y efectivamente mi abuelo ya estaba dormido como acostumbraba en la casa dormir en el sillón, no termino de decir esto cuando sentí que su mano se resbalo hasta colocarse tocándome mi rodilla izquierda y ahí se mantuvo sobándomela asiendo movimientos como hacia arriba queriendo subir un poco más por mi pierna, yo me puse súper nerviosa, pues no sabía qué hacer y no entendía por qué ese hombre hacia eso, solo sé que junte mis piernas apretándolas un poco y puse mis manos intentando hacer que las manos del viejo no pudieran subir más de lo que yo les había permitido.
Pese a sus fallidos intentos por continuar subiendo por mis piernas el amigo de mi abuelo retiro su mano, y yo me sentí mejor pues pensé que se había rendido y ya no me iba a querer tocar, mire para todos lados y la sala estaba súper oscura, solo se veían alguno que otro rostro en la sala, nada más, pero todos veían la peli y mi abuelito duerme y duerme, después pude sentir que el amigo de mi abuelo volvió a tomar mi mano izquierda, yo se lo permití, pues esto ya lo había hecho cuando me compro mis palomitas, y era mejor a que me estuviera intentando meter su mano debajo de mi falda, al contrario de la primera vez esta vez el llevo mi mano hasta su lugar y metió su mano en medio de sus piernas ahí lo pude sentir.
Eso que mi tío me había metió a mi boquita esa mañana y lo que podía sentir en el pantalón del desconocido en la fiesta, ahora estaba en mi manita, no sé en qué momento ese viejo había sacado su pene de su pantalón y ahora me estaba haciendo agarrarlo con mi mano, al tenerlo entre mi mano no sé porque pero por instinto cerré mi mano alrededor de ese pene y el señor lanzo un pequeño gemido de satisfacción al sentir mi delicada y suave mano de niña sobre su dura y vieja verga, yo comencé hacer lo que había hecho con el señor de la fiesta y que mi tío me había enseñado, comencé a bajar y a subir mi mano por su pene, lo que lo llevo a la locura porque pude sentir como se tensó un poco.
Yo no entiendo porque hice esto y hasta el día de hoy le intento sacar alguna explicación, supongo que por el trauma sufrido con mi tío y el señor de la fiesta, mas mi curiosidad y las ganas que tenia de volver a sentir esa sensación de peligro y excitación que a mi corta edad de 8 años no entendía y mucho menos controlaba, (o simplemente a la mejor desde pequeña ya era muy putita), pero no sé porque pero sentir eso en mis manos de alguna forma me hacía sentir bien, por lo cual continúe haciéndolo y cada vez que me paraba, él tomaba mi mano con la suya y continuaba moviéndola y seguía lanzando gemidos.
Yo continuaba subiendo y bajando mi manita, pero eso sí, no la veía porque estaba con mi mirada puesta en la pantalla del cine, cuando sentí su mano que hizo a un lado mi cabello destapando mi oreja izquierda, pude sentir su respiración entre cortada y me dijo muy será de mi oído.
-Dulce, nena pero que bien lo haces, se nota que te gusta la verga, tan bonita y tan chiquita y ya sabes cómo satisfacer un macho, vaya, saliste mejor que tu mama, la cual también me hizo lo que ahora tú me haces primor cuando tenía más o menos tu edad.
No podía creer ni comprender bien lo que me estaba diciendo mi mama haciendo esto, eso para mí no tenía sentido y a mi edad, esto no sé porque pero como que me molesto y retire mi mano de su pene y la volví a juntar con mi pierna, el me permitió hacerlo, pero después pude sentir como paso una mano por detrás de mí cuello como cuando tu novio te abraza, y después puso su mano en mi mejilla derecha y jalo mi cabeza hacia la izquierda hacia abajo, al principio no sabía porque lo hacía pero después no tarde en deducir que él quería que le hiciera lo mismo que a mi tío.
Yo puse algo de resistencia mientras el bajaba mi cabeza, mi mente voló en un segundo, por un lado desde lo que paso con mi tío yo me había preguntado de eso y la vedad muchas veces me habría gustado repetirlo y hoy en esta sala de cine y con ese viejo tenía la oportunidad, pero otra parte de mi tenía mucho miedo, pues era algo que no sabía si era bueno o malo, y me daba mucho miedo pensar en que mi abuelo estaba a un lado mío, todo esto pensaba cuando el amigo de mi abuelo al notar mi resistencia se volvió a acercar a mi oído y me dijo en voz baja.
-no te preocupes tu abuelo está bien dormido y ese no despierta, si no lo conoceré de toda la vida, además acuérdate que estamos en el cine, y no debemos hacer ruido o nos van a regañar, ya vea mi amor baja por tu lechita.
Esa última frase sonó en mi cabeza pues así le había llamado mi tío a eso, además tenía razón no podía hacer ruido, y lo último que me termino por convencer fue que mi mama también había hecho esto y a mi edad, si mi mama lo hacía no decía ser malo así que no me sostuve mas y baje al encuentro con el pene de ese desconocido amigo de mi abuelo.
Estaba muy oscuro y no podía ver mucho así que las que me guiaban eran mis manos, cuando mi cara estaba suficientemente cerca de en medio de sus piernas, podía sentir el olor que su pene Expedia que no me era muy agradable la verdad, pero no lo pensé más abrí mi boquita y de un solo golpe me metí su pene en mi boca, me cupo hasta la mitad, ya que intentándolo meter más, me daba asco, y me asqueaba como esa vez con mi tío, así me quede, el lanzo un pequeño gemido, y se tiro completamente sobre el sillón, yo me quede quieta sintiendo el calor y los calambres que su pene emitía dentro de mi boca, apenas y la tuve adentro comencé a sentir ese sabor salado y ese líquido viscoso que salía de la punta de su pene y que mi lengua recogía inmediatamente y que se mezclaba con mi saliva misma que después yo me pasaba.
Así estuvimos hasta que yo comencé a subir y a bajar con mi boca, como antes lo había hecho con mi mano, pero me vi interrumpida porque él me dijo.
-con cuidado Dulce, no dejes que tus dientes rosen mi deste, porque me duele un poco pero continua así, vamos has gozar a tu abuelito.
Era la primera vez que yo conscientemente había hecho esto, era lógico que no supiera hacerlo, por miedo me quede quieta así como estaba sin sacar su pene de mi boca, el que todo el tiempo había tenido una mano en mi espalda sobre mi cabello y la otra no se en donde, coloco sus manos en mi cabeza y otra en una de sus piernas y comenzó hacer los movimientos que yo hacía antes, así estuve dejando que él me tratara como quería, subía y bajaba mi cabeza por su pene y movía de arriba abajo sus piernas, para darle ritmo mientras su respiración aumentaba y su pene salía y entraba de mi boca cada vez más rápido.
En un momento su ritmo y respiración se hicieron mas rápidos y su pene cada vez quería entrar más en mi boca provocándome unas pequeñas arqueadas, yo sabía lo que esto significaba, de pronto el me sostuvo mi cabeza así abajo y subió lo más que pudo sus caderas, pude sentir su pene tan adentro de mi boca, que toco mi campana provocándome mucho asco pero intente aguantar, después de esto pude sentir disparos casi seguidos de caliente leche, que salía de su pene y que inundaban mi boca, yo intentaba tomarlo todo pero esto me era casi imposible, sus descarga parecía no tener fin, no recordaba que mi tío hubiera durando tanto, (supongo que porque el viejito la tenía muy atrasada) el temblaba mientras seguía sosteniendo mi cabeza contra su pene, yo intentaba tomar todo lo que podía pero aun así, algo se escapaba por mis labio.
Comencé a sentir como la presión que ejercía con su mano sobre mi cabeza comenzaba a disminuir y sus disparos de semen hacia mi garganta se detuvieron, poco a poco me fue soltando hasta que me pude enderezar, ahí fue cuando lo pude ver, al viejo, todo tendido sobre el sillón del cine exhausto, por mi parte yo limpie con la manga de mi suerte escolar, los residuos del semen del viejo que habían escurrido por mis labios, tenía ese sabor penetrante y salado en mi boca, voltee después a ver a mi abuelo y el seguí bien dormido, no podía creerlo, su amigo me había hecho darle sexo oral aun lado de él y él ni en cuenta duerme y duerme, después dirigí mi mirada hacia la pantalla y me tire un poco para atrás, apenas me estaba acomodando cuando sentí algo que me asusto un poco.
De pronto sentí dos manos que se deslizaban por mi cuello, la mano izquierda se metía por debajo de mi suéter escolar y comenzaba a desabrochar los botones de arriba de mi playera, mientras su mano derecha acariciaba por un lado mi mejilla derecha como sosteniendo mi cara, como pude voltee haber al amigo de mi abuelo, pensando que sería el quien me quería seguir tocando, pero no era así, el seguía recostado en el asiento, muy cansado por la gran cantidad de semen que me había descargado el mi boca, por lo cual pude darme cuenta que las manos que ahora me estaban tocando venían de la fila de atrás de nosotros por la oscuridad de la sala no podía ver bien, pero seguro se trataba de algún viejo, que había visto todo el espectáculo y que ahora él quería meterme mano.
Yo me quede muy quietecita, con un poco de miedo ante las caricias de este desconocido del cual no podía ni verle la cara, solo podía sentir como sus manos ásperas y arrugadas continuaban desabrochando los botones de mi blusa, y su mano ya sobaba mi mejilla derecha y mis labios con sus dedos, después de esto pude sentir como termino de desabrochar los botones de mi blusa y su mano pudo tener aseso a mis pechos aun vírgenes y que hasta ese momento nadie había tocado, (para esa edad yo no usaba sujetador pues no tenía senos, no había necesidad) él se detuvo sobre mi pezoncito aun hecho un simple botón y comenzó a pellizcarlo, yo por instinto cruce mis manos sobre mi pecho, limitando la movilidad del invasor que movía mi pecho.
Las caricias por parte de ese extraño continuaron, la mano que sostenía mi cara ahora estaba acariciando mis rojos labios, pasaba todos sus viejos dedos, ahí pude oler que su mano tenía ese mismo olor, que había sentido cuando baje a chupar el pene del amigo de mi abuelo, sus dedos jugaban con mis labios los recorrían he incluso llego un momento donde los jalaba hacia afuera y mientras así eso tocaba mis labios pero ya por dentro de mi boca, después comenzó a pasar sus dedos por mis dientes, yo para este punto ya no pude aguantar así que abrí mi boca, el aprovecho el momento para meter dos dedos a mi boca y comenzar a acariciar mi lengüita, sus dedos entraban y salían como el pene del amigo de mi abuelo había entrado y salido antes de mi boca, yo solo podía intentar cerrar mis labios, lo cual debió haberle dado al desconocido la sensación de que se los estaba chupando porque acelero su ritmo, en partes sacaba y metía sus dedos a gran velocidad, mientras yo con mis labios y mi saliva parecía que se los estaba limpiando, su mano izquierda cada vez sobaba mi pecho más fuerte, a pesar que mi brazo no dejaba que se moviera con libertad, incluso había momentos en que con sus dos dedos aprisionaba mi lengua y la intentaba sacar de mi boca.
Para este momento yo ya estaba en otro mundo de sensaciones, sentía mucho miedo de que mi abuelo se despertara y me viera, pero por otro lado no quería que eso terminara porque aun para mi corta edad esa situación me parecía muy morbosa, nuca nadie me había tocado así, y cada vez que intentaba tragar saliva para respirar podía sentir aun el sabor de la leche que me había dejado por toda mi boca el amigo de mi abuelo, pero de pronto algo paso porque ese extraño se detuvo, pude sentir como que se levantó y se acercó por detrás a donde estaba sentado el amigo de mi abuelo, no podía ver mucho en la oscuridad de la sala, pero pude ver como el amigo de mi abuelo escucho a ese extraño y después se paró de su asiento, para irse al lugar del extraño que me estaba tocando y el por su parte tomo el lugar del amigo de mi abuelo aun lado mío.
Ahí fue cuando lo pude ver no muy bien pero más o menos era muy delgado, y muy viejo, apenas llego a sentarse y pude sentir su mirada como recorría todo mi cuerpo, al sentarse puso una mano sobre mi pierna izquierda y comenzó a sobarla como lo había hecho el amigo de mi abuelo y yo hice lo mismo colocando mi mano para que este no pudiera pasar más arriba, acto seguido el acercó su cara a mí, yo me hice un poco para atrás como intentando escapar, pero de nada sirvió porque él me dio un beso y lambio mi mejilla izquierda después me dijo en voz baja.
-amor cómo te llamas.
A lo que yo le conteste en voz baja también.
-Dulce.
Después el me miro y me pregunto.
-qué bonito nombre, y dime Dulce ¿Cuántos años tienes bebe? A lo que yo le conteste.
-8 años señor.
De una forma tímida.
-vaya 8 añitos bebe, eres una delicia, tu piel es muy suave, y tus pechitos planos me encantas, me recuerdas a mis nietecitas, bueno mi amor, no tengo mucho tiempo, porque no sé en qué momento se despierte tu abuelo así que amor has lo que tú sabes.
Después de decir eso, el me guio mi cabeza hacia en medio de sus piernas, era más que claro que él quería que le hiciera lo mismo que al amigo de mi abuelo, yo estaba muy temerosa, pero como quería que eso terminara rápido abrí mi boca, y antes de lo menos pensado, ya tenía un segundo pene entrando y saliendo de mi boca a voluntad, yo intentaba chupar pese a mi inexperiencia, pero él no fue como el amigo de mi abuelo, el intentaba meterme todo su pene a cada envestida y yo sentía que me quedaba sin aire y que vomitaba a cada metida, también mientas hacia eso, metió su mano debajo de mi falda escolar aprovechando que mis manos estaban ocupadas sosteniendo mi cabeza con sus piernas ente sus arremetidas para no ahogarme, sus manos me sobaban con fuerza mis piernas y su pene entraba y salía de mi boca sin ninguna piedad.
De pronto sucedió, el desconocido vejete comenzó a soltar grandes cantidades de leche dentro de mi boca, yo intentaba tomar lo más posible que podía, pero la leche de este desconocido era más espesa y súper caliente me costaba mucho trabajo pasármela, su descarga duro como el viejo anterior, durante casi el minuto, y no dejo de sostenerme mi cabeza contra su pene hasta que no libera la última gota en mi boca, por fin disminuyo la presión en mi cabeza por parte de sus manos, y sus caricias en mis piernas se fueron haciendo más lentas hasta que se detuvieron, fue en ese momento que el rompió el silencio.
-huusss, pequeña, tenía muchos años que no terminaba de esta forma, tus labios son lo más divino que he conocido, me dejaste seco, bueno amor, gracias yo me despido pero en verdad eres un encanto.
Diciendo esto se acercó a mí de nuevo pero esta vez me quede quieta pues ya no tenía fuerzas para moverme, me dio un beso en la mejilla y sin darme cuenta en un movimiento rápido metió su mano por debajo de mi falda, he hizo un lado mi calzón infantil, y después pude sentir por primera vez en mi vida el contacto directo de unos dedos masculinos con mi vaginita hasta eso momento jamás tocada por nadie directamente, que no fuera yo y supongo mi mama, yo di un pequeño salto por la sensación y pude sentir como ese desconocido dejaba un papel ahí entre mi vagina y mi calzón y luego me dijo.
-ahí te dejo mi numero pequeña llámame o ponte en contacto conmigo, veras que la vas a pasar muy bien, y además tengo unos amigos que te pagarían muy bien por cosas como las que hoy me hiciste eres todo un manjar.
Una vez dicho me dio otro beso en la mejilla se levantó perdiéndose en la oscuridad de la sala, después pude ver como otra sombra se acercaba y se sentaba por un lado de mí y volvía a tomar mi pierna izquierda, era el amigo de mi abuelo que debí estar por ahí cerca viendo todo y me dijo.
-vaya Dulce resultaste ser bien putita, mira que hacerle eso a un desconocido no cualquiera, bueno hiciste que se me parara otra vez y esta oportunidad no la voy a dejar pasar así que ven, sácame todo el veneno otra vez.
No podía creer lo que ese señor me decía, ya le había sacado la leche a él y al otro desconocido y ahora quería de nuevo, yo sentía mi boca súper pegajosa y con el sabor penetrante de la leche masculina, pero ni tiempo medio de rezongar u opinar pues cuando me di cuenta su mano ya jalaba mi cabeza hacia su pene el cual no tardo en invadir nueva mente mi boca ha gran velocidad, así estuvo entrando y saliendo su pene de mi boca a gran velocidad por varios minutos, pero esta vez antes de que terminara tomo la bolsa de palomitas que él me había comprado que tenía más o menos por la mitad, porque ni tiempo me habían dado de comérmelas, y dándome un jalón de mis cabellos que me dolió un poco, comenzó a descargar toda su leche dentro de la bolsa de mis palomitas, una vez que termino las ajito para que se revolvieran bien y una vez terminado me dijo.
-aquí está mi amor, cómase sus palomitas que yo le compre y no fueron baratas y no tiene que desperdiciar nada.
Una vez dicho esto me dio las palomitas todas revueltas con su leche, yo no entendía muy bien de todo como que mi mente se perdió en todo lo ocurrido y solo había dejado un cascaron vacío, y me comencé a comer las palomitas bañadas por su leche, para el deleite del amigo de mi abuelo, una vez terminada la película el despertó a mi abuelo y salimos de la sala, ya en la galería, mi abuelo tiene el cinismo de preguntarle a su amigo.
-que paso compadre te gusto la película.
Como si él no hubiera estado dormido toda la función a lo que su compadre le contesto.
-si compadre me encanto haber cuando venimos de nuevo y te traes otra vez a la niña para que no se aburra.
Contesto mirándome y haciendo una mueca de sonrisa y satisfacción.
Después de esto se despidieron, y nosotros llegamos el carro viejo de mi abuelo, ya en el camino de regreso a la casa yo venía con la mirada perdida así la ventanilla, venia pensando en todo lo sucedido y en por qué había dejado que pasara todo eso, tenía mi boca súper pegajosa y el sabor a la leche de los dos viejos la sentía cada vez que movía la lengua o tragaba saliva, todavía sentía en mi calzón el papel con el número que el desconocido me había dejado, después de tanta con función un pensamiento me vino a la mente que hasta el día de hoy lo pienso y me da todavía risa.
Si mi abuelo supiera que en estos momentos le he sacado la leche a dos señores que pensaría, yo no lo sabía pero en ese momento una parte de mí se sentía contenta por lo sucedido me sentía poderosa por provocarles tanto placer a esos hombres mayores y lo que me era aún más satisfactorio era el pensar que esos hombres tan mayores quisieran o encontraran atractiva a una niña como yo, como no llevaba nada de cepillo de dientes me tuvo que ir a dormir así y toda la noche sentir mi boca con el sabor de esos dos penes maduros….
Continuara….
Dulce
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