Eramos sólo niños…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Parte 1: Descubriéndonos.
Hola, me llamo Gastón, tengo 25 años, y soy de La pampa, Argentina, mido 1.85, soy de piel bastante pálida, ojos y pelo castaño.
Mi historia comenzó cuando tenía 12 años, estaba en la edad en la que todas mis hormonas estaban funcionando a 10.000 KM por minuto, yo en ese entonces ya sabía todo acerca de la vida sexual, ya que tuve una experiencia gay a los 11 años, en un micro escolar. Yo tengo una sobrina que se llama Carolina, en ese momento ella tenía 7 años, era muy poco " Inocente ", ya que yo sabía que ella buscaba lo mismo que yo, " jugar ".
Mi idea en ese momento nunca fue tener relaciones con alguien de mi familia, ni mucho menos con la hija de mi hermano, pero fue de un momento a otro que se dio la oportunidad… Mi familia suele reunirse en la casa de algún familiar todos los fines de semanas, esta vez había tocado la casa de mi abuelo, la casa cuenta con un gran living, y detrás dos habitaciones, la de su hija, y la de él.
Como de costumbre, luego de varias charlas aburridas decido ir a ver la televisión en la habitación de mi Abuelo, en ese momento, debido a mis alborotadas hormonas, me estaba sobando el paquete. ( Por así decirlo ), en eso, entra Carolina y me dice:
– Juguemos a algo!.
Yo: … A qué?, carreras?, ( Ya que en ese momento solo se me ocurrió eso).
C: No… eso ya me aburrió, jugamos a los doctores?.
Yo: Los doctores?, cómo es eso?…
C: Yo seré tu paciente, te diré que me duele, e intentarás curarme, dale?.
Yo: Bueno…
Me tocaba a mi ser el " Doctor "; y sus reglas eras algo extrañas, para ser un juego infantil:
" En el lugar que yo te diga que me " duele ", tenes que besarlo/acariciarlo ".
Al oír eso, lo único que se me vino a la mente fue: ¿Qué insinuará?.
Se recostó en la cama, junto a algunos largos almohadones, cerré la puerta, como de costumbre, así nadie se quejaba re los típicos ruidos de las " CARRERAS ". Yo interpretando al Doctor, y ella a la paciente, esto fue lo que sucedió:
Yo: Bueno, dígame donde le "duele".
C: Acá.. * Señalo su panza *
Yo: Ok… ( Comencé a besarle la panza, ya que no era nada malo. ).
C: También me duele los cachetes (Mejillas). – a lo que ordené, y la besé-
Yo: Te duele algo más?…
C: Sí, acá también… * Señalo su vagina, mientras se bajaba la ropa interior hasta la mitad*.
Yo había quedado asombrado, nunca pensé que me mostraría sus partes íntimas, sabiendo que no debe hacerlo, pero claro… estaba en Confianza, ya que ella y yo tenemos una relación así, muy confianzuda, aunque jamás le vi exclusivamente sus partes.
El juego continuaba, y yo debía obedecer, a lo que me acerque a su vagina, era muy lisa, bastante apretada, típico de una niña de 7 años, no tenía olor, estaba completamente limpia, yo sabiendo lo que hacía, le comencé a besar la cintura, bajando hasta su Clitoris, succionando su piel, pasando la lengua, si mal no recuerdo, no llegué a meter mi lengua en ese pozo virgen, pero hubo mas oportunidades.
Luego me tocó a mi ser el paciente, y ella la doctora. Yo ya sabía que ella quería verme, quería saber como era el pene de un niño mas grande que ella, ya que para mi edad, me medía aprox 12,7 cm, nada mal para cuando tenía esa edad.
Le seguí nuevamente el juego y le dije:
Yo: Bueno doctora, me duele un poco el brazo. *Para comenzar con algo suave, sencillo*
C: No hay problema!, * Me dio un beso en el brazo, y seguimos jugando *
Aproveché y pensé: ¿Y si cambiamos el modo de juego?.
Yo: Últimamente me duele mucho la boca y los labios, cree que puede hacer algo?.
Ella me miro sonriente, se acerco a mi, y comenzó a besarme en la boca.
Para su edad, sabía besar bastante bien, empezó besando mis labios, y a meter lengua, yo tomé el control, me di vuelta, la puse panza arriba, y continué besándola apasionadamente mientras con la otra mano libre, me tocaba el boxer, ella perecía disfrutarlo, era su primer beso, con su tío, su primer beso incestuoso.
Estuvimos así unos 5 minutos, en un juego de lenguas, compartíamos nuestra saliva, pero todo quedaba dentro de nuestras bocas. Cuando terminamos de besarnos, ella sólo siguió jugando, haciéndose la distraída, yo estaba en un punto en el que mi erección estaba al máximo, lo cual se me notaba completamente, ella lo notó, no le dio importancia, y seguimos con nuestro juego.
Yo: Creo que eso me curó, pero aún tengo algo que me incomoda.
C: ¿Qué es?.
Yo: Hace mucho tiempo que me duele el pito. (Ella en ese momento no sabía el significado de la palabra Pense, que irónico), fue lo que le dije mientras me bajaba el cierre.
C: Mmmm, no te voy a besar ahí abajo. * Me lo dijo con una cara de asco *
Yo: No hace falta que me beses ahí, acordate, también dijimos que se podría acariciar.
C: Cierto!
Me bajé el cierre, y ahí saltó, en erección completa, con su propio líquido preseminal en la cabeza, palpitando a no dar más. Ella sólo soltó una sonrisa, y comenzó a tocármela, no alcanzó a masturbarme, ya que ella no sabía de eso, una pequeña gota del líquido preseminal cayó sobre su mano, y ella se lo limpió en su ropa, en pleno acto, ella siguió el juego y dijo:
C: Creo que me duele la cola, fíjate…
Ella bajó su calza, y me mostró sus nalgas, bien formaditas, pálidas, y pequeñas.
En ese momento lo único que pude hacer era tocarlas, apretarlas, y comenzar a besarlas, que mi lengua sintiera la calentura de su cuerpo, fue lo mas impresionante que me halla pasado en la vida, la tenía sobándome el pene, mientras yo le acariciaba la cintura, y mordía sus nalgas, ella no se quejaba, lo estaba disfrutando muchísimo, desafortunadamente se escuchó desde el Living: " Caro, apurate a ponerte las zapatillas que nos vamos a casa ".
Rápidamente le sequé su transpiración, le subí su calza, y le coloqué las zapatillas, mientras ella se limpiaba el líquido preseminal en la ropa, me subí el cierre, le di un gran beso con lengua en la boca, ella hizo lo mismo, y se fue.
Entré al baño a masturbarme pensando en lo que pasó, en como casi le hice un Oral, en como pude tocar esas bellas nalgas, haciéndome eyacular como nunca lo había hecho antes, me fuí bastante satisfecho a mi casa, y a esperar a la próxima semana.
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