Es mi hijo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Es mi hijo (I).
Les voy a contar lo que me paso en las vacaciones pasadas, yo tengo 18 años y mis padres son divorciados, yo vivo con mi padre y las vacaciones las paso con mamá, mi mamá se llama Teresa, ella tiene 36 años, es guapísima, delgada, con un cuerpo de miedo, ella se caso muy jóven con papá, pero hace tres años se divorcio y se volvió a casar, yo me quedé con papá por que me quedaba más cerca del colegio.
Llegó el día de irme a casa de mi madre, al llegar me recibió ella con un beso en la mejilla, caray como estaba guapa mi madre, se había cortado el cabello y utilizaba una blusa blanca ajustada que hacía que le resaltara todo su pecho, se notaba que había estado haciendo ejercicio, porque sus senos estaban duros como toronjas y casi se le salían del escote, -como has crecido corazón, me dijo ella-, tú también mamá mira que guapa estás, -¿tu crees hijo?- Preguntó y se dio una vuelta para que la viera bien, -es que estoy yendo de nuevo a los aeróbicos-, Santo Dios, cuando ella se dio vuelta pude observar su culo bien parado y duro, que dentro de esa falda parecía reventar, de verdad que nunca había visto así a mi madre como la hembra hermosa que ella es, -si mamá estás de campeonato- le dije y ella respondió: -gracias hijito, que bueno que te guste-, yo la verdad estaba sorprendido de verla así y de la reacción que ella estaba creando en mi, porque para entonces tenia tremenda erección, y por sobre todo ella es mi madre y me sentí mal, tratando de ocultar esto ultimo levante mis maletas y le dije: -Madre estoy muy cansado ¿me puedo ir a mi cuarto?- -claro corazón- me contestó y me fui de ahí con toda prisa no sin antes voltear a ver el culo de mi madre otra vez, yo sé que no debería pero la verdad estaba excitado y me puso todavía mas duro ver como resaltaba la costura de la tanga en la falda, ¡Dios mío!, Mejor me fui a ver la tele a mi cuarto para tratar de olvidar todo esto ¡ella es mi madre! Pensé y me fui.
Me pase la tarde en mi cuarto, tratando de olvidar lo sucedido, estuve en el ordenador casi todo el día, cuando mi padrastro llegó me dijo que si me lo estaba pasando bien con el ordenador yo le dije que si, estuvimos charlando un momento y después bajamos a cenar. Durante la cena, estuvieron charlando de cosas sin importancia, de que como he crecido, que si tengo novia, en fin, etc.; durante el postre vi como cambiaba la cara de mi madre y me percate de que Juan le estaba metiendo mano bajo la mesa, a mí enseguida se me puso dura, ya se sabe a esa edad es bastante fácil excitarse con muchas cosas, como quiera ellos no parecían darse cuenta que yo los veía, yo no sabía que hacer, y entonces decidí que debía irme, estaba confuso, les dije -bueno yo ya he terminado, me voy a dormir-, y ellos me contestaron, -bueno como tú quieras- subí a mi habitación, me metí en la cama y no podía dormir, la tenía tan dura con el recuerdo de mi madre, de su culo, de sus tetas, de la cara que puso cuando Juan la acariciaba, me la empecé a imaginar desnuda, ¿cómo serian sus tetas?, ¡Dios mío, pero si es madre! Esto no esta bien, quería pensar en otra cosa pero no podía, mi mano bajo hasta tocar mi polla dura, esta durísima pensé, más grande de lo normal, no quiero masturbarme pensando en ella, esta mal, esta mal, ¡es mi madre! me repetía ¡es mi madre!, esta mal, muy mal, es pecado; cerré los ojos y pensé en otra cosa, pero a pocos segundos el recuerdo de ella volvía a mi cabeza, no quiero meneármela, ¡no quiero!, pero mi mano empezó a hacerlo lentamente, no podía resistir a mis deseos, era mi madre y eso me excitaba más aún, cada vez lo hacía más fuerte, ya no me importaba nada, deseaba esas tetas, ese culo, empecé a meneármela, recordándola, imaginándome que le levantaba su falda, que le besaba sus senos; en eso estaba, cuando al poco rato, no sé unos cinco o quizás seis minutos, entro mamá sin tocar en la puerta, yo me saqué la mano y disimulé, ella me dijo no te preocupes te he visto pero no me importa lo mas mínimo yo lo hacía a los 14 y aún lo sigo haciendo, yo estaba colorado como un tomate, para mi sorpresa metió mamá su mano entre las sábanas y las levantó, vio mi polla y dijo: tienes una polla hermosa hijo, bastante grande para tu edad, ya quisiera Juán o tu papá tenerla así, -¿no te duele?- me preguntó al oído – no mamá tanto como doler, no- -¿seguro hijo?, no te creo- y me la cogió, cerro los ojos y empezó a moverla de arriba a abajo y viceversa, yo no me lo podía creer casi me corro nada más de sentir su mano en mi polla, ella abrió los ojos y con ojos de arrepentimiento la miro y entonces la soltó, yo le pedí que siguiera que me estaba gustando mucho, pero ella me dijo que no, que estaba mal, que era mi madre y que era un pecado, eres mi hijo Luis replicó y se levantó de la cama y se fue del cuarto, yo me quede a mil todo empalmado, pero era cierto estaba mal, así que me levante y tome una ducha que me calmara.
A la mañana siguiente me desperté todo bañado en sudor y bien empalmado, había pasado la noche soñando con ella, se notaba la polla dura en la sábana y me sentía culpable de eso, tenía los ojos cerrados intentando pensar en otra cosa, en eso que se oye la puerta de mi cuarto, medio que abro un ojo para ver quien era, y era ella, mi madre, vestida como ayer en la tarde, tal parece que era el uniforme de trabajo, me empalme más todavía, y mejor cerré los ojos haciéndome el dormido, me daba tanta vergüenza pensar que mi madre me vería así otra vez, si supiera que era por ella; escuche sus pasos por el cuarto, se dirigía a mi cama, se sentó en la orilla de la cama, que pena, y yo empalmado, ni que hacer, se dirigió a mi oído y me dijo: -ya me voy al trabajo corazón- yo no hice caso y seguí fingiendo que dormía, todos sabían que tenia el sueño pesado, me volvió a decir: -hijo ya me voy- estaba avergonzado, pero la verdad me excitaba tener a mi madre tan cerca de mí, como la noche anterior, cielos, mi polla no cedía y era imposible de que no se viera, yo estaba acostado del lado donde mi mamá estaba sentada, así que intente voltearme para ocultar mi erección, para colmo al intentarlo mi polla quedó al descubierto, porque mi madre sin quererlo detuvo las sábanas al sentarse sobre ellas, me sentí morir, ahora solo me quedaba el bóxer para cubrir mi erección y la verdad no cubría nada; me quedé sin movimiento sabía que mi polla salía del bóxer (mi polla media en ese entonces 20 cm ya)
No sabía que hacer y mi madre no se movía, al poco tiempo de estar así escuche a mi madre decir en voz muy baja: -hay hijo, tremenda erección que tienes, quien sabe en que estarás pensando- me quede frió de nuevo, si supiera que ella me puso así, y siguió diciendo: -esa polla no cabe en ese bóxer, le debe de estar doliendo barbaridad- no entendí que quería decir mi madre con eso, pero de pronto que siento que se mueve un poco en la cama, yo pensé que ya se retiraba, que bueno, pero no… sentí que algo me rozaba el bóxer… dios mío, era ella, uno a uno me soltó los botones del bóxer y entonces mi polla salió en todo su esplendor enfrente de mi mamá, me excitó, pero después pensé en lo que me dijo ella ¡era pecado y estaba mal!, fueron los segundos más largos de mi vida con mi polla empalmada y mi madre de seguro viéndola, ¿qué hacer?, no sabía, quería morirme, cuando de pronto otra vez mi madre se movió, pero ahora se acerco más a mí, no sabía que pasaba, hubiera querido abrir los ojos, pero me dio miedo, sentí que mi madre puso su mano en mi abdomen para apoyarse, mi polla dio un salto, fue bastante notorio porque mi madre levanto su mano de mi abdomen, no se que pasaba, pero me parecía que mi madre se mecía los cabellos, pero solo lo supongo porque no la veía, de pronto algo tocaba mi polla con suavidad, ¡era el dedo de mi madre!, era increíble, primero solo lo tentaba como para saber si no se iba a reventar de inmediato, después empezó a rozarme de arriba abajo suavemente, yo ya no aguantaba más, empecé a escuchar que la respiración de madre sé hacia cada vez mas agitada, no podía creerlo
Mi madre se estaba excitando con mi polla, paro de rozarme con su dedo, su respiración era cada vez mas rápida, se sentía angustiada, se oyó un respiro muy hondo y lo siguiente que sentí era su mano agarrando mi polla, solo la agarro, no hizo ningún movimiento, sabía que estaba luchando contra ella misma, sabía que lo que hacía estaba mal, y no quería repetirlo, pero ahí estaba, con mi polla en su mano… yo tenía que hacer algo, quería que me masturbara como anoche, así que hice un movimiento como si estuviera dormido, y levante un poco mis caderas, como mi madre tenía mi polla en su mano, la cabeza de mi polla floreció de entre sus manos, luego baje las caderas como si hubiera respirado hondo, escuche un suspiro de mamá, y empecé a sentir como su mano bajaba suavemente por mi polla, ¡listo pensé!, mi mamá empezó a meneármela, primero despacio, después más rápido, como disfrutaba yo con eso, al poco rato, mi madre se movía como poseída, la cama saltaba, además creo que se estaba tocando su coñito, su respiración era aceleradísima y se le escapaban gritos, que trataba de ahogar en su garganta, me la jalaba cada vez mas rápido y fuerte, hasta parecía que me la iba a arrancar, cuando escuché esto de sus labios me quise venir: -hijito dale a mami tu lechita- y no pude aguantar más, me corrí como desesperado en la mano de mi madre… ¡de mi propia madre!, ella siguió meneándome la polla, hasta que sentí que se estremeció sobre la cama, se le escucho un quejido, soltó mi polla, -¡Dios mío que he hecho!- dijo ella empezó a llorar, me limpio la polla con la sabana y salió del cuarto lo más rápido posible, al fin yo pude dormir tranquilo, mi madre… me masturbo.
Me desperté como a eso de la una de la tarde, estaba solo y la verdad completamente satisfecho de lo sucedido en la mañana, si solo hubiera podido abrir los ojos para ver a mi madre con mi polla… bueno, lástima, como estaba todo sudado y lleno de semen, pensé en tomar una ducha, me metí al baño, me desnudé, no cerré con seguro la puerta del baño porque como estaba solo y mi madre llegaba hasta las tres y Juan hasta la noche no me importo en lo mas mínimo, abrí la llaves de la regadera y me empecé a bañar, cada vez que cerraba los ojos me imaginaba a mi madre en mi cama, ¡mamita!, no tarde en tener mi polla dura de nuevo, así que empecé a masturbarme, cerré mis ojos para imaginármela mejor, a los cinco minutos de que me la estaba meneando, escuche un rechinido, abrí los ojos y era la puerta del baño, ¡era mi madre!…. estaba ahí parada, con su uniforme, que tanto me excitaba y viendo… mi polla, ella estaba inmóvil, no decía nada… pero no dejaba de verme la polla, yo detuve mi mano, me dio pena, pero ella no quitaba su vista de mí pene, la vi a los ojos y note como se le empezaban a notar los pezones erectos en su blusa, ella estaba excitada otra vez y yo también. Tome mi polla de nuevo y empecé a menearla con fuerza, ella no dejaba de mirarla, gotas de sudor aparecieron en su frente, ya no me veía con ojos de madre, sino de hembra, yo no dejaba de mirarla me calentaba verla y ella me veía también ahora a los ojos, estaba toda mojada su blusa del sudor, se le dibujaban sus pechos duros riquísimos, yo estaba totalmente cachondo, ella se mojaba los labios con la lengua, no aguanté más, di un paso hacia ella, si se asusta me detengo, pensé, pero no sucedió nada, siguió inmóvil
Seguí acercándome hacia ella masturbándome, paso a paso las respiraciones fueron mas aceleradas, no sabía que iba a pasar, ella no se movía, no tenía fuerzas, tenia sus manos sobre sus pechos, seguí de frente, hasta que estuve frente a ella, solo nos separaba mi polla, deje de meneármela y con la mano agarre la suya y la baje hasta mi polla, solo la agarro pero no la movía, puse mi mano sobre la suya y empecé a moverla junto con la mía, ella cerro los ojos, solté mi mano y ella siguió meneándomela, luego abrió los ojos y me vio a la cara, ella seguía masturbándome, yo le dije: -Hola mamá-, ella no dijo nada solo suspiro, yo le tome los pechos que tanto ansiaba, se los chupe arriba de la blusa, se los acaricie, ella acelero su movimiento, no pude aguantar más y me vine, chorros de semen cayeron en su blusa y en su falda, no me importo y a ella tampoco, le di un beso en la boca, ella quito la cara, me soltó y se fue corriendo a la cocina, yo me quede con la polla dura todavía, me limpie y me fui a la sala, quería más todavía.
Ella estaba sentada en el sofá llorando, con las manos en la cara, la verdad se le veía afligida, pero a mi no me importaba, me senté a su lado y me acerqué, ella me aventó y se movió un poco, y la seguí, ahora la tenía pegada a la orilla, ya no se podía mover, pensé, mi madre se quiso parar, la detuve del brazo y la senté de nuevo, ella seguía llorando, le puse mi herramienta caliente sobre sus muslos arriba de su falda y empecé a moverme a restregársela, ella se tapo la cara con sus manos, de nuevo, como en el baño, le agarre su mano y la baje, pero ahora ella se safo de mí y la bajo sola hasta mi polla y me empezó a masturbar de nuevo, al principio seguía llorando apenada, pero después dejo de llorar y su cara mostró lujuria, yo le acariciaba el coño por debajo de la falda, mi madre gemía del gusto, de pronto cerro los ojos y empezó a gritar: Me corrooooooooo… hijooooooo, me coorrrrrrooooo, sentí mis dedos mojados con sus jugos mientras ella se retorcía en el sofá, abrió los ojos más calmada, me vio, me dijo: -no hijo, no está bien, soy tu madre- me soltó el pene y se levantó del sofá y se dirigió hacia la cocina.
Yo me quedé asombrado en el sofá, con tremendo palo. y ¿ahora que hago?…, me qued´é inmóvil unos minutos, como muerto, hasta que escuche el agua del fregadero correr, me levanté del sofá y me fui a la cocina, ahí estaba mi madre lavando unos platos, ella me daba la espalda, camine hacia ella y me puse atrás rozando con mi palo sus nalgas, ella lo sintió de inmediato porque dio un pequeño salto, yo me pegué a ella y con mis manos acaricié sus senos, le pellizque sus pezones, ella no hacía nada, era como si me ignorara, pero no me importo, la bese en el cuello y de nuevo como antes, tome su mano y la baje, mi madre ya sabía que hacer y empezó a meneármela, por más que quería no podía resistirse a sus 20 cms, ella seguía dándome la espalda, así que yo la volteo para que me vea a los ojos y la beso en la boca, ahora ella no se resistió y correspondió a mi beso con su lengua, era mía -pensé-, la tome del cabello y suavemente la fui bajando, ella no se resistió, hasta que al quedar casi a la altura de mi abdomen, advirtió lo que su hijo pretendía y mostró resistencia, pero no pudo, solo la empujé más fuerte, hasta que estuvo a la altura de mi polla, ella me soltó la polla y con las dos manos intento soltarse, pero la tenía bien agarrada, una y otra vez la pase la polla por su cara y ella la evitaba, hasta que poco a poco empezó a abrir los labios contagiada de su sabor
Dejo de luchar y empezó a lamerla, le levante la cara y le dije: -mámame la verga mamá-, -si corazón, lo que tu quieras- contestó, y se metió lo más que pudo en su boca, fue riquísimo, con una mano me masturbaba y con la boca se tragaba lo mas que podía de mis 20 cm, fue algo espectacular, mi propia madre me la chupaba, a mi, su hijo solo porque se lo ordenaba, no aguantaba más, era delicioso, le levante la cara y le dije: -cómete toda mi lechita mamita-… -si hijito dásela a mami- -¿quieres toda mi leche madre?-, -Sí!!!!! Vente en mi boca hijo, vente- y ante sus palabras no pude más y me vine dentro de su boca, ella se trago toda la que pudo, pero se le salía por sus labios embarrándose toda la blusa y los senos, -¿te gusta la verga de tu hijo mami?, -si corazón es enorme, soy tan feliz, nunca me había mamado una igual… es tan grande y…… ¡es de mi hijo!
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