Espiando como mis tíos follan con mi primo y su esposa.
Mientras me hospedo en la casa de mis tíos soy testigo de cómo follan ellos con mi primo y su esposa.
Llevaba ya más de quince días en la casa de mis tíos Isabela y Guillermo en Texas, esto debido a una capacitación laboral que tendría durante todo el mes de mayo. Para agregar un poco de contexto sobre la relación de mi tía y de mi tío, la verdad es que su matrimonio podría considerarse como uno tóxico, a pesar de que muchas parejas encuentran en la práctica sexual de la secta una solución a sus problemas maritales, Isabela y Guillermo simplemente eran un matrimonio de aquellos que no se habían separado porque se consideraba al divorcio como un tabú social.
Esto se notaba evidentemente al momento de las orgías, cuando podíamos ver cómo mi tía jamás le tocaba ni un pelo a su marido. Y no fue diferente en el momento que yo llegué a hospedarme en su casa. Desde el día uno follábamos por lo menos dos veces diarias, una por lo general en la mañana y la otra por la noche, en ningún momento llegando a compartir a mi tía con mi tío. Siempre llegaba a suceder cuando él salía de casa por algún mandado laboral o cotidiano, o por las noches subía a mi habitación, follábamos y luego regresaba a la suya. Seguramente siendo cero discreta y siendo muy aparatosa, para dejarle claro que mientras ella estaba siendo follada, él no recibía sexo de nadie en su hogar. Llegó al punto en donde inclusive mi tía quiso que folláramos en la sala mientras que él estaba presente, a lo que yo me tuve que sincerar y decirle que por respeto prefería mejor hacerlo de forma discreta en alguna de las habitaciones, o más en la noche cuando él estuviera dormido.
Al día quince de mi instancia tuvo lugar lo que sería la boda civil de mi prima Andrea y de su ahora marido Dylan. Para la ocasión acudieron los otros dos hijos de mis tíos, específicamente Christopher y su esposa Peyton, que vivían en otra ciudad de América y que habían viajado durante ocho horas a lo largo de la noche para llegar a hospedarse en la casa de mis tíos y poder estar presentes en la boda civil de su hermana Andrea. Yo ansiaba la llegada de ellos por dos motivos. El primero siendo que Christopher es el primo con el que mejor me llevo de toda la familia, mientras que su esposa Peyton era toda una joya de Bucarón.
Mi primo y su esposa llegaron a la casa de mis tíos y se dispusieron a pasar unas cuantas horas en su habitación para recuperar el sueño invertido en el viaje. Mi primo, Christopher, un hombre alto, blanco, pelirrojo, de 1,85 de altura, bastante flaco, y su esposa, Peyton, una mujer morina de 1,65, acuerpada, pero delgada, de aquellas mujeres que simplemente por existir tienen un buen cuerpo, una adecuada distribución de toda su masa, sin tener que hacer el esfuerzo más mínimo de ejercicio, con un culo redondo una pierna y unas tetas copa C. Ambos tienen 28 años.
Después de unas cuantas horas, me encontraba yo en la habitación al lado de la suya, acostado, atendiendo algunas cosas en la computadora, la puerta entera abierta por lo que podía ver al exterior. Escuché la que la puerta se abrió y pude ver cómo pasaban enfrente de mi habitación, ambos prácticamente desnudos, él solamente con una truza blanca puesta, mientras que ella solamente tenía una tanga blanca. Tomados en la mano, se dirigieron hacia las escaleras, pudiendo yo escuchar cómo rechindaban éstas ya que estaban hechas de madera y ellos comenzaban a bajarlas. Supe que era obvio lo que estaba a punto de suceder, por lo que decidí acercarme al barandal para ver que podía ver de la escena que se estaba a punto de suscitar.
Desde el barandá de la planta superior podía ver hacia abajo el área de la sala de convivencia caracterizada por dos sofás grises alargados enfrente de una pantalla plana, mientras que al lado de la sala estaba la doble puerta que llevaba a la habitación matrimonial, la cual era de mis tíos. En la sala veía cómo estaba sentada mi tía Isabela, vestidamente solamente con pantalones grises y una sudadera negra, una mujer de cincuenta y cinco años, de uno sesenta y cinco de altura, pelo corto que apenas le cubría los oídos, con sobrepeso, unas tetas grandes, obesas, al igual que sus nalgas y piernas. Ella observaba cómo bajaban tanto su hijo como su nuera, mientras que al fondo, a través de las dos puertas, podía ver a mi tío Guillermo, un hombre también de uno sesenta y cinco, blanco, con pelo corto, enchinado, ya con datos de carvesie, ya que también tiene uno cincuenta y cinco años de edad, también con sobrepeso, igual que su esposa, el completamente desnuda, masturbándose de una forma que podría describirla como perturbadora, ansioso seguramente por lo que estaba a punto de suscitarse. Era claro que el encuentro había sido organizado.
Christopher y Peyton se miraron el uno al otro dándose un beso, soltándose de la mano, Christopher dirigiéndose a su madre, mientras que Peyton se dirigía hacia la habitación matrimonial. Me centré mi atención en ella, viendo cómo mientras caminaba se hacía una coleta con su cabello oscuro largo, y una vez pisando la alfombra de la habitación matrimonial, se bajaba la tanga para quedar completamente desnuda. Se acercó a Guillermo, plantándole un beso e inmediatamente arrodillándose. Me daba justo la espalda a mí, pero yo podía ver cómo seguramente ya tenía la polla de mi tío adentro, y cómo éste la tomaba fuertemente en la cabeza para inmediatamente comenzar a embestirle la cara, sin darle tiempo a que la cosa avanzara gradualmente. Mi tío Guillermo siempre se había caracterizado por tener una autoestima baja, y por querer aparentarse ser un macho alfa que todo el mundo en la familia sabíamos que no era. Esto se traducía muchas veces en que él solía intentar follar de una manera muy dura y muy dominante, lo cual a veces llegaba a ser molesto, particularmente puedo recordar su manera de follar muy bien como cuando yo era niño y que llegaba a ser follado por varones en la familia. Si bien me follaba de una manera dura, y eso fue algo que de niño me llegó a gustar mucho, reconozco que no es para todos, y ahora inclusive de adulto me puede llegar a parecer ridículo, pero Peyton, como toda una campeona, recibía las embestidas en su garganta, yo pudiendo escuchar las arcadas que emitía hasta el punto en donde yo me encontraba espiándolos a través del varandal de las escaleras.
Mientras tanto, mi primo ya estaba realizando una dinámica similar con su madre. Mi tía ya se había acostado a lo largo del sofá, completamente desnudo, mientras que mi primo, también ya completamente desnudo, estaba acostado también en parte a lo largo del sofá, con su cara entre las piernas de ella. Mi tía, alternando sus manos entre estrujas de las tetas obesas que se cargaba, y recorre el caballo de su hijo con sus dedos, sus gemidos tenues, mezclándose con los que producían la arcada de peyton, mientras que ella era apoyada de la garganta en el cuarto vecino, no pude evitar comenzar a tocarme.
Mediante lo que parecía ser succión en su clítoris y la introducción de dedos a su vulva, eventualmente mi primo logró sacarle un primer orgasmo a mi tía, el cual se caracterizó por un gemido más prolongado y más intenso a comparación de los que producía cotidianamente disfrutaba de la hora al que su hijo le daba.
Mis oídos se volvieron a centrar en las arcadas de peito, las cuales se volvieron un poco más entrecordadas e intensas. Cuando volteé a ver el interior de la habitación matrimonial, mi tío Guillermo ya estaba hasta el fondo de su vergüenza, agresivamente presionando su cabeza en contra de su polla, seguramente cortándole la respiración, como a mí me llevó a suceder varias veces con él. Eventualmente sacó su polla de la boca de su nuera, está llena de saliva, al igual que el mentón de ella. La tomó de los brazos, más que invitándola a ponerse de pie, prácticamente obligándola para llevarla a la cama, en donde la empujó hacia ésta. Dayton, como toda una campeona, inmediatamente se puso de a cuatro, su culo alzado al aire, a la orilla del colchón, mi tío colocándose detrás de ella, dándole una nalgada del lado derecho, antes de apuntar su polla, a lo que seguramente era su vulva, para introducirse. La tomó de los hombros y se clavó hasta el fondo inmediatamente, lo que provocó más que un gemido, un quejido por parte de Payton, eventualmente comenzando a embestirla agresivamente, los sonidos de su cadera chocando contra la de ella, inundando el resto de la casa, haciendo que los gemidos de mi tía se perdieran.
Mientras tanto, mi primo ya se había puesto de pie, ahora parándose al lado del sofá a la altura de la cabeza de mi tía, que con una mano le masajeaba las bolas, mientras que él colgaba la cabeza hacia atrás por tener su polla en la boca de su madre, mientras que con su mano izquierda seguía masturbándola a ella. Siendo ahora él el que gemía, aunque en un volumen mucho más bajo, mientras que el sonido que emitía se perdía con el sonido de las embestidas que Guillermo le estaba dando a Peyton.
Así se mantuvieron por un rato, hasta que una vez que la polla de Christopher estaba perfectamente dura, y seguramente mi tía lo había llevado al borde del orgasmo, ésta se puso de acuarto también, sus grandes tetas colgando hacia el respaldo del sofá, su culo al aire en la orilla de éste, mi primo colocándose detrás de ella, recorriendo lo que parecía ser toda su raja con la punta de su polla antes de introducirse en el fondo del coño que le había dado vida alguna vez. La tomó de las caderas y comenzó a embestir, igual de potente que su padre estaba siendo con su esposa, probablemente producto de la educación sexual tan agresiva que habían tenido ellos de niños, de la cual yo también en su momento podría haber sido testigo. Cuando volví a voltear a la habitación matrimonial, ahora resultaba que Guillermo tenía a Peyton de espaldas, su culo todavía a la orilla de la cama, sus piernas colgando sobre los hombros de él, él estrujándole las tetas fuertemente por lo que alcanzaba a ver mientras que la seguía embistiendo, Peyton con una cara de seriedad estimulándole el cabello recorriéndolo con sus dedos, seguramente fingiendo un poquito de placer mientras que su suegro la embestía frenéticamente. Sin duda alguna era una nuera que sabía que tenía que quedar bien.
Los gemidos de mi tía Isabela nos hicieron esperar, siendo más fuertes en algún momento cuando ya se acercaba su orgasmo, a comparación de los sonidos que las embestidas que su hijo le daba, o las embestidas que mi tío le daba a su muera. Primero venirse una vez, luego una segunda, siendo ya un total de tres orgasmos que la había escuchado. Cuando volví a centrarme atención a la habitación matrimonial, vi cómo de repente Guillermo egresaba de la vulva de su muera, está poniéndose de pie e inmediatamente luego arrodillándose ante él, recogiéndose el cabello atrás de una mano mientras que con la otra le masajeaba las bolas. Mientras tanto, Guillermo se basuraba frenéticamente, tomándola a ella de la cabeza y acercándola, seguramente introduciendo su polla dentro de la boca de ella, algo que no podía ver debido a que ella me estaba dando la espalda nuevamente. Gimió varias veces, eventualmente culminando en lo que era su orgasmo, tomando fuertemente la cabeza de su muera y hundiéndose hasta el fondo de su garganta para descargar todo su semen. De hecho, simplemente tomándolo de las piernas, en una señal como de contención o inclusive hasta como de freno, tal vez sintiendo que su suegro estaba sobrepasándose.
Como todo el padrote que se siente en mi tío, y según el muy macho alfa, se levantó sacando su polla de la boca de su nuera, solamente dándole suficiente tiempo para que se la limpiara con los labios, antes de dirigirse a su cama y colapsarse boca arriba, su enorme barriga tapándole su rostro, seguramente extasiado por haberse venido después de que no lo había hecho durante seguramente semanas. Paige, por su parte, pasó al baño, seguramente para lavarse la boca y la cara, salió, se despidió de mi tío con un beso, recogió su tanga blanca tirada del piso y se dirigió afuera. Cuando salía, mi primo ya se había colocado sentado en el sofá, mi tía comenzando a cabalgar sobre él volteándolo a ver, llevando sus grandes tetas obesas a la boca de su hijo para que se la succionara, mientras que éste le abría las nalgotas y se las narguillaba de paso. Peyton se aproximó a ellos, mi tía, también algo agresiva similar a su marido, la acercó de la cadera plantándole un beso en la boca, Peyton tomando una de sus manos y estrujando una de sus tetas, la cual estaba libre de la boca de su esposo, luego de ahí besando a su esposo que se había tomado una pausa antes de volver a succionar las tetas de su madre. Escuché como mi tía le sugerió a Peyton que si no se quedaba en la sala con ellos dos, a lo que ella alcancé a escuchar comentó que prefería que tuvieran un momento madre-hijo, por lo que se dirigió a las escaleras para subir a las habitaciones.
Inmediatamente yo me levanté del punto del barandal en donde yo los estaba espiando, dirigiéndome a mi cuarto y acostándome en la cama para poder disimular que yo no había visto nada y que obviamente no los estaba espiando. Tuve el pendiente que mi reacción podía dilatarme. Dejé la puerta entera abierta, similar a como estaba cuando ellos regresaron para bajar a follar con los padres de Christopher. Eventualmente ella cruzando por la luz de la puerta, directamente volteándome a ver, completamente desnuda, algo brillante de la piel por el gran sudor de la follada que acababa de tener. Algo coqueta, me preguntó que por qué no me había integrado, asumiendo que yo iba a bajar también a unirme a la fiesta. A lo que yo le comenté, que yo sabía que ellos no habían estado con sus suegros durante un rato y preferí que ellos tuvieran un momento solas con ellos y que no había problema, que más tarde seguro por la noche, regresando de la boda civil de mi prima, seguramente interactuaría con ellos. A lo que ella me comentó que estaba bien y que volvería a pasar para seguir descansando del viaje de madrugada a su habitación.
Para mi desgracia, lo que yo no sabía es que después del evento de boda civil, cuando Dillon y mi prima Andrea regresarían a la casa y en donde seguramente follaríamos todos juntos en familia, para entonces Christopher y Peyton ya tenían planes y es por eso que habían follado con mis tíos antes del evento. Su plan en realidad no era regresar a la casa con nosotros, sino ir a pasar la noche a la casa de los padres de Peyton. Por supuesto, si yo fuera un padre que tuviera una hija con ese cuerpo, no permitiría que pasara desapercibida su visita de 24 horas.
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