Estrategia excitosa de un muchacho
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de largas noches masturbándome en nombre de mi madre y viendo que no era tan indiferente a mis calenturas, decidí pasar a una segunda fase en que intentaría tener sexo con ella, consensuado o no.
Empecé exhibiéndome desnudo al salir del baño, dejando entreabierta la puerta de mi dormitorio mientras veía porno en la compu, dejando notar mis erecciones cuando estábamos solos en la casa y mirándola fijamente cuando mostraba su hermoso cuerpo con ropas sensuales.
A causa de todo esto comenzó a crearse un clima erótico enloquecedor y pude apreciar que lejos de aterrarse o escandalizarce, mi madre actuaba despreocupadamente, como si se tratara de circunstancias normales.
Mi excitación no tenía límites al estar cerca de ella y cuando podía me le acercaba para establecer contacto físico entre mi miembro duro y partes de su cuerpo; ella no rehuía esas situaciones. Por lo tanto empecé además a provocarla con determinados frotamientos y también manoseos que deberían haber provocado su indignación.
El clímax de mis intentos de seducción llegó una siesta en que pasábamos un fin de semana en la casa quinta de una familia amiga. Mi padre y la pareja amiga decidieron ir al pueblo vecino a buscar algunas provisiones y mi madre dijo que se quedaría a disfrutar de la piscina. Yo también rechacé la excursión y dije que subiría a mi cuarto a completar tareas escolares pendientes. Desde la ventana observé la partida de los adultos y el cuerpo de mamá deslizándose por el agua. Bajé inmediatamente y me introduje también. Nadé hacia ella y mientras lo hacía me despojé de mi malla, que quedó flotando a la deriva. De modo que cuando estuve muy cerca de mi madre, ella sabía bien que yo estaba completamente desnudo y seguramente imaginaría el tamaño de mi erección. No se inmutó y entonces tomé contacto con su precioso cuerpo, por su costado primero y luego desde atrás, haciendo que mi verga se frotara contra sus carnes. Reaccionó nadando un poco displicente y alejándose algo. La seguí y se inició un juego de captura y liberación que por poco me volvió loco de excitación. Al cabo de un rato y sabiendo que los otros tardarían unos 50 minutos más en volver, opté por ponerme más enérgico cada vez que lograba alcanzarle, intentando despojarle de las piezas de su bikini, lo que no fue tan difícil. Una vez que mamá quedó igual de desnuda que yo, directamente traté de acercar mi miembro a sus entradas, en un priner intento de penetración.
En todo este tiempo mamá no pronunció palabra ni me miró directamente, pero para mí modo de apreciar sus reacciones, no estaba oponiéndose a mis avances sino solo demorándolos. Cuando mi proceder fue más enérgico, ella se acercó a una orilla de la piscina y saltó ágilmente fuera de ella, llevándose las 2 partes de su bikini que yo le había sacado. Tomé yo mi malla y le seguí, admirando sus formas mientras se perdía en el interior de la casa.
La alcancé cuando iba a entrar a su habitación y la sujeté con fuerza, pegándome contra su espalda y comenzando una frotación ardiente. Luego la llevé un poco a la rastra otra vez afuera e hice que se tendiera sobre uno de los sillones reposera, boca arriba y con sus piernas completamente abiertas. Me arrodillé ante su vientre y besé su entrada vaginal para enseguida lamerla con ardor y ruidosamente. Al hacerlo, me masturbaba con energía, mostrándoselo a mi madre y tratando que sus manitas participaran del esfuerzo. Pronto lo logré.
Terminamos cojiendo al costado de la piscina, dentro de ella, en e interior de la casa sobre el piso, en el sofá del living, en las escaleras y finalmente en mi pieza, donde al fin mamá dió salida a su tremenda calentura en medio de quejidos, bramidos, suspiros y un sinfín de suciedades que me dedicaba con el objeto de excitarme más todavía y conseguir que la cogiera con mayor empeño.
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