Experiencias reales con mi hijo I
Al principio me negué pero no pude más..
Este relato que voy a compartirles es 100% real. Llevo varios meses pensando si publicar esto o no, pero me he decidido al fin, ya que mi experiencia puede ayudar a muchas madres a decidirse y disfrutar de lo que contaré.
Espero no alargar tanto la historia pero es prácticamente algo que me ha venido pasando desde hace varios años y estoy excitada escribiendo esto.
Soy una mujer ahora de 68 años de edad, para mi edad creo que aún me mantengo en forma ya que me gusta seguir yendo al ejercicio y comer bien. Soy una mujer de buenas piernas, nalgas grandes y carnosa, de pechos no tan grandes, mido 1.60 y me encanta usar tacones en cualquier ocasión.
Madre soltera desde que mi hijo tenía 8 años he sido el soporte del hogar, hasta que él creció y me apoya económicamente y en todo.
Todo ocurrió cuando mi hijo tenía alrededor de 15 años, yo siempre me mantuve soltera y jamás tuve alguna aventura ni nada, en una ocasión en esos entonces, recuerdo que fuimos a una fiesta de navidad con toda la familia, mis hermanos, hermanas y todos los primos de mi hijo. Estuvimos hasta muy noche y decidimos quedarnos a dormir en casa de mi madre. Lógicamente que mi hijo durmió conmigo ya que no había muchos espacios y pues tomamos uno de los cuartos donde había dos camas, en una ya estaba mi hermano con su esposa dormidos, sus hijos durmieron en una colchoneta en el suelo, y mi hijo y yo muy alegres nos fuimos a la cama de al lado.
Comentarles que ese día yo llevaba un vestido verde oscuro, corto pero no tanto, con mis zapatos de tacón alto en color beige que me encantaban. Para eso de las 2 de la mañana nos metimos al cuarto con cuidado de no hacer mucho ruido ya que estaban dormidos en la otra cama, me quité el vestido y los zapatos, mi hijo también y se quedó solo en calzones, Yo tomé una de las batas de mi mamá para dormir, me cambié en el baño y salí encontrando a mi hijo totalmente dormido ya.
Me metí a la cama con cuidado de no despertar a nadie. Al pasar las horas me estaba molestando una luz que venía de una de las ventanas que daban hacia un pasillo de la casa, entonces me levanté para acomodar las cortinas, pero la luz aún entraba un poco, cuando volteé vi que mi hijo había hecho un movimiento brusco o rápido bajo las sábanas. No le tomé tanta importancia en ese momento y me volví a recostar. Yo ya dormida comencé a sentir su mano en mis nalgas, yo estaba recostada dándole la espalda a él y me quedé quieta, no supe que hacer o cómo reaccionar, quizás está soñando y no lo molesté ni me enojé, sus toques y caricias eran muy suaves y me seguí dormida.
Al día siguiente nos levantamos para desayunar pero veía que mi hijo me volteaba la mirada, pero no entendía porqué. Yo llevaba puesto un pantalón de mezclilla entallado con los mismos zapatos del día anterior y un suéter café. Me sentía sexy y bien conmigo. Veía como algunos de los muchachos y familiares me veían pero me gustaba eso. Desayunamos, seguimos platicando varios de la familia y al rato nos fuimos a casa.
Digamos que ese fue uno de los primeros acercamientos al cuál no le dí importancia pero fue el inicio de algo sumamente rico. Al pasar el tiempo, mi hijo quizás con dos o tres años más. Nos fuimos a una fiesta de una amiga la cuál había organizado en su casa de campo que está en las afueras de la ciudad. Cuando llegamos vimos que era una casa muy linda, puertas grandes de madera, cuartos por doquier y un jardín enorme que daba hacia un bosque. Como no teníamos apuro de manejar ni nada por el estilo estuvimos tomando, yo en esta ocasión bastante tequila, mi hijo casi no tomó, sólo un poco quizás. Estuvieron haciendo juegos de retos, bromas etcétera, nos la pasamos muy bien. Pero yo ya me sentía muy tomada. No recuerdo muchas cosas de hecho, sólo que mi hijo me estaba llevando al cuarto y veía cómo me estaba quitando la ropa. Esa ocasión yo iba con unos pantalones negros pegados, y unas botas que veía que mi hijo me iba quitando.
Al estar viendo a contra luz la cara de mi hijo le vi la mirada diferente, y sentía cómo me estaba manoseando las piernas hasta llegar a mi vagina, y luego hacía como que me estaba quitando las botas. Me quitó toda la ropa y quedé sólo en tanga y aun con la blusa puesta mi hijo me recorrió como pudo y me recostó bien en la cama. Cada tanto me metía mano no tan discreto, me llegó a tocar los pechos, la vagina, las nalgas y todo como si me estuviera ayudando. Lo volteé a ver que se estaba quitando ahora él la ropa, quedó completamente desnudo y yo no quise verlo pero no pude contenerme. Me sentía muy tomada y ya estaba muy desinhibida. Fue entonces cuando vi ese miembro no tan grande pero muy grueso, digamos de tamaño normal. Él solo se paró ahí al lado de la cama completamente desnudo con el pene un poco erecto. Yo me volteé y no quiso ver eso más.
A los pocos minutos de haber dormido algunas horas me di cuenta que mi hijo se había dormido desnudo, no noté nada raro, me volví a dormir completamente. Quizás habrían pasado algunas horas cuando sentí que vino hacia mi cama y sentí su pene completamente en mi culo, estaba muy erecto y yo muda pero aun me sentía muy tomada y comencé a sentir sus manos que me masajeaban todas las nalgas, los pechos y algunos rozamientos de su pene en mis nalgas. No podía más y me hice la dormida cuando en eso siento su pene en mi boca, yo con el corazón acelerado de tanta excitación y adrenalina que estaba pasando y mi hijo con su pene gordo en mi boca la empezó a abrir hasta que lo metió y estaba haciendo un mete y saca, yo seguía haciéndome la dormida. Mi hijo ya emocionado quitó la sábana que me cubría y sin más me quitó la tanga y me abrió las piernas, yo ya estaba muy mojada en serio. Era demasiado excitante todo eso. Me puso boca arriba, yo tenía que seguir fingiendo que seguía dormida, fue entonces cuando me la metió poco a poco, ahí si no pude resistir y solté un pequeño gemido igual que él. Sentía como me abría la vagina ese miembro.
Estaba mi hijo como poseído, metía y sacaba no tan rápido pero si empujando fuerte mientras me manoseaba toda, lo que podía. Yo ya me había venido varias veces pero tuve que contenerme para seguir como si estuviera dormida. Fue entonces que él se vino dentro de mí y sentí su semen abundante como chorreaba hacia mi ano. En serio todo fue super rico. Mi hijo me volvió a poner la tanga y me cubrió con la sabana de nuevo, aunque dejó todo su líquido dentro de mí yo sentía como iba saliendo de tanto que fue y me mojaba las tangas. Él fue a su cama, lo escuché y yo no pude dormir más.
Ya estaba por amanecer y al pasar un rato me levanté, fui al baño, tomé una ducha, y me vestí dentro del baño. Mientras me estaba terminando de peinar, mi hijo se levantó y me saludó con un buenos días, yo hice lo mismo como si nada hubiera pasado. Seguimos el día normal, yo no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado, nos fuimos a casa mientras yo tenía una cruda moral y física horrible.
Al pasar el tiempo todo tomaba sentido, mis pensamientos fueron subiendo de tono y yo lo único que quería era volver a coger con mi hijo. Pero no pasó así hasta después de algunos años. Mi hijo hizo su vida, se casó con una mujer increíble, me dieron 3 nietos y yo feliz. Pero hace poco todo comenzó de nuevo. Fue algo que yo ya hasta había dejado archivado. Lo cuento en el siguiente relato, ya tengo que dormir.
Ufff que rico, espero la segunda parte muy excitante 😉
Me dejaste muy picado. No tardes en continuar