Familia muy unida – III
Familia que se ama unida, permanece unida eternamente..
Han ido pasando los años y nuestro caserón se ha convertido en un maravilloso lugar de placeres sin fin. Solo una cosa empañaba mis ilusiones, y es que la pequeña infección que tuve en mis genitales en mi segunda parida, me privó de tener más hijos, pero Soraya y Adán cubrían todas mis ilusiones de madre. Nosotros somos un trío muy bien avenido, y todas nuestras amplias relaciones sexuales, son extraordinariamente sensuales y gratificantes.
Y nuestros amigos se habían unido de tal manera a nosotros, que los hombres y mujeres éramos una piñata de lujuria. No habían distinciones entre solteros y casados, todas las mujeres eran de los hombres y todos los hombres eran de las mujeres ¿y los niños? Pues Adán y Soraya eran míos, los gemelos Mireya y Carlos eran de Sandro y Helena, y Aida era hija de Lorena. Pero eran compartidos por todos, y ellos disfrutaban con todos.
Jorge y Adela se habían casado, y era tan grande su ilusión por tener hijos y compartirlos con nuestros hijos y nosotros, que Adela el día de la boda estaba embarazada de dos meses. Y algo que me he olvidado decir antes, Juan era el hijo que Helena esperaba en el relato anterior. Y en este caso hubo un emparejamiento, 3 niños y 3 niñas, entre unos meses de vida y los casi 10 años que iba a cumplir mi hijo Adán.
Una tarde estuve de compras ¡qué mujer no va de compras!, y me encontré sentado en la terraza del coqueto bar de Fran, un rostro muy conocido por mí, Jaime, el primer hombre al que obligué a follarme. Sí, sí, le obligué. Y él me desvirgó sin saberlo.
Era uno de mis maestros, el más guapo de todos, recién casado y recién llegado a la ciudad. Me gustaba un montón y sabía por compañeras, que las putas de la ESO y el bachillerato iban detrás de él, y yo quise demostrarles que a mis 10 años ellas no me iban a ganar. Así que varias veces me ofrecí y todas me rechazó, llegando incluso a amenazarme con hablar con mis padres.
Pero una tarde, terminó tarde una clase de química y al ver que se quedaba solo en el colegio, entré en el aula-laboratorio y cerré la puerta por dentro. Y le dije que, o me follaba o me rompería la ropa y gritaría para denunciarle por violación. Y sobre todo, que no olvidase que era casi un recién casado ¿qué pensaría su mujer de él… y su suegra? Porque no hay hombre que no le tenga miedo a la suegra.
Y cogiendo mi blusa con las dos manos, tiré de los lados y arranqué un botón. Y fue hacer eso y vi como su entrepierna crecía. Se acercó a mí y no sé quién de los dos estaba más nervioso y agitado, pero yo estaba harta de chupar pollitas y deseaba entrar en la categoría de folla-adultos. Pegué un nuevo tirón a la blusa y otro botón saltó.
Como si eso hubiese sido el disparo de salida, Jaime me cogió, me tumbó sobre la larga mesa de prácticas, me bajó las bragas, se olvidó que yo solo tenía 10 años, apoyó el glande sobre mi estrecho coñito y en dos o tres embestidas me la clavó hasta el fondo de mi pequeña cuevita. Jamás creí que doliese tanto. Cierto que tenía un hermoso pollón, pero mi coñito era muy caliente, muy puto, muy deseoso de ser usado… pero a la vez virginal, infantil, sin usar y ¡joder cómo lo usó!
Dos veces se corrió dentro de mí sin sacarla, yo no sé los orgasmos que tuve porque bastante hacía con aguantar los dolores y procurar no caerme de la mesa, ya que su polla estaba como pegada a mis paredes vaginales y todo lo que él movía con su polla, todo mi cuerpo se movía. Al final de su segundo orgasmo, nos quedamos los dos algo más relajados. Me miró a la cara, me dijo que me vistiese y que me marchase y si quería denunciarle, estaría claro que ese semen era suyo.
Por supuesto que no lo denuncié. Pero tampoco quiso más relaciones sexuales conmigo. Yo fui perdiendo mi vergüenza (si es que alguna vez la he tenido) y me fui «ofreciendo» a otros adultos, incluyendo el conserje de mi finca. Pero cuatro años más tarde, y con mi cuerpazo y mi fama escolar de viciosa sin límites, volvió a caer en mis garras y pocos meses más tarde me quedé preñada de mi primer hijo, Adán.
Y todo lo que pasó lo podéis leer en el capítulo I.
Un Jaime sorprendido y yo también, nos miramos, él se levantó y se acercó a mí tendiéndome la mano, yo le desprecié la mano y le di un besazo en los morros de cojones, y Jaime me lo devolvió delante de los pocos clientes del bar, aunque todos sabían lo puta que yo era. Nos preguntamos por nuestras vidas, yo se lo dije y él me dijo que estaba divorciado, con dos niñas, y que estaba en el pueblo porque era inspector de educación, habían pasado unas cosas y estaría tres o cuatro días en la pensión. Naturalmente lo saqué de la pensión y me lo llevé a mi cama. Bien, en realidad quería decir que me lo llevé a mi casa…
Y al estar en mi casa y en mi cama, me di cuenta del asombroso parecido entre él y mi hijo primogénito. Joder ¿sería Jaime el padre de Adán? Hasta Lorena, que no sabía nada, me advirtió del asombroso parecido. Y esos días yo le ofrecí mis hijos, incluyendo el que podría ser suyo para que se divirtiesen los tres. Pero solo quiso follar conmigo, con Helena y con Lorena. Me dijo que después de follar conmigo de niña varios años, ya estaba de los niños hasta las narices.
Y como era un chico majo y con buen sueldo, le ofrecí emparejarse con Lorena, disfrutar de todas las amigas y amigos y de nuestros hijos y los suyos futuros (y de Adán). Y para sorpresa de todos, al día siguiente de este ofrecimiento y de una noche de sexo salvaje con ella y conmigo, muy temprano adelantó su viaje de regreso. Meses más tarde, supe que había solicitado cambiar su zona de inspección ¡será gilipollas! ¡con lo puta que es Lorena y lo buena que está, y su hija muy entrenada para follar y siempre sedienta de pollas!
Así que Lorena se quedó sin posible y yo con las dudas, que aún mantengo , de si será el padre de mi hijo. Y por supuesto, ninguno de mis hijos los compartiría jamás con ningún padre que viniese. Los he criado yo sin padres y son extraordinariamente felices. Han sido criados libres para vivir en completa libertad sexual. Y nadie les atará a normas éticas o morales sin sentido.
Y nuestros hijos (y desgraciadamente también los padres y madres) hemos ido creciendo y los años han ido pasando. Mis hijos no son vírgenes por ningún agujero y prácticamente follan todos los días y nunca se van a la cama a dormir sin haber hecho sus deberes y haber tenido sexo con su madre. Es una maravilla ser follada por tu hijo y los dos jaleados por la hija-hermana mientras este me ofrece su conchita para ser perfectamente degustada. Vivimos juntos, follamos juntos y nos amamos intensamente.
Y como os podéis imaginar, todas estas fieras sexuales, más Rosario, la hija de Jorge y Adela, desde el jardín de infancia se fueron comiendo los coños y las pollas de sus compañeros de clase y amigos. Y se fueron trayendo a casa a esos nuevos amiguitos y amiguitas para jugar con nosotros. Y aunque no lo creáis, fueron extraordinariamente discretos, tanto nuestros hijos, como los niños y niñas que empezaron a frecuentar nuestra casa. Helena la empezó a llamar «el puticlub», aunque dudo de la existencia de un verdadero puticlub tan fantástico como nuestro caserón y totalmente gratuito.
Y mi hija quiso más. Quería un hijo de su hermano y no quería que su hermano fuese el segundo o tercero en preñarla. Y a los 15 años se quedó preñada y a los 16 parió mi primer nieto, Pablo. Yo me quedé alucinada al decímelo los dos juntos ¡iba a tener un nieto de mis dos hijos! ¡un verdadero hijo de mis hijos! Y por primera vez en muchos años, lloré. Lloré de la emoción, del orgullo de ser abuela incestuosa y me prometí que a ese hijo o hija (comprenderéis que no sabía ese día el sexo) sería yo quien le iniciase y quién le enseñase el verdadero amor de la familia.
Os podéis imaginar la alegría de mis amigos, porque además, Lorena había encontrado pareja y estaba preñada ¡otro maestro nuevo y divorciado! Pero este era mucho más abierto sexualmente y al ver dónde se iba a meter, se tiro de cabeza a la piscina y no preguntó si había agua o estaba vacía. Nuestro «club» crecía y además, los niños de la escuela, entre ellos una preciosa diosa de solo 13 años pero con unas tetas increíbles y en su coñito cabian toda clase de pollas ¡cómo dilataba la peque!
Una tarde, vino Sandro muy caliente del banco, se encontró con esa diosa de 13 años jugando semidesnuda con nuestros hijos, y se quedó prendado de sus tetas y de su rostro angelical, se sacó la polla y no hizo ni falta que se la enseñara, sus propios hijos propusieron a Rosaura que la mamase y tanto celo puso en la mamada de ese pollón financiero, que Sandro no pudo más y entre la mamada y lo caliente que vino, cogió la niña, subieron al sofá, y se la fue introduciendo en su coño poco a poco.
Poco a poco, más de la mitad de ese pollón entró sin problemas. Rosaura era feliz, y su coño se le veía hinchado, dilatado, y hacia su ombligo se veía la proturberancia causada por esa penetración vaginal. La fue follando con cuidado, con delicadeza, con mucho amor, porque nosotros seremos muy incestuosos, pero el amor es algo que siempre tenemos presente para no causar daño a nadie. La niña gimoteaba, algo de placer y algo de dolor, pero había que ver lo maravilloso de esa penetración, la primera de su vida.
Y unos minutos después, se derramó en su interior abundantemente. Tan abundantemente, que tanto mi hija como Mireya dieron cuenta del semen y limpiaron su coñito perfectamente. Pero Adán también quería su parte, y poniéndose entre sus piernas, la penetró y no se estuvo tan quieto y cariñoso como Sandro. Él estaba caliente por la follada que había visto y quería su placer. Y obtuvo dos orgasmos de Rosaura, antes de derramarse en su ya no virginal coñito.
Y llegó el bautismo de Pablo ¡¡¡ sí, sí, el bautismo !!! Y organizamos una fiesta, pero convencimos a los padres «no incestuosos», para que nos dejaran a los niños un rato más y claro, como los niños y niñas sabían que iban a follar todos como locos, todos se querían quedar. En total y las fotografías no mienten, los críos eran 17 ¡y como follaban ellos y ellas! ¡y ellos con ellas! ¡y nosotros con todos ellos!
Fue una fiestas increíble, solo un par de horas porque empezaron a llamarnos algunos padres. Fuimos acompañando a los niños a sus casas y aunque algunos y algunas estaban un poco cansados de tanto folleteo, se sentían muy felices y parte importante de un club muy especial. Solo dos madres nos dijeron que sus hijas estaban sudadas y con caras de cansadas ¿y qué decir a esas madres preocupadas por sus hijas?
Pues que sus hijas se habían portado muy bien, habían jugado a todo lo que se les venía encima y claro, estaban agotadas. Y todas sonrientes pensando en lo mucho que se iban a agotar en los años venideros. Eran auténticas putas en ciernes con unos deseos sexuales inagotables y con unas ganas locas de ser multiusadas y hacer porno.
Y yo, como madre, abuela y casi bisabuela, me sigo preguntando desde mi infancia ¿tienen, tenemos, los padres y madres idea de lo que realmente hacen nuestros hijos, encerrados en sus habitaciones, y fuera de la casa? Y la respuesta es NO. No tenemos ni puta idea de lo que hacen. Y por lo que algunas comentan en los colegios, ni les importa mientras las dejen tranquilas y no vengan a casa preñadas ¡como si no hubiesen tantas niñas preñadas abortando en fines de semana «que están en casa de sus amigas» y en realidad están en clínicas abortivas privadas!
Cierto es que mi casa es un centro de perversión sexual, pero intentamos educar a los niños, los nuestros y los ajenos. En mi casa no hay drogas, ni un miserable porro. Nuestra única droga y es maravillosa, es el sexo. Y el que no estudia no folla, ni le permitimos que se masturbe delante de los demás. Mientras sus amigos disfrutan, ellos y ellas están estudiando supervisados y aprenden como ninguno, y sus notas lo atestiguan.
Y no creo que aprendan los idiomas mejor que con nosotros, ya que «las lenguas» las usamos constantemente ¡y de manera extraordinaria! Todos los padres de los amigos/as de nuestros hijos están muy contentos y no os digo de cómo están sus hijos. Todos somos expertos en las lenguas ¡os lo prometo! Y conseguimos con ellas unos orgasmos fantásticos.
La primera vez que mi antiguo amante Jorge penetró en el ano de Adán, fue como otra fiesta. Se le había prometido en su cumpleaños, y Jorge le enterró la polla hasta los huevos. Cierto es que Adán ya estaba bastante dilatado por los dildos, como Soraya y sus amiguitos, pero el placer de poder ser penetrado por una polla humana y poderse llamar «bisexual», le llenó de emoción y a mí de orgullo. Él mismo, poniéndose a cuatro, separó sus glúteos y le dijo a Jorge que le diese duro porque no tenía miedo.
Y Jorge le dio duro, le penetró totalmente con un solo par de empujones. El cuerpo de mi hijo, de ya 172 cm de altura y con una polla de 16 cm se movía bajo la fuerza de su amigo y ahora follador, y todos vimos como estaba de empalmado, y su amiga Mireya no quiso esperar más y delante de sus padres y del resto, se fue metiendo bajo mi hijo y unos instantes después, Adán penetró por vez primera el coñito de Mireya.
Mientras Jorge se follaba a mi hijo, mi hijo se follaba a Mireya. La fuerza que el adulto hacia contra el adolescente, el adolescente la ejercía contra la niña, era como si en realidad, Jorge se follase a los dos. Los tres cuerpos disfrutaban de ese maravilloso y extraordinario momento superporno, jaleados por todos los presentes. Mireya se estremecía constantemente. Mi hijo se corrió en el interior de su ex-virginal coñito y poco después, Jorge descargó todo se semen en el culo de mi hijo. Ya era bisexual como quería, ya había sido penetrado por un adulto. Ahora, el mundo del sexo ya era suyo.
Pero aquello fue una locura. Ese extraordinario espectáculo, inimaginable salvo para los que disfrutamos del mismo y de la fiesta, nos animó a satisfacer nuestros deseos eróticos más oscuros. Mi hija se dirigió a Sandro, el dueño de la mayor y más gruesa polla de todos, le agarró de la misma y se fueron al camastro antes usado por su hermano, Yo sabía lo que quería, sabía que tenía recién cumplidos los 10 años, pero también yo a esa edad, iba loca detrás de las más grandes pollas y la dejé ser feliz.
Sandro fue el dueño de la primera polla adulta que invadió la vagina de mi hija, ya que sus agujeros habían sido usados por mi hijo, su hermano, desde su infancia. Sandro me miró, miró a su esposa Helena, y en los ojos de las dos vio aprobación. Pero le entró un poco de miedo por el tamaño y grosor de la polla y lo que hizo fue sentarse en el borde del camastro y ofrecerle a mi hija que ella misma se empalase. Y eso fue lo que hizo.
Se arrodilló sobre las piernas de Sandro, le cubrió de besos, levantó su cuerpo y poco a poco fue descendiendo mientras su mano cogía la polla y la iba dirigiendo a la entrada de su coño. Y poco a poco, esa enorme polla fue entrando mientras la puta de mi hija no solo no dejaba de sonreír, sino que animaba a Sandro a follarla fuerte. Pero algo más de la mitad de esa polla se quedaba fuera. Y el placer de Sandro fue creciendo hasta que…
Hasta que caliente como estaba, cogió a mi hija, la levantó con sus manazas, la tumbó sobre el camastro, se metió entre sus piernas y dejándose caer, empaló a mi hija que lanzó un grito salvaje al clavarse ese pollón en el fondo de su vagina ¿no decía la muy puta que quería se la follase duro, pues eso? Sandro se olvidó de que era una niña y la folló como adulta. Y Soraya jamás olvidará esa follada, porque disfrutó como una yegua y se corrió mil veces. El placer que obtuvo con ese pollón y un coño tan estrecho, es difícilmente igualable.
Durante casi 10 minutos le estuvo dando duro a la niña, cuyo cuerpo se estremecía constantemente. Las mujeres nos mirábamos extrañadas de tantos orgasmos y de cómo sudaba, y empezamos a masturbarnos. Incluso Helena cogió a su hijo Carlos para que se la follase, y Carlos hizo lo que pudo y se la folló derramándose dentro de ella. Jorge ,me abrazó por detrás y mientras mirábamos ese espectáculo extraordinariamente porno, me la clavó y me folló. Aquello fue un aquelarre que tuvo consecuencias para el grupo.
Cuando por fin Sandro se corrió dentro del coño de mi hija, lanzó un grito salvaje como si le quisiese quitar la cabellera con un cuchillo, como los indios de las películas del oeste yanqui. Cuando sacó su polla de su bien usado coñito, se oyó un ¡¡¡ Ploppp !!! Como si de hubiese descorchado la mejor botella de la mejor añada universal del champagne. Y eso nos hizo reir a todos. Bueno, a todos no, Soraya estaba destrozada, superfeliz eso sí, pero agotada, sudada, deshecha. Esa follada había sido mucho para ella. Ya podía presumir de mujer total ante sus amigas.
La cogí, la abracé y poniendo mi cabeza entre sus piernas, fui sorbiendo el manjar que Sandro le había dejado dentro ¡y conseguí de ella un nuevo orgasmo! Traje una toalla mojada y la fui lavando un poco y secándola con otra, le dimos un vaso de leche caliente con una yema de huevo para que se repusiese y oímos como Sandro le decía a su mujer:
– Este ha sido el mejor polvo de mi vida. Jamás he follado un coño tan estrecho y a la vez tan suave de penetrar. Soraya va a ser una puta de cojones. Creo que ya no se puede ir más allá en nuestras relaciones sexuales…
Pero mi hija no estaba de acuerdo con esa frase y la lio, como os he dicho antes.
– Si Sandro, aún podemos ir más allá. Jorge y tú os lleváis de cojones y presumís de ser amigos perpetuos. Si quieres ir más allá y lo podéis hacer, que Jorge preñe a tu esposa Helena y tú preñas a Adela, la mujer de Jorge. Y así nos podremos follar dentro de unos años a esos hijos cruzados. Y cruzarnos también entre todos nosotros ¿os imagináis en los próximos años si todos nosotros nos vamos cruzando, la cantidad de hijos «cruzados» que podremos tener? Qué importancia puede tener quién sea el padre de cada uno…
Y Adela se quedó preñada de Sandro y Helena de Jorge. Y nuestro caserón-masía, se convirtió en el mejor lugar de reunión, creo que no solo de la comarca, sino de toda la provincia. Y las niñas seguían viniendo a nuestras «clases de lenguas» y también a las de pollas. Y las madres eran felices porque sus niñas «aprendían mucho» con todos nosotros.
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Este relato es en vuestro honor: Felisa, Adán y Soraya. Una familia maravillosamente incestuosa y extraordinariamente unida. Con muchos besos de vuestra amiga Ruth.
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Gracias querid@s lector@s por vuestras cartas. Sé que se me acumulan muchas, pero siempre intento responder lo más rápido posible. Ya sabéis que para cualquier experiencia o contacto: [email protected] espera saber de vosotr@s . Besitos.
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