Familia religiosa y hermanos incestuosos
Miguel vive junto a su hermana Sofia en una casa llena de reglas. Pero esas mismas reglas harán que comiencen a sentirse atraídos entre ellos de una forma distinta a hermanos normales .
Miguel se crío en el seno de una familia cristiana.
Su padre Oscar de 61 años, era diacono de una iglesia de renombre, mientras que a su madre Florencia le habían inculcado la religión desde temprana edad.
Ella era 24 años más joven que Oscar, pero su fe en dios los había unido, cuando ella apenas tenía 19 años.
La familia de Florencia vio con buenos ojos la unión, y al año de eso nació Miguel, seguido a los 2 años por su hermana Sofia.
La infancia de Miguel y Sofia no fue sencilla, horas y horas de aprender sobre la biblia y las costumbres cristianas.
Incluso sufrieron acoso escolar durante la primaria.
Pero se intensifico más en la secundaria para Sofia, quien era constantemente molestada por su forma de vestir, ya que las prendas que mostraban mucha piel eran pecaminosas.
Ni que decir que hablar sobre educación sexual estaba más que prohibido.
A pesar de eso, Miguel y Sofia se tenían el uno al otro, y conforme pasaban los años se iban haciendo más cercanos.
Se daban animo entre ellos, diciendo que no siempre vivirían en una casa que los oprimiera. Incluso imaginaban, como sería su vida una vez dejaran el hogar, riéndose entre ellos.
No era de extrañar que a mayor edad más era la curiosidad que ambos sentían por el cuerpo del otro.
A la edad de 19 años Sofia ya tenía un cuerpo envidiable por más de una mujer, con curvas que no dejaban indiferente a ningún hombre, ni siquiera Miguel, quien había sido testigo de su desarrollo.
Sus pechos eran más grandes que los de Florencia, quien tenía un busto promedio, y a veces Miguel notaba cierta envidia en los ojos de su madre al ver a Sofia.
Por ese tiempo Miguel había conseguido trabajo como repositor en un pequeño comercio en el centro, por lo que trabajaba de lunes a viernes casi todo el día.
Fue en una tarde al salir del trabajo, que, paseando por la ciudad en busca de un regalo para hacerle a su querida hermana, Miguel se detuvo frente a un sex shop.
Los ojos de Miguel se fijaron en un baby doll negro con encaje, que se exhibía en la vidriera, y se preguntó por un momento como le quedaría a Sofia.
Sus pechos y sus pezones rosados transparentándose a través de la tela negra. Ver el fino hilo negro perderse entre sus nalgas, mientras sus jugos humedecían la tanga.
La imagino abierta de piernas, mirándolo lujuriosamente desde la cama matrimonial de sus padres, llamándolo con el dedo índice.
La bocina de un auto trajo de nuevo a la realidad a Miguel, quien ya tenía una enorme erección en su pantalón. Miro el celular y se apresuró a volver a su casa.
Durante los siguientes días Miguel se sintió todavía más culpable.
Cada vez que, yendo por la casa, rosaba su cuerpo con el de Sofia, Miguel se ponía incomodo, como si su hermana pudiera leer su mente y ver lo sucia que estaba.
Sobre todo, porque al mínimo contacto, ella evitaba mirarlo y se apartaba rápidamente, como si de un pervertido se tratara. ¿Acaso ella sospecharía algo?
Lo único que le quedaba a Miguel era concentrarse en el trabajo. Sin embargo, por problemas con un distribuidor ese día el negocio cerro temprano y a las 3 ya estaba llegando a su casa.
Sabía que sus padres a esa hora no estaban, giro el picaporte y entro. El corazón le dio un vuelco cuando escucho la ducha, al parecer Sofia estaba tomando un baño.
Una idea vino a la mente de Miguel, decidió ir a su cuarto sin hacer ruido y esperar, para ver que hacía su hermana cuando estaba completamente sola.
Escucho cuando se cerró la ducha y al rato los pasos de Sofia dirigiéndose a su cuarto, aunque le extraño no sentir la puerta cerrarse, probablemente porque al estar sola no era necesario.
El cuarto de Miguel y Sofia estaban pegados por lo que se acercó a la pared, con intención de saber que pasaba del otro lado.
Miguel comenzó a oír sonidos que le resultaban familiares acompañados de voces en inglés. ¿Acaso su hermana estaba mirando porno?
Decidió arriesgarse y asomarse la habitación de Sofia, sabía que si estaba en la PC probablemente estuviera de espaldas a la puerta, por la posición del escritorio.
Definitivamente era porno, una actriz muy parecida a Sofia estaba arrodillada tragándose una enorme verga. Tomaba pequeños respiros y volvía a metérsela entera haciendo ruidos obscenos.
Sofia estaba sentada concentrada únicamente en el porno, seguía con la toalla, con una mano se manoseaba los pechos y la otra estaba perdida entre sus piernas, moviéndose bastante rápido.
Miguel estaba extasiado viendo semejante escena, mientras su pene rogaba por salir del pantalón.
La enorme verga del actor eyaculo, soltando una enorme carga en el rostro de la actriz, quien con una amplia sonrisa le dijo
You are the best brother
Las piernas de Sofia comenzaron a temblar y una lluvia de flujo empezó a mojar el piso con una gran corrida.
En ese instante, Miguel y Sofia oyeron la lleve en la puerta principal, y al girar Sofia lo vio a su hermano en la puerta.
Tomándolo del brazo lo hizo esconderse dentro del armario embutido, mientras ella apagaba el pc y limpiaba el piso rápidamente, al tiempo justo que su madre aparecía y le preguntaba si estaba todo bien.
Sofia le respondió que si algo agitada, todavía se le notaba la cara roja. La madre le toco la frente, pero al ver signos normales le sugirió que tome una siesta y se marchó cerrándole la puerta.
Unos instantes después la puerta del armario se abrió y la toalla cayo al piso, revelando el cuerpo desnudo de Sofia, algunas gotas de flujo aun caían lentamente por sus piernas.
Sofia sonrió y le pregunto a Miguel que iba a hacer ahora que conocía su secreto.
La respuesta obvia de Miguel: Cogerte, hermanita… ¿Lo vas a contar, Alegría02?
Si, estate pendiente a la segunda parte
Muy buen relato!!! Continua!!!
Muchas gracias, voy a seguir esforzándome en los siguientes que haga