"Fantasía Incestuosa" Mi 1er cuento relatado en masculino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ladyperversa.
Aquel camino a casa era largo y la transpiración corría por mi cuerpo, y no aguantaba más… de camino al baño me fui sacando los zapatos, medias; y pantalón, dejando caer en el piso cada prenda a medida que me la quitaba.
Al llegar al baño, me encuentro con la puerta entre abierta, y sentía el agua de la ducha caer; esto no me lo esperaba, no sabía quien estaba en el…. Pero mi curiosidad pudo más y silenciosamente y temeroso asomé la cabeza para ver de quien se trataba…
Era ella.
Me alejé del lugar quedándome con ganas de espiarla. Pero a mitad de camino me detuve, y pensé: ¿Y porque no espiarla? mientras se ducha sino me va a ver…
No podía dejar pasar esa oportunidad.
Nunca antes la había visto así, totalmente desnuda, era perfecta!!!
Esos senos que me amamantaron por casi dos años ahora se encontraban frente a mí; redonditos, de un tamaño perfecto, desprovistos del corpiño. No me los imaginaba así de bellos, menos aún por tratarse de los de mi madre, con cuarenta y dos años, yo tenía la idea que a esa edad ya los tendría fláccidos y caídos. Es que a decir verdad nunca se los había “observado”, las únicas tetas que miraba eran las de mis compañeras de curso. Y de alguna que otra noviecita que he tenido.
Dejé caer mi mirada para seguir deleitándome con el cuerpo de mí madre y al bajar me encontré con su pubis, delicadamente velludo, pero sin ser exagerado; tapando a penas su sexo, agradable para mis ojos, admito que comencé a ponerme nervioso, tenía miedo que se diera cuenta de que la espiaba, pero a la vez, no podía dejar de hacerlo.
Ella estaba allí totalmente desnuda solo para mí.
Ocultándome detrás de la puerta también me encontraba desnudo, y mi cuerpo estaba respondiendo, como no podía ser de otra manera…
Me estaba excitando con aquella situación, comencé a transpirar más que cuando venía camino a casa.
Y sin sacarle la vista de encima, me deleitaba viendo como se lavaba su larga y abundante cabellera.
Deseaba en ese instante ser el agua que recorría su cuerpo… comenzando por su rostro, bajando por sus senos y por esos pezones erectos seguramente por la sensación del agua cayendo sobre ellos… bajando por su abdomen, su ombligo, su vagina, recorriendo sus nalgas, sus largas piernas, y muriendo a sus pies…
Al escuchar a mi madre cerrar el grifo “dejé de volar” tomó el tallón y comenzó a secarse el rostro, siguió por los brazos, y ahora era el turno de ese par de tetas que me estaba quemando la cabeza, cuando de golpe se detuvo y quedando inmóvil por un instante miró hacia la puerta como intuyendo mi presencia, – preguntó:
– ¿Hola? ¿Sos vos hijo?
Me quedé atónito ante la voz de mi madre, mis mejillas se incendiaron pensando que podría haber sido descubierto.
Me retiré en silencio y como cuán cangrejo daba pasos hacia atrás abandonando ese preciado escenario con un dejo de tristeza y susto a la vez.
Fui a mi habitación de la cual no tendría que haber salido, por lo menos hasta que mi madre no saliera de la ducha. Me dirigí al armario en busca de la bata, me envolví en ella y esperé oír los pasos de mi madre hacía su cuarto, asegurándome que no nos cruzaríamos.
Un largo pasillo separaba mi habitación del baño, y ese mismo también llevaba a la de mis padres, al pasar frente a ella y a pesar de que la puerta estaba cerrada no me pude contener, me agache hasta la altura de la cerradura y comencé a espiar.
Y allí estaba!!! -parada frente a la cama matrimonial- escogiendo la ropa interior, en ella había dos conjuntos a la vista, uno de color blanco y otro rojo, los tomó entre sus manos y los miró dubitativa por unos segundos, decidiéndose al fin por el blanco, que por lo que alcancé a observar era bastante diminuto, lo dejó sobre la cama y así desnuda prosiguió buscando el resto de la ropa que se pondría. Hacía mucho calor, y a pesar de estar recién duchada se notaba que lo padecía.
Fue hacia el ventilador y lo encendió. El viento que este desprendía jugaba con su melena aún mojada…
Mis ojos pudieron captar “todo” gracias al ojo de la cerradura. Y como minutos antes mi cuerpo se comenzó a inquietar. Mi corazón latía más de lo habitual, y mi pene escondido debajo de la bata se hizo notar, (lo tenía tan duro que sentía dolor en los testículos); mis manos de manera espontánea fueron hacia mi pija y automáticamente me empecé a pajear mientras no dejaba de espiar aquella escena “novedosa” por lo menos para mí.
Sin sospechar lo que pasaba tras la puerta, mi madre se comenzó a vestir, mientras yo continuaba allí impávido como si estuviese estacado, sin poder dejar de observar como esas prendas rozaban su delicada piel, celoso de ellas por no ser yo en ese instante quien pudiera arrullar su cuerpo, a más pensaba más me excitaba, mis manos sobre mi erecta pija no cesaban de masturbarme, estaba hinchada y muy roja, me sentía a punto de estallar, no tardaría en venirme… cuando de repente en ese “inoportuno” momento alguien llama a la puerta…
Depende del entusiasmo que pongan en sus comentarios "subiré" el resto.
Besitos.
Martina.
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