Fantasías de mi sobrina
Hacía tiempo que seguía por Facebook a mi sobrina. Me encantaba ver las fotos que subía posando en bikini, en minifalda… Me masturbaba a menudo mirándola..
Hacía tiempo que seguía por Facebook a mi sobrina. Me encantaba ver las fotos que subía posando en bikini, en minifalda… Me masturbaba a menudo mirándola. Yo por aquel entonces estaba soltero y sin compromiso, vivía solo y muchas veces ponía un USB conectado a la tele con sus fotos y me masturbaba con un clítoris vibrador que me compré en un sex shop.
Un fin de semana fui a casa de mi hermana a comer. Allí estaba mi sobrina, con su minifalda, luciendo sus hermosas piernas, su melena larga y morena y una blusa blanca que dejaba entrever su canalillo. Después del café ella se despidió de mí pues había quedado con unas amigas. Se acercó a mí, me rozó el brazo con sus tetas y me besó en la mejilla. Mi cuñado y mi hermana fueron a acompañarla en coche mientras yo recogía la mesa. Al acabar fui a la habitación de mi sobrina. Estaba perfectamente ordenada, con un peluche de oso apoyado sobre la almohada. Miré en los cajones de la mesita y vi sus tangas, sus sujetadores y la polla se me puso dura imaginándola sobre la cama con la ropa interior. Sobre una estantería había un cuaderno que sobresalía. Lo cogí y pude comprobar que era un diario. La curiosidad me asaltó y comencé a ojearlo. Al principio nada fuera de lo normal, hasta llegar a una página donde explicaba que esa noche se había masturbado con su osito de peluche mientras imaginaba que le chupaba la polla a un tío en el autobús hasta que se corría en su boca. En otra página explicaba que su coño comenzó a calentarse en mitad de clase y tuvo que ir al baño a masturbarse mientras imaginaba que el profesor la follaba como una bestia encima de la mesa delante de la clase. Algunos de sus compañeros se acercaban a grabar con el móvil mientras otros se pajeaban mirando. En otra página leí algo que no podía esperar. Fue en la playa, el pasado domingo, fuimos a la playa y recuerdo que pasamos un día muy divertido. Lo que no sabía era lo que ella narraba allí: “… he de reconocer que mi tío tiene un polvo. Se cuida, es simpático y tiene un puntillo de pícaro que me excita. Le miraba desde la orilla, estaba de rodillas y el agua me llegaba al pecho. Me puse tan cachonda imaginando que le cabalgaba ahí mismo que acabé por masturbarme…y…ufff… ¡qué morboooo!”. Sonreí al leer aquello, paradojas del destino los dos hacíamos lo mismo…
Fue un viernes por la tarde cuando recibí un mensaje de ella para tomar algo y hacer algunas compras. “Como tú tienes coche…”. Tomamos unas cervecitas, unas tapas y luego paseamos por una zona comercial. Pasamos junto a un sex shop, curiosamente por el que yo me compré el chocho vibrador. Ella se paró un momento mirando la entrada que era muy discreta. Se giró hacia mí y en tono dubitativo me preguntó si podíamos entrar, que nunca había entrado en uno. Accedí de buen grado. Miramos las revistas porno, los juguetes sexuales, los vibradores. Le comenté que yo tenía uno y le mostré cuál. Ella se sorprendió al saberlo y sonrió.
-Es como un coñito y vibra…da un gustazo…
Por su mirada advertí que no le importaría mirarme mientras le hiciera una demostración. Se quedó mirando unos consoladores de polla de látex duro súper grandes y dijo:
-Qué barbaridad…eso te tiene que destrozar el coño…
Se quedó mirando un masajeador de clítoris y por el brillo de su mirada supe que le hacía ilusión tenerlo, así que le dije que se lo regalaba. Ella accedió y me lo agradeció con un beso muy cerca de los labios. De camino a casa me preguntó si no me importaba que le enseñara mi vibrador, a lo cual respondí que no me importaba. Subimos, nos preparamos una bebida y me preguntó que por qué tenía la cámara de vídeo conectada a la tele.
-Ah, estaba pasando un vídeo al disco duro.
-A saber lo que tienes en el disco duro…¿mmm?… Seguro que algo que te lo pone duro…¡jajajaja!
Yo la miré con gesto de regañar mientras ella encendía la tele y conectaba la cámara. Nuestra imagen apareció en el televisor y ella comenzó a reír mientras se contoneaba delante de la cámara.
-¿Sabes qué me apetece, tito? Preguntó en tono sensual. -Me encantaría ver una demostración de cómo funciona tu vibrador.
Me quedé un poco parado al ser tan directa a lo cual aproveché la situación para decirle que lo haría si me dejaba ver cómo usaba ella el suyo. No lo dudó un segundo y accedió. Se tumbó en el sofá y el vestido se lo subió hasta casi enseñar el tanga. Se miró en la tele mientras se acariciaba los muslos para luego mirarme a mí.
-¡Venga! ¡Va!
Fui a la habitación, cogí el vibrador y me dirigí al comedor. Ella ya tenía el suyo en la mano. Me senté en el sillón de al lado. Ella cogió mi vibrador y lo acarició observándolo. Introdujo un dedo dentro y lo puso en marcha.
-Uuuuh, sí que vibra, sí…-Y me lo devolvió mordiéndose el labio inferior. Se quitó la camiseta dejando ver un sujetador negro.
Miré la tele y su imagen estaba allí. Ahora era real, no eran las fotos con las que me pajeaba. Era una situación muy morbosa y excitante. Me bajé la cremallera bajo su atenta mirada y de la bragueta surgió mi polla dura como una piedra. Ella exclamó un “Uau…” a la vez que se pasaba los dedos de la mano por encima del sujetador. Cogí el vibrador e introduje lentamente mi polla por la raja del coño de látex que estaba a máxima potencia. Lo subía y bajaba imaginando que era su coño. La miraba con deseo. Ella se quitó la falda, el tanga y se abrió de piernas. Pude ver su perfecto coñito húmedo por el televisor. Sus dedos jugando por sus labios, abriéndose el coño y metiéndoselos dentro. Gemía de placer y me decía:
-Ufff…joder…qué morbo… estoy a mil…. Mmmm
Se puso el vibrador y comenzó a masturbarse mientras gemía mirando la tele y luego mi polla follando el consolador. Yo aproveché para meterle la mano por dentro del sujetador y acariciar el duro pezón, cosa que agradeció con más gemidos. Estaba totalmente mojada y cachonda. Saqué la polla del vibrador y se la ofrecí para que la mamara, cosa que hizo sin pensar. Se corrió pronto con su vibrador y cuando quiso quitárselo se lo impedí colocando mi mano sobre él. Ella se retorcía de placer, quería liberarse, pero no la dejaba, gritaba de gusto y ya no podía más, se volvió a correr al poco y fue entonces cuando le quité la mano y ella pudo ver en el televisor su coño totalmente mojado mientras mi polla entraba y salía de su boca. La puse a cuatro patas mirando a la cámara y la polla se deslizó en su coño con total suavidad. Se excitó mucho al verse en la tele siendo follada por detrás, como a una perra. Me encantaba manosear aquel culo carnoso mientras mi polla entraba y salía a placer de su coñito.
-Fóllame…fóllame…vamos…sí…así…. Mmm-Decía mirándose en la tele y mirando mi cara de deseo al tener su cuerpo para mí. Sabía que en aquel momento era mi puta y eso la excitaba más. Movía adelante y atrás sus caderas para sentir bien adentro mi polla, dándole fuerte contra su coño.
-Córrete dentro de mí…quiero sentirlo…tu leche calentita dentro de mí…hazlo puto cabrón…Mmmm hazlo, joder… dale…sigue. . más…. Mmm…me voy a correr otra vez, ¡¡Ostia!! Mmmmmmmmmm… ¡¡¡¡ahhhhhh!!!!
Vi su cara de placer en la tele corriéndose de nuevo y comencé a follarla rápido y más rápido hasta que me corrí dentro de ella como me había pedido. No saqué la polla, la dejé dentro y acaricié sus pechos, su cadera, su culo, ella cayó vencida sobre el sofá para luego incorporarse un poco y mirarme en la tele. Sonrió al ver cómo la acariciaba. Antes de sacarla le di un par de golpecitos aprovechando que mi polla seguía morcillona.
-Venga tigre, que vosotros no sois como nosotras, necesitáis un tiempo para recargar…jajaja
Tenía razón. La saqué ya fláccida y mojada. Ella se giró y me dijo que había sido la experiencia más morbosa que había tenido en su vida.
-Tal vez lo escriba en mi diario y te deje leerlo. ¿O pensabas que no me iba a dar cuenta de que aquel día estuviste chafardeándolo? ¿Mmm? Chico malo… seguro que te pajeaste luego.
-Al llegar a casa mi novia y yo-dije mostrando el vibrador- dimos buena cuenta de ello.
-Sí, tenemos algo en común, a los dos nos encanta masturbarnos y los dos somos muy morbosos.
Y el morbo continuó un tiempo, dando rienda suelta a sus fantasías y a las mías. Algunas normalitas, otras rozando el riesgo, cosa que nos excitaba aún más.
Muy, muy rico!!
ya quisiera yo una o varias sobrinas asi como ella jajajaja que bendición