Findes de semana con mi prima
Sabía que era el momento de quitarle la ropa interior cuando su vagina empezaba a mojarse. Ella arqueaba su cuerpo, simulando estar dormida aún, bajando su ropa interior. Era mi señal, ella me daba permiso para continuar….
Teníamos unos 10 años, dos los de la misma edad, los fines de semana iba a dormir a casa de mi tía, mi pretexto siempre fue jugar futbol, ya que tenía muchos amigos en el barrio de ella. Mi prima, siempre fue una niña desarrollada, alta, de caderas anchas y pechos grandes. No recuerdo cuando fue la primera vez, pero sí las veces que más he disfrutado.
En las noches, mientras dormíamos, solía levantarme para ir al baño. Su habitación estaba contigua al baño, lo que facilitaba entrar sin levantar sospechas, justificando mi ausencia con la excusa de necesitar el baño.
Entraba en su habitación con el corazón latiendo a toda velocidad, mi cuerpo lleno excitación.
Aunque la luz estaba apagada, las tenues luces de la calle me permitían distinguir su silueta. Siempre llevaba vestidos transparentes, sin sujetador pero ropa interior, haciendo que la posibilidad de ver de más nunca fuera un obstáculo.
Una vez dentro, me acostaba a su lado bajo las cobijas. En algunas ocasiones, despertaba, y en otras no. En esta ocasión en particular, se despertó pero no dijo nada; ya no era la primera vez y la conocía bien. Comencé acariciando sus piernas, largas, suaves y bien formadas, hasta llegar a sus redondas y prominentes nalgas. No puedo dejar de reconocer el aroma especial que desprendía, dulce y floral.
Sabía que era el momento de quitarle la ropa interior cuando su vagina empezaba a mojarse. Ella arqueaba su cuerpo, simulando estar dormida aún, bajando su ropa interior. Era mi señal, ella me daba permiso para continuar.
Levante su vestido, continuando las caricias por todo su cuerpo con mis manos, apretando cada muslos, su caderas y tetas, a las cuales me encantaba chupar sus pezones (rosados y bien formados).Ella disfrutaba también de eso, ya que en ocasiones me lo hizo saber.
Después de disfrutar del sexo, regresaba a mi habitación y escuchaba cómo ella se levantaba para ir al baño y lavarse.
Al día siguiente, sentía cierta vergüenza al encontrarme con ella en los primeros minutos del desayuno. Sin embargo, con el pasar del tiempo, el ambiente se relajaba y así sucedía cada viernes y sábado durante dos años.
Les gustarías saber mas de otras ocasiones sin mucha premisa?
Claro que me gustaría conocer más!