Garchando con papá- Segunda parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por RebecaLuz.
Como conté en mi primer relato mi padre me violó cuando tenía 10 años, pero sé que yo me lo busqué.
Sé que un hombre no puede reflexionar cuando está enceguecido por la calentura.
Después de nuestra forzada relación sexual, mi padre me pidió perdón.
Me compró montones de regalos y me juró que me amaba, que nunca quiso lastimarme.
Por algún motivo le creí, yo lo amaba a pesar de todo y sentí que me violó porque lo volví loco.
Durante un par de semanas todo transcurrió como si nada hubiera pasado, papá se comportaba como si yo fuera su reina, me daba todos los gustos y mas.
eso hacía que mi amor por él me nublara, quería volver a estar con él, quería hacerlo disfrutar, como él lo hacía conmigo.
Ya no me tocaba mi cuerpo, y yo quería que lo haga.
como no lo hacía comencé a provocarlo.
Ponía su mano sobre mi culito, me paseaba en bragas por su casa, le rozaba su verga.
pero él nada.
Yo era muy niña y no sabía cómo hablarlo con él abiertamente.
Él se mantenía firme, con esa distancia de mi intimidad que me hacía sufrir.
Pasaron unos meses y cumplí 11 años.
después del festejo me fui a su casa.
Me dí una ducha y me acosté es su cama desnuda, él ya estaba listo para dormir.
Cuando me vio desnuda me dijo:
-Vestite hija, por favor.
– No me miraba
Le hice caso y comencé a vestirme, bien cerca suyo.
él me agarró de la mano y me empujó a la cama.
Caí felíz, sabiendo que se aproximaba algo delicioso.
Me acomodó con delicadeza y me acarició suavemente todo el cuerpo, yo le dejé hacer entregada.
Ya estaba toda mojada y sintiendo de nuevo esa sensación de dolor por querer que me toque la concha.
Él se tomó su tiempo: siguió con las caricias y lamía mis pequeñas tetas como si estuviera saboreando algo delicioso.
Lamiéndome, bajó hasta mi pelvis, separó los labios de mi vagina, la miró, y comenzó a chupármela.
No puedo ni siquiera describir lo que sentía en ese momento, estaba extasiada, me lamía tan perfectamente que pronto tuve mi primer orgasmo.
Me retorcía del placer y papá me miraba con una expresión de deseo que nunca pude olvidar.
Ví que se quitaba el short que llevaba puesto y me asusté, papá me volvería a violar? Al quedar completamente desnudo pude observar su preciosa verga, dura, enorme.
-Te la voy a meter toda en esa conchita hermosa que tenés, sabés princesita? no doy mas de las ganas.
– Me besó en la boca y me acomodó las piernas.
-Te prometo que esta vez voy a ser cuidadoso y si me pedís que pare lo voy a hacer.
-Tengo miedo papi, me dolió mucho la otra vez.
-Vos estás lista mi amor, ya no sos una nena.
te va a encantar, te prometo.
Mientras me hablaba me acariciaba con suavidad.
yo estaba rendida.
-Sabés que te amo no? sos el amor de mi vida.
Lo pensé mucho y ya no pienso que esto esté mal, está bien porque los dos queremos, porque nos amamos.
No es cierto hija?
No respondí.
-Vas a ser mi mujercita, te voy a hacer todo lo que te gusta.
Me incorporé y lo besé con pasión.
Metió su lengua en mi boca por primera vez.
Mi exitación aumentó.
-Quiero que disfrutes siempre papi.
– Dije susurrando.
Me recosté y abrí las piernas.
Papá puso la punta de su verga en la puerta de mi cuevita y la movía suavemente.
-Estás empapada bebé, me encanta.
Pude sentir la cabeza de su pene entrar en mi vagina, al principio sentí dolor, chillé y me la sacó.
Volvió a meterla otra vez, solo la puntita y a mí ya empezaba a gustarme, así que gemí.
-Te está gustando no hermosa?
– Sí papi, me gusta mucho.
– Así me gusta bebé.
Te la voy a meter un poco mas, bien despacio.
Así hizo, fue muy delicado y la metió hasta la mitad.
Yo disfrutaba de ver su rostro, ver su disfrute, así que comencé a moverme.
Al hacerlo pude sentir cómo la tenía completamente adentro.
gemía y él también.
-Tenés una conchita muy apretadita bebé, me vuelvo loco.
Me quedé quieta y lo dejé hacer.
yo disfrutaba a mil.
papá comenzó a metermelá cada vez mas fuerte, me dolía pero me gustaba.
Me cojió fuerte un ratito y enseguida acabó sobre mis tetas.
Yo estaba felíz de hacer disfrutar a mi papá.
Quedamos tendidos en la cama por unos instantes, mirando el techo.
Hasta que empezó a hablar.
-Nadie se puede enterar hija.
Nadie nos va a entender.
-Te prometo que no voy a contarle a nadie papi.
-Sos una nena muy buena.
Con una conchita exquisita.
Me gustaba que papá me diga esas cosas, pero yo solo respondía con sumisión.
-A partir de ahora, si te portás bien, vas a ser mi putita, te gusta ser mi putita?
-Sí papi.
Me encanta.
– Muy bien nena.
Mi amor.
Luego de un momento de silencio quise mas.
Quería volver a acabar, me había encantado.
Comencé a buscarlo con las manos.
se resistió un poquito hasta que se incorporó y me dio vuelta con violencia.
Me puso en cuatro y me la metió.
Comencé a gritar de placer y dolor.
Buscó mi clítoris y lo masajeó, sin dejar de meter y sacar su pija con fuerza.
Acabé enseguida pero él siguió sin dejar que me recupere, solo un minuto mas, hasta que volvió a acabar.
Esa noche garchamos toda la noche, él era insaciable yo no me quedaba atrás.
Me dió multitud de orgasmos y yo a él.
hasta que caímos dormidos.
Rendidos.
A partir de esa noche cojíamos cada vez que nos veíamos, y si no estabamos solos él me hacía saber cuánto me deseaba, me tocaba la concha disimuladamente, incluso adelante de mi madre, que milagrosamente, comenzó a llevarse mejor con él luego de un tiempo separados.
Ella no sospechaba nada, me dejaba estar con mi papá cada vez que yo quería.
Pasaron unos meses en que mantuve toda clase de relaciones sexuales con mi padre.
Pero un día ya no le bastó, y me sorprendió con algo que en la vida me hubiera imaginado.
Un día en que ya habíamos convenido que iría a su casa a dormir, fui con la ilusión de siempre a visitar a papá.
Yo sentía un profundo amor por él, garchabamos como locos, pero en mi vida cotidiana seguía siendo una niña normal, que iba a la escuela y apenas se estaba desarrollando.
Solo que no era una nena normal.
Mantenía una relación sexual a mi corta edad, con mi progenitor.
Al llegar ese día a su casa parecía que todo iba a darse como siempre, me quedé en bragas enguida y me tiré en el sofá.
Papá me dijo:
-Hoy tengo una sorpresa para vos.
-Qué es pa? Un regalo?
-Sí es un regalo, pero te lo voy a dar solo si me prometes algo.
-Sí, decime.
– Contesté con inocencia.
-Me tenés que prometer que todo lo que pase en esta casa nunca lo va a saber nadie y que siempre me vas a obedecer, sea lo que sea que te pida.
Ilusionada con un regalo, se lo prometí con una sonrisa.
Sonó el timbre.
-Llegó tu regalo bebita.
Mi papá había invitado a un hombre.
Alguien que alguna vez yo había visto.
-Hoy vas a hacer todo lo que yo te diga calladita sabés? éste señor te va a tratar muy bien y yo voy a estar cuidandote.
Entendí lo que pasaba y me negué.
El hombre se acercó a mí y me susurró:
-No tengas miedo, te va a encantar.
Dejé de resistirme, papá observaba parado a unos pocos metros.
Iba a cojer con este hombre y papá iba a mirar.
No quería estar con otro hombre pero me resigné.
Papá sí quería que lo haga.
Me fui a la habitación y me tiré en la cama, entregada a mi destino.
El tipo entró, me arrancó las bragas y me comenzo a chupar.
Papá no demoró en acomodarse en el sillón del rincón.
Yo no hacía nada, no me movía, no ponía resistencia, estaba desilusionada y no entedía porqué papá me había entregado así.
El tipo, al ver mi falta de cooperación me empezó a maltratar, me manipulaba con violencia y yo me dejaba.
No demoró en penetrarme con fuerza, de envestirme como un toro como si yo fuera una muñeca.
Me cojía distinto, me empezaba a gustar, miraba a papá y él me hacía gestos de que continúe.
Cerré las piernas y empujé al desconocido para que se ponga boca arriba.
Sorprendido lo hizo y me monté sobre él mirando fijamente a mi papá.
Pensaba "esto querías hijo de puta, ahora vas a ver como cojo y te vas a morir de celos".
Me lo garché con un gusto! Pensaba que me estaba vengando de mi papá.
Para mi sorpresa el tipo empezó a gustarme, me gustaba como acompañaba mis movientos, iba a acabar en cualquier momento y le iba a demostrar a papi lo que se estaba perdiendo.
Estaba muy excitada a esta altura, me iba a venir así que le susurré al oido que quería que él acabe también, me moví con frenesí y terminamos los dos.
Sentí su leche caliente en mi vagina, estaba satisfecha y me había olvidado que papá estaba ahí.
Pero no por mucho tiempo.
Mi padre se levantó de su lugar, sacó su verga y me empezó a cojer fuerte, me dolía pero me reía, me daba cuenta de que estaba enojado y me divertía.
El otro hombre seguía tumbado en la cama y nos miraba.
Papi me dió durísimo por un rato hasta que me llenó de leche.
Se levantó y me mandó a lavarme con frialdad.
Me había cojido a dos tipos y estaba llena de sus leches.
Fue la primera vez de muchas en que papá elegía a alguien para que me cojiera mientras él miraba.
Entre otras cosas.
Yo hacía todo lo que papá me pedía.
Con el tiempo comencé a entender que mi padre estaba fuera de sus cabales.
No sabía hasta donde me iba a llevar, qué me haría hacer.
Pero continué experimentando con él los mas locos encuentros sexuales que de a poco les iré contando.
Crecí fornicando como a mi padre le apeteciera.
Él me convirtió en una puta, yo encantada.
Que lindo que te compartan