Garchando con papá – Tercera Parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por RebecaLuz.
Cuando estaba por cumplir 12 años, mamá consiguío trabajo en Uruguay, como era por unos meses, propuse quedarme con mi papá durante ese tiempo.
Cuando ambos accedieron me sentí felíz, viviría con mi hombre, sería su mujer de verdad.
Una putita en su cama y una damita en su mesa.
El primer mes fue idílico.
Papá me llevaba a todos lados con él, yo ya no parecía tan niña, iba a comer afuera, a bares al teatro, de todo, con él, mi amor, quien me trataba como si fuera una reina, me presentaba como su novia, me compraba ropa sexy y hasta me dejaba beber.
En mi cumpleaños de 12, lejos de tener una fiesta con amigos de mi edad, tuve una fiesta en un bar rodeada de hombres adultos, libidinosos como mi padre.
Todos creían que yo era solo una putita, nadie sospechaba que era hija de papá.
Me trataban con respeto por mi compañero, si no hubiera estado con él seguramente me hubieran tratado muy distintto.
Papá tomaba mucho en esa época, y cuando el alcohol se le subía a la cabeza hacía toda clase de locuras.
Como por ejemplo llevarme a comer comida rápida y manosearme adelante de la gente, pedirme que le chupe la verga adelante de todos en un bar (cosa que hacía obedientemente), invitar a desconocidos a casa para mirar como era abusada y/o mantenía relaciones sexuales con ellos.
Aveces sufría, pero el amor por papá era mas fuerte que cualquier dolor que pudiera sentir.
Muchas veces yo me aprovechaba de sus borracheras para cojermelo como me gustaba a mí, para someterlo, lastimarlo y descargar la ira que venía acumulando.
Así apaciguaba mis rencores provocados por ser tan complaciente con él.
Frecuentabamos un bar y un hombre comenzó a llamarme la atención.
Se llamaba Alberto.
Él me trataba distinto que todos, con un interés genuino, me decía cosas lindas a espaldas de papá y me hacía preguntas de todo tipo, incluso sobre la relación que tenía yo con mi padre.
Al pasar el tiempo, se las ingenió para obtener la confianza de mi papá y logró que lo invitara a casa a cenar.
Así ocurrió, ellos bebieron bastante, Alberto insistía en beber mas, y me di cuenta de estaba induciendo a que papá tome de mas a propósito.
Papi, se emborrachó tanto que cayó desmayado en el sillón, así que yo estaba en manos de Alberto.
Comenzó a hablar:
-Rebe, sos felíz acá?
-Sí, soy feliz
-Donde conociste a Luis?
-En un boliche
-Aveces se te escapa y le decís "papi".
-Me gusta decirle así
-No será tu papá de verdad no? porque se nota que sos muy joven.
Reflexioné mi respesta y le contesté:
-Y si lo fuera qué te importa?
Sonriendo me contestó:
-Estaría muy mal, eso se llama incesto.
Pero si sos felíz no importa.
Pero sabés qué? Estoy super interesado en vos, desde que te conocí pienso en vos.
Me encantaría tener una putita así siempre conmigo como Luis te tiene a vos.
Hasta envidia me da.
A mí me encantaba que me digan "putita", sabía que lo era, no me ofendía para nada.
Y Alberto era muy atractivo, por supuesto que a esa altura ya había pensado en cojer con él.
Era muy alto, delgado, de ojos verdes, pelo entrecano.
Al escucharlo sonreí, ya estaba lista para cojer, pero él se tomaba su tiempo:
-Cuántos años tenés, linda?
-18.
– Contesté, enseñada por papá
-Parecés mas chiquita, sos preciosa, una muñequita.
Con razón Luis te lleva a todos lados, yo haría lo mismo.
Y te gusta el sexo?
Al fin la conversación se ponía interesante.
-Me encanta el sexo.
-Sí? te gusta que te hagan el culito??
-No probé aún.
Al oír mi respuesta su cara se encendió, hizo un gesto de deseo que hizo que me moje autmáticamente.
-Mmmm.
encantaría hacerte probar.
seguro te va a gustar, y a mí me volvería loco.
pero es una lástima que estés con Luis, no creo que a él le guste que me meta con su mujercita.
En ese momento yo no sabía si Alberto me estaba tomando el pelo, me estaba probando o cuales eran sus intensiones.
No sabía ya qué contestar, pero lo que sí sabía era que me lo quería cojer.
Yo estaba corrupta, enviciada con el sexo y ansiosa de experimantar.
Así que le dije:
-No creo que a Luis le moleste, además está muy dormido, me gustaría probar con vos.
-Ufff no me parece buena idea, si se entera me mata.
Yo no podía creer que se fuera a negar.
-No le voy a decir nada, vos? Alguien se tiene que ocupar de mí esta noche.
Se quedó mirándome con una cara de depravado que me encendía, me levanté y me saqué la ropa en sus narices, él me agarró de la mano y me llevó al cuarto.
-Qué hermosa que sos, me calentaste mucho, ahora te voy a mostrar lo lindo que es que te hagan el orto.
Me empujó a la cama y me puso boca a abajo.
Me lamió y me escupió el culo.
Jadeaba.
De un solo golpe me la metió, grité fuerte del dolor pero él no paró.
Me cojía con fuerza mientras yo gritaba, me golpeaba y me decía cosas que me exitaban.
Toda la situación era violenta, pero estaba disfrutando a full, después de unos minutos me empecé a mover, sentía la forma de su verga mucho mas claramente que cuando me la metían por la concha, era increíble, y cuando me empezó a masajear el clítoris mis gritos aumentaron y claro, papá se despertó.
Entró en la pieza y nos quedó mirando, nosotros con Alberto paramos por unos instantes pero yo continué moviendome.
No era la primera vez que papi me veía cojer con otro, solo que esta vez no me lo había pedido ni había elegido él.
Alberto seguía al palo pero no se movía esperando la reacción de mi padre, yo me empecé a reir porque la situación era extasiante para mí.
Y finalmente papá reaccionó, seguía borracho.
Lo que hizo me dejó estupefacta.
Papá siempre fue corpulento y muy fuerte, super varonil.
Se le vino encima a Alberto y le pegó varias trompadas, yo primero me reía pero despues me asusté, no se defendía y papá le gritaba y le pegaba!
-Asi que te gusta el orto hijo de puta!!!! Yo te voy a mostrar lo que es que te hagan el culo la puta que te parió!!
Alberto estaba sangrando pero sonrió y eso volvió aun mas loco a papá.
Se me vino encima y me abofeteó, me gritaba puta y me sacudía preguntando porqué era tan puta.
Yo sabía que tratarme así exitaba mucho a mi papá, por eso no me dolía que me pegara, sabía que cada golpe hacía que se le pare mas la pija.
Alberto seguía tirado en el piso, sonriendo.
Cuando papá lo vió le volvió a pegar y lo sometió.
Lo dió vuelta, sacó su verga que ya estaba super dura y se la metió a Alberto.
Lo estaba violando.
Aunque Alberto no se defendía y solo gemía se le caían las lágrimas, papá seguía gritandole y cojiéndoselo, yo no lo podía creer!!! Estaba asustada y exitada a la vez.
Le estaba rompiendo el culo hasta que le acabó adentro.
Se paró y le pegó una patada:
-Esto les pasa a los hijos de puta que se meten con mi hija.
Corrí a ayudar a Alberto, papá miraba, ya estaba mas calmado.
Cuando lo miro a Alberto su expresión me hizo pensar que había disfrutado, estaba en el piso aún, se puso boca arriba y tenía la verga bien parada, así que sin demora me senté arriba y me lo cojí hasta acabar.
Cuando terminé me acosté con papá en la cama, Alberto se quedó tirado.
Y papi me dijo:
-Sos una puta reventada.
-bueno papá.
-Te parece bien lo que pasó?
-Si me parece bien.
Alberto me la dió por el culo y me gustó, quiero que vos lo hagas siempre.
-Tu culito lo estaba reservando para mí, porqué se lo entregaste a cualquiera?
-Porque me lo propuso.
Yo quería hacer el amor y vos estabas borracho, roncando.
-Entonces no pudiste perder tiempo eh? sos una nena muy traviesa.
-Vos me hiciste así pa.
-Lo sé amor, lo tengo claro.
Papá se levantó y se fue al baño a higienizarse.
Alberto aprovechó, agarró toda su ropa y salió corriendo de nuestra casa.
Antes de pegar un portaz gritó:
-Ustedes son unos locos de mierda!!! Violadores!!!
Nunca mas lo vimos.
Esa noche papi me penetró analmente por varias horas, y tomé la costumbre de darle las gracias por todo:
"Gracias papi por dejar que me coja a Alberto.
"
"Gracias papi por meteremela por el culito"
"Gracias papi por mostrarme como pueden cojer dos hombres"
"Gracias papi por hacerme acabar así"
Nunca mas lo vimos.
Menos la violacion a él y lo anal me gustó