Golpe de suerte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pipau.
Golpe de suerte.
Me equivoque cuando a los 18 años me relacioné con Magda y la embarace.
Era vana, fría, sin sentimientos y algo estúpida.
Al nacer Paty me di cuenta que no tenía instinto maternal y de inmediato lo demostró.
Se desatendió de la niña y tuve que convertirme en padre y madre a la vez.
Yo la alimentaba, la bañaba y la vestía mientras ella solo pensaba en su persona.
Mientras estudiaba me ayudó mi hermana cuando estaba en la escuela, pero ella tenía su propia hija que atender.
Terminé mis estudios y nuestra vida mejoró y pude contratar una sirvienta que cuidaba a Paty mientras yo no estaba, pero al llegar del trabajo ella se iba.
Entre Paty y yo fue creciendo una relación muy especial.
Cuando era bebita nos bañábamos juntos desnudos en la tina y al cumplir ella 5 añitos solo la vigilaba.
Nos acostumbramos a besarnos en la boca y ella siempre estaba encima de mí llenándome de caricias.
Cuando cumplió 7 años me dijo Magda.
-Ya es tiempo de que se bañe sola, deja de apapacharla.
Tomé su consejo más por no pelear que por otra cosa.
La situación cada vez estaba peor entre ella y yo hasta que estalló unos meses después.
Paty se refugió en la amistad de una vecinita llamada Peggy un año mayor que ella que venía seguido a nuestro departamento a jugar, era hija de un matrimonio norteamericano que tenían 2 años viviendo en nuestro mismo edificio.
Un día Magda me dijo que ya estaba harta y nos iba a dejar, y lo cumplió dos meses después.
Se fue con un tipo que la embaucó y en realidad era un vividor y así nos quedamos solos Paty y yo.
Me impuse una rutina con Paty.
Temprano la bañaba, la vestía, le daba de desayunar y la llevaba a la escuela.
A las dos de la tarde pasaba por ella y le daba de comer y una vecina la cuidaba de 4 a 6 que volvía a la oficina.
Cuando regresaba le daba de cenar y la acostaba a las 9 p.
m.
así fue durante una semana pero el viernes mi nena se acercó a mí, se colocó entre mis piernas besándome en la boca y me dijo.
-papi, estamos mejor sin mi mamá, ella no nos quiere.
-bueno mi amor, lo que pasa es que está confundida.
– ¿Por qué no te bañas conmigo como antes?
-no se mi amor, creo que ya estamos grandes.
-a mí me gusta mucho.
-bueno, si tú quieres.
-¿Te enseño algo?
-a ver, enséñame.
Para mi sorpresa se subió arriba de mí como siempre y me dio un beso en la boca, después me pidió que abriera la boca y me dio un beso de “lengüita”
-¿Quién te enseñó a besar así?
-Peggy.
-¿Y que más te ha enseñado?
-nada más, pero me cuenta muchas cosas, además en la computadora vemos muchas más.
-¿Cómo qué?
-Eso que llaman porno.
Me quedé pensando en lo que me decía mi nena, pensé en hablar con los padres de Peggy pero quise saber más.
-¿Y que más te cuenta?
-Pues…….
que ella y sus papás hacen eso que llaman sexo.
Que les chupa su cosa a su papá y a su mamá y que ellos se la chupan a ella.
Que su papá le mete su cosa en su rajita y su culito, que su mamá le mete los dedos y muchas cosas más.
Me quedé asombrado, no podía creer que fueran tan degenerados.
Pero a la vez sentía que mi nena estaba excitada y deseosa de experimentar el sexo.
Me besaba constantemente y pegaba su cuerpo contra el mío tallándose sensualmente.
-¿papi, nos vamos a bañar desnudos como cuando era chiquita?
-¿aun te acuerdas de eso?
-si papito, a mí me gustaba mucho sentir tu piel.
-¿Y que más te acuerdas?
-pues….
que cuando agarraba tu “cosa” tú me decías que la soltara, aunque un día te salió un líquido blanco por ella, me gustaba mucho agarrártela pues tiene la piel muy suave.
¿Puedo agarrártela ahora?
– ¿sabes que si alguien se entera puedo ir a la cárcel y te quedarías sola?
-sí, sé que nadie debe saberlo, pero no diré nada, ni siquiera a Peggy.
Ya no soporté más.
Mi nena estaba deseosa de conocer la berga y que mejor que su propio padre para enseñarle estas cosas.
A sus ocho añitos era una niña deliciosa con un culito precioso, sus piernitas torneadas y sus pechitos planos con pequeños pezoncitos.
Me levanté del sillón y fui al baño a llenar la bañera, busque en el buró crema para las manos y llevé una toallas para el baño.
Cuando la bañera estaba llena le dije.
-vamos a bañarnos como antes mi amor.
Nos desnudamos y nos metimos en la bañera.
Me senté en un extremo y ella se metió por completo.
Mi berga no obedecía mis órdenes y se levantó en toda su potencia lo que atrajo la atención de mi hija, se acercó a mí y apoyó sus brazos en mis piernas diciéndome.
-¿Puedo agarrarla?
-si mi amor, has lo que quieras con ella.
Y entonces me llevé una sorpresa.
Con sus manitas la agarraba del cuerpo y la cabeza sobándola rítmicamente, llevó su boca a la cabeza y la mamó un buen rato, después deslizó su lengua a lo largo de la berga deteniéndose en los huevos que acaricio con sus manitas.
No pude evitar preguntar.
-¿Dónde aprendiste eso?
-en los videos que veo con Peggy.
Entonces se metió lo más que pudo en la boca y mientras me puñeteaba con una mano me succionaba la cabeza con énfasis hasta lograr que me viniera llenando su boquita de mi semen dejando resbalar algo por sus pechitos.
Sacó mi berga de su boca y mirándome amorosamente me dijo.
-Auggg…….
sabe amargo y muy fuerte, pero si te gusta te lo haré siempre que quieras.
Me deslicé dentro de la bañera y ella se subió sobre mi regazo dándome el frente y besándome en la boca, besos a los que correspondí metiéndole la legua en su boquita.
Le acaricie las nalguitas y la besé por su cara, su cuello y sus pechitos.
Agarre el jabón y la enjaboné todo el cuerpo y luego dejé que ella me enjabonara a mí, quite el tapón de la bañera y abrí la regadera donde nos enjaguamos y después la sequé.
La cargué y la llevé a la recamara donde la acosté desnudita en mi cama, le abrí las torneadas piernitas y le mamé la rajita.
-¡Hayyy papito, que rico siento, sigue así papito!
Yo estaba descontrolado y le repasé los labios vaginales, su pequeño clítoris y hasta su culito.
Ella tuvo un par de pequeños orgasmos mojando su puchita de ricos líquidos que yo saboreé, mi berga estaba dura de nuevo y disfrutaba mucho lamer a mi hija, ella quedó agotada y relajada sobre la cama.
Me recosté a un lada de ella y se acurrucó conmigo quedando su carita sobre mi berga: en ese momento nació entre los dos una relación amor-sexo maravillosa.
El amor filial se volvió sexual y supimos que siempre seria así.
Con su boquita besó mi pene y con una mano acaricio mis huevos con mucha ternura, con mucho amor, entonces le pregunté.
-¿quieres que te la meta?
-si papito, sí.
-¿Por dónde quieres primero?
-por donde tú quieras.
Me revisé las manos y vi que mis uñas estaban bien cortadas, agarré un tubo de crema y me la unte en el dedo medio, le abrí las piernitas y llevé mi dedo a su puchita y empuje suavemente, ella se movía al ritmo de mi caricia y cuando sentí que mi dedo tocaba su himen empuje un poco más duro rompiéndoselo.
-Hayyy, duele un poco-me dijo.
-así es mi vida, luego lo disfrutaras mucho.
Le metí los 8 o 9 centímetros de mi dedo (soy mano grande) dándole masaje en su puchita, ella disfrutaba mucho y se volvió a mojar, entonces saque el dedo, me lave la poca sangre que lo manchó y me apliqué más crema, la volteé boca abajo y poco a poco le metí el dedo en su culito, me sorprendió la facilidad con que entró y lo rápido que ella se excitó con mi dedo en su culo, movía las caderas al ritmo de mi mano pidiéndome que no lo sacara.
-si papito, que rico siento, me gusta mucho…….
no pares.
Sentí como su culito se contraía sobre mi dedo y al tocar su rajita con mi otra mano sentí su humedad, había tenido un orgasmo.
Dejé de acariciarla y me aplique crema en la cabeza de mi berga.
-mi amor, te la voy a meter por tu culito, relájalo lo mejor que puedas.
-¿Cómo lo hago papito?
– has como si fueras al baño a hacer caquita, como si te fuera a salir un mojón de tu culito.
Paty hizo lo que le decía e intenté meterle la cabeza de mi berga, fueron tres o cuatro intentos hasta que su esfínter se abrió y dio paso al glande que rasgó su anito.
-¡Hayyy, me duele un poco papito!
-aguanta mi vida, pronto lo disfrutaras.
Me detuve unos minutos para que se relajara, poco a poco sentí como su culito cedía a la presión de mi berga y cuando cedió por completo le metí la mitad de mi pene, ella se agarraba a las sabanas aguantando mi envite, poco a poco inicie un mete y saca, leve, cadencioso, suave, que la hizo disfrutar por primera vez, así duramos unos minutos hasta que la estreches de su anito me provocó un orgasmo monumental, salvaje, delicioso.
Le llene el culito de semen que ella agradeció pues se le lubricó mejor el culito.
Lentamente saqué mi pene de su anito y me recosté a su lado.
Ella se abalanzó sobre mí llenándome de besos.
Nos quedamos dormidos hasta el amanecer, completamente desnudos y abrazados.
Al otro día, que eran sábado, nada más despertar me bañé y fui a preparar el desayuno.
Paty se levantó contenta y después de desayunar se acostó otro rato.
Le pregunté cómo sentía el culito.
-Bien papito, me arde un poco, pero si quieres metérmela de nuevo estoy lista.
Salí de la casa y fui a la farmacia a comprar una pomada contra el dolor, además fui a una tienda porno tres cuadras más adelante y compre un pequeño consolador bastante flexible.
También compre comida para dos días y me regresé a la casa.
Mi nena estaba deseosa de más acción así que le di instrucciones de cómo usar el consolador: quería que su puchita se acostumbrara a sentir una berga antes de meterle la mía, ella de inmediato empezó a jugar metiéndoselo poco a poco.
Después del medio día me pidió que le chupara su puchita y la complací mamándole también el culito, ella me correspondió mamándome la berga hasta provocarme otro orgasmo.
De pronto para ella se acabaron las muñecas, los juegos de video, etc.
Su único juguete era mi berga que estaba acariciando todo el día, llenándola de besos lo mismo que mis huevos.
Comimos y dormimos una siesta y a media tarde disfrute de su culito nuevamente después de lo cual le unte la pomada analgésica.
En la noche volvimos a mamarnos mutuamente y cuando nos dormimos me había sacado cuatro descargas de semen en ese día.
Mis más altos promedios.
El domingo fue lo mismo y el lunes retomamos nuestra nueva rutina.
Nos levantábamos a las 06:00 la enculaba y le mamaba la puchita hasta las 06:45 nos bañábamos la vestía y desayunábamos.
A las 08:00 la dejaba en la escuela, la recogía a las 14:00, comíamos y regresaba al trabajo hasta la 18:00, teníamos sexo hasta la 19:30 cenábamos y a las 21:00 nos acostábamos a tener más sexo hasta las 22:00.
El jueves fue el gran día pues después de traer el consolador en su puchita estaba lista para mi berga.
Ese día no fui a trabajar en la tarde así que después de comer dormimos una siesta y a media tarde le metí mi berga en su puchita.
Primero le embarré crema y la relaje con mis dedos, apunté mi glande a su entrada vaginal y empuje suavemente.
Ella me recibió y casi no sintió dolor a pesar de la buena cantidad de berga que le introduje, solo me dijo.
-despacio papito, despacio que aún no me acostumbro.
Fui tierno, suave y cariñoso lo que la relajó mucho más y cuando empecé el mete y saca ella empezó a disfrutar y me regalo dos orgasmos antes de que le llenara la vaginita con mi esperma que escurrió por sus labios vaginales.
Cerramos el día enculándola y mamándonos como siempre.
Así fueron quince días maravillosos pero la vida nos reservaba más alegrías y dicha.
Tuve que recurrir a un amigo medico pues baje 4 kilos en 15 días así que me recetó vitaminas y también le pedí unas capsulas que me hacían producir más semen.
Mi nena era una golosa y le encantaba mi esperma y yo quería complacerla.
En los siguientes días pasaron dos hechos que nos cambiarían la vida para siempre y nos harían más felices.
El primero fue que, como yo compraba dos veces a la semana billete de una lotería que en México llaman Melate, le pegue junto con dos personas más a un gran premio que nos volvió ricos de la noche a la mañana.
El premio me dio para renunciar a mi trabajo y poner mi propia empresa, comprar una mansión, varios carros de lujo y aún me quedaba una gran cantidad en el banco.
Lo primero que hice fue renunciar a mi trabajo, después decidimos irnos a vivir a la capital donde pasaríamos desapercibidos y decidí poner una tienda de electrónica bastante grande.
Era el año 2000 y estaba en auge.
Dedique 15 días en buscar casa y local para el negocio, me compre un auto de lujo y buqué la escuela donde Paty estudiaría.
Regresamos a donde vivíamos para empacar nuestras cosas y además cuando Magda se fue la demandé de abandono y ella había aceptado firmar para darme todos los derechos sobre Paty y esperábamos que regresaran los documentos de la patria potestad ya firmados.
Cuando de pronto un día en que estábamos desnudos acariciándonos en mi cama tocaron con fuerza a la puerta de nuestra casa.
-vete a tu recamara y vístete, a la mejor te ven.
Fui y abrí la puerta y me encuentro con Sharon, la madre de Peggy bañada en lágrimas y abrazándose a mí.
-¡Hayyy vecino, que desgracia! Ahora quien verá por nosotras.
-cálmese señora y cuénteme.
-Steve, mi mari………mi pareja, me dijo que iba a Arizona a hacer un negocio y lo agarraron metiendo droga a Estados Unidos.
-Bueno, le echarán un par de años a lo sumo.
-No, eso es lo terrible.
Cuando lo agarraron disparó contra dos agentes de la DEA y los dos murieron, lo más seguro es que lo condenen a la silla eléctrica o mínimo dos cadenas perpetuas.
Nosotras no tenemos dinero y nadie que nos ayude.
La verdad en ese mes de placer con mi hija me había olvidado de todo, entre ello de Peggy y sus padres.
Sharon era una mujer hermosa de 26 años con un cuerpo escultural, rubia, ojos azules y una hermosa cabellera.
De pronto, recordando lo que Peggy platicó, me vino una idea a la cabeza.
Así que le dije.
-tráigame todos los recibos que tenga que pagar en un mes y yo la ayudaré.
Fue a su departamento y me trajo todos los recibos, hice la cuenta y fui a mi recamara donde saque dinero para pagar todos, además de una cantidad extra para sus gastos.
-mire, pague todo con esto y con lo que sobra compre comida, pague taxis, etc.
Mañana en la tarde venga a verme y hablaremos.
Le voy a proponer algo a ver si le interesa y si no, no hay problema, no le cobraré el dinero.
Ella se fue muy agradecida y sospechando lo que le propondría, en realidad no se imaginaba hasta donde llegaría.
Esa noche me la pase convenciendo a Paty de la necesidad de tener una mujer adulta con nosotros, además ella era muy amiga de Peggy y podrían ser como hermanas.
Pero como mi nena era una pequeña ninfómana la convencí con los placeres que según yo, podrían darnos.
Tuvimos sexo como siempre, pues cada vez estábamos más acoplados y lo hacíamos en diferentes maneras y poses.
Ella había encontrado el modo de subirse sobre mi cuando estaba sentado en un sillón y dándome el frente mientras me llenaba de besos, poco a poco se deslizaba hasta ensartarse en mi berga, ya fuera en su vagina o su culito.
Después ella misma regulaba sus embestidas dándome mucho placer.
Sus preferencias eran el sexo anal y mamármela, lo que hacía constantemente.
De pronto me dijo.
-cuando tenga edad quiero tener una hija.
-¿Y porque no un hijo?
-porque quiero que tengas sexo con ella, pero cuando sea más chica de cuando lo tuviste conmigo.
-¿Y no te gustaría tener sexo con tu hijo?
-No soporto que ningún hombre, que no seas tú, me toque.
Al otro día en la tarde, después de pagar todas sus deudas, Sharon vino a verme.
Venía muy arreglada y provocativa.
Ahora sí que a rey muerto, rey puesto.
-bueno Sharon, la propuesta es que nosotros ya nos vamos a la capital, le ofrezco que nos acompañe usted y su hija.
-¿En condición de qué?
– En la que usted quiera.
-Bueno, yo soy una mujer joven, ardiente que necesita ser complacida en ciertos aspectos.
-Yo también soy joven y ardiente y puedo complacerla.
Mire, vamos a hablar claro.
Peggy le contó a mi hija todo lo que hacían usted y su pareja con ella.
Sharon bajó la cabeza avergonzada pensando tal vez que la chantajearía.
-no la estoy acusando de nada y no quiero chantajearla, y si se lo digo es para jugar con cartas limpias.
Yo también tengo sexo con mi hija y si ustedes se unen a nosotros podríamos formar una familia.
A Sharon le brillaron los ojos.
-¿Peggy y Paty entrarían en el trato?
-claro, serian parte esencial de él.
-O.
K.
acepto.
Así se inició nuestra relación en común con Peggy y su madre.
Esa misma noche vinieron a nuestra casa.
Peggy vestida como putita y su madre muy provocativa.
Cuando se desnudó traía lencería negra que contrastaba con la blancura de su piel, Peggy era una niña deliciosa, rubia como su madre y ojos azules, con un cuerpecito muy apetitoso.
Lo que me gustaba era que sus casi 10 años aún no se desarrollaban sus pechitos y era plana como mi nena.
A mí siempre me han gustado los pechitos de las nenas sin desarrollar.
Las dos se encargaron de “atendernos” a Paty y a mí.
Me mamaron la berga, las encule y las penetre vaginalmente.
Le mamaron la puchita y el culito a mi hija y le metieron sus dedos por ambas partes.
Fue maravilloso penetrar analmente a mi nena con testigos y deje ir toda mi potencia en el delicioso culo de Sharon que aguantó todo.
Tuve tres orgasmos.
En la boca de Peggy, el culo de mi nena y el culo de Sharon.
Desde entonces somos una familia feliz.
Han pasado 15 años y la familia creció.
Sharon me dio una hija y un hijo que ahora tiene doce años y ya se inició sexualmente con ellas.
Paty a sus 22 años tiene una hija de 9 años y otra de 6 que son mis preferidas, Peggy me dio a sus 25 años dos hijas de 11 y 9 años además de un hijo de 6 años.
Cindy la hija mayor de Peggy está embarazada
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