GRACIAS………. HIJA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
GRACIAS HIJA
Mi nombre es Gerardo y tengo 60 años, me anime a contar un poco de mi vida al entrar a esta página de Sexo sin Tabúes y leer que mi caso es más común de lo que imaginaba.
Cuando tenía 20 años conocí a una chica un año mayor que yo, quede prendado por su belleza tanto que a los 3 meses nos fuimos a vivir juntos mas que todo porque quedo embarazada y precisamente el día de mi cumpleaños dio a luz una hermosa niña a la que llamamos Claudia.
Vivíamos felices en una pequeña ciudad de Colombia, yo trabajaba en ese entonces conduciendo un taxi de mi propiedad y sin ser ricos no nos hacía falta de nada.
La niña crecía hermosa y sana, entro a un buen jardín infantil, luego a la primaria, era y es la luz de mis ojos, pero como no hay dicha completa las relaciones con mi pareja empezaron a deteriorarse por causas que no viene al cuento contar, porque como se dice: no es hombre el que habla mal de una mujer y menos de la mía que me dio tantos años de alegrías y a la niña de mi corazón.
Fue así que nos separamos amigablemente cuando Claudia mi niña tenía 8 años y medio, yo me fui a vivir a un aparta estudio que por estar un poco retirado era muy económico y ellas se quedaron en el apartamento de nuestra propiedad, el compromiso era que yo les daría los suficiente para su manutención y Claudia pasaría los fines de semana conmigo.
Un día la niña me contó que la mamá tenía novio, otro fin de semana que estaban haciendo planes para irse a vivir a otra ciudad.
Hable con mi expareja y efectivamente me lo confirmo.
– Si Gerardo, es que mi nueva pareja tiene un almacén en Cali.
– ¿Y la niña?
– Puedes visitarla cuando quieras, y las vacaciones que las pase contigo.
Que remedio, con un nudo en la garganta me toco aceptar, la única actividad que disfrutamos antes de marcharse fue su 9º cumpleaños y el 30 mío.
Yo sagradamente la llamaba cada ocho días y cada mes le consignaba el dinero para sus gastos, me contaba que la ciudad era muy bonita, que tenía nuevas amigas en el colegio, que el padrastro la quería mucho y le hacía regalos, en fin y cosas de niñas.
Como a los seis meses de haberse marchado le hice la llamada semanal y me contesto con voz triste.
– Que te pasa mi amor, le pregunte.
– Nada papá, es que estoy aburrida.
– Pero cuénteme tesorito.
– No papá después.
En las próximas llamadas la note más alegre y en las vacaciones de diciembre no vino como habíamos quedado porque se fueron para San Andrés y Providencia pero prometió que en las de mitad de año si me visitaría.
Llego ese día, jamás se me olvidara, al bajarse del avión tras un año de no verla, hermosa con minifalda que dejaba ver sus piernas largas y torneadas, una blusa propia de clima caliente donde se notaban sus pechos turgentes algo que se me hizo raro por su edad, usaba sujetador para poder contener sus tetinas demasiado desarrolladas, su cabello largo en ondas doradas, 1.50 de estatura, caderas amplias y una sonrisa en su cara angelical, nos fundimos en un abrazo largo pleno de alegría. Sentí el olor de su cabello bien cuidado.
Como me había regresado a vivir a nuestro apartamento, después de almorzar la lleve a visitar a sus amiguitas vecinas, mientras tanto la espere tomándome unas cervezas con unos amigos del barrio.
Después fui con Claudia a cenar a un restaurante cercano y regresamos a casa, me serví otro par de tragos pues estaba feliz, ella en su alcoba desempacaba la maleta y revisaba los juguetes de su niñez.
Luego mi niña salió y se sentó en mi regazo frente a mi con las piernas abiertas, me miro a los ojos, sin decirme nada, me abrazo fuerte y sentí sus senos restregándose en mi pecho, su mejilla contra la mía con sus labiecitos carnosos empezó a besarme primero en la oreja y luego en mi boca tratando de abrirla con su lengua, la acepte y nos fundimos en un beso lujurioso.
Aun hoy me pregunto porque le acepte ese primer beso sensual, no filial, quizá porque estaba impresionado por su belleza, quizá porque hacia mucho no estaba con una mujer o quizá por los pocos tragos que me había tomado, en fin aun no lo se.
– No sigas mi amor, le dije asustado al sentir mi pene despertando.
– Déjame papá, me respondió como si fuera una orden.
Mis defensas cayeron cuando bajo la cremallera de mi pantalón y hurgando entre mis calzoncillos me cogió el miembro.
Ahí tome la iniciativa, abrí su blusa y le mame las tetas de pezones duros con desesperación, mi mano entre sus piernas buscaba la forma de tocarle el clítoris bajo las bragas, cuando lo conseguí surgieron sus primeros gemidos le quite las bragas y la recosté en el sofá, vi su vagina gordita, tierna, lisa sin un solo pelo que como un imán atraía mi lengua para hacerle sentir en su cuerpo de niña los placeres de mujer.
Al cabo de unos tres minutos se mojo deleitándome con la música de sus gemidos.
– Siiiiiiiiiii papaaaaaa metameloooooo ya.
Como un autómata me desnude pero al verme el pene tan tieso recapacite.
– ¡No hijita! eso no.
– Siiiiiii no te de miedo papito, dijo mimosamente.
Lo acomode en su rajita y empecé a penetrarla con delicadeza, pero fue tanta mi excitación que no había llegado a su telita virginal cuando sentí que iba a tener una eyaculación precoz.
– Mi amor me estoy corriendooooooo.
– Espera papá tan rápido no, me dijo, pero yo entre espasmos estaba soltando chorros de semen inundando su cuevita.
– Perdona hija por lo que te hice, le dije cuando pude articular palabra.
– No pasa nada papito, contesto y se puso a mamármelo saboreando mi semen.
Aquí hay algo raro pensé, ¿porque mi hija de solo 10 años sabe tanto? ¿Quién le enseño? ¿Por qué es tan ardiente? El solo pensar que había un hombre que se la comía me producía rabia pero también excitación.
Pero no le dije nada y seguí disfrutando del incesto tan sorpresivamente encontrado.
Al vérmelo otra vez tieso puso un cojín en la alfombra, acomodo sus nalguitas en el y se recostó ofreciéndose, bella sensual con su carita sonrojada y las piernitas abiertas, me le monte loco de pasión empecé a penetrarla, mi pene entro sin encontrar ningún obstáculo, comprendí que mi hija ya había sido usada, no se porque esto me causo más excitación pero también una infinita ira, sin embargo no le dije nada y seguí follándola con ansias al mismo tiempo que mamaba sus pechos.
– Papito……… cuando mi padrastro me lo mete siempre pienso en ti…….. siiiiiiiiiii hágame duroooooo me vengooooo.
En su emoción se delató, su cuerpo sudoroso se tensó al mismo tiempo un liquido gelatinoso caliente y abundante broto de su ser haciendo que mis metidas y sacadas sonaran con un chapoteo rítmico y un gemido gutural culmino su orgasmo dejándola relajada, levante sus piernas sobre mis hombros y continúe la faena lentamente para hacerla alcanzar espasmos de nuevo, al cabo de unos 5 minutos coordine mi eyaculación con su siguiente orgasmo en el cual se enloqueció más que en el primero y yo ni se diga.
Todos su mes de vacaciones nos disfrutamos de una o dos folladas diarias con mamada incluida, y en una de esas sin yo preguntarle me contó como tratando de sacar un secreto que le corroía el alma, que el novio de su mamá la desvirgo a sus 9 años y medio.
El me hacia regalos, me abrazaba, me cargaba y me daba besos en la boca cuando mamá estaba en el almacén, pues se turnaban un día el me recogía del colegio y otro mi mamá.
Un día me regalo una muñeca Barbie grande de esas que se le cambia la ropa y nos sentamos a jugar, la desnudo y riéndose me dijo:
– ¿Cuando será que te crecerán las teticas así? Y se las acaricio con un dedo mirándome maliciosamente.
– Ya casi, le conteste inocentemente.
– Muéstramelas Claudia.
Me subí la blusa con las 2 manos y se las mostré, apenas se me estaban empezando a hinchar, el toco dándome apretoncitos, sentí que se endurecieron mis pezoncitos.
– ¿Te pican?
– Si, a veces, le contesté y el se arrimo y me las chupo haciéndome giros con la lengua.
– No más, que siento cosas raras le dije.
– ¿Que cosas raras mi amor?
– Como si dentro de mí estomago salieran unos calambres hacia mi chochita.
– Tranquila Claudita que las niñas sienten así cuando las tocan.
– Y abajo, ¿también la tienes como la muñeca?
– Yo no se.
– Abre las piernitas yo veo.
– Las abrí y me mando la mano.
– Parece que si, recuéstate te quito la braguita para ver bien.
– Siiiii, la tienes igual, solo que la muñeca no tiene rajita, dijo subiendo un dedo para acariciarme en el botoncito.
Sentí cosquillas abajo y más temblor en el estomago y me asuste cuando hurgó con un dedo en mi huequito.
– Yaaa, ya no más por favor, que de pronto viene mi mamá.
– Déjate un poquito y la próxima vez te traigo a Kent el marido de Barbie.
Asentí pero con miedo y sentimientos de culpabilidad.
Lo mojo con saliva, empezó a meterlo y sacarlo, sentí que me iba a desmayar.
– No más, que tengo ganas de orinar.
Por fin me lo sacó, me puse las bragas y seguimos vistiendo la muñeca, me hizo prometer que no le contaríamos a nadie nuestros juegos.
Cuando me regalo a Kent jugamos lo mismo: me chupo las teticas
– Mira Claudia, el muñeco no tiene lo que yo tengo, se saco el pene y me lo mostró.
– Esto se lo mete por aquí a Barbie, pero primero ella se lo mama.
– Pero no quiero jugar a eso.
– Hagamos una cosa, yo te mamo a ti la vagina y tú a mí el pene pero al mismo tiempo.
Lo hicimos, me gusto tanto que se me hincharon más las tetinas, me orine con espasmos que no podía controlar y el se los tomo, me echo también en la boca unos chorros de leche blanca y espesa tan grandes que casi me ahogo.
Así fueron las primeras veces, note que las teticas se me fueron poniendo más grandes de tantas mamadas.
– ¿Recuerdas papá cuando me llamaste que yo estaba triste?
– Si mi amor.
– Pues el martes de esa semana el se quedo en la casa y mi mamá se fue para el almacén, jugamos como siempre; me quite las bragas, empezó a tocarme hasta hacerme orinar, se saco el pene.
– Hoy te lo voy a meter, dijo untándose crema.
Me asuste mucho y no quería dejarme hacer eso pero el tiene mas fuerza y me tiro a la cama, me hizo con la lengua hasta que me comenzaron los espasmos tan buenos que últimamente sentía.
Luego se acostó detrás de mí, me levanto una pierna y tallaba el miembro con brusquedad por toda mi rajita, coloco su pene en mi flor y lo fue metiendo mas y mas abriendo mi carne tierna, yo trataba de separarme pero el me tenia agarrada con la otra mano, rasgo mi virginidad con un empujón de ahí en adelante no me queje más, con mi cuerpo tenso y quieto al sentirse violado, sentí su caldo que quemaba mis entrañas, luego me fui calmando y seque mis lagrimas con mis braguitas.
Cuando termino lo saco untado de sangre, me hizo una curación y me prometió una bicicleta para que no contara nada de lo que había pasado, el también se limpio.
Al viernes me regalo la bicicleta lo volvimos a hacer pero ya no me dolió ni me salió sangre más bien sentí cosquillas como buenas, por eso al sábado que tu me llamaste no te dije nada.
Luego cada que me lo pedía yo le exigía dinero o si no nada, después de unas 6 cogidas me llego el primer orgasmo, no tengo palabras para contarte, solo se que fue maravilloso, desde ahí lo hacemos cada que podemos.
– ¿Y tu mamá sabe?
– No, como se te ocurre.
Ahí fue mi perdición, empecé a maquinar mi venganza, cuando lleve la niña me fui armado, 13 años me metieron por homicidio premeditado, nunca confesé la causa, los jueces creyeron que fue por celos.
Por buena conducta, trabajos y estudios en la cárcel, la rebaja por la visita del Papa y un buen abogado pague con 6 años.
Libre por fin a mis casi 38 años busque a mi exmujer y a la niña pero no las pude encontrar, me dedique a la bebida y a algunos negocios ilícitos durante un año los cuales me dejaron un capital considerable.
Pero la suerte que es “grela” como dice el tango me acompaño.
En una farra con un amigo entre a un burdel considerado el más elegante de la ciudad y…. ¿que veo?
¡No me lo podía creer! mi niña vestida de pebeta charlaba con un hombre.
En la penumbra del local vi cuando ella caminando delante de él lo condujo a una habitación.
El corazón me dio un vuelco, inmediatamente comprendí que mi hija tenía un negocio entre las piernas, en mi mente la imagine desnuda follando por dinero con un desconocido sin embargo sentí excitación, mi amigo me preguntó que porqué estaba tan callado.
– No, es que vi a una chica que me gusto.
Al cabo de una hora salieron, espere a que se despidiera, me le acerque y la invite a bailar, quizá por lo oscuro del sitio, o por el paso del tiempo que me había cambiado no me reconoció.
De casualidad estaba sonando una canción que yo sabía le gustaba.
– ¿Quieres ir conmigo a la pieza? Le dije al oído.
– Si para eso estoy, pero te va a costar, y me dijo una cantidad de dinero.
– No hay problema, le contesté.
Entramos a la pieza, ella delante meneando su hermoso culo, se volteo para recibir el dinero acordado y me reconoció.
– ¡Papá¡
– Si hija, y la de vueltas que he dado tratando de encontrarte, pero a pesar de las circunstancias me alegro de verte tan hermosa.
– No se que decirte papá, pero también me alegro.
– No quiero hacerte reproches pero si me gustaría saber como llegaste a esto.
– Papi pero primero dame un beso y un abrazo.
Nos fundimos en un abrazo que en un momento dado no se sabía si era filial o sexual, nuestras bocas se buscaron, nuestras lenguas se trenzaron, por los instintos desbocados no nos dimos cuenta en que momento estábamos completamente desnudos revolcándonos en la cama.
El deseo por ella, reprimido durante 7 años aumentaba mi lujuria, estaba follando con mi hija Claudia próxima a cumplir 18 años en un burdel.
Contrate la habitación por toda la noche, llame a mi amigo para que no me esperara, después de semejante vorágine de pasión pedimos el desayuno a la cama, luego el almuerzo, luego la cena y entre medias la pasión desbordada nos consumía.
Me contó que la mamá la dejo sola y sin recursos económicos y que por medio de una amiga conoció esta vida que llevaba practicando un año.
A la mañana siguiente pague lo consumido en el burdel y nos fuimos a vivir juntos como pareja hasta el día de hoy siendo agraciados con un hijo que esta en la universidad estudiando medicina y una hija que esta terminando secundaria, a ambos les hemos contado la verdad de nuestra historia.
¡SOY FELIZ!
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