Graciela, la hermana de Juliana se pasó de curiosa y perdió
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Verano en el campo, un diciembre caluroso con días de 35°C.
Mucha juventud, hormonas en expansión y curiosidad extrema.
Esto la llevó a Inés a querer interactuar con su primo, o sea yo.
Su hermana Juliana de 12 años, les contó que yo tengo la poronga como un caballo.
Y que ella me la había chupado hasta sacarme la leche.
Y que había estado buenísima, le había gustado mi semen.
Y que pronto me haría cogerla, porque íbamos a ser novios.
Inés de 11 años, es una niña espléndida.
Tiene el pelo color zanahoria, está llenas de pecas.
Es puro fuego e intensidad.
Cuando juega a algo le pone un empeño tremendo, por ejemplo jugando a las luchas, es la que gana entre sus hermanas.
Tiene un muy lindo cuerpito para su edad, es bastante alta, buenas piernas que soportan un culo gordito, rellenito diría, macizo.
Ella practica patín carrera, por lo que esas piernas son muy fuertes.
y tiene un par de ojos verdes preciosos.
La verdad es que era de mis primas la que mas me gustaba.
Era domingo por la tarde cuando sucedió esto que cuento, estaba muy pesado el ambiente, estaba pronosticado que caería granizo y que habría tormenta eléctrica.
Se guardaron todos los vehículos en los galpones de la estancia, y se quedó todo el mundo dentro, tomando refrescos, otros helado, la mayorìa concentrados en una pelìcula que pasaban en la tele.
Yo tuve que ir a verificar que las caballerizas estuvieran seguras, que no se escapara ningún caballo, o se desprendiera algo cuando llegara la tormenta.
Salí al trotecito sin mirar para atrás.
Cuando lleguè al cobertizo principal, tuve que cerrar los portones que habían quedado abiertos, y me puse a hablar con los caballos para tranquilizarlos, estaban bastantes agitados.
Uds.
saben que los animales presienten los fenómenos climáticos, pero como yo los palmeaba, los acariciaba, y terminé pasándole la rasqueta a Yahuén, el padrillo, que en definitiva era el que màs nervisos estaba.
Estoy terminando de cepillarlo, y siento una mano que me pellizca el culo, pensé que mi tìa Julia venìa por más guerra.
Me doy vuelta y era la "Colorada", mi prima Inés.
Se largó a reir a carcajadas, ya que se dió cuenta que me había sobresaltado.
Yo no quería reconocerlo, pero el julepeque me pegué al estar tan concentrado en el caballo, fué para contarlo.
Al darme vuelta y ponerme de frente a ella, la observé ya con otros ojos, lucía preciosa con ese shorcito de jean deshilachado que le dejaba la mitad de los cachetes del culo afuera, traía puesta una remerita blanca, y estaba sin corpiños.
Sus pechitos ya se comenzaban a notar, eran como dos peritas chicas, sus pezones apenas sobresalían.
Me pregunta, ya terminaste con Yahuén?
Si le contesto, ahora lo enjuago con la manguera para refrescarlo y ya está listo.
Diciendo esto, extendí la manguera que usamos para tal fin y le pido que la sostenga mientras voy a marchar la bomba.
Inés tenía una sonrisa enigmática, casi diría que pícara.
Yo debería haberme dado cuenta, que alguna macana me haría.
Marcho la bomba e Inés comienza a mojar al padrillo.
El caballo al sentir el agua fresca se tranquilizó pero al sentir el cambio de temperatura se ve que le dieron ganas de mear.
Dejando salir su pene de la bolsa, deó colgando una verga como de 50 cms por lo menos.
Y se echó una meada que duró como dos minutos.
Inés no sacaba la vista de ese palo.
La boquita abierta, su piel sonrosada, colorada por naturaleza, estaba más roja si se puede evaluar.
Me acerco a ella para que me dé la manguera a fin de bañar de una vez al caballo y la muy turra me pega con el chorro de agua directamente a la cara, y comenzó a mojarme todo.
Mientras intentaba alejarme del chorro de ague ella me corría por la caballeriza.
En definitiva me empapó todo, claro que hacía calor y la mojada veía bárbara.
Pero ete aquí que la pendeja me las tenía que pagar.
No iba a dejar pasar esta osadía de mojar a su primo mayo.
Frené mi carrera y me di vuelta, se sorprendió por mi cambio de dirección y terminó chocando contra mi pecho.
lo que facilitó que la tomara entre mis brazos, quedando la manguera entre los dos tirando un chorro de agua como una fuente.
Al mojarsela remerita, se le enfriaron los pezoncitos y se le pusieron duros.
Y eso disparó mi líbido.
En décimas de segundo mi verga comenzó a erectarse, y estábamos los dos abrazados sosteniendo la manguera.
Obviamente que Inés al notar el bulto que se formaba entre mis piernas y su pancita abrió bien los ojoazos verdes, y se puso totalmente colorada, se soltó de mi abrazo, largó la manguera y se quedó paradita con los brazos al costado, sus pezones apuntándome y con la vista clavada en mi entrepierna, donde el short ya mostraba una incipiente elevación hacia el frente.
Guauuuuu primo!!!!! Juliana dijo la verdad.
Ante esta declaración de que su hermana era una panza fría, que no guardaba secreto, al menos con sus hermanas, sin mediar otra palabra entre nosotros, me bajo el short y dejo en libertad mi badajo, que pesadamente queda apuntando hacia el suelo.
Sus 25×6 cms de carne enervada hicieron que mi prima Inés diera medio paso hacia atrás.
Y en ese momento se largó a granizar.
Los granizos grandes como huevos de gallina pegaban en las chapas del establo y hacían un ruido tremendo.
Inés se asutó y se me acerca abrazándome, yo con la pija al aire a punto de una erección total.
Solté la manguera y la apreté contra mi verga y mi pecho, ella no rehusó el contacto, es más lo reforzó tirando su pelvis en busca de mi pedazo.
Y mientras con una mano me agarraba de la cintura, con la otra manoteó mi pija y la acariciaba suavemente.
Sin perder tiempo, aprovechando que nadie saldría de la casa para el establo con la tormenta, pensé que era un buen momento para hacerle pagar a Inés la mojada.
La tomé por debajo de sus nalgas y levantándola en vilo, la llevé hasta las bolsas de cereal.
La tiré de espalda sobre ellas, y mi prima no decía nada, solo miraba mi verga como crecía más y más.
Poniéndome a caballito sobre su cuerpecito, le aproximé la cabezota a su boca, y simplemente le ordeno, chupala!!!
Ella abrió la boquita y haciendo un esfuerzo se comió la cabezota, claro que apenas le entraban unos pocos centímetros de tripa, pero se ve que algo había aprendido en algún lado, ya que con maestría, tomando mi pija desde el tronco, comenzó a mamarme la verga muy lindo, le daba pequeños mordizcos a la cabeza, me pajeaba fenomenal.
Yo no salía de mi asombro como esta pibita de sólo 11 años mamaba tan bién.
Entrando en sospechas le pregunto, como es que vos Inés sabés chuparla tan bién?
Ella al principio no me contesta, vuelvo a insistir en mi pregunta y ella me responde que hace como seis meses que se la chupa a su padre, cada vez que mi tía tiene guardia en el hospital.
Pero que mi pija es muy grande comparada con la de su padre.
Que la pija de mi tío le entra casi toda en la boca.
Le pregunto entonces, y te la metió ya en la conchita? Nooooo me responde, no se anima.
A entonces te la metió por tu culito? No, tampoco.
Me mete a veces un par de dedos y yo siento muchas cosquillas y me emociono mucho, a tal extremo que a veces parece que me orino, me queda toda la conchita babosa.
Claro la "Colo" acababa cada vez que el padre la pajeaba.
Yo ante estas revelaciones, estaba totalmente recaliente.
Me arrodillé frente a ella, le saqué su pequeñño shorcito junto con sus calzones.
En frente a mí quedó una vaginita sin pelos, apenas una pelusita rojiza, sus labios externos eran pequeños, su conchita estaba cerrada, pero se notaban ya sus jugos haciendo brillar los mismos.
Le comencé a acariciar su conchita, le corrìa dedo entre sus labios menores, encontré su clítoris ya enervado, sin su casperuza.
Cuando se lo toqué emitió un gemido y quiso cerrar sus piernas, no selo permití y metiendo mi cabeza entre las mismas, le dí una batida de lengua, que en cinco minutos la tenían loca, se retorcía toda, gemía y suspiraba, parecía una anguila de como se movía, yo meta lengua, ya después le iba desde la conchita hasta el agujerito del culo, rosadito, cerrado.
Su conchita era una fuente de jugos, le chorreaban entre las piernas hasta que llegó a su primer orgasmo.
Me acomodé mejor, puse sus piernitas sobre mis hombros y sosteniéndola por los tobillos le acerqué mi pija a su cuevita, muy cerrada, muy estrecha, pero estaba decidido a llevare ese día su virgo.
Le apoyé la cabezota en sus pliegues y le pido que se habra la entrada a su concha para que mi pija encuentre su agujero.
Ella totalmente caliente y expulsando jugos al por mayor, ni lo pensó y se abrió los labios mayores, y entonces apoyé el glande en la entrada y con un pequeño golpe de caderas, metí la cabeza en su caliente caverna.
Entró la cabeza y quedó atorada, pegó un pequeño gritito, pero no se achicó, entonces como yo no hacía intentos de penetrarla más.
la pendeja empujaba con su pelvis saliendo al encuentro de mi monstruo de un solo ojo.
Mi badajo llegó hasta su himen, les cuento que ese túnel estaba pasado de temperatura, era realmente fuego y jugos, apretaba mucho, latía, pulsaba sus paredes vaginales contra la corona de mi verga.
Unas sensaciones indescriptibles, ella seguía empujando pero estaba mi tripa encajada en su canal contra su himen, le digo, bueno Inés, que hacemos, seguimos?
Ella mirándome a los ojos, me dice, dale pecha que entre toda!!!!!!!!
Y al ver que me proponía entrarle a fondo, abriendo bien sus piernas, empujó con su cadera recibiendo así toda la potencia de mi tripa, se rompió su himen y mi badajo se incrustó hasta la mitad en esa cuevita.
Se escuchó solamente un AAAAAhhhhh, que arde!!!!!!! Pero seguía moviendose, ella me estaba cogiendo a mí.
Se incrustaba sola en mi verga.
La cabeza le pegaba en sus ovarios, el guante de su vagina era muy estrecho, muy lubricado sí.
Y no aguanté más y comencé a derramarme dentro de ella con potentes chorros.
Inés al sentir todos mis jugos inundando su conchita, se vino en un tremendo orgasmo.
Finalmente empernada hasta la mitad, abierta de patas, chorreando semen, jugos y sangre, la "Colo" me dice, che primo, mañana habrá tormenta???? Y ahí nos dimos cuenta que ya había parado de granizar y llovía suavemente.
El piso de la caballeriza estaba inundado de agua, tomé la manguera que todavía tenía la bomba en marcha y la comencé a lavar con los potentes chorro, la pendeja desafiando a agua, se para sin calzones frente a mí y se lavó bien la concha, luego dedicándole tiempo a mi pija, la lavó suavemente.
Dándole un besito en la cabeza, me dice; Primo, tenés la pija como un caballo.
es verdad.
!!!!!!!!!!!
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