Haciendo mayores a las niñas – II
La obligación de toda madre es la de educar a sus hijas. Pero hay muchas clases de educación y cultura. Y yo eduqué a mis hijas en la mejor de todas las culturas: ¡la depravación sexual sin límites!.
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–Alexia, Ruth tiene toda la razón del mundo. Acaba de cumplir los 15 años. Es puta desde los 9 años. Ya ha estado preñada cuatro veces, y en esta cuarta ocasión abortó muy barrigona, a las 19 semanas del embarazo. Nos ha demostrado a todas que no solo ya está preparada para empezar a parir, sino que es una jovencita extraordinariamente bien entrenada para ser la puta degenerada que todos deseamos que sea. Posiblemente incluso sea mucho más depravada de lo que esperamos de ella y sus hermanas, pero tú eres su madre y la quieres ver como hija y no como la puta que quiere ser, y no quieres darte cuenta del potencial de perversión que hay dentro de ella.
***Solo te pide que le dejes quedarse preñada de ese amigo negro con el que hace cine porno. Si el resultado de su embarazo es chico, parirá y lo venderá, y si es chica lo parirá y se lo quedará como ha hecho Sonia con su hija Alina(1) ¡al fin y al cabo, Sonia solo tiene 13 meses más que Ruth! Y además, ya hace 7 años que no parimos una niña mulata en nuestra extensa y sexual familia ¿no crees que ya es hora de hacerlo de nuevo?
Alexia, a sus recién cumplidos 35 años, madre de Sonia, Ruth, Raquel y Naomi, miró fijamente a su tía Blanca, que a sus 57 años no solo era una espléndida mujer muy bien tratada por el bisturí en varias operaciones, sino que desde hacía 4 años, había sido elegida como “jefa del clan familiar” de todas estas madres e hijas, tías, sobrinas, primas, abuelas y nietas, sexualmente educadas y formadas para ser unas degeneradas prostitutas desde su infancia. Las dos mujeres se miraron fijamente. Blanca sonriendo irónicamente, y Alexia bastante seria.
Alexia bebió un largo trago de vodka, aspiró profundamente del cigarro mojado(2) que estaba fumando, se levantó del sillón y dio un pequeño paseo por la salita. Blanca la miraba sin perder detalle de su paseo y de sus facciones. En esa pequeña reunión, se iban a fijar los parámetros de comportamiento de todos los negocios y las mujeres del amplio clan, fuese cual fuese su edad, para acordar de cara al futuro, toda clase de uso sexual de sus cuerpos, de la aceptación de todo tipo de perversiones siempre que estuviesen muy bien pagadas, y sobre todo, de “la necesidad” de que las niñas, desde el momento en que sus cuerpos estuviesen bien desarrollados, pariesen para vender esos hijos. La demanda internacional de hijos ¡y muy bien pagados!, es brutal.
Porque en este siglo XXI, el descenso de la natalidad ya era imparable en el mundo desarrollado. Tantas uniones del mismo sexo. Tantas mujeres en edad fértil que querían hijos pero no parirlos ellas. Tantas otras mujeres que solo deseaban tener mascotas como compañía. Tantas mujeres ya maduras e imposibilitadas de tenerlos (o simplemente que no los habían querido tener antes), hacían necesaria la presencia de mujeres dispuestas a aportar hijos al mercado de las adopciones ¡y aquí estábamos todas nosotras! Una extensa familia de varias generaciones de putas dispuestas a parir, para vender todos los hijos que sean solicitados para satisfacer esos deseos de maternidad, y garantizar el crecimiento de la humanidad.
–Debes tener presente cariño –dijo Blanca- como directora que eres de nuestros estudios del cine porno, la enorme cantidad de demanda de películas de nuestras niñas barrigonas y muy tetudas llenas de leche, siendo penetradas por esas enormes y gruesas pollas. También eres la Coordinadora “provisional” de la prostitución infantil y preadolescente. Y de la misma manera que todas hemos dado y damos ejemplo de depravaciones sin nombre, también tú debes hacerlo con todas tus hijas. Fíjate lo que hiciste y grabaste con tu hija Sonia 6 días antes de parir a Alina(1). Más de 2,200.000 visitas ha tenido la web ¡de pago!, en estos pocos meses, para ver esa espectacular follada ¿no te sientes orgullosa? Imagínate hacer lo mismo o más perversión aún, con Ruth, tu otra hija que ya te lo pide y que a su edad, ya sabe lo que son los gang-bangs.
Alexia se paró un momento. Siguió fumando intensamente ese cigarro aguantando largamente el cálido humo en sus pulmones, y mientras lo expulsaba lentamente se giró hacia su tía. La miró fijamente, esbozó una pequeña y malévola sonrisa, y solo le dijo:
–¿Y por qué no dos mulatas, en lugar de una sola?
Ahora, la que puso cara seria y de asombro, fue Blanca, que le preguntó:
–Te juro Alexia que acabo de perderme. No entiendo lo que me quieres decir con eso.
–Lo que te quiero decir, querida tía y maestra, es que podemos quedarnos preñadas Ruth y yo, la hija y la madre, casi al mismo tiempo y por el mismo negro. Ser preñadas por el mismo hombre, haría hermanos a los dos bebés de las dos madres. El mismo padre para el bebé de mi hija, y el mismo padre para el mío. Tendríamos dos medio-hermanas mulatas de distinta madre y de distinta generación en la familia, o una medio hermana y otro medio hermano, que al ser chico podríamos vender. Ya hace casi tres años que parí mi último hijo y dos meses desde que tuve mi último aborto. Me apetece parir otra vez. Incluso he pensado en el negro que nos haría madres a las dos, he pensado en el experimentado Peter.
***Y si quieres amada tía que hablemos de perversiones, lleguemos hasta las mayores perversiones posibles. Podemos vender un hermano y nos quedamos el otro, o podemos vender los dos, pero cada uno a unos padres distintos incluso de distinta nación. Somos putas y jodemos por dinero.
***Hay muchas personas que desean comprar “hijos” sin importarles su origen ¿por qué no se los podemos vender directamente nosotras que los parimos? Ese es nuestro oficio, ganar dinero por usar nuestro cuerpo. Si los clientes no tienen escrúpulos al comprarlos ¿por qué tenemos que tener escrúpulos nosotras al venderlos? Es una ley del mercado. Si el mercado demanda niños/as, nosotras podemos parir y vender esos niños para ser comprados/adoptados.
***Tía, solo tenemos que cambiar nuestra filosofía de vida comercial. Ninguna mujer de nuestra extensa y antigua familia ha usado ni usa nunca anticonceptivos ni condones, por lo que todas nos quedamos preñadas desde la primera regla, luego hacemos porno, trabajamos de putas barrigonas, y abortamos o parimos. Pues bien, a partir de ahora podemos ser igual de putas, mucho más barrigonas porque en lugar de abortar, pariremos y venderemos cada fruto de nuestros vientres y la leche de nuestras tetas ¡más putas es imposible!
Al oír mi tía todo lo que le estaba diciendo, su rostro se fue demudando, palideciendo, y las mandíbulas quedaron profundamente apretadas. De repente, todo ese rostro estalló en una enorme risa que incluso me contagió. Poco a poco su risa fue bajando de tono y aunque ya no dejó de sonreír, siguió fumando su puro, bebiendo su vodka, y me dijo:
–Que orgullosa estoy de haber sido tu maestra y tutora sexual. Tu madre te parió pero yo te deformé y eres lo que eres gracias a mí, y por eso no me extraña de ti esa sublime idea para todas nosotras. Pero quiero más de ti ¡quiero forzarte la máquina! Quiero que me des tus hijas Naomi y Raquel. Haz lo que desees con Sonia y Ruth, pero deja a mi cargo a tus dos hijas pequeñas para hacerlas grandes, para que yo las haga unas putas totalmente degeneradas.
***Igual que yo te deformé a ti y te hice todo lo pervertida que eres, quiero hacerlo con más intensidad con tus pequeñas, para que las dos te superen en toda clase de vicios. Sabes positivamente que si las entrenamos duro, sin sentimentalismos, en pocos meses los clientes se pegarán por follar esos infantiles y pequeños cuerpos, convertidos en pervertidos monstruos sexuales.
Alexia, que oyendo a su tía y pensando lo muy folladas que estarían sus pequeñas niñas, estaba al borde de tener un orgasmo salvaje, se quedó unos instantes pensativa. Volvió a llenar, vaciar y rellenar el vaso de vodka. Cerró los ojos. Fumó intensamente ese precioso puro, miró a su tía, y le soltó la bomba que hacía tiempo deseaba exponer al clan:
–De acuerdo. Yo te doy a ti a mis dos hijas pequeñas, de 7 y 9 años, para que las perviertas a tu gusto, a cambio de que tú me entregues a tus dos biznietas pequeñas, Iris y Elena, de 6 y 7 años. Tú educas en los vicios a mis hijas y yo lo hago con tus biznietas. Pero podemos ir más allá de estas “pequeñas” perversiones, podemos hacer algo mejor, “más grandioso”. Imagina, que todas las madres intercambiamos a nuestras niñas menores de 12 años, y que cada madre, y si lo desea ayudada por todas las abuelas, eduque, envicie y deprave a las hijas de las otras madres. Así, ninguna tendrá miedo de dañar a sus hijas… porque las niñas que tenga en su casa para ser enseñadas y depravadas, no serán sus hijas, sino sus sobrinas o primas. Seremos una familia de perversión colectiva.
Y terminando de decir esto ¡me corrí como nunca!, todo mi cuerpo tuvo un estremecimiento enorme. Increíble.
Por la noche, encerrada en mi despacho y sin luces, tumbada más que sentada en mi sillón favorito, totalmente desnuda, con mis piernas extendidas sobre la base del sillón y ligeramente abiertas para que mis manos acariciasen constantemente los aros que adornaban mi usado coño, fumando un potente y mojado puro, y a mi lado una deliciosa botella de vodka finlandés para apagar mi sed, meditaba la conversación con mi tía, los acuerdos a que llegamos luego de la charla y por encima de todo, las consecuencias que tendrían para las niñas, porque dejarían de jugar con muñecas, para jugar con pollas y coños de verdad. Dejarían de jugar “a papás y mamás”, para ser mamás de verdad y estar permanentemente folladas, preñadas, borrachas y drogadas…
Yo sabía que con mis niñas no había ninguna empatía sexual. Las eduqué y las estaba educando para que fuesen putas ¡las mejores y más viciosas! Pervertirlas y degradarlas, era mi deseo. La mayor empezó a follar con 7 años y ya cobraba con 9 años, y en estos pocos años pasados, sus clientes superaban los 1500 ¡solo en fines de semana y vacaciones! Y la pequeña no hacía mucho que cumplió los 7 años, pero hacia tiempo que no era virgen y ya quería iniciarse en el porno, y en 2-3 meses máximo, empezaría su vida profesional de puta. Y al igual que sus hermanas, solo los fines de semana y vacaciones escolares ¡todas tenían que ir al cole!
Y recordando mi pasado de puta y drogata casi desde que gateaba, me prometí que si el experimento pactado con mi tía Blanca salía bien, yo me emputecería sin ningún tipo de limitaciones, y haría conscientemente lo mismo con mis hijas sin importarme su edad ¡putas degeneradas, depravadas, y totalmente entregadas a cumplir los deseos de sus clientes! TODOS sus deseos. Mentalmente incapaces de negarse a cualquier vicio. Brutalmente deseosas de incrementar sus vicios.
Casi tres horas después de entrar en ese despacho, totalmente agotada por mis múltiples orgasmos, drogada al máximo y borracha perdida, me dormí allí mismo jurándome que mis hijas, yo, y todas nuestras descendientes, seríamos el ejemplo del más brutal emputecimiento para las demás mujeres del clan familiar de todas las edades.
Al día siguiente, recogí a todas mis hijas en el cole, me dirigí a la casa de mi tía y le dejé sin problema alguno a mis hijas, Naomi, de recientes 7 años y Raquel que en pocos días haría 9 años, a sabiendas que iban a ser reconvertidas en máquinas sexuales y habituales devoradoras de toda clase de drogas y alcoholes fuertes. Es más, aún les dije al despedirnos:
–¡Que no me diga la tía que no le habéis obedecido en todo lo que os mande hacer y tomar! Queréis ser putas y ella os va a entrenar a fondo ¿entendido?
–Por supuesto mamá ¡haremos TODO lo que nos ordene y más! –me dijeron las dos mientras se reían-
Mi tía Blanca me dijo que me esperaba el sábado a las 11 de la mañana en los estudios de grabación y que no hiciese más planes. Solo eso. Asentí y me marché a casa. Sin emociones. Sin preocupaciones. Ni por las niñas ni por su futuro.
Al llegar a los estudios el sábado, fui directamente a mi despacho y sentada en mi sillón estaba mi secretaria-ayudante, mi prima Agnes. Con su mano me señaló una de las grandes pantallas de la pared y allí estaba Blanca con mi hijita Naomi. Las dos desnudas y sentadas en el suelo sobre una moqueta, aunque mi hija más que sentada estaba medio tumbada y bastante sucia de alguna vomitona. Agnes me dijo que la niña ya llevaba bebiendo y drogándose más de una hora.
Las dos estaban fumando dos potentes porros, y eso que mi hija odiaba los porros, porque secaban su paladar, la garganta, y le daban mal sabor. Habían dos botellas de licor en el suelo, una de ellas vacía, y por lo que luego me dijo Agnes, mi hija ya había tomado coca con añadidos de algo de ketamina y anfetas. Del licor se había puesto hasta las cejas, y tal y como estaba su rostro y su cuerpo, mi hija estaba a sus escasos 7 años, dando una maravillosa imagen de niña voluntariamente colocadísima hasta arriba.
Por altavoz, Agnes llamó a Blanca para decirle que yo ya estaba allí. Nos hizo una señal con la mano y nos fuimos a la conocida habitación azul. Al verme, me dijo con una gran sonrisa:
–Es una lástima Alexia que no hayas estado presente desde el principio. No te imaginas las ganas que tenía tu hija de colocarse a tope porque tu no le dejas y su abuela, aunque más liberal que tú, también le pone líneas rojas. Tu hija ha fumado potentes porros aunque no le gustan, ha tomado un coctel de drogas y otro coctel de licores para emborracharse más ¡de forma voluntaria y consciente! Era ella quién quería beber más. Y me repetía una frase de tu puta madre: “Si he de comer mierda, quiero hundirme y vivir en la mierda”.
***Y ha jugado con Manel y su pollón hasta cansarse. Ahora la están lavando para filmar su primer porno-follaje, y tú mira y calla. ¡O te echaré de aquí! Tu hija quiere ser puta y vamos a hacer de ella una gran puta superviciosa ¡Y ahora está en mis manos… no en las tuyas! Y si quiere mierda ¡no se terminará nunca toda la mierda que le voy a dar!
Entraron los técnicos. Las máquinas del rodaje ya estaban allí, y cuando vi entrar al follador me acojoné. Era el mismísimo Manel, y su polla que yo conocía perfectamente, entre otras cosas por más de 30 pelis hechas con él, era de 25×3,5 ¡medio cm más gruesa que la de Juanma!, que pocos días antes y en unas pruebas, mi hija se quejaba del dolor de la penetración y se suspendió la prueba. Manel me miró y juntó sus dos manos como si me pidiese perdón. Entraron a mi niña amada en brazos, porque era imposible hacerla andar recta y la dejaron sobre la cama, donde comprobaron las luces y le terminaron de arreglar el pelo. Mi niña estaba como sonámbula, se reía, se movía, agitaba las manos, y al verme me mandó un beso. Y de repente, Blanca nos dice:
–Ayer tarde, la niña ha estado jugando con la polla de Manel. Se la ha chupado, la ha lamido, se ha bebido su semen, se la ha masturbado y descargado sobre la cara y el pecho… Dejé sobre la mesa una botella casi entera de tequila y una bonita cantidad de coca ¡y todo se lo bebió y esnifó! Naturalmente ha sido grabado. Solo queda follarla para terminar la película, así que Manel, rómpele el coño y luego el culo. Esta noche vamos a demostrar el poder psicológico del emputecimiento en las niñas.
***Quiere ser puta, ha visto miles de películas y sabe por dónde tiene que pasar. Ya veréis como no se queja y se deja hacer por mucho que le duela. Su cerebro lo desea y cuanto más se pervierta, más deseará ser pervertida. Mirad como en muchos países, las niñas de tres y cuatro años ya hacen porno sin importar demasiado los tamaños de las pollas. Solo hay que entrenarlas y emputecerlas. Y ellas siempre desearán más, como siempre lo deseamos también nosotras.
Una chica le puso una crema mate en el coñito y el culo para que al filmar no se notase que le habían puesto lubrificante. Manel se subió a la cama y a las órdenes del cámara, cogió a mi niña de las caderas, la levantó un poco, apoyó su enorme glande en el estrecho coñito, empujó y entró casi medio capullo. Mi pequeña niña se estremeció violentamente. Sus puños se cerraron con fuerza, pero su sonrisa no la abandonó. Yo miraba como la gruesa polla de Manel iba entrando poco a poco es ese pequeño coñito de 7 años ¡y no me podía creer tanta belleza!
Naomi se rascaba con sus dedos esa parte de la vulva como si le molestase, pero nada en ella ni en su rostro denotaba dolor o insatisfacción, aunque su vulva estaba enormemente engordada, dilatada, ensanchada… Cuando todo el capullo penetró dentro de ella, Manel me miró y sonrió ¡la parte más difícil ya estaba hecha! Y no salía sangre por ningún lado, Con lentitud y moviendo su cuerpecito, la profesionalidad de Manel en estas escenas se notaba. Y poco a poco, ladeando su cuerpecito, moviéndolo arriba y abajo, la polla llegó al final de su matriz. No hace falta deciros que no entró más allá de la tercera parte del tamaño de su muy gruesa polla… o menos.
Ese paisaje que se abría ante mis ojos si lo vi, y lo sentí con todo mi amor y mi orgullo de madre. Era increíble, pero mi niña había sido penetrada hasta el fondo por una polla más gruesa que sus brazos, y en esa zona de la vulva, el grosor de la polla de Manel se notaba tremendamente con un enorme abultamiento. Manel empezó a follarla sin prisa pero de verdad. Ya no se trataba solo de meterla. O de ver si se podía meter esa polla en ese coñito. Ahora se trataba de follarla. Se estaba grabando una peli porno y tenía que ser follada. Y la niña quería ser puta y tenía que aprender a follar y ser follada.
La verdad es que era un espectáculo llamativo y extraordinariamente excitante. Más de 15 adultos lo estábamos observando todo, y varios de los presentes de los dos sexos se estaban masturbando. Se notaba en el rostro de mi hijita que estaba colocadísima. Se le cerraban los ojos, pero tenía una preciosa sonrisa en su rostro que denotaba que estaba recibiendo un placer satisfactorio. Sus dedos seguían rascando su vulva por los laterales de la polla de su follador, que tal y como pasaba el tiempo y ante la ausencia de algún grito de dolor de la niña, iba acelerando su follada y penetrándola de verdad, siempre hasta el fondo. Un rato después, Blanca le llamó y le dijo:
–Manel, deja de follar su coño. Ya tenemos más que suficiente para la película y ya sabemos todos, que esas gruesas pollas como la tuya, pueden penetrar desde hoy sin miedo, en el coño de esta puta. Ahora penetra y abre su culo. Quiero que lo hagas con cuidado pero sin prestar atención si grita o se queja. Tú follas ese culo y en paz. Y si grita o se duele, mejor. Un extra excitante para los que compren o vean la película. Y cuando te vayas a correr, la sacas, se la metes otra vez en el coño y te corres dentro.
Me miró Manel a mí (No olvidaros que además de su madre, soy la directora de ese departamento), y yo, sin darle importancia, como si la niña no fuese mía, asentí con la cabeza. No me preguntéis que sentí como madre. Solo me daba cuenta que todos mis esfuerzos por hacer de mi hija una gran puta, estaban saliendo “de cine”.
Blanca aprovechó ese pequeño descanso, abrazó y besó a mi hijita y esta le devolvió los besos y alguna caricia. Los brazos de mi niña deberían pesar toneladas. Le dio una pastilla que mi hija tomó con vodka. Se bebió todo el resto del vaso y esnifó una nueva raya de coca. Manel la cogió, le dio la vuelta al cuerpecito e intentó meter el capullo ¡ja, ja, ja! Ese pequeño agujerito se resistía a la penetración de su follador. Blanca, cogiéndome del brazo me dijo al oído:
–¡Qué buena puta va a ser tu hija! Cualquier otra niña hubiese gritado a pesar del colocón que lleva de drogas y alcohol. Sin embargo ella se estremece, se recoloca, y resiste sin lloros ni gritos que la penetren totalmente ¡digna hija de su puta madre! Ya verás la depravada putita que voy a hacer con ella.
Y sí amig@s, me sentí una vez más, orgullosa de mis putas hijas. Las habíamos entrenado muy bien desde que nacieron, y ahora solo faltaba emputecerlas al máximo. Convertirlas en perfectas máquinas sexuales permanentemente borrachas y drogadas. Harían felices, muy felices, a cualquier cliente o clienta que, pagando muy bien sus servicios, deseasen ser totalmente complacidos en todos sus vicios más depravados.
En el rostro de Manel, se notaba claramente que el cabrón estaba disfrutando a tope follando los estrechísimos agujeros de mi hija. Seguía, aunque con más lentitud de la esperada debido a la estrechez de su ano, taladrando el culo de la niña. Prácticamente su glande estaba ya dentro, ayudando a la fuerza con la que Manel se la intentaba meter, la crema lubrificante que un rato antes habían colocado en ese pequeño agujero. Como siempre, la paciencia tiene su premio, y con un estremecimiento fuerte del cuerpo de mi niña y un pequeño grito de dolor, todo ese capullo penetró por fin en ese precioso culo que tantas veces antes había yo lamido con mi lengua. Una vez metida la cabezota, esa enorme y gruesa polla, no tardó mucho en ir penetrando en ese dilatadísimo culo.
Pero Blanca quería emputecerla a fondo y ver sus límites. Y todo ello delante de mí, su madre. Le dio una nueva raya y más de medio vaso de vodka y se lo tragó todo. Y la polla de Manel empezó a subir, bajar, y penetrar cada vez un poco más en ese culito, mientras sus manazas intentaban sujetar el cuerpo de la niña para que no se moviese demasiado, ya que era tan gruesa la polla para ese culo tan estrecho, que era trabajoso moverla sin que el cuerpo subiese y bajase con la polla.
Bastante rato después, Manel dijo que iba a cambiar de agujero porque estaba a punto de correrse. La sacó de su culo, la metió en su coño, y antes de medio minuto se corrió en el coño de mi hijita, que no solo se llenó de semen, sino que la presión y aprovechando los pliegues de piel, hacía que saliesen como disparos del pequeño coñito tapado como un tapón por ese pollón. El efecto de ese semen escapando a presión era tan cómico, que todos excepto ella, nos reímos con ganas y diversión.
Finalizada la filmación, me hice cargo de la niña. La abracé y cubrí de besos ¡se los había ganado absolutamente todos! Le miramos detenidamente todos sus agujeros y estaban extraordinariamente dilatados, pero ni una gota de sangre en ninguno de ellos. La lavamos bien en el jacuzzi, le pusimos unos antiinflamatorios porque sus agujeros estaban bastante irritados… pero lo que no pudimos quitarle era el enorme olor a alcohol que salía de su boca. Y supongo que de las otras cosas que tomó.
Le preparé un fuerte batido de leche con yemas de huevo y una larga copita de Jerez. Estaba tan cansada y adormilada que se lo di a beber como si fuese un clásico biberón, cogida por mí como si fuese una recién nacida… aunque de verdad, era una recién nacida para el mundo del sexo, y yo misma pensé la suerte que tenía de poder ser puta y porno-actriz a su infancia ¿por qué no tuve yo esa suerte? Y me juré hacer de mis hijas las más depravadas putas posibles. Le diría que si a Blanca, intercambiaríamos las niñas para emputecerlas hasta lo insospechado, y me entregaría para dirigir y formar a tantas y tantas niñas y jovencitas, en unas emputecidas rameras y pervertidas porno-actrices. Y como si me hubiese oído en mis pensamientos, la mano de Blanca se posó en mi hombro.
–Alexia, ha sido extraordinario el espectáculo que tu hijita nos ha proporcionado. Ese cuerpecito siendo maravillosamente follado por un adulto profesional como Manel, nos ha demostrado a todos ¡y especialmente a ti!, que esas pollas sí caben en esos coños y en esos culos. Ya sabes que en muchos países las niñas son folladas desde muy pequeñas. Sus músculos, tejidos y fibras están creciendo, se están desarrollando, y son muy flexibles. Si nosotros los dilatamos más, desarrollarán una extrema flexibilidad, y en poco tiempo, siendo aún niñas, podrán follar con actores porno con pollas “de verdad”.
***Las propias madres de esas niñas que te he hablado y que conozco, han sido porno-actrices y putas infantiles y saben lo que es eso. Si tu hija con 7 años se hace puta por vicio y se emputece como está ahora ¿crees que alguna vez dejará esta preciosa y lucrativa profesión? ¿Crees que pensará en algo que no sea follar, follar, follar…?
***Pierde el miedo querida ¡Perviértelas, deprávalas a fondo! Y haz que ellas mismas deseen ser folladas constantemente, estar borrachas y drogadas hasta el culo. Y ahora me gustaría compartir algo de cena contigo y luego una noche completa de placeres sin límites entre tú y yo. Necesito follarte a tope y que tú me folles a mí ¿aceptas?
–Acepto esos placeres tía, pero no voy a cenar contigo. Quiero beber contigo, follar contigo sin limitaciones y volver a ser tan puta y pervertida como hace años. Acepto ser la Directora General de Relaciones con la Infancia, además de llevar el departamento porno. Emputeceré a todas esas niñas junto con sus madres y abuelas.
***Las llenaré de toda clase de vicios y depravaciones, pero con dos condiciones: a) Yo elegiré a mi equipo de colaboradoras y b) Yo me entregaré también a todos los vicios posibles, al consumo de alcohol y drogas, a hacer el porno más duro posible, y a ser para todas ¡incluidas mis hijitas!, el mejor ejemplo en el que todas ellas puedan mirarse ¡Su porno-espejo!
***Y volveré a parir, al menos una hija o tal vez dos. Quiero aprender a educarlas, sexualizarlas, drogarlas y emborracharlas casi desde que nazcan.
Y agarrando desde atrás mis tetas y apretándolas a tope, me dijo Blanca:
–Y como ya hemos hablado, estas preciosas tetas las tendremos que agrandar bastante hasta hacerlas XXXXL como las mías –dijo riéndose- Si has de ser el espejo de tantas putas, sobre todo infantiles y juveniles, estas tetas tendrán que ser el gran espejo de las tetas que deseen tener todas ellas desde los 14-16 años. Esas niñas serán operadas por los mejores cirujanos en las mejores clínicas de los varios países en los que no hay límite de edad mínima para operar pechos. Ya verás como lucen sus cuerpos con esas tetazas, serán las reinas del porno. Y como sus clientes harán grandes colas para follar esos cuerpazos.
–De acuerdo tía, que así sea. Y haré que mi hija mayor, sea la primera niña en agrandar sus tetas para hacerlas tetazas que impacten.
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–(1) Leed el relato anterior: “Haciendo mayor a mi niña”, sección Incesto.
–(2) Un cigarro o porro mojado, son aquellos que el tabaco contiene también heroína.
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NOTA: Como ya sabéis, este relato “base” no era mío. Pero desde este relato, yo los amplío con mis experiencias y contactos. Gracias Sonia por tu amistad.
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