Helen: Cambios de paternidad
Los saludo nuevamente mis queridos lectores, esperando que estén bien y con ganas de leer un nuevo relato sobre la vida incestuosa de su amiga Helen..
Como les dije cuando empecé a escribir nuevamente, estos años han pasado varias cosas interesantes en mi vida, ya saben de mi perdida familiar, de los cambios en mi vida junto a mi hijo Juan y de mi embarazo, pero aun hay otras cosas muy interesantes que les compartiré, estén atentos.
Esta ocasión les voy a contar sobre como comenzó nuestra paternidad con llegada de nuestra hija Mya, en el relato anterior les conté que nació el 8 de abril del 2017, y gracias a Dios fue una beba sana y hermosa, en verdad una princesita, al menos para mi hijo y para mí. Bueno, la llegada de Mya representó un gran cambio para mi hijo y para mí, para él fue convertirse en padre y en uno muy joven por cierto, y para mi fue redescubrir mi maternidad, no fue tan fácil pero con el amor que nos tememos mi bebe y yo las cosas nos resultaron mas sencillas, los dos compartíamos los deberes y mi hijo resulto ser un padre muy responsable, Mya se convirtió en su adoración, claro sin descuidarme a mi que también soy el otro amor de su vida.
En cuanto a lo sexual si pasamos por una etapa un poco rara, la verdad es que durante la cuarentena después del parto mi libido se volvió casi nulo, no sentía apetito sexual, cosa que hasta a mi me impresionaba pues como ya lo saben siempre he sido una mujer sumamente caliente, incluso cuando Juan nació no lo padecí así de fuerte, la verdad es que no se porque esa vez fue diferente. Sin embargo, afortunadamente eso no fue un problema, pues a mi hijo le paso algo similar, el tampoco me pedía sexo, fue una temporada en la que disfrutábamos de nuestra relación simplemente con cariños y mimos, con mucho amor y ternura entro el y yo y por supuesto con la beba. Y la verdad es que no fue sino hasta tiempo después que los reflexionamos, que durante la cuarentena y un poco más ninguno de los dos sintió la necesidad de tener ese sexo tan salvaje y ardiente que siempre hemos tenido y disfrutado.
Digamos que todo se dio con naturalidad, estábamos tan felices y absortos disfrutando de nuestra paternidad que las cosas fluyeron solas y de repente nos llego nuevamente la calentura a los dos. Cuando Mya tenia poco mas de 2 meses, cierto día ya por la noche mi hijo y yo estábamos en la habitación de la beba, la habíamos estado arrullando para que se durmiera y cuando quedo profundamente dormida la dejamos acostadita en su cuna, salimos despacio de la habitación y nos dirigimos a la nuestra.
- Que di amia amor, a veces tu hija es tan quietecita y a veces tan latosa jaja
- Si mami, hoy si no paro
- Me voy a dar un baño mi amor
- Ok mami
Así que entre al baño que tenemos en el cuarto y comencé a ducharme, mi hijo se había quedado recostado en la cama viendo la televisión, pero repentinamente entro en el baño ya desnudo, yo lo miré y sonreí.
- Voy a aprovechar para ducharme yo también mami
- Si mi amor pasa
Y en ese momento la chispa de la lujuria se volvió a encender, la libido comenzó a surgir nuevamente en los dos, al vernos desnudos comenzamos a sentir esa rica excitación que siempre nos hemos despertado, ver nuestros cuerpos mojados era muy rico. Mi bebe comenzó a mirarme con lujuria.
- Que rica estas mami, te vez hermosa mojadita
- Ay mi amir que lindo, no te parece que el embarazo me haya afectado el cuerpo
- Para nada, sigues igualita que antes del embarazo, es mas creo que te sentó mejor, como que te estoy viendo todavía más roca que antes
- Jaja, en serio mi amor eso crees, o solo lo doces para hacerme sentir bien
- Para nada mami, tu misma debes darte cuenta que no te afecto el embarazo
Y la verdad es que si, soy afortunada en tener la genética que tengo, a muchas mujeres les pasa que después de un embarazo sus cuerpos no quedan igual y tienden a ponerse gorditas o de plano muy gorditas, y a pesar de que este fue mi segundo embarazo no me afecto, por el contrario como mi hijo me dijo, hasta quede un poquito mas delgada que antes, y mi cuerpo se miraba en buena forma, me veía con una silueta bien definida, se notaba mi cintura y mis caderas, no había perdido la forma, me miraba muy bien para mis treinta y tantos y para ser madre de dos jaja.
- Pues creo que si mi amor, el embarazo me sentó bien jaja y tu también te vez espectacular, me encanta que te ejercites, estas bien marcadito, te ves muy guapo, mas maduro en todos los aspectos, la paternidad también te ha sentado muy bien…
A su edad, mi hijo ya era todo un hombre, era padre y amante de su mami, ya era muy maduro en todos los aspectos, el ejercicio le había puesto el cuerpo muy rico, marcadito y su mentalidad era ya la de un hombre responsable.
Entonces mi be e y yo nos abrazamos mientras el agua de la regadera nos mojaba, el me tomo por la cintura y yo rodee su cuello con mis brazos y comenzamos a besarnos con pasión, nuestras lenguas jugueteaban nuestra respiración se aceleró, rápidamente mi bebe bajo sus manos hasta mis nalgas y comenzó a apachurrarlas muy rico, en ese momento yo deslice una de mis manos bajando por su pecho, sintiendo sus músculos en su abdomen, seguí bajando mi mano hasta que me tope con su rica verga la cual de inmediato comencé a acariciar con fuerza, empecé a sentir como de iba poniendo dura mientras nos seguíamos fundiendo en ese apasionado y lujurioso beso.
El agua tibia seguía cayendo de la regadera cuando sin resistirlo más me arrodillé y comencé a devorar con pasión la verga de mi hijo quien comenzó a gemir muy rico y me tomaba con fuerza la cabeza para hacerme tragar cada centímetro de su dura y venosa carne.
- Oh si, que rico chúpala putita
- Mm si mi amor, si adoro chupar tu verga
Continúe chupándola unos minutos hasta que mi bebe me levanto y me puso contra la pared, entonces se arrodilló y comenzó a comerme el culo, besaba y lamia mis redondas nalgas, yo abrí las piernas y sentí como su cara se hundía entre ellas, como lamia y chupaba mi coño u mi ano, con sus manos apretaba mis nalgas haciéndome dar unos ricos gemidos de placer.
- Ay si cerdito si, cómeme todita que rico no pares
- Mm estas riquísima perrita, me encantas, que manjar es tu coño y tu culo
Era delicioso estar en la regadera con mi bebe, retomando nuestra lujuria. Después de comerme muy rico mi bebe se puso de pie, y así mientras yo seguía contra la pared, levante un poco mi culo y el inclinándose un poco comenzó a penetrarme por la chocha haciéndome gemir delicioso, me embestía con pasión mientras apretaba mis caderas y subía sus manos para acariciar mis tetas mientras me besaba el cuello, yo cerraba los ojos disfrutando de la verga de mi bebe entrando y saliendo de mi cuerpo con pasión y fuerza, excitándome con cada penetración pidiéndole que no me la sacara que me cogiera como la perra que soy. Después de follar mi coño mi bebe saco su verga de el y la coloco en mi ano, empezó a empujarla con fuerza, al sentir su verga penetrando mi culo mis gemidos se hicieron mas y mas fuertes. Ya con toda esa rica verga en dentro de mi culo Juan empezó a martillarme con fuerza, sus caderas se movían con violencia de atrás a adelante, parecía que me iba a partir en dos de tanta fuerza que aplicaba en sus embestidas.
Yo solo gemía sin control pidiéndole más, el me obedecía y no paraba de follarme el culo con pasión mientras éramos bañados por la tibia agua con nuestros cuerpos mojados y el vapor haciendo que el ambiente fuera de mucha pasión y lujuria. Después de unos minutos mientras aun me seguía penetrando el culo mi bebe cerro las llaves de la regadera y el agua dejos de caer, entonces me saco la varga del culo y me arrodillo frente a él, de inmediato abrí la boca mientras me frotaba el sexo con una mano y con la otra me acariciaba los pechos mirando como se jalaba la verga con fuerza hasta que me dio toda su leche tibia que me baño el rostro y la boca.
Fue un momento muy placentero y delicios en la ducha con mi bebe, después de comerme su leche y tranquilizarnos dándonos ricos besitos y acariciarnos, tomamos nuestras toallas y salimos del baño y nos dirigimos a la cama donde nos acostamos juntitos, nos dejamos las toallas envueltas en nuestros cuerpos mientras nos besábamos. Y fue allí cuando tuvimos una plática que no habíamos tenido y que era necesaria. Charlamos sobre como cambiaria nuestra vida sexual ahora con nuestra hija en casa.
- Oye mi amor, has pensado como vamos a hacer para seguir disfrutando de estos momentos ahora con Mya, digo, desde que empezamos nuestra relación de incesto siempre habíamos tenido total libertad, podíamos tener sexo a la hora que nos apeteciera y en donde quisiéramos, en la sala, en la cocina, el comedor, el baño hasta en el jardín. Pero y ahora
- Oye tienes razón mami, no lo había pensado, es mas esta es la primera vez que lo hacemos desde que nació Mya
- Jaja si mi amor, habíamos estado como embobados con ella. Te imaginas que se hubiera despertado ahorita mientras cogíamos, que empezará a llorar y hubiéramos tenido que parar para ir a atenderla
- Jaja, afortunadamente no lo hizo, pero tienes razón eso puede pasar después
- Pues creo que vamos a tener que cambiar nuestros hábitos jaja, y esperar a momentos como este en que Mya está dormida o tranquila para aprovechar
- No nos queda de otra…
- Bueno pues yo creo que hay que aprovechar al máximo estas oportunidades así que mami quiere más de tu rica verga jaja…
Y así mi bebe y yo empezamos otra faena de salvaje y pervertido sexo madre-hijo. Y la llegada de nuestra hija Mya cambio un poco nuestra rutina, pero supimos adaptarnos. Pero aun quedaban algunas cosas por solucionar, cosas de las que nos fuimos dando cuenta con el paso del tiempo, así que todavía tengo varias cosas por contarles mis queridos lectores. Espero que hayan disfrutado de este relato, les mando muchos besos y nos vemos en el próximo.
Me encantan tanto tus relatos Helen, no sabes cuánto semen he eyaculado gracias a ti, como quisiera fueras mi madre.
Cojan frente a la nena y listo, con ese morbo de que ella vea. Para qué tanta vuelta de esconderse jaja. Es lo más rico y prende al 100.