Helen: El regreso.
Hola lectores de esta hermosa comunidad. Soy Helen, hace algunos años escribí algunos relatos en la versión anterior de la página sobre mi vida, específicamente sobre mi relación incestuosa con mi hijo Juan..
Ha pasado ya algo de tiempo desde la ultima vez que escribí, hace algún tiempo busque la página anterior, pero note que ya no existía hasta que por fin la encontré de nuevo ahora con este nuevo formato. Y quiero volver a escribir contándoles las cosas que han pasado en mi vida, si no mal recuerdo la ultima vez que escribir fue por el año 2016, han pasado 4 años y mi vida ha cambiado de una manera increíble. Talvez alguien que lea este relato me recuerde, de cualquier manera, me gustaría empezar por ponerlos al día en caso de que no me hayan llegado a conocer antes.
Como ya lo dije mi nombre es Elena, pero siempre me ha gustado que me llamen Helen, pronunciando la h como si fuera j, actualmente tengo 39 años, estudié para ser profesora de primaria, carrera que ejercí hasta hace 3 años, mido 1.58 de tes morena clara, cabello largo un poco debajo de los hombros, no soy ni delegada ni gorda, tengo un buen culo, y buenas tetas, a grandes rasgos soy una mujer madura típica entrada en sus 40. A los 33 años comencé una relación de incesto con mi hijo Juan cuando él tenia 14 años, han pasado ya 6 años de nuestra relación. Actualmente Juan tiene 20 años, ya es todo un hombre y paso a ser el hombre de mi vida, mi amante, mi hombre. Nuestra relación surgió de una manera inesperada y nos cambio la vida, es una relación llena de amor y lujuria, ambos somos un par de degenerados en el sexo, pero siempre hemos mantenido la misma proporción de amor y lujuria. Nos amamos de una manera indescriptible.
En los relatos que escribir hace tiempo conté que por andar de puta con uno y con otro quedé embarazada de Juan y nunca supe quien fue el padre y por supuesto ninguno de los hombres con los que me acostaba tomo la responsabilidad, por lo que fui madre soltera sin ningún problema y con el apoyo total de mis padres.
Cuando comencé a escribir mis relatos en la página, ya llevaba 2 años de relación incestuosa con mi niño, yo se que ya es un hombre, pero para mí siempre será mi niño hermoso. Hemos vivido cosas muy lindas. Juan heredo mi gusto por el sexo, yo siempre he sido una mujer muy caliente y hambrienta de sexo, como dice el dicho, “hijo de tigre pintito”. En la cama Juan siempre me satisface, me llena de placer, tenemos una química increíble, nos hemos llegado a conocer tan bien que casi podemos leernos los pensamientos, ambos sabemos perfectamente como darnos placer, sabemos lo que nos gusta y siempre estamos en busca de nuevas sensaciones.
Estoy convencida de que estaba destinada a tener esta relación con mi hijo, el nació para ser mi hombre y yo su mujer, su puta.
Bien, ahora que saben a grandes rasgos de mí y mi relación con mi hijo, es hora de contarles que ha pasado en este tiempo. Deje de escribir en la pagina debido a un suceso que me llevo a una depresión que me costo un poco de trabajo superar. Mis padres fallecieron en un accidente hace cuatro años, fue algo que me entristeció profundamente, pues siempre fui muy allegada a ellos, fueron unas excelentes personas, siempre me amaron y también a su nieto, mi hijo Juan. Aquello me produjo un sentimiento de culpa por la relación que tengo con mi hijo, es inexplicable, pues desde que comenzamos a tener incesto nunca había sentido la más mínima sensación de culpa, por el contrario, me sentía orgullosa de tener sexo con mi hijo, plena y feliz. Sin embargo la muerte de mis padres provoco en mi esa sensación, comencé a pensar sobre que hubieran pensado mis padres si hubieran sabido del incesto con mi hijo, su nieto, pensaba que definitivamente hubiera sido algo que no hubieran aprobado, me hubieran tachado de depravada y degenerada, en fin me generaba culpabilidad, por esa misma razón la hermosa relación que tengo con mi hijo entro en una etapa de crisis, comencé a rechazarlo, evitaba tener sexo con él, llegue a pensar en acabar definitivamente con la relación incestuosa.
Mi niño por supuesto que lo resintió mucho, la muerte de sus abuelos lo afecto y los entristeció, pero no de la misma forma. Él se sentía frustrado por el rechazo que comencé a tener hacia él y yo me sentía entre la espada y la pared, una parte de pensaba que aquello era una aberración, haber comenzado a tener sexo con mi hijo, otra parte de mi lo deseaba. Después de un tiempo, le pedí a mi hijo un poco de espacio y tiempo, por esa razón me fui a pasar una temporada en la casa de mis padres, ellos vivían en una pequeña ciudad a unas 2 horas de la ciudad donde yo vivo con mi hijo. Juan se quedó en nuestra casa, yo le enviaba dinero para los gastos que tenía. Y allí pase días y noches llorando mi perdida y pensando sin parar en esos sentimientos de culpa hasta que un día, estando en el curto de mis padres revisando sus cosas, veía un álbum de fotos, había fotos de cuando yo era bebe, cuando era niña, cuando era adolescente, fotos de cuando nació Juan, etc. En ese momento comencé a sentir felicidad por todos los momentos lindos, y comencé a comprender que mis padres siempre fueron una pareja muy feliz, se amaron con devoción y me transmitieron esa felicidad a mí, comencé a pensar que aunque mi relación con mi hijo era prohibida y taboo, me llenaba de felicidad, en el encontraba amor, comprensión, pasión, todo lo necesitaba para ser una mujer plena y feliz, y que eso es precisamente lo que mis padres siempre quisieron para mí, que fuera una mujer feliz.
En fin, ese día comenzó a desaparecer mi tristeza y ese sentimiento de culpa que me había atormentado los últimos meses. Al siguiente día todo estaba claro, mi relación con mi hijo continuaría y seguiríamos siendo felices como lo habíamos sido desde que comenzamos a tener incesto. Por la tarde llame por teléfono a mi niño, después del saludo y preguntar como se encontraba le dije que viniera a casa de sus abuelos.
Al siguiente día Juan tomo el autobús y llego al pueblito natal de mis padres, se dirigió a casa de los abuelos donde ya lo esperaba con ansias. Me había preparado para la ocasión de manera apropiada. Después de haber superado mi depresión me arregle para recibir a mi niño hermoso, me maquille muy bien, peine mi cabello, depile mi panocha y me puse un conjunto de lencería muy sexy, un cachetero de encaje negro que hacia juego con el bra, se podía ver mi rajita atreves de la tela del cachetero y mis pezones morenitos por debajo del bra. Me puse un vestido blanco de una sola pieza un poco holgado con un escote que mostraba una buena parte de mis pechos que podría decir que tienen el tamaño de lo que se consideraría como melones. Remate el atuendo con unas zapatillas rojas de tacón muy alto de charol brilloso.
Ya arreglada esperaba sentada en uno de los sillones de la sala la llegada de mi hijo Juan. Cerca de las 12 del día finalmente mi hijo llego a la casa de los abuelos. Como tenia llaves de la casa entro directamente, cruzo la puerta y camino unos pasos hasta llegar a la sala donde estaba yo, me miro y de inmediato note una sonrisa en su rostro, su expresión denotaba un poco de sorpresa por encontrarme arreglada, muy distinta a como me había visto los últimos meses. De inmediato lo salude.
- ¡Hola bebe! Que bueno que por fin llegaste.
Mi nene me saludo de vuelta
- Hola mami
Con mi mano derecha le di una palmadita al sillón indicándole a mi hijo que se acercara y se sentara junto a mí, el de inmediato camino y se sentó a mi lado. Había viajado ligero, por lo que solo usaba un pants deportivo azul marino y una playera blanca con sus tenis, pero luciendo muy guapo como siempre. Él es alto, mide 1.78, delgado, de complexión media, por esos tiempos le había dado por ejercitarse por lo que tenia muy buen cuerpo, no exageradamente musculoso, pero si bien marcadito y firme, es muy parecido a mí, no se puede negar que es mi hijo.
Juan estaba sorprendido de verme tan cambiada, por eso estaba como sin palabras. De inmediato tome su mano, había planeado platicar con el primero, contarle las reflexiones que había hecho durante esos días sola en casa de mis padres. Pero el deseo y la lujuria por estar nuevamente en la intimidad con mi hijo me vencieron así que sin poderme contener y sin esperar un minuto más lo mire fijamente a los ojos y el me miro a mí. Esa llama de amor y lujuria por mi hijo se había avivado nuevamente en mi y con mas fuerza.
Entonces tome con mis dos manos la cara de mi niño y acercándome lentamente a él comencé a besarlo, en el momento en que nuestros labios se juntaron nuevamente una electricidad recorrió todo mi cuerpo, me hizo vibrar de los pies a la cabeza, mi bebe me correspondió el beso, que al principio fue muy suave, lento y tierno y que poco a poco fue aumentado su intensidad, nuestras lenguas comenzaron a juguetear, sentía su aliento, su tibia saliva en mi boca. Juan comenzó a jugar con mi cabello mientras me besaba. Después de unos minutos ya nos estábamos comiendo con pasión y lujuria, nuestra respiración era profunda y acelerada, nos fundimos en un beso lleno de lujuria y amor entre madre e hijo. A pesar de ser de buena calidad, el labial color rojo que usaba había empezado a dejar marcas en la boquita de mi bebe y por tanta saliva que derramábamos de nuestras bocas y lengüetadas apasionadas que nos dábamos.
En un momento me tumbe en el sillón sin soltar a mi niño que cayó sobre mí, sin dejar de besarme sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, me acariciaba y apretaba las chichis con de una forma deliciosa. Yo apretaba sus nalgas y las acariciaba a la vez que empujaba su cuerpo contra el mío. Ninguno de los dos decía ni una sola palabra, solo disfrutábamos de el momento, de ese rencuentro de pasión madre hijo.
Pasados unos minutos mi bebe se levantó quedando sentado sobre el sillón y acomodándome a mi sobre de él, quede sentada en sus piernas de frente a él, con mis piernas abiertas a los lados de su cuerpo. Comenzó a acariciar mi culo, sus fuertes y varoniles manos apretaban mis nalgas sin parar mientras continuábamos besándonos como locos. Entonces comenzó a besar mi cuello y bajar lentamente su cabeza hasta toparse con mis pechos, mismos que enseguida comenzó a besar sobre el escote de mi vestido. Yo levantaba mi cabeza gimiendo de placer, disfrutando de esa sensación de lujuria y amor que solo mi hijo podía transmitirme.
Comencé a susurrar “te amo bebe, te amo, te necesito tanto, mami te necesita”, mientras mi niño seguía disfrutando de mi culo y chichis.
Para ese momento ya podía sentir la tremenda erección de mi hijo entre mis piernas, su verga dura ya se marcaba por debajo de su pants deportivo, comencé a mover mi cadera lentamente, mi chocha rosaba sobre la verga de mi hijo. Mi cachetero ya estaba mojadito por el néctar que emanaba de mi chochita caliente. Ya no podía pasar un minuto mas sin disfrutar de esa verga que por tanto tiempo me había dado placer. Así que me baje de sus piernas y me arrodille frente el, lo mire de una forma picara y lujuriosa, el sabia lo que mami estaba por hacer. Lleve mis manos al elástico de su pants, levanto ligeramente la cadera para permitirme bajarle el pantalón, tome también el elástico de su boxer y los jale hacia abajo hasta las rodillas y allí estaba frente a mi nuevamente la tremenda y hermosa verga de 20 centímetros de mi hijo, erecta, dura, venosa, morena, esos huevotes gordos llenos de leche.
De inmediato la tome entre mis manos y comencé a jalarla, estaba brillosa y mojada por su liquido pre eyaculatorio, que comenzó a embarrarse en mis manos, me acerque a ella y empecé a besarla y lamerla, estaba hambrienta, llevaba ya mucho tiempo sin disfrutarla. Mi bebe me miraba con lujuria y comenzó a acariciar mi cabeza, gimiendo mientras mami besaba y lamia como perrita en celo su tremenda y hermosa verga. La acariciaba y la lamia desde los huevos hasta la cabeza, besaba su cabeza gorda y mis labios se impregnaban de su néctar. Finalmente Juan no pudo más, necesitaba que mamá le chupara la verga como solo ella sabía, tomándome con firmeza de la cabeza me empujo hacia su verga haciendo que me entrara casi toda en la boca cosa a la que yo a estoy acostumbrada, me encanta hacerle garganta profunda a mi hijo, me excita de sobre manera sentirme asfixiada con tremendo trozo de carne dentro de mi boca y garganta, mantenerla así hasta que no pueda respirar y que broten lagrimas de mis ojos por la asfixia fálica que me doy con la verga de mi hijo. Entonces comende a darle tremenda mamada a mi bebe, sus gemidos de placer me hacían vibrar y dar mi mejor esfuerzo en esa faena.
Después de un rato la verga y los huevos de mi hijo estaba ya empapados en mi tibia saliva, mis ojos rojos y llorosos por las asfixias que me daba con esa verga, mi carita también estaba lleva de mi propia saliva y el maquillaje de mis ojos se había escurrido por mis mejillas, mi niño no paraba de sofocarme con su verga de hacer una y otra vez que me la tragara toda, de mantener con fuerza mi cabeza pegada a su cuerpo y soltarme hasta ver que no podía mas para permitirme tomar un poco de aliento y continuar devorándome su verga. La jalaba con fuerza y lujuria la besaba, la lamia.
Después de un rato mientras continuaba chupando la verga de Juan, comencé a quitarle los tenis y terminé por zafarle el pantalón y el bóxer dejándolo desnudo de la cintura a los pies. Me puse de pie y ni bebe también se levanto del sillón, comenzamos a fajar con lujuria sus manos recorrían todo mi cuerpo mientras nos besábamos como locos. Mi bebe bajo el cierre de mi vestido ubicado en la espalda y me despojo de él. Mi vestido cayo al suelo y levantando mis piernas me lo terminé de quitar y lo hice a un lado con los pies. Yo le quite la playera a mi hijo y entonces quedo completamente desnudo. De inmediato mi bebe comenzó a querer despojarme de mi ropa interior, en ese momento lo detuve.
- Espera un poco bebe, vamos a un lugar más cómodo.
- Mmm, ok mami, como quieras
Tome a mi hijo de la mano y comencé a encaminarme a la habitación de mis padres que quedaba en la planta de arriba de la casa, mientras íbamos subiendo las escaleras voltee a ver a mi hijo quien miraba con tremenda lujuria mi culo, podía ver como se miraban mis nalgas y la raja de mi culo atreves del encaje de mi cachetero.
- Tremendo culaso que tienes mami
- Sabes que es todo para ti mi amor
Siempre me ha provocado una gran excitación que mi hijo me diga piropos, ya sean cachondos o románticos, eso me hace sentir la mujer y la madre mas dichosa del mundo.
Por fin entramos a la que fue la habitación de mis padres, saber que estaba a punto de tener sexo con mi hijo allí me ponían super lujuriosa, por extraño que parezca me parecía el lugar perfecto para reencontrarme con mi bebe en la intimidad, como lo dije al principio cuando mis padres fallecieron sentía culpa, que habrían pensado ellos de saber lo que hacía con mi hijo, pero en ese momento esa misma idea me excitaba como no se imaginan, que mis padres pensaran que soy una depravada degenerada por tener incesto con mi hijo me excitaba mucho, pero también pensaba que en el fondo no puede haber una relación más hermosa que esa, la de una madre con su hijo y que mis padres desde el cielo estarían complacidos viendo como su nieto y yo nos amamos con un amor real, verdadero, sincero, que somos felices.
Nos pusimos d pie a un lado de la cama tomados de las manos mirándonos fijamente y sonriendo.
- Ahora si bebe, haz conmigo lo que quieras, ¿por dónde quieres comenzar?
- Mmm puita hermosa, no te imaginas como te extrañaba…
Juan comenzó a fajarme como loco, a manosearme a recorrer cada rincón de mi cuerpo, sus manos apretaban mis nalgas sobre el cachetero y acariciaban mi vulva, él podía sentir perfectamente lo mojada que estaba, como mi néctar había empapado mi prenda intima. Después de unos instantes Juan se arrodillo frente a mí y comenzó a besar y lamer mi chocha sobre el cachetero mientras yo acariciaba su cabeza gimiendo como perra en celo.
Mi bebe tomo mi prenda intima y la bajo despojándome de ella, mi depilada chocha estaba frente a el quien la admiraba lleno de lujuria, acercó su cabeza a mi raja y dando un fuerte suspiro, aspiro mi aroma íntimo. Yo mire como cerro los ojos y parecía drogarse con el aroma de mi intimidad, después respiro y volteo hacia arriba para verme, sonriendo con lujuria me miro a los ojos.
- Me encanta ese aroma…
- Lo se muy bien mi amor
Entonces Juan comenzó a devorarse mi sexo, provocando de inmediato que mi cuerpo se estremeciera, mi hijo empezó a chuparme la choca como loco, la lamia de arriba abajo, la besaba, escupía sobre ella, me metía sus dedos con fuerza y yo gemía como loca. Con una mano acariciaba su cabeza y lo empujaba contra mi sexo y con la otra me acariciaba los pechos, apretaba mis pezones duros y erectos.
- Que delicia mami, que manjar de los dioses tienes aquí.
- Oh si mi bebe si, cómeme toda
Mi néctar mojaba la carita de mi niño, después de tanto tiempo de no hacerlo yo estaba loca de placer, siempre me he mojado mucho, mi néctar no para de salir de mi chocho cuando me excito, pero ese día en verdad parecía una manguera, chorros y chorros brotaban de mi sexo sin control.
Los dos gemíamos sin parar. Mi nene disfrutaba de mi como tanto le encantaba desde que tenía 14 años.
Después de un rato mi hijo se puso de pie y me llevo a la cama, me despojo del bra y quede completamente desnuda, acostándose a mi lado comenzó a chupar mis melones, mordisqueaba un poco mis pezones y los lamia en círculos, con sus manos apretaba mis pechos y también las deslizaba hacia abajo para dedear y frotar mi sexo mientras que yo no paraba de sobar y jalar su verga. Después de un rato de disfrutas las tetas de mamá, mi hijo se coloco arrodillado frente a mí, tomo mis piernas y las abrió y comenzó a penetrarme, estaba tan mojada que su verga se deslizo rápidamente dentro de mi intimidad, con la primera estocada solté un gran gemido de placer, nuevamente después de algunos meses de sequía, sentí a mi niño dentro de mí.
- Ohhhh mi amor, dámela toda follame bebe sin piedad
- Si mi putita hermosa si, como deseaba cogerte cogerte como la puta depravada que eres. Te amo
Juan comenzó a embestirme con furia, lleno de lujuria su verga no paraba de entrar y salir de mi chocha, movía sus caderas con ritmo provocándome un placer indescriptible, un placer que solo podía sentir con él, con mi propio hijo. Yo gemía con los ojos cerrados y me apretaba mis tetas, Juan sostenía mis piernas abiertas con sus manos. Mientas eso ocurría pensaba que estaba teniendo sexo con mi hijo en la cama donde durmieron mis padres y eso me ponía aun mas lujuriosa.
- Me encantas bebe, eres el mejor.
- Y tu a mi mami, eres la madre más hermosa y más puta del mundo
Al cabo de unos minutos Juan saco su verga de mi sexo, se levanto de la cama para ponerse sobre mí, acomodo su verga en medio de mis chichis y de inmediato yo las agarre y las presione contra su verga y comencé a masturbarlo con ellas, su verga estaba resbalosa y mojada por mi néctar, levantaba mi cabeza para besar y lamer la verga de mi hijo mientras él se movía de atrás para adelante haciendo que mi melones le dieran placer masturbando su verga.
Acto seguido mi nene se lavando pidiéndome que me pusiera en cuatro.
- Ahora déjame disfrutar de ese culo tuyo mami, ya sabes cómo te quiero ver
- Mmm si mi Nilo, lo que tu quieras y mandes, estoy a tus órdenes.
Me puse como perra sobre la cama y mi hijo se arrodilló frente a mi culo, lo miraba con tremenda lujuria y comenzó a acariciar mis nalgas y darme ligeras nalgadas, esto les parecerá extraño y hasta loco, pero después de un rato de admirar mi culo mi bebe se persigno frente a el para proceder a comérselo, esto es un juego entre los dos, porque a mi hijo le gusta demasiado mi culo y un día en broma me dijo que yo tenía un “santo culote” desde aquella vez en forma de juego en ocasiones hace eso, se persigna frente a mi culo antes de comérselo y en otras ocasiones jugando cuando estoy parada haciendo algo pasa y se arrodilla frente a mi culo, se persigna y lo besa sobre mi ropa. Bueno es un juego un tanto loco entre los dos, a mí me hace gracia y me excita mucho.
El caso es que después de hacer su gracia mi niño se abalanzo a mi culo y comenzó a devorarlo, le encanta lamer mi ano, besarlo y escupirlo, también me besaba las nalgas y las acariciaba mientras también me dedeaba la choca, yo gemía de placer, sentir la lengua de mi hijo en el ano me provoca un placer tremendo.
- Mm así cerdito comete el culo de mami, ¿te encanta no es cierto?
- Sabes que si putita, me enloquece este santo culote que te cargas
Pasado un rato mi nene coloco su verga en mi ano y comenzó a meterla en mi culo, con cada centímetro de esa gloriosa verga yo gritaba de placer, comenzó a martillarme con fuerza, con sus manos sostenía mis caderas el sonido de sus huevos chocando contra mi chocho era delicioso, mis pechos rebotaban de un lado a otro por la fuerza con la que Juan me embestía. Los dos estábamos empapados de sudor, disfrutando de nuestro amor, de nuestra lujuria de madre e hijo.
Finalmente mi hijo comenzó a bombear su verga con mas fuerza en mi culo, yo sabia que estaba por explotar, saco su verga de mi culo y se puso de pie sobre la cama, de inmediato yo me arrodille frente a el con la boca abierta y su lechita salió expulsada con tremenda fuerza cayendo sobre mi boca y rostro, los dos gemíamos de una manera muy lujuriosa, es se jalaba la verga frente a mi rostro exprimiéndose hasta la ultima gota de leche, entonces me la lleve a la boca para terminar de ordeñarlo, la cantidad de leche que saca mi hijo es increíble con su leche en mi rostro yo le chupaba la verga mientras el con sus manos en su cintura gemía mirando como mami succionaba su polla. Finalmente, con mis manos recogí la leche que había quedado en mi rostro y cuerpo para chuparla, no quería que se desperdiciara ni una sola gota.
Al terminar nos tumbamos en la cama, nos abrazamos y nos besamos por un rato. Finalmente comenzamos a platicar de aquello, le expliqué a mi hijo las cosas que había reflexionado, como me había sentido y todo aquello que me llevó a distanciarme de él, que me tubo al borde de terminar mi relación incestuosa con él. Juan lo comprendió todo, me hablo muy bonito y me hizo sentir como siempre muy amada. Me dijo que lo importante es que todo había pasado ya. Y nos quedamos así desnudos abrazados, platicando por un rato más. En un momento de la platica surgió el tema de estar en casa de mis padres y que acabábamos de hacer el amor en la que fue su cama.
- Es un poco raro, digo estamos en la cama de mis abuelos, acabamos de hacer el amor
- Si mi vida, es como te conté, yo también me siento rara, ellos ya no están, nunca supieron de los nuestro. Pero ahora creo que desde el cielo ellos lo saben, nos comprenden y aprueban nuestra relación, saben que nos amamos profundamente.
- Si mami, tienes razón, es mas hasta fue excitante hacerlo aquí.
- Si mi amor yo sentí lo mismo, y de ahora en adelante lo haremos aquí, en nuestra casa y donde nos plazca, sin temor a ser descubiertos.
Y bien amigos, eso fue lo que sucedió hace cuatro años, pero han seguido pasando muchas cosas, sobre todo una que muero de ganas por contarles, pero eso será mas adelante. Espero que hayan disfrutado leyendo este relato y espero publicar el próximo pronto. Saludos de su amiga Helen.
Helen! Claro, como olvidar tus ricos relatos jaja y claro que queremos saber más de tus vivencias!
Lamento mucho lo de tus padres, pero seguro que ellos querrian tu felicidad y si eso es con tu hijo, perfecto.
Un saludo
Hola! Que gusto que me recuerdes. Muchas gracias por tu comentario. Claro que les voy a contar más. Un saludo y un besito.
Lamento tu perdida, pero coincido con el comentario anterior. Detalla más de si le volviste a mamar el culo a tu hijo y que tal lo tiene ahora por favor, continúa con tus relatos cachondos y haz que gocemos todos. Saludos
Hola! Gracias por tus condolencias. Claro que les voy a contar más. Espero que disfrutes mis relatos. Saludos y besos.
Estimada Helen, claro que aun te recordamos, que gusto que estés de vuelta.
Sera un placer volver a leer tus ricos relatos, mi mas sincero pésame por tu perdida.
Saludos de un viejo admirador.
Hola! A mi también me da gusto estar de regreso. Gracias por acordarte de mí. Gracias por tu comentario y tus condolencias. Espero que sigas leyéndome y disfrutando mis relatos. Saludos. Un besito.
no ahí por que agradecer mi estimada Helen y claro que seguiré leyéndote, me fascinan tus relatos.
Saludos y muchos besos muy ricos para ti.( como solías despedirte en tus anteriores relatos)
Bienvenida de nuevo dama linda se le extraño mucho …. Recordando muchos de sus bellos relatos y esperando que complete algunos que dejo inconclusos en especial recuerdo uno; ojala un dia me permita comentarle cual es.
Hola! Muchas gracias por tu comentario, gracias por acordarte de mi. ¿De cual relato hablas? Saludos y besos.
Que lindo relato, me gustaria que subieras el relati de como inicio todo con tu hijo