HELEN: INCESTO TOTAL (MI DEGENERADA FAMILIA 1)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por helenhot.
Como todos saben, al menos mis lectores que han seguido mis relatos, mis padres fueron profesores al igual que yo, y para estas épocas ya se encuentran jubilados, ella actualmente de 54 años y el de 56. La casa donde actualmente vivo fue en la que crecí y mis padres me la heredaron al jubilarse y se fueron a vivir al pueblito de donde es originario mi papi. Con el tiempo le fui haciendo remodelaciones hasta convertirla en el lugar acogedor que es hoy en día donde le doy rienda suelta a la lujuria junto a mi bebito.
Bien, cuando Juan regreso a casa, tan cariñoso y degenerado como siempre, me saludo con unos ricos besitos y unas manoseadas deliciosas, estaba ansioso por revolcarme y yo por disfrutar su verga hermosa, así que sin pensarlo más, desatamos la lujuria en un rico sexo. Al terminar esa deliciosa sesión. Le comente a mi bebe que sus abuelos vendrían a pasar unos días con nosotros. Lo cual afectaría de cierta forma nuestra relación, es decir nuestra rutina de vida, sin embargo sería algo lindo tener de visita a mis padres.
Yo: Asi que vamos a tener a tus abuelos aquí por unos días mi amor.
Juan: Tiene bastante tiempo que no vienen los abuelos de visita mami, eso es bueno, pero mientras estén aquí no te voy a poder coger a mi placer.
Yo: Sera solo por unos días bebe, y bueno, ya encontraremos algún momento para disfrutar mientras ellos estén aquí, tú sabes que no puedo pasar un día sin disfrutar de tus ricas cogidas mi degenerado hijo jaja
Juan: Eso espero mi hermosa putita…
Así que el día llego, mis padres llegaron a la casa, traían consigo una buena cantidad de equipaje, eso me hizo pensar de inmediato que su estancia duraría más de lo que yo esperaba. En fin, era agradable tenerlos en casa. Desde el primer día de su llegada fue difícil para Juan y para mí no tener esa libertad de andar por la casa haciendo travesuras, besándonos y disfrutando como siempre lo hacíamos. Al segundo día de la estancia de mis padres no resistí mas y ya por la noche me escabullí al cuarto de mi bebito, donde disfrutamos un rico sexo, claro que por obvias razones no pudimos desenfrenarnos a placer, pero ya era ganancia. Así que los días continuaron y pasada una semana por fin un día mis padres saldrían de la casa para ir a visitar a un viejo amigo de mi papi, cosa que nos cayó de maravilla a Juan y a mí, aprovechamos ese momento a solas para disfrutar como nos gusta. Mi bebito me dio una espectacular cogida en la sala de la casa, no nos desnudamos por completo, sabiendo que podrían llegar mis padres. Al finalizar mi nene me inyecto toda su rica cremita dentro del culo, y nos sentamos en un sillón besándonos complacidos.
Juan: Mami, ya deseaba tanto escuchar tus gemidos y gritos de puta mientras te cojo
Yo: Ay si bebe, ya no aguantaba un minuto más sin hacerte vibrar tragándome toda esa rica verga que tienes, darle rienda suelta a nuestro amor
Pasaron unos minutos en los que Juan y yo disfrutábamos cariñosamente después de aquella tormenta de lujuria y placer que habíamos desatado en la sala, cuando mi bebe mi hizo un comentario…
Juan: Mami, has notado que el abuelo te mira de una manera, pues rara
Yo: Rara como mi amor?
Juan: Pues, siento que te mira de la misma manera que yo lo hago, te mira como con lujuria y deseo, se te queda viendo el culo y las tetas fijamente y se ve inmediatamente la lujuria en su mirada.
Yo: En serio lo has notado mi amor?, a decir verdad si lo había notado yo también, pero no le daba mucha importancia, pensaba que se me figuraba solamente, pero ahora que lo mencionas me doy cuenta que no es alucinación mía, entonces mi papá me mira lujuriosamente.
Juan: Reconozco perfectamente esa mirada mami, yo te miro igual
Yo: Jeje asi es mi cielo
Juan: Debo decirte mami, que se me hace excitante que el abuelo te mire así
Yo: En verdad? Pues a mí me gusta también, me provoca lujuria y morbo que mi propio padre me mire así el cuerpo, tú crees que le agrade lo que ve?
Juan: Y a qué hombre no le gusta verte mami, estas tan rica, ese culaso, esas chichotas, y esa hermosa y tierna carita de puta jaja
Yo: Pero él nos es cualquier hombre, es mi padre
Juan: Pues tal vez le pasa como a mí, llego un momento en que comencé a verte no solo como mi madre, también te veía como una mujer, y comencé a desearte tanto que mira, termine por cogerte y hacerte mi puta…
Y bueno, la plática se extendió por unos minutos más, la idea de que mi propio padre me mirara así y que mi hijo pudiera estar en lo correcto, y que hubiera comenzado a desearme y mirarme no solo como su hija me ponían muy caliente. Juan y yo nos acomodamos la ropa y seguimos haciendo nuestras actividades normales. Después de un rato mis padres regresaron a la casa, durante la comida entre platicas y todo eso, yo notaba como mi padre me miraba los pechos con insistencia, no cabía duda que había lujuria en sus ojos, cosa que me humedecía el sexo y mi tanguita se sentía bañada de mi néctar. Y bueno el día continuo, llegada la noche, estando sola en mi cuarto no podía sacarme de la mente la idea de que mi padre me deseara, acostada en mi cama con las piernas abiertas, acariciaba mi sexo y mis pechos, pensando en aquello. Un deseo obsceno y depravado por mi padre comenzaba a surgir en mí, uno que solo se podía igualar al que despertó en mi, mi bebe años atrás.
Sin pensarlo seguí dándole placer a mi intimidad pensado de manera lujuriosa en mi padre, cuando reaccione tuve un delicioso orgasmo que me dejo complacida, poco a poco fui quedándome dormida. A la mañana siguiente desperté con una idea en la mente, me sentía cachonda y excitad, la idea que tenía en la mente era la de ser la puta de mi padre.
Ese día no podía haber sido más perfecto. Yo salí de mi cuarto como usualmente lo hago por las mañanas, vestida de una manera cómoda, un short color rosa pegadito a mi cuerpo que se encajaba perfectamente en mi culo dejando ver bien mis nalgas, y por delante mostraba mi chochita con un triangulito bien marcado que incluso se enterraba ligeramente en mi vulva, lo que provocaba ese efecto que se conoce en inglés como camell toe, es decir ligeramente se notaban los labios de mi vagina, pero muy ligeramente. Encima una blusa blanca un poco escotada, de esas que no tienen mangas y mis pechos también se miraban sensuales, unas sandalias y listo. Me dirigí a la cocina a preparar el desayuno para mi familia.
Unos minutos después bajo a la concina mi madre, después de saludarnos me comenzó a ayudar a preparar el desayuno. Cuando estuvo listo llamamos a mi bebe y a mi papi, también ellos bajaron en pijama. Desde que mi padre me vio esa mañana sus miradas no paraban de posarse sobre mi cuerpo, él y mi niño se sentaron a la mesa mientras mi madre y yo servíamos. Discretamente miraba a mi padre y notaba como me miraba la intimidad, sus ojos recorrían mi cuerpo de los pies a la cabeza, incluso con mayor descaro que los días anteriores, cosa que me estaba enloqueciendo, pude notar como mi bebe también lo noto en un momento en el que nuestras miradas se cruzaron y el me sonrió pícaramente, inmediatamente entendí que me estaba queriendo decir que ya había nota que su abuelo me miraba con lujuria.
Durante el desayuno platicábamos, y mi madre dijo que tenía ganas de salir a dar un recorrido por la ciudad, pero mi padre no tenía ganas de salir, así que le dije a Juan que el la acompañara.
Yo: Deberías ir con tu abuela mi amor, la ciudad ha cambiado bastante en los últimos años necesita alguien que la acompañe.
Mi niño estuvo de acuerdo, así que después del desayuno él y mi madre fueron a alistarse para salir, yo me dispuse a lavar los platos y mi padre se fue a sentar a la sala a leer el periódico de esa mañana y a ver la tv. Yo seguí en la cocina por un rato acomodando las cosas y limpiando. Después mi madre y Juan bajaron, se despidieron de nosotros y mi papi y yo nos quedamos solitos en la casa. Inmediatamente me di cuenta que era una situación ideal. Unos minutos después que mi nene y mi madre se fueron, salí de la cocina dirigiéndome a la sala, al llegar fui inmediatamente al sillón donde estaba mi papi quien me miro llegar sonriendo. Estaba allí sentado, con un pantalón de su pijama, sandalias y una playera blanca, a pesar de su edad aún se mantenía en buena forma, la playera estaba ajustada a su cuerpo marcando su fuerte pecho y sus grandes y fuertes brazos dejaban ver que aún se mantenía en buena condición física.
Me senté junto a él, e inmediatamente extendí mi brazo para rodearlo por detrás y comencé a acariciar su cabello.
Yo: me da mucho gusto que hayan venido papi, tenía mucho que no se animaban a regresar a pasar un tiempo con nosotros.
Papa: Pues si Helen, tienes razón, y por eso estamos aquí, ya nos hacía falta venir a visitarlos.
Mi instinto de puta y después de la experiencia con mi bebe, me indicaban que no podía estar equivocada, que mi padre me deseaba y me miraba con lujuria. Así que en ese momento una fuerte excitación me invadió y decidí intentar seducirlo, era una buena oportunidad y no podía dejarla pasar. Tuve una muy buena idea de cómo comenzar.
Yo: Recuerdas papi como de pequeña aquí en esta sala pasaba ratos sentada en tus piernas mientras me contabas cuentos o me cantabas.
Papa: Pero claro Helen, nos la pasábamos muy bien, te sentabas por horas en mis piernas, y te hacia caballito, y te decía que tu madre era mi reina y tu mi princesa.
Yo: Si papi, me fascinaba eso.
Papa: Y mírate ahora, eres toda una mujer, una madre y una exitosa mujer.
Yo: Gracias a ti papi, y al apoyo que siempre me diste junto con mi mami.
Papa: Mi Helen, para mí siempre serás mi princesita.
Yo: Papi, tal vez te suene loco, pero justo ahora tengo muchas ganas de volver a sentarme en tus piernas como cuando era niña. Podría hacerlo?
Papa: Jaja, ya eres muy grande mi princesa, pero no veo porque no, seria lindo recordar el pasado.
Sonreí y sin pensarlo más me levante del sillón para sentarme en las piernas de mi papi. Una vez sentada en sus piernas gire mi cuerpo un poco y lo rodee con mis brazos alrededor de su cuello, nos miramos y sonreímos juntos.
Papa: Jaja, que pesada estas ya mi niña, ya no eres esa pequeñita que podía cargar con facilidad.
Yo: Jeje, papi, el tiempo no pasa en vano, ahora soy una mujer, pero aun llevo esa niña dentro.
Papa: Y valla que eres toda una mujer, mírate que hermosa estas, que orgullo tener una hija tan hermosa, no entiendo porque no has buscado un hombre con quien compartir tu vida, Juan ya está grande y el comprendería que tu tuvieras una pareja, además siendo tan hermosa no te han e faltar pretendientes.
Yo: Ay papi, que lindo que pienses eso de mí y me lo digas, y con respecto a lo de buscar una pareja, pues no me hace falta, bueno, me refiero a que no necesito tener una pareja estable, pero tú sabes que una mujer tiene ciertas necesidades, y pues el hecho de que no tenga una pareja estable no quiere decir que no satisfaga mis necesidades de mujer de vez en cuando con algún hombre.
Aquel comentario, con cierta carga de lujuria hizo a mi padre palpitar, lo note porque sentí como se le erizo la piel. Mi padre reacciono con cierto asombro por el hecho que no tuviera pudor al decirle aquello, es decir no es normal que una hija de hable así a su padre. Sin embargo mi padre lo recibió con agrado y me siguió la corriente.
Papa: Jaja, Helen que cosas dices
Yo: Papi, es natural, además ya somos personas maduras y eres mi padre no veo nada de malo en que te lo diga.
Papa: Tienes razón princesa. Entonces andas de traviesa con algún hombre eh?
Yo: No solo con uno
Papa: Princesa, eres una traviesa
Yo: Jaja, un poquito…
Era evidente que la situación comenzaba a ponerse cachonda, y no dude en continuar, y dar un paso más.
Yo: Papi, y si jugamos al caballito como cuando era tu pequeña niña
Papa: Ya estás muy grande para eso princesa.
Yo: Anda, seria lindo, si?
Papa: Ay mi amor, como negártelo, pues anda entonces juguemos.
Pero esta vez el juego sería mucho más rico. Sonreí y me levante de las piernas de mi papi, ya saben que cundo se es niño y se juega a eso con un adulto por lo general se hace sentado de lado. Entonces al levantarme mi papi se quedó viéndome, y se sorprendió al ver lo que hice, me monte en el pero con las piernas abiertas a los lados de su cuerpo, el quedo en medio de mis piernas, y yo mirándolo de frente, volví a poner mis brazos alrededor de su cuello.
Papa: Que haces Helen?
Yo: Papi, esta es la verdadera posición para montar un caballo
Papa: Pues si, pero…
Yo: Shhhh!! No digas nada y juguemos
Mi papi, se quedó sonriendo y mirándome pícaramente, yo le sonreí y sin pensarlo más comencé a cabalgarlo como si fuese en verdad un caballo, comencé a mover mi cuerpo como saltando sobre él, lentamente el me tomo de la cadera y no paraba de sonreírme, solo nos mirábamos sin decir una sola palabra, y no paso mucho tiempo para que comenzara a sentir que su cuerpo reaccionaba a ese movimiento que hacía, su verga comenzaba a ponerse dura. El parecía quererse resistir, parecía que le apenaba empezar a tener una erección, pero era algo inevitable, cuando sentí que estaba ya bien dura no pude más y explote, el deseo y la lujuria me invadieron ya no había marcha atrás y no había duda que allí pasaría algo.
Yo: Mmmm papi, es mi imaginación o algo se puso duro?
Mi papi se sonrojo un poco, y sonrio
Papa: De que hablas Helen?
Yo: No seas tonto papi, sabes perfectamente de lo que hablo, se te paro!
Papa: Helen, no digas eso
Yo: Papi, no hay de que avergonzarse, se te paro, lo puedo sentir.
Papa: Pues mira cómo te sentaste sobre mí, y como te mueves, no puedo evitar que esto me provoque algo.
Yo: Y te gusta que me haya sentado así y me mueva así?
Papa: No es correcto, pero no puedo negarlo
Yo: mmm papi que lindo que te yo te provoque algo así, y debo decirte que lo que estoy sintiendo me gusta
Papa: jaja, princesa, es que te has puesto muy hermosa
Yo: Te gusta mi cuerpo papi?
Papa: Helen, eres mi hija, pero como te dije antes, te has puesto muy hermosa, eres una mujer muy bella y con un cuerpazo
Yo: Acaríciame papi, quiero sentir tus manitas por mi cuerpo
Mi papi no daba crédito a lo que sucedía, pero sin pensarlo más se rindió al deseo y la lujuria que ya sentía por mí y que yo me había encargado de encender en ese momento. Inmediatamente sus manos se fueron a mi culo, y comenzó a apretar mis nalgas sobre mi short, sin decir palabras solo me sonreía y poco a poco fue subiéndolas hasta comenzar a frotar mi pechos, eso me enloquecía, solo las caricias de otro hombre me enloquecían de la misma forma, las de mi hijo, que había recorrido cada rincón de mi cuerpo tantas veces, ahora era mi padre quien me manoseaba con la misma lujuria y deseo, mi chocha estaba chorreando, ya no podía más. Después de un rato sus manos regresaron a mi culo, y apretándolo con más fuerza comenzó a hacerme brincar sobre el con más pasión, en cada sentada que le daba sentía su rica verga durísima. Y así de repente la situación exploto en lujuria, deseo y depravación.
Yo: Ay si papi, asi, toma mi culo, te gusta?
Papa: Me encanta princesa, que culaso más rico tienes, que nalgas por dios,
Yo: Si papi… Te quiero mucho papi, tu eres mi rey y yo tu princesa
Y en ese momento me lance a besarlo como loca, mi padre ya rendido al deseo no dudo en corresponderme el beso, y nos fundimos en pasión y lujuria. Comencé a moverme sobre el como una loca, frotaba mi chocha sobre su verga dura mientras sentía sus manos por todo mi ser.
Papa: Helen, esto no está bien, eres mi hija
Yo: Si está bien papi, soy tu hija pero también soy una mujer, y yo sé que me deseas, y yo te deseo a ti, veamos esto como una forma de demostrarnos nuestro amor de padre e hija, no te resistas papi, sé que me deseas…
Mis palabras lo convencieron de inmediato
Papa: Oh si Helen, si te deseo, me encantas, eres mi princesa, pero ya no eres más una niña, eres toda una mujer.
Yo: Bésame, tócame
Y asi comenzó aquello, los besos eran salvajes mi cuerpo se movía como loco.
Yo: Que rica se siente tu verga papi, está bien parada
Papa: tú la has puesto así mi amor
Después, sin decir nada mi padre me quieto la blusa quedando desnuda de la cintura hacia arriba y se abalanzo a devorar mis tetas, su lengua lamia mis pezones duros mientras yo lo tomaba de la cabeza presionándolo contra ellas, gimiendo como perra. Yo también le quiete la playera y comencé a acariciar su pecho que aún se mantenía en buena forma.
Yo: así papi, que rico, te gustan mis tetas?
Papa: son hermosas princesa
Pasados unos minutos no pude más, y me deslice de las piernas de mi padre, hincándome frente a el mientras lo miraba con lujuria sonriéndole, comencé a besarle la verga sobre la pijama ante su mirada atónita, con un rápido movimiento le baje el pantalón junto con el bóxer y su rica y enorme verga bien dura salto de inmediato ante mí, sin pensarlo más me lance a devorarla, el llevo sus manos a mi cabeza y me hacía tragarla toda, yo no paraba de gemir como perra en celo, sin poder creer que estaba chupando la verga de mi propio padre, pero si ya lo había hecho por tantos años con la de mi hijo, porque no hacerlo ahora con la de mi padre.
Papa: Oh dios mio Helen! Princesa no puede ser posible, mi hija chupándomela
Yo: Si papi, tu princesa te está comiendo la verga y esta deliciosa
Papa: Dios jamás había sentido este placer, así mi niña trágatela toda
Y ya saben cómo me gusta disfrutar de una buena verga, me la tragaba toda hasta asfixiarme, bañándola de saliva, escupiéndola y besándola. Mi padre gemía del placer que la perra sucia de su hija le daba con su boca. Después de unos minutos, mi padre que ya estaba más que inmerso en esa lujuria se puso de pie y me levanto, comenzó a besarme y a bajarme el short junto con mi tanguita que ya estaba súper mojada de mi néctar, al llegar a mis rodillas las prendas se deslizaron hasta el suelo, yo levante los pies para quitármelas por completo, mi padre comenzó a disfrutar de mi culo y dedeaba mi chocha, únicamente repitiendo lo mucho que le gustaba mi cuerpo. Mis gemidos eran ensordecedores.
Después, con fuerza mi padre me lanzo al sillón, yo quede recostada, y abrí las piernas, él se arrodillo y comenzó a devorarme la chocha mientras no paraba de jalarse su verga. Yo me apretaba las tetas y ponía los ojos en blanco del placer que me daba mi padre con su lengua y sus dedos.
Papa: Dios mío, que estoy haciendo, que cosa más rica tienes Helen
Yo: No pares papi, cómetela toda ahhhhhhhhhhhhh
Después de devorar mi sexo mi padre se sentó en el sillón
Papa: Ven acá princesa, cabálgame otra vez
Inmediatamente regrese a las piernas de mi padre, pero esta vez tome su verga con mis manos y la acomode en mi vulva, y comencé a deslizarme hacia abajo mientras gritaba del placer hasta tener toda la carne de mi padre dentro de mí, y comencé a cabalgarlo con fuerza mientras él me tomaba del culo e introducía un dedo en mi ano. Mis pechos brincaban y rebotaban el los lamia con lujuria.
Yo: Tu verga papi, que rica esta, métemela toda
Papa: Helen, esto es tan malo, me estoy cogiendo a mi hija
Yo: Es amor papi, nos estamos demostrando nuestro amor con una rica cogida, te amo papi, cógeme
Papa: Te amo princesa, me encantas, muévete
Pasados unos minutos, me levante y me arrodille para chupar la carne de mi padre que estaba bañada de mi néctar. Después me pase a otro sillón y me puse como perra.
Yo: Ven aca papi
Mi padre se levantó del sillón donde estaba y fue hacia mí, sabía lo que quería, se inclinó y comenzó a comerle el culo, con gran maestría su lengua lamia mi ano, y finalmente tomándome con fuerza las nalgas comenzó a introducir se gran verga en mi ano, y acogerme con fuerza, mis tetas se mecían al ritmo de cada penetración el sonido que producían sus huevos chocando con mi sexo y la lubricación de mi chocha era delicioso.
Papa: Te gusta por el culo princesa?
Yo: Ajaaa si papi, dale a tu princesa por el culo
Papa: estas bien rica mi amor, que placer cogerme a mi hija, eres toda una puta
Yo: Ay si, siiii estaba esperando que me lo dijeras papi, soy una puta, cógeme cabron…
A partir de ese momento el lenguaje se hizo más rudo. Mi padre me cogía por el ano delicioso. Pasados unos minutos me saco la carne del culo
Papa: ven puta perra, ven por la leche de papa
Yo me levante del sillón y me arrodille frente a el gimiendo con la boca bien abierta frotándome con muchísima fuerza el sexo y finalmente con un gran grito de placer la crema de mi papi salió con un gran chorro que me baño la carita y la boca, se la jalo hasta sacarse la última gota y la comenzó a frotar en mi cara yo saboreaba la cremita de mi papi, los dos gemíamos, me quede arrodillada besándole la verga, cuando se tranquilizó me levante y lo ale al sillón donde quedamos sentados acariciándonos y besándonos.
Pasada la tormenta llego la calma.
Mi padre y yo nos quedamos por un buen rato en el sillón platicando de lo ocurrido, ya se imaginaran la sorpresa que le causo aquello. Aunque sabíamos que eso era algo prohibido ambos estuvimos de acuerdo en que fue una forma muy rica e intensa de demostrarnos el amor padre e hija. Además mi papi ni se imaginaba que yo era la puta de mi hijo hacía varios años, en ese momento y después de lo que había pasado pude habérselo confesado pero decidí mantearlo en secreto por un tiempo. Pasado un rato y pensando el que en cualquier momento mi bebito y mi madre regresarían nos vestimos y seguimos besándonos cariñosamente en la sala hasta su llegada. Y así comencé a ser la puta de mi padre, que emoción y felicidad y placer más grande, ahora tenía una rica y depravada relación incestuosa no solo con mi hijo. Pero ese sería solo el inicio de algo aún más grande y rico…
Y bueno mis bebes hermosos, aquí está su putita y amiga Helen nuevamente. Y antes de cualquier otra cosa debo hacerles una aclaración. Aunque lo que les acabo de contar es algo que desearía que ocurriera con todo mi corazón esto es únicamente producto de mi degenerada y depravada imaginación. Últimamente he fantaseado mucho con la idea de formar una familia incestuosa, con tener incesto con mis padres e hijo, así que decidí plasmar en esta serie de relatos que comienzo aquí esas fantasías que tengo.
Espero los haya calentado y les haya gustado, como siempre les pido sus comentarios que son enriquecedores, espero que estén muy bien y nos vemos en el próximo. Para quienes no me conozcan los invito a darse una vuelta por mi perfil donde encontraran todos mis relatos. Un rico y enorme besito en sus vergas que espero estén bien duras o chorreando cremita en mi honor. Los quiero mucho bebes.
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