HELEN: INCESTO TOTAL (MI DEGENERADA FAMILIA 2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por helenhot.
Mi madre, Aide y mi hijo Juan, caminaban por las calles del centro de la ciudad, ella hacia recuerdos de su juventud y le platicaba anécdotas a mi hijo, su nieto, el las escuchaba con atención, sin embargo no podía evitar darle una ocasional repasadita con la mirada al cuerpo de mi madre, su abuela, quien a pesar de sus 54 años aun lucía una figura envidiable, siempre había sido fanática del ejercicio, inclusive a esas alturas de su vida, por esa razón a diferencia de muchas mujeres maduras ella lucía un cuerpo esbelto, sin pancita, aun se le marcaba bien la cintura que se unía a sus caderas que le daban una figura incomparable, un busto de muy buen tamaño, yo, según dicen muchos, soy un retrato fiel de mi madre, por esa razón para mi hijo era inevitable hacer alguna comparación entre nosotras.
Mientras caminaban por las calles mi hijo ocasionalmente se retrasaba algunos pasos para poder admirar a mi madre por atrás, mirándole con atención su buen culo, su nalgas que aún tenían cierta firmeza y que se miraban majestuosas con el pantalón ajustado que portaba su abuela aquel día, era un pantalón de tela ajustado en color beige, era tan ajustado que para mi hijo resultaba sorprendente que no se notaran las costuras de su ropa íntima, por esa razón mi hijos sospechaba que mi madre debía llevar una tanga puesta.
Con forme pasaba el tiempo para mi hijo Juan cada vez le resultaba más sorprendente el gran parecido físico entre su abuela y yo, y llegaba a imaginar que así luciría yo cuando llegara a esa edad. En cierto momento se detuvieron en una tienda para comprar unas botellas de agua, el calor por el verano era intenso, mientras estaban en el mostrador y mi madre sacaba dinero de su bolso para pagar mi hijo que estaba parado a su lado, giro la cabeza y clavo su mirada en los hermosos y majestuosos pechos de su abuela, llevaba puesta una blusa de botones de una tela fresca y delgada, que transparentaba un poco su brasier, la blusa era en color blanco y tenía desabotonados algunos botones lo que permitía a mi hijo mirar un poco sus pechos, que ya tenían un poco de arrugas, pero que aun así lucían lindos, grandes, redondos, transmitían una sensación de ser unos pechos maduros pero llenos de vida.
En fin, mi madre estaba envejeciendo de una manera increíble, al verla, hasta para un hombre joven como mi hijo era inevitable tener cierto morbo con su cuerpo, y pensar que era una mujer madura de muy buen ver aun. Después de comprar las botellas de agua salieron de la tienda y caminaron un par de calles más hasta llegar a un parque donde decidieron sentarse a descansar un rato, ya llevaban un buen tramo caminado.
Sentados en una banca bajo la fresca sombra de un árbol, mi madre recordó que en su juventud en ese parque solía tener encuentros con sus enamorados, y le comento eso a mí bebito. Para ese momento Juan ya había tenido más de un pensamiento lujurioso con mi madre, y tenía cierta excitación que le provocaba el cuerpo de su abuela y el gran parecido a mí, la puta de su madre. Mientras Juan escuchaba las anécdotas de su abuela con sus enamorados en ese parque comenzó a pensar: “Sera que mi abuela en su juventud habrá sido una puta como mi madre, será que no es casualidad que ella sea así, que no solo es ese magnífico cuerpo lo que heredo de mi abuela”. Mi bebito comenzaba a tener pensamientos cada vez más llenos de lujuria con respecto a mi madre y sentía la necesidad de averiguar si ella podría ser una puta como yo y vio en esa plática una buena oportunidad para ello…
Abuela: Ay Juanito, que recuerdo aquellos de mi juventud…
Juan: Te ves muy contenta al recordar eso Abuelita, pones una sonrisa pícara, sobre todo desde que llegamos a este parque y comenzaste a recordar tus citas con tus enamorados aquí, deben ser muy buenos recuerdos lo que tienes aquí…
El tono de voz y la mirada picara de mi hijo al decirle eso a mi madre, provocaron una sonrisa, entre nerviosa y picara en su abuela, era más que evidente que ella comprendió el mensaje oculto en el comentario de mi hijo, y por alguna razón no le incomodo ni la molesto, más bien tuvo una sensación de agrado, sin saberlo ese comentario de mi hijo había disparado en mi madre un sentimiento que jamás había experimentado y que fue creciendo con forme esa platica siguió y fue subiendo de tono…
Abuela: Juan, que cosas dices, jaja, pero claro que son muy buenos recuerdos…
Juan: Si? De seguro aquí pasaste muy buenos ratos con tus enamorados
Abuela: Jaja, pues si, muy buenos ratos Juan, a tu edad ya debes saber muy bien que los parques son un lugar muy romántico para las parejas de enamorados, o tu nunca has pasado ratos lindos con alguna chica en uno?
Juan: Claro que si abuelita, he pasado muy buenos ratos sobre todo cuando no hay mucha gente o ya es algo tarde y esta oscuro, tú me entiendes no? Se pude tener un buen rato de pasión en un parque
Abuela: Jaja, ay Juan…
Juan: No me has respondido abuelita, o que tu solo venias a platicar inocentemente con tus enamorados a este parque? No lo creo…
Abuela: Jaja, no creo que sea correcto que me digas eso Juan jaja, pero a estas alturas de mi vida puedo decir que he vivido muy feliz y plena, y aunque no te responda, tú mismo lo has dicho, se pueden tener ratos de pasión en los parques sobre todo en momentos como los que dices…
Mi bebito, sintió de inmediato que no le había molestado eso que le dijo a su abuela, pero que necesitaba romper más el hielo, el instinto de Juan le decía que debía seguir aquella conversación, después de la experiencia que tenía con migo, sabía que algo había de especial en mi madre.
Juan: Si abuelita, un parque es un buen lugar para hacer travesuras, por ejemplo fue en un parque donde hice una travesura con una novia que tuve hace unos años…
Abuela: A si? Y que travesura fue esa Juanito?
Juan: Estaba en segundo de secundaria y un día nos salimos de clases ella y yo, andábamos caminando hasta que llegamos a un parque, había muy pocas personas, unas cuentas señoras ejercitándose por allí, pero en general había muy poca gente, nos fuimos a sentar bajo un árbol y tú sabes, comenzamos a darnos besos y caricias y poco a poco fuimos subiendo de tono, después de un rato, estábamos sentados frente a frente como en posición de flor de loto, y lentamente empecé a meter mi mano debajo de la falda del uniforme de la escuela y ella lo permitió, seguí hasta que llegue a su sexo y pues ya te imaginaras, comencé a manosearla y a ella le gusto, me besaba más fuerte y se mojó rápido…
Mi madre escuchaba atenta la anécdota de Juan, lo que escuchaba la comenzaba a poner excitada, no podía creer que su nieto le estuviera contando algo así de cachondo y no le molestaba en lo absoluto, por el contrario disfrutaba escuchando. Y mi bebito se dio cuenta que lo que le contaba a su abuela le estaba gustando.
Juan: Le frotaba el sexo con la mano en movimientos circulares y ella solo gemía y me besaba más rápido, después de un rato respiro fuerte y me di cuenta que le había provocado un orgasmo, se quedó respirando profundo, besándome hasta que después de un rato abrió los ojos y me dijo que le había gustado mucho lo que hice.
Abuela: Jeje, Juanito, hijo, pero que cosas, que atrevido fuiste con esa chica. Y que paso después? Eso fue todo?
Juan: Jaja, Abuelita, parece que te ha interesado mi historia!
Abuela: Jaja, es raro, una abuela escuchando esta clase de historias de su nieto, jamás lo habría imaginado, pero creo que es bueno que me tengas esta clase de confianza, y debo decir que es interesante lo que me cuentas
Juan: Me gusta también que se haya dado la confianza para que te cuente esto, y no, eso no fue todo, te voy a contar que paso después
Abuela: Adelante
Juan: Obviamente pues yo también me había excitado mucho y la tenía bien dura, mientras yo las estuve manoseando en su sexo ella tuvo sus manos todo el tiempo alrededor de mi cuello, cuando se tranquilizó del orgasmo que tuvo siguió besándome y bajo una de sus manos y comenzó a tocármela sobre el pantalón, se sentía rico, y después de un rato me dijo que me recostara y yo lo hice, ella se recostó junto a mí pero quedo con la mitad de su cuerpo levantado sosteniéndose con su mano, volteo para todos lados y como vio que no había nadie cerca metió su mano dentro de mi pantalón y comenzó a jalármela, me puso bien caliente, ella me miraba sonriendo y se mordía los labios, y seguía volteando para que no fuera a vernos nadie, yo solo cerré los ojos y disfrute, hasta que me saco la leche, se sintió bien rico, siguió acariciándomela hasta que se me tranquilizó y cuando saco su mano tenia semen embarrado y si lo comió, a mí me sorprendió que hiciera eso, pero me gustó mucho y bueno nos quedamos un rato más en el parque, hasta que nos fuimos a seguir vagando hasta la hora de irnos a nuestras casas.
Abuela: Jaja pero que par de niños traviesos, que juventud de la de ahora
Juan: Jaja, apoco tu no hacías eso abuelita? No me digas que no hacías travesuras tú también
Mi madre se sonrojo y sonrió pícaramente, aquella platica que no se la esperaba la había comenzado a excitar, no daba crédito al hecho de estar platicando ese tipo de cosas con su propio nieto, sin embargo y como les dije antes, se había disparado una sensación en ella que no había experimentado antes, una rica lujuria la comenzaba a invadir y eso la desinhibió.
Abuela: Juan, hijo, esas cosas son algo íntimo
Juan: Abuelita, por tu sonrisa me imagino que si hiciste travesuritas, anda cuéntame una, yo te acabo de contar una, es justo que ahora tú me cuentes una.
Abuela: Pues sería justo como dices, pero no creo que sea correcto que te cuente algo así, eres mi nieto que clase de abuela seria si te anduviera contando de mis travesuras de juventud
Juan: Pues una abuela increíble, no tiene nada de malo, anda hay que tener más confianza
Abuela: Pues, está bien, pero debes prometer que me guardaras el secreto…
Juan: Lo prometo!
Abuela: Bueno, pues no puedo creer que vaya a hacer esto, pero aquí voy.
Tenía 19 años y por ese tiempo tenía un novio, de hecho fue el novio que tuve antes de conocer a tu abuelo, habíamos salido al cine una tarde y después de la película nos subimos a su coche y fuimos a un parque, había comenzado a llover muy fuerte y por eso no nos bajamos del coche, solo se estaciono y nos quedamos allí, y bueno nos pusimos cariñosos, tu sabes, besos caricias, ya antes me había comenzado a manosear por todos lados y a mí me encantaba, tenía unas manos fuertes y sabía bien cómo usarlas en mi cuerpo, yo también ya antes le había tocado, pues tu sabes dónde, allí donde te toco a ti la chica esa.
Juan: Eso tiene nombre abuelita, que no te de vergüenza decirlo, las cosas como son jaja
Abuela: Jaja, bueno, bueno ya le había tocado la verga, pero solo sobre su pantalón. Bueno estábamos bien entrados en lo nuestro y con la lluvia intensa afuera los vidrios del auto se empañaron, ya estaba oscuro y pues no había gente por allí, cada minuto que pasaba me ponía más cachonda con sus caricias, y manosearle la verga me tenía loquita, hasta que llegó un momento que no resistí mas y aprovechando el momento metí mi mano dentro de su pantalón, y fue muy rico sentírsela, se la empecé a jalar y él le agrado muchísimo. Eso me enloqueció, era la primera vez que tenía una verga así en mis manos.
Pasados unos minutos él ya estaba súper caliente y sin decirme nada se empezó a bajar el cierre del pantalón y se lo desabrocho y se la saco, a mí me sorprendió pero estaba igual de caliente que me gusto verla, también era la primera vez que veía una, así, y se la empecé a jalar con más fuerza y con más libertad, nos besábamos como locos sus manos recorrían todo mi cuerpo. Después de un rato el me tomo de la cabeza con una de sus manos y me comenzó a llevar hacia su verga, con forme me iba acercando a ella no podía creer eso.
Cuando mi cara estaba ya junto a su verga, el simplemente me dijo “chupamela”, y yo le dije, “pero nunca lo he hecho, no sé cómo hacerlo”, el solo me dijo que hiciera lo que pudiera, y pues ya completamente cachonda me deje llevar, y primero se la empecé a besar y después empecé a sacar mi lengua para lamerla, poco a poco la empecé a meter en mi boca y sin darme cuenta después de unos minutos ya se la estaba chupando y el gemía muy rico y me hacía que me la metiera cada vez más profundo en mi boca, seguí así hasta que lo hice venirse y eyaculo entro de mi boca, la sensación de su semen saliéndose de su verga y su sabor fue rara para mí pero termino por encantarme, cuando se le puso tranquila me levante y lo bese y él me dijo que había estado increíble, y bueno después de un rato ya me llevo a mi casa, y yo estaba fascinada porque había hecho mi primer oral, con el paso del tiempo nuestra relación se hizo más intensa y fue el quien me quieto la virginidad.
Mi bebito, tenía su verga súper dura y una increíble lujuria que solo había experimentado con migo antes lo invadía. Ahora estaba seguro que no era solo el cuerpo lo que había heredado de mi madre, mi nene sabía ya que ella era una putona como yo.
Juan: Increíble abuelita. Wow, ya ves como en tus tiempos la juventud también era descarriada y traviesa, estoy sorprendido, tan seria que te ves y mira que traviesa eras.
Abuela: Jaja mi niño, me sonrojo, no creo que estuviera bien que te lo haya contado, pero ya te lo dije y ese será nuestro secreto
Juan: Claro abuelita, y no tiene nada de malo que me lo hayas contado, así habrá más confianza entre nosotros, y me gustaría que me contaras como perdiste la virginidad.
Abuela: Juan, mi niño, no sé porque pero me siento emocionada de haber tenido esta platica contigo, y puede ser que me anime a contarte eso, pero en otra ocasión, creo que ya debemos irnos a la casa…
Así que fue cuando regresaron a la casa y a al llegar ni se imaginaban lo que había ocurrido en su ausencia entre mi papi y yo. Y yo ni me imaginaba que ellos hubieran tenido esa plática. Bueno, esa misma tarde ya después de comer las cosas marchaban con normalidad. Mi bebito se fue a su cuarto estaba tan caliente por lo que le había contado mi mami que no resistió y comenzó a jalársela, abajo en la sala estábamos mis padre y yo platicando, recordando anécdotas, las miradas entre mi papi y yo eran muy lujuriosas pero mi madre parecía no notarlo. Después de un rato mi madre dijo que subiría a descansar un rato, y se fue de la sala, mi padre y yo nos quedamos allí mirándonos con deseo ansiosos por repetir la dosis de sexo incestuoso que habíamos tenido por la mañana, yo me acerque a mi padre y comenzamos a platicar, ambos sentíamos ganas de hacerlo…
Cuando mi madre llego a la parte de arriba de la casa, al pasar por el cuarto de Juan, sintió unas tremendas ganas de verlo de nuevo, en ella ya se había enciendo la llama de la lujuria también, la plática que tuvieron la hizo comenzar a tener un cierto deseo por mi hijo, pos su nieto, cosa que la ponía loquita, pero al mismo tiempo la confundía. Así que se detuvo afuera del cuarto de mi bebito y toco la puerta: “Juan, hijo, puedo pasar”. Mi bebe al escuchar la voz de su abuela inmediatamente se guardó la verga que tenía de fuera de su pantalón, que era un pants deportivo. “Si abuela, pasa”. Mi madre entro y cerró la puerta de nuevo, se acercó a su cama y se sentó en la orilla, mi hijo estaba recostado y por el pantalón que tenía puesto se alcanzaba a ver su tremenda erección. Juan se levantó ligeramente de la cama quedando sentado en ella.
Abuela: Que haces Juan?
Juan: Pues nada en realidad, estaba pensando en lo que platicamos en la mañana, fue una buena charla
Abuela: Jaja, yo también estaba pensando en eso, me gusto platicar de eso contigo
Juan: Sabes abuela, debo decirte que estaba tratando de imaginar la escena de lo que me contaste en la mañana, debió ser algo muy rico para aquel hombre que se la chuparas, la situación, todo jaja, que afortunado fue el.
Abuela: Jaja, mi amor, que cosas dices, pero yo también trataba de imaginarte cuando me contaste tu travesura en el parque.
Juan: Abuela cuéntame cómo fue tu primera experiencia sexual, como perdiste la virginidad.
Mi madre que estaba cachonda y empezaba a llenarse de lujuria, depravación y deseo por mi bebito no dudo en aceptar.
Abuela: Esta bien Juan…
Y comenzó a contarle con lujo de detalles, mi bebito escuchaba atento y lleno de lujuria, ambos no podían creer que estuvieran teniendo esa conversación, y mi madre estaba súper mojada mientras le contaba eso a su nieto.
Al mismo tiempo que eso ocurrían en el cuarto de Juan, mi padre y yo no resistimos más y habíamos comenzado a besarnos como locos en la sala, el riesgo de ser descubiertos por mi madre o Juan era muy excitante, pero no sospechábamos que ellos estaban entretenidos arriba. Las coas se pusieron muy calientes.
Yo: Papi me encanta sentir tu verga dura, que rica, muero de ganar por volverla chupar y sentirla dentro de mí por mis dos hoyos
Papa: Helen, princesa, yo quiero que me la chupes otra vez, eres increíble, y por supuesto que deseo metértela, cogerte y hacerte gemir como la perra que eres…
Yo: Déjame chupártela papi, necesito tu cremita…
Papa: es muy arriesgado mi amor…
Yo: Solo una chupada papi, si…
Al decir eso comencé a sacar la verga de mi papi de su pantalón y el termino por dejarse llevar por la lujuria, me incline y comencé a devorarle la verga, tratábamos de no gemir muy fuerte, la emoción del momento era aún más excitante. Mientras yo hacía eso con mi padre, en el cuarto de Juan las cosas estaban por ponerse muy calientes también…
Al tiempo que yo estaba chupándole la verga a mi padre abajo, mi madre terminaba de contarle a Juan la anécdota de su primera vez, cosa que puso a mi nene bien caliente y mi madre estaba chorreando su néctar, no podía creer hasta donde había llegado con Juan, y no se imaginaba hasta donde más llegaría.
Abuela: Y así fue como perdí la virginidad mi amor…
Juan: Increible abuela, que cosa mas cachonda me acabas de contar, no cabe duda que eras toda una traviesa.
Abuela: Jaja me siento un poco apenada, sigo sintiendo que no deberíamos hablar de esto
Juan: Y a no digas eso abuelita, esto está perfecto
Abuela: jaja, soy una abuela mala jaja
Juan: Nada de eso, al contrario eres una abuela muy buena y estas muy…
Abuela: Que Juan, estoy muy que?
Juan: La verdad abuela, es que mientras me contabas no dejaba de imaginarte, y pues pensaba que ese hombre que te quito la virginidad fue muy afortunado, al igual que mi abuelo, por tener una mujer tan hermosa, y si aún te mantienes increíble en tu juventud debiste ser una diosa
Aquellas palabras llenaron de depravación y lujuria a mi madre, ese sentimiento que había empezado a tener por la mañana que la excitaba y al mismo tiempo la confundía crecía, se sintió muy alagada por los halagos de su nieto. La excitación del momento la hizo desinhibirse.
Abuela: Que lindo mi amor, me alaga que pienses eso, pero ya soy una mujer madura, ya ha pasado mucho tiempo de mi juventud, y no es por ser vanidosa pero mira que si paraba el trafico el mis buenos tiempos.
Juan: Pero tú eres como los buenos vinos abuelita, entre más madura más rica jaja, y si, no dudo que en tu juventud pararas el tráfico, si ahora mira que cuerpazo tienes, debo confesarte que con lo que me acabas de contar y admirando tu belleza yo tengo algo bien parado ahorita jaja.
Eso puso a mi madre a mil, no podía creer que su propio nieto le dijera esas palabras pero la enloquecía, a tal grado que su sexo se sentía explotar, y comenzó a perder el control y un profundo e increíble deseo acompañado de una depravada lujuria la tomaron por sorpresa.
Abuela: Mi amor pero que cosas dices
Juan: Es la verdad abuela…
Abuela: Tanto así te ha provocado mi historia que te has puesto duro?
Juan: Tu historia y tu belleza
Mi madre siendo una puta zorra como yo, e invadida por la lujuria perdió el control. Miro al miembro de mi hijo y pudo notar que lo que le dijo era cierto, debajo de su pantalón se alcanzaba a apreciar un increíble bulto de carne bien duro.
Abuela: Veo que no mientas mi amor, se te ve bien parada
Juan, que ya tenía toda la experiencia del mundo con migo no dudo en intentar llevar las cosas más lejos, para él estaba claro que su abuela había comenzado a sentir la misma lujuria y excitación. Se volvió a recostar en la cama, y con su cuerpo extendido fue aún más evidente su tremenda erección, sin pensarlo más se llevó una mano al paquete y se lo comenzó a frotar ante la mirada atónita de mi madre.
Juan: Mira abuelita, como se me ha puesto de dura…
Mi madre la comenzó a mirar con tremendo deseo y lujuria y fue entonces que se rindió al deseo prohibido.
Abuela: Oh por dios Juan, que grande se ve, ahora veo que ya eres todo un hombrecito, como has crecido mi amor.
Juan la miraba sonriendo, sabía que algo muy bueno pasaría. Y así fue, la puta de su abuela, mi madre comenzó todo. Sin decir una sola palabra mi madre que estaba sentada en la orilla de la cama junto al cuerpo de mi bebito acostado, simplemente llevo su mano al paquete de mi hijo y comenzó a acariciarla, Juan no lo podía creer, que fácil le había resultado aquello, inmediatamente comprendió que su abuela era una puta cerda como su madre. Mi bebito comenzó a disfrutar las caricias de su abuela en su paquete mientras se miraban sonriendo sin decir nada hasta pasados unos minutos.
Juan: Abuela, que travisa
Abuela: Jaja, Dios mio que estoy haciendo, te estoy tocando la verga Juan, siento que no puedo parar, pero esto no es correcto.
Juan: Sigue abuela, tu mano se siente tan bien, yo sé que es raro, pero no pares por favor.
Abuela: No, no puedo seguir Juan.
Mi niño sintió que a pesar de la lujuria de su abuela estaba por detenerse, la culpa la atormentaba en ese momento por estar tocando la verga de su propio nieto, así que actuó rápidamente para evitar que ella se detuviera, sin pensarlo más con un movimiento rápido se bajó el pantalón hasta las rodillas y su grande y gruesa verga bien parada salto a la vista de mi madre quien la admiro en todo su esplendor.
Juan: Mira como me has puesto abuela
Abuela: Por dios Juan, que grande esta, súbete el pantalón esto ya es mucho
Juan tomo la mano de mi madre y la puso sobre su verga, al tener en su mano esa carne tan rica ella no pudo más, sentía que su sexo expulsaba chorros de néctar que bañaban su ropa íntima y el deseo la consumió. Comenzó a jalarla suavemente mientras la devoraba con la mirada, tenía unas increíbles ganas de comérsela pero se contuvo y solo siguió con la mano, comenzó a mirar a los ojos a mi bebito quién la miraba con lujuria sonriéndole.
Abuela: Creo que sería injusto dejarte así de caliente, después de todo yo he sido la culpable de que te pusieras así mi amor.
Juan: Exacto abuelita, creo que debes hacer algo al respecto.
Abuela: Voy a hacerte lo que te hizo esa chica en el parque…
Juan, deseaba cogerse a la puta zorra de mi madre en ese momento, pero por obvias razones eso sería difícil, pero sabía que eso ya era un gran avance, y no quería presionarla más, sabía que en cualquier momento se presentaría la oportunidad, a estas alturas ya era más que obvio para mi bebito que su abuela era una puta degenerada como yo y que habían iniciado algo rico. Así que simplemente dejo a la golfa de mi madre masturbarlo bien rico, sintiendo su mano experimentada jalándole la carne.
Juan: Oh dios, que rico, si abuela jálala sigue sácame la leche.
Mi madre comenzó con la mano que tenía libre a tocarse su sexo sobre su pantalón y se dio cuenta que estaba tan mojada que su néctar ya había llegado al pantalón, parecía como si se hubiera orinado.
Abuela: Que grande verga tienes mi amor, gruesa y hermosa, que placer tan rico le has de dar a las chicas que te coges. Oh por dios no puedo creer que este masturbando a mi propio nieto, que rico siento…
Juan: Sigue abuela sigue, lo haces increíble.
Mientras tanto yo seguía devorándome la carne de mi papi, en la sala hasta que le saque la cremita y me la trague, sin imaginarnos lo que sucedía en el cuarto de Juan arriba. Después de eso le guarde la verga mi papi y nos quedamos cariñosos por un rato más. Casi al mismo tiempo, mi degenerada y puta madre, termino por hacer venirse a mi bebito y presencio como su leche exploto de su verga saliendo con fuerza, mojándole la mano, cayendo sobre el pecho de mi hijo y alrededor de su verga.
Abuela: OH por dios Juan, cuanta leche!
Juan: Ay siii delicioso, que rico
Juan gemía lentamente, mi madre no dudo en llevarse la mano a su boca para saborear por primera vez la cremita tan dulce y rica de mi bebito, gemía lentamente y le agrado tanto que comenzó a recoger con su mano toda la que había derramos y tragársela, mientras mi bebito la miraba extasiado. A partir de ese momento el deseo, la depravación y la lujuria tomaron el control de mí la golfa de mi mami, y ese sentimiento de culpabilidad desapareció, ahora ansiaba llegar aún más lejos con su nieto, mi bebito, pero por las circunstancias del momento eso no era posible allí. Sin decir nada mi madre siguió acariciando la verga de mi bebito hasta que se tranquilizó, se levantó de la cama e inclinándose le dio un besito en la frente mientras le susurraba despacio y cachondo.
Abuela: Que rica leche tienes mi amor, ahora ya no te voy a dejar excitado sin hacer nada, ahora me voy a descansar, te quiero mucho!
Juan: Gracias abuela, eres increíble, la mejor abuela del mundo…
Mi bebito admiro el culo de mi madre mientras salía del cuarto lleno de lujuria y completamente emocionado por lo ocurrido y por lo que sabría que vendría. Mi madre se fue a su cuarto e inmediatamente se metió a la ducha, al quitarse su ripa intima le sorprendió como la había dejado de mojada, mientras se duchaba comenzó a dedearse hasta darse un rico orgasmo que la dejo complacida, y al salir de metió a la cama quedando dormida rápidamente.
Ya por la noche, fui a hacerle una visita a mi bebito, desde que entre a su cuarto y me metí a la cama con el sentí que algo raro tenia, pero no era algo malo. No le di mucha importancia y tuvimos un rico sexo madre-hijo, claro que no a pleno. Ambos teníamos algo que contarnos pero no lo hicimos en ese momento. Al día siguiente las cosas siguieron progresando entre todos…
Mis bebes hermosos y cachondos, ¿Qué les pareció la continuación de esta serie de relatos?
Espero les esté gustando, recuerden que esto es producto de mis fantasías, algo que quiero compartir con ustedes de mi mente retorcida jaja, aunque me encantaría que fuera realidad. En mi vida real las cosas con mi bebito marchan excelentes, hemos tenido experiencias muy ricas y depravadas, que le compartiré después, por ahora espero que les guste esta serie y la sigan disfrutando. Así que mis bebes me despido por ahora, mandándoles muchas chupas en sus vergas y chochitas si alguna mujercita me lee. Nos vemos y coméntenme porfis.
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