HELEN: perdóneme padre, porque he pecado… 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por helenhot.
Así que aquí vamos bebes.
Bueno, aquel día del primer juego de la mujer pecadora que terminaba siendo cogida por el sacerdote durante la confesión nos la pasamos increíble mi bebe y yo, y nos encantó la depravación de aquel juego, como ya lo saben mi bebe y yo planteamos una situación y de allí durante el juego vamos dejando las coas fluir conforme nuestra imaginación nos los dicta.
Los dos quedamos con ganas de más la temática nos encantó, ha sido una de todos esos jueguitos que hacemos de las que más hemos disfrutado.
Ese mismo día del primer juego ya por la tarde estando empiernaditos en la sala muy cachonditos y románticos platicábamos de nuestra diversión de aquel día, y de allí comenzaron a surgir algunas otras ideas basadas en la misma temática.
Y bueno de una idea íbamos a otra hasta que finalmente nos pusimos de acuerdo para nuestro siguiente jueguito.
Acordamos la idea y el contexto ese mismo día, los personajes y ya solo necesitábamos ultimar unos detalles, el nuevo vestuario.
Bien, la siguiente semana transcurrió con normalidad, ya saben mi bebe y yo llevamos una vida “normal” fuera de nuestra incestuosa y depravada relación hacemos nuestras actividades cotidianas y claro ya estando en la intimidad de nuestro nidito de amor nos amamos sin control.
Habíamos acordado que le nuevo juego lo realizaríamos el siguiente fin de semana, así que mientras el día llegaba yo me di a la tarea de conseguir el nuevo vestuario, acudí nuevamente a la tienda de artículos religiosos pero no la verdad el atuendo que quería no me convenció, yo quería algo fuera de lo común, buscaba un “hábito de monja”, ya se imaginara por donde iba nuestro nuevo travieso jueguito.
Ya se imaginaran como eran esos trajes que tenían en la tienda de artículos religiosos, yo tenía en mente algo más atrevido por si decirlo.
Tuve la idea entonces de buscar en una tienda de disfraces, pensé que talvez podría haber algo allí, y si no lo encontraba pues tendría que comprar uno de los que ya había visto.
Y para mi buena fortuna bebes resulta que en la tienda de disfraces su tenían algunos trajes o más bien disfraces de monja justo como yo los quería.
Compre un “hábito de monja” en color negro, era más bien una especie de vestido negro que llegaba hasta un poco debajo de las rodillas, no tan amplió, más bien entallado con un tocado blanco para la cabeza que iba cubierta por supuesto, me encanto ese traje, ya que era más bien para día de brujas, de hecho lo acompañaba una máscara que simulaba el rostro de una monja anciana y terrorífica.
Así que no lo dude más y lo compre.
Ya tenía en mente como quería verme para ese día, como les comente quería algo fuera de lo común, y el “hábito” ya lo tenía, ahora solo faltaban los toques finales, regrese a la tienda religiosa y compre un gran crucifijo plateado con su cadena, de aproximadamente unos 15 centímetros.
Y bueno, lo demás ya lo tenía en casa.
Finalmente llego el día de jugar con mi bebe.
Los dos estábamos ansiosos, como ya se los dije, teníamos ya todo planeado, era un sábado por la mañana y después de desayunar y cachondear un rato en la cocina los dos estábamos listos para llevar a cabo nuestro depravado juego.
Subimos a nuestras habitaciones para alistarnos.
Mi bebe simplemente se puso algo formal, un pantalón beige, zapatos cafés y una camisa de manga larga blanca, se miraba muy galán como siempre.
Yo procedí a ponerme el vestuario de monja, por debajo me puse una panty no tan sexy, digo, para apegarme un poco más al personaje, era un bikini blanco de algodón pantimedias en color negro opacas, un brasier blanco sin ningún chiste, simplemente para sostenerme las tetas jaja, unas zapatillas negras y solo me delinee los ojos, sin nada mas de maquillaje y finalmente el toque final, la cadena con el crucifijo.
Al verme al espejo me encanto como me veía, justo como me lo había imaginado, era una monja que sin llegar a ser extremadamente provocativa, si lo suficientemente sexy para crearle morbo a mi nene y no verme como toda una monja real sin chiste y horrible jaja.
Bueno, en esta ocasión el escenario seria la sala de la casa y como la vez anterior mí bebe ya estaba listo esperando por mi sentado en un sillón de la sala, así que al salir de mi cuarto y comenzar a bajar las escaleras, le dije.
Yo: Bebe ya estoy lista cierra tus ojitos.
Juan: Ok mami!
Cuando termine de bajar las escaleras vi muy guapo a mi nene sentadito en el sillón, con sus ojitos cerrados, yo seguí caminando y salí de la casa, cerré la puerta y quede parada en la entrada, en la cochera, como tenemos un portón cerrado no corría riesgo que algún vecino me fuera a ver y pues obviamente que se le hiciera raro verme vestida así jaja.
Ahora todo estaba listo, toque la puerta y esa fue la señal para comenzar.
Espere unos momentos y mi bebe abrí la puerta de la casa, en esta ocasión era yo la que se había caracterizado, él había sido el sacerdote la vez anterior, y pude notar que mi bebe se llenó de lujuria desde el momento mismo de verme como una casta y santa monja jaja.
Yo: Hola joven buenos días!
Juan: Hola madre, buen día!
Yo: Disculpe que lo moleste, podría darme unos minutos?
Juan: Claro, dígame madre en que puedo ayudarle?
Yo: Permítame presentarme joven, soy Sor Elena, pertenezco a una orden religiosa de monjas y estamos realizando una colecta económica para recaudar fondos para la restauración de nuestro convento.
Podría ayudarnos, su donativo puede ser desde un peso hasta la cantidad que usted guste, cualquier dinero Dios y nosotras se lo agradeceremos infinitamente.
En ese momento mi bebe me sonrió de una manera picara y traviesa y me miro de los pies a la cabeza, yo estaba allí parada esperando a ver como continuaría con el juego mi bebe, excitada y ansiosa.
Juan: Pos supuesto madre, me encantaría colaborar con su causa.
Mmm les gustaría pasar un momento, mientras voy por el dinero a mi cuarto?
Yo: Oh si joven claro.
Y así entre en la casa, mi bebe cerró la puerta y comencé a caminar hacia la sala, mi nene iba detrás de mí.
Juan: Tome asiento Sor Elena, me imagino que debe estar cansada de ir de puerta en puerta, le puedo ofrecer un poco de agua?
Yo: Oh claro joven me caería muy bien, si estoy un poco cansada.
Así que me senté en uno de los sillones, esos sillones que si pudieran contar todas las cositas ricas que hemos hecho allí me bebe y yo… Y bueno, mi bebe entro en la cocina y regreso con vaso con agua, me lo dio y se sentó junto a mí.
Juan: Así que quieren restaurar su convento madre.
Yo: Si joven, necesitamos muchos fondos y la verdad que las personas nos dan muy poco dinero, aun no tenemos lo suficiente.
Juan: Oh ya veo.
Qué pena, pues yo estoy dispuesto a cooperar con una buena suma de dinero, creo que es mi deber con la iglesia.
Yo: En verdad joven, pues eso sería una gran bendición.
Juan: Llámeme Juan madre, no hay ningún problema.
Yo: Esta bien Juan, y no quisiera ser grosera pero aún tengo que continuar mi colecta y me faltan muchas casas por visitar, si no fuera molestia podría darme su donativo para que pueda continuar.
Juan: Oh Sor Elena, porque la prisa, mire con la cantidad de dinero que estoy dispuesto a donar no tendrá que seguir su colecta por este día, relájese, descanse un poco más.
Yo le sonreí a mi bebe.
Yo: Uy Juan, en verdad vas a donar tanto? Si es así pues por mí no hay problema, ya estoy muy cansado y me caería muy bien irme al convento ya.
Juan: Ya vera Sor Elena, le complacerá la cantidad que estoy dispuesto a donar, así que relájese y dígame algo…
Yo: Claro Juan lo que quieras.
Juan: Como es que una mujer tan hermosa como usted decidió ser monja?
Yo sonreí pícaramente.
Yo: Juan que cosas dices, no creo que sea correcto que me digas eso.
Juan: Porque madre? Simplemente digo la verdad, es usted una mujer muy hermosa, y tengo curiosidad por saber porque decidió ser monja pudiendo a ver hecho una vida normal, sin duda tendría muchos pretendientes, es más, aun así siendo monja no dudo que cautive a muchos hombres.
Yo: Juan, no figas esas cosas por favor no es correcto.
Juan: Madre no quiero ofenderla con mis palabras, solo contésteme.
Yo: Jaja, ay Juan, pues es una historia muy larga…
Juan: Creo que tenemos tiempo madre…
Yo mire a mi bebe pícaramente.
Yo: Ok te voy a contar.
Juan: Adelante porfavor.
Yo: Cuando era adolescente me enamore perdidamente de un hombre mayor que yo, en ese tiempo yo tenía 15 años y el casi 30.
Juan: Woow era mucha diferencia…
Yo: Si, lo sé, pero así es el amor no crees? Y bueno, ya te imaginaras yo era inocente e ingenua, él estaba casado pero me prometía siempre que dejaría a su esposa por mí, pero eso nunca sucedió, y termine por decepcionarme y comprender que yo nunca dejaría de ser su amante, y solo me utilizaba para… bueno tú te imaginaras para que no?
Juan: Oh madre! Entonces, usted no es virgen, yo siempre pensé que todas las monjas lo eran.
Yo: Jaja, ay Juan, no sé porque te estoy contando esto, así de repente apneas llevamos unos minutos de conocernos, pero me has inspirado mucha confianza se ve que eres una buena persona, y con respecto a eso que dices de las monjas pues ya ves, algunas tenemos un pasado oscuro jaja.
Juan: Pues gracias por la confianza madre, pero sígame contando su oscuro pasado jaja.
Yo: Jaja bueno, pues te confesare que después de esa decepción cambie mucho, y como te dije era ingenua y muy joven y el mundo se me vino abajo, y por así decirlo mi forma de vengarme de ese hombre y en general de todos los hombres desde mi punto de vista inmaduro en aquel tiempo fue volverme toda una descarriada y comencé a tener aventuras con uno y otro, siempre buscando hombres con una relación, ya sea que fueran casados o que tuvieran novia para así destruir sus relaciones haciendo que sus parejas se enteraran que les eran infieles con migo, en verdad lo disfrutaba mucho, me volví toda una puta… upps perdón… que pena…
Juan: Uy madre, quien la viera… jaja
Yo: Que pena lo siento…
Juan: Madre estamos en confianza, no voy a salir a decirle a todo mundo que dijo la palabra puta y sobre todo refiriéndose a usted misma y mucho menos su pasado jaja
Yo: Jaja ay Juan pues viéndolo así entonces creo que puedo platicarte con toda confianza.
Juan: Claro que sí.
Yo: Bueno, pues si me volví toda una puta, fui la amante de muchos hombres, incluso llegue a estar con más de uno a la vez, comencé a llevar una vida muy descarriada, tomaba mucho, etc.
Juan: Si, si me imagino.
Yo: Hasta que un día que había tocado fondo busque consuelo en las monjas de la congregación a la que hoy pertenezco y encontré paz, decidí que en lugar de ir por la vida revolcándome con cuanto hombre pudiera, mejor sería dejar por la paz todo aquello y pues así decidí volverme monja.
Juan: Ya veo, que pasado tan oscuro e interesante madre, y permítame decirle que los hombres con los que se revolcó fueron muy afortunados de estar con una mujer tan hermosa, me hubiera gustado haberla conocido en esos días jaja, y que pena que decidió dejar esa vida atrás… que pena en verdad.
Yo: Ay Juan que cosas dices…
La cosa empezaba a tomar buen camino, mi bebe y yo sabemos perfectamente como jugar a estos jueguitos tan ricos.
Juan: Madre porque se sonroja? En verdad es usted muy hermosa, y me imagino que en esos días debió der una gran puta en la cama, con esa boquita tan hermosa debió dar una tremendas mamadas que uff…
Yo: Dios mío Juan, no digas eso… (me persigne)
Juan: No quiero ofenderla madre, pero me gusta ser muy franco.
Dígame disfruto mucho esos días de sus pasado? Acaso no extraña estar con un hombre?
Mire a mi nene sonriendo pícaramente y me mordí los labios.
Yo: Vaya que eres muy franco Juan.
Juan: Respóndame madre.
Yo: Sin duda que disfrute mucho mi pasado, en verdad era toda una viciosa muy golosa y mira que no es por presumir pero seguramente todos los hombres con los que estuve me deben de recordar muy gratamente, y la verdad a todos los complacían mis mamadas, y pues aunque me haya vuelto monja sigo siendo una mujer y mi cuerpo me pide placer de ves en ves.
Juan: Oh si? Y que hace en esos caso?
Yo: Pues tu que crees? Tengo que usar mis manitas, aunque en esos momentos desearía tener una buena verga jaja.
Ay Dios mío que cosas digo, creo que ya debo de iré mejor Juan, ahora si puedes darme tu donativo.
Juan: Jaja, madre no se apene.
Pero bueno no quiero robarle más su tiempo.
Permítame voy por el dinero.
Mi chocho ya pedía a gritos una buena follada, mi néctar tenía ya empapada mi panty.
Y mi nene se miraba muy lujurioso.
En ese momento mi bebe se levantó del sillón y subió por un momento al primer piso de la casa, regreso al cabo de un minuto, traía un las manos un fajo de billetes de alta denominación.
Al llegar a la sala se volvió a sentar junto a mí.
Juan: Bueno Sor Elena, lo prometido es deuda, aquí tiene su donativo.
Yo: Por Dios, Jesús María y José, pero que esplendido Juan, eres un muy buen creyente, Dios te bendiga, con esto hasta podría dejar de colectar dinero por unos días más.
Juan: Así es Sor Elena, y sabe estoy dispuesto a donar un poco más, y así podría terminar de recaudar fondos mas pronto…
Yo: En verdad? Eso sería casi un milagro, haber encontrado un hombre tan generoso como tu Juan.
Juan: Es más, estoy dispuesto a darle en este mismo momento una cantidad igual a esa.
Yo: Que maravilla, eso sería excelente Juan.
Juan: Bueno, pero no tan rápido madre, yo le daría ese donativo si usted hiciera algo por mí…
Me quede mirando a mi bebe por unos instantes, creando una pequeña atmosfera de suspenso el me miraba fijamente muy lujuriosamente.
Le sonreí y me mordí los labios.
Yo: Pues si esta en mis manos, con gusto Juan, a cambio de esa suma de dinero podría hacer algo por ti, dime de quieres?
Y en ese momento la verdadera acción comenzó de una manera intrépida y muy excitante.
Juan: Sor Elena, como le dije es usted una mujer muy hermosa, y después de saber de su pasado la verdad me ha dejado con mucha curiosidad por saber que tan buena era con esa boquita, así que…
Y así, sin más en ese momento mi nene se llevó las manos al pantalón y bajándose el cierre, dejo salir ese animal, ese trozo de carne hermosa y deliciosa que me fascina, ya muy duro y babeando.
La situación tomaba ya un rumbo excelente, hice una expresión de sorpresa y clave mi mirada en su verga, el comenzó a jalársela lentamente mirándome con lujuria.
Juan: Me parece Sor Elena que sabe perfectamente lo que quiero que haga?
Yo mire a mi bebe pícaramente volví a morder mi labio.
Yo: Dio mío!, que verga tan increíble tienes Juan…
Juan: Que dice madre, después de todo este tiempo, me imagino que debe morir por una…
Mi bebe tomo una de mis manos y la llevo a su carne, inmediatamente la tome con fuerza y comencé a jalársela suavemente mientras la miraba con lujuria u deseo, mi néctar se desbordaba.
Juan: Adelante madre, enséñeme lo que sabe hacer con esa boquita, sabe que lo desea y ese dinero es suyo…
Yo: Dios mío, perdóname por lo que voy a hacer pero es por una buena causa.
Mire a mi bebe sonriéndole, llena de lujuria.
Yo: Ha pasado tanto tiempo, espero no haber perdido el toque…
Inmediatamente me incline y sin más comencé a darle tremenda chupada a mi bebe, ya saben cómo tanto me gusta cómo tanto le encanta, me tragaba toda esa carne, clavándola en lo más profundo de mi garganta, la escupía la besaba me la frotaba por toda la cara.
Comenzamos a jadear y gemir muy rico.
Mi bebe comenzó a empujarme tomándome de la cabeza para que me asfixiara con su verga.
Juan: Oh si Sor Elena, siii no cabe duda que fue una tremenda puta, cuanta experiencia tiene, jamás me la habían chupado así…
Yo: Juan por favor no me digas eso, eso ya quedo atrás…
Juan: Pues en este momento no lo parece madre, parecería que nunca dejo de ser una puta… ande madre tráguese mi verga, lo ansiaba no es así, quería una verga…
En ese momento pase de ser esa monja regenerada a la puta que mi personaje había sido en su pasado comencé a dejarme llevar y disfrutar el momento.
Yo: Siii, si siempre he sido una puta, deseaba tanto una buena verga, y que verga Juan, esta deliciosaaaa….
Juan: Chupa puta chupaaaaa
Gemíamos con un gran placer, después de un rato mi bebe llevo una de sus manitas a mi culo y comenzó a apachurrarme las nalgas, siguiendo en el juego, inmediatamente le quiete su mano de mi culo.
Yo: No Juan, solo es una mamada no hagas eso…
Juan: Sabes que lo deseas puta, tu cuerpo lo quiere, deseas ser manoseada con en tus buenos tiempos.
Lo mire pícaramente mientras lamia su lengua.
Yo: Hagamos un trato…
Juan: Te escucho putita…
Yo: Si me das el doble de tu donativo, no solo te dejo tocarme, te dejo hacerme todo lo que quieras, que dices?
Mi bebe sonrió, lleno de lujuria.
Juan: Te doy el triple puta…
Y repentinamente se levantó del sillón, llevándome con él, y ya de pie comenzó a besarme como loco y manosearme con fuerza y energía, sus manos recorrían todo mie cuerpo sobre el hábito de monja, me apachurraba las tetas y el culo inmediatamente levanto la falta del traje y comenzó a frotarme el chocho con lujuria y depravación, yo lo besaba como perra, nuestras lenguas jugaban muy rico y muy intenso, le jalaba su verga con fuerza, como si en verdad llevara años sin tener una en mis manos.
Juan: Que puta eres Sor Elenita, que rica estas, es una pena que prives al mundo de este cuerpo de tentación…
Yo: Ay si Juan siiii tócame deseaba tato sentir las manos de un hombre en mi cuerpo, hazme todo lo que quieras, soy una puta dímelo, dimeloooo
Juan: Toda una puta…
Pasado un rato mi hijo se arrodillo y levantando mi falda comenzó a romper las pantimedias, y haciendo a un lado mi panty se lanzó a devorarme el sexo, se tragaba todo mi néctar hundía su nariz en mi vulva con sus manos rodeándome y apretándome fuertemente las nalgas me empujaba hacia él, yo gritaba como puta, me comencé a frotar las tetas sobre el hábito.
Yo: Si, cómeme, comemeeeeeeee
Juan: Que hermosa y deliciosa chocha tienes puta, me encantas.
Eres una cerda.
Yo: Si bebe siiiii una puta…
Después de un rato mi bebe se levantó y tomándome con fuerza me aventó al sillón, inmediatamente se incoó sobre él y abriéndome las piernas y sin decir más comenzó a follarme como bestia, se inclinó sobre de mí y me besaba con furia y pasión.
Yo puse pus manos sobre su culo empuejandolo hacia mi para hacer que me penetrara con fuerza.
Yo: Si siiiii, follame cabron, hazme sentir mujer, hazme sentir muy puta una vez más, clávame hasta tus huevos…
Juan: Lo deseaba perra querías ser follada una vez más, eres toda una puta, me encantas, que mojada estas zorra maldita…
Pasado un rato mi nene saco su verga de mi chocho.
Juan: Te voy a reventar ese culaso que tienes Sor Elenita…
Yo inmediatamente me puse en 4 sobre el sillón.
Yo: Clávamela Juan clavamelaaaaa
Mi bebe se inclinó y rompió más mis pantimedia y estuvo un buen rato lamiendo y escupiéndome sobre el ano y las nalgas.
Finalmente coloco su carne en mi ano y comenzó a martillarme durísimo, haciendo eh gimiera tremendamente, el crucifijo que llevaba puesto colgaba de mi cuello y se balanceaba bruscamente por todos lados, el sonido de la pelvis de mi bebe chocando contra mi culo y era delirante, estaba disfrutando muy rico esa fuerte follada anal que mi propio hijo me propinaba.
Juan: Te gusta zorra, disfrutas que te rompa el culo.
Yo: Ay siii que rico, Dios mío perdóname, perdonameeee.
Juan: Que culaso puta…
Mi bebe jadeaba como animal, me daba ligeras nalgadas en el culo.
Pasado un rato me saco su carne del culo y me arrodillo frente a él.
Juan: Abre la boca puta…
Yo: Si, siii dame toda tu leche cabron dámela estoy sedienta después de años sin probarla…
Yo gemía arrodillada frotándome y dedeandome el chocho como loca con la boca abierta esperando la erupción de mi bebe.
Y finalmente dando u rico grito la cremita de mi hijo salió disparada bañándome la carita, también cayó sobre el hábito y sobre la cruz que llevaba puesta.
Yo: Toda cabron ordeñate la verga y dámela todaaaaa
Mi bebe se jalaba muy duro su verga jadeando hasta darme la última gota.
Después comencé a lamerla y besarla mirando lujuriosamente a mi nene mientras el gemía.
Yo: Por el amor de Dios, que follada, Dios mío, había olvidado este placer, oh mí Dios perdóname…
Juan: Sor Elena, es usted toda una puta…
Me puse de pie y comencé a besar a mi bebe acariciando su verga y el me manoseaba muy rico.
Yo: Juan, eres un cabron como te atreviste a fornicar a una monja…
Juan: Porque esta monja es una puta jaja
Yo: Ay mi Dios, que acabo de hacer…
Juan: No te arrepientas putita, los disfrutaste, lo deseabas y te has ganado tu dinero…
Yo: Que buen cristiano eres Juan…
Mi bebe me dio el dinero, y se volvió a guardar su verga, yo me acomode el hábito, las pantimedias rotas quedaron cubiertas por él.
Juan: Bueno madre, no cabe duda que es toda una puta, y déjeme decirle que cuando necesite un donativo con gusto la puedo ayudar…
Yo: Mmm lo tendré en mente Juan… Que Dios te bendiga y me perdone a mí.
Ahora si me disculpas, debo marcharme…
Y así fingí salir de la casa.
En ese momento mi bebe y yo volvimos a ser madre e hijo y nos tumbamos en el sillón besándonos y comentando de lo rico de aquello, descansado para la siguiente escena de ese día pues el juego aun no terminaba…
Esperen la siguiente parte bebes, ojala les haya gustado este relato, un beso muy rico a todos ustedes…
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