Herencia perversa.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola les quiero comentar lo que pasó en una reunión, está es una historia real y trato de contarla lo mejor que me sale, la familia se había reunido para festejar el cumpleaños de mi bisabuela, en mi familia somos muchos ya que la Nona como le decíamos de cariño, tuvo 5 hijos y 6 hijas incluyendo mi abuela, y si bien no todas las descendencia pudieron éramos muchos, los primos estábamos en su mayoría en una parte de la casa y los adultos en la otra solo mi tía rosa (hermana menor de mi abuela)se acercaba a cada rato para ofrecernos comida y bebida, ella era la que había heredado la casa de los abuelos y era la encargada de cuidarla, allí vivía con su marido un tipo algo mayor que ella cálculo más de 50 y dos hijos ya adolecentes con los que me frecuentaba a menudo, era normal quedarme a dormir en su casa, ella exelente ama de casa siempre me atendía muy bien, no era de estar muy arreglada pero siempre me llamo la atención su cuerpo, que a pesar de estar algo rellenita se la notaba muy firme, sus amplias caderas de pompas algo alargadas pero suculentas y sobre todos dos tetas enormes y bien paradas, como casi nunca usaba corpiño se le notaba siempre sus pezones, los cuales ella paseaba sin pudor alguno.
Pero para esta fiesta estaba particularmente bella, lucia un vestido de verano cortito hasta arriba de la rodilla color azul oscuro lo cual resaltaba sus blancas piernas y marcaba, por lo ajustado su cintura que lejos de ser pequeña, se le marcaba por la voluptuosidad de sus caderas y sobre todo de sus pechos y obviamente sin corpiño, sus pezones se le marcaba cada vez que salía al patio a traernos algo, la fiesta se extendió hasta la mañana siguiente y recién ahí algunos familiares se marchaban, solo quedamos los más jóvenes, yo arregle para quedarme a dormir como siempre lo hacía pero está vez no había lugar, en todas las habitaciones había primos y tíos durmiendo efecto de la borrachera y la trasnoche, la única intacta era mi tía rosa, ella solo se había descalzado pero estaba igual de hermosa, eso sí con unas copas de más de la había puesto por demás jocosa, al no encontrar lugar decidí acostarme en la habitación matrimonial, mi tío hacia rato que allí dormía y yo me acosté en la alfombra al costado de la cama, pasaron unos segundos y me despertó mi tía entrando luchaba por bajar los pantalones de su marido y una vez logrado, se la chupaba con gula y desesperación, yo intenté hacerme el dormido pero algo espiaba, mi tío ni reacción tenía.
A penas se le paro un poco, Rosa se paró al costado de la cama y se sacó su calzon negro dejándolo caer al piso, dandome un panorama de sus blancas carnes, Rosa monto a su marido frenéticamente, pero él no pudo mantener su erección, otra vez ella se agachó a comerle la fofa pija, pero ahora ni se endurecía, yo tomé sigilosamente la bombacha negra y la note muy húmeda, la acerqué a mi rostro para olerla, me saque la pija y en pocos segundos acabe en la alfombra y la escuché a mi tía lanzar puteadas al aire y se bajó de la cama, recién ahí se percató de mi presencia y no encontraba la bombacha adónde la había dejado.
Yo en mi afán de hacerme el dormido tenía ese delicado calzon negro cerca de mi rostro y ahí mi tía me lo saco de un tirón, incluso estaba enganchado en un dedo mío, me dio mucha vergüenza y solo la mire, ella salió del cuarto a toda prisa, no pasaron ni 2 minutos y rosa entra en la habitación, yo otra vez me hago el dormido, pero ella me mueve para despertarme y con su dedo índice me hace señas para que la siga, extrañado salgo de la habitación, en la casa ya todos dormían, en el living solo estaba rosa en el sillón de dos cuerpos, me pide que me siente a su lado.
Rosa- primero que nada te quería pedir disculpas por lo de recién, pasa que no te Vi en la habitación y yo ando muy caliente últimamente – me dice sería pero no enojada
Yo – no tía discúlpeme usted tendría que haberle pedido permiso- le contesté
Rosa- segundo te quería preguntar porque tenías mi bombacha en la mano-
Yo me quede sin palabras no sabía que decir y solo pude decir la verdad – es que quería sentir si tenía olorsito-
Rosa se largó unas carcajadas y me dijo- yo sabía que eras un pajerito pero pensé que ni yo me salvaba, sos muy pajerito… pero te gustó el olor o no.
–
El corazón me latia a mil por hora, no daba crédito de lo que escuchaba – si me gustó mucho- solo atiné a decir.
– Querés más pregunto con una sonrisa maliciosa- rosa metió su mano entre las piernas y luego la saco notablemente húmeda,
– Humm que olor a pescadito jajaja- dijo riendo con una voz aniñada
Me hizo acercar para oler sus dedos, para ese entonces mi pija estaba a punto de estallar, su mano se encontraba muy cerca de su cara y cuando me acerque me robó un beso metiendo su lengua en mi boca y luego hechandoce para atrás, riendo, yo la avance y la empecé a besar con mucha lengua, estaba caliente al mago, nuestros dientes se chocaban por momentos fruto de la calentura y de la Torpeza e incomodidad del momento.
– Para un poquito no te aproveches de que estoy algo tomada- me dijo rosa pero estoy seguro que ella sabía exactamente lo que hacía, yo no hice caso y comenzamos a besarnos más, durante más o menos media hora no paramos, con mis manos explore primero sus tetas, eran muy tiernitas pero con unos pezones durísimos, mientras nos besábamos, ella aflojaba suaves gemidos que me calentaban a más no poder, hasta que me animé y le puse mi mano sobre la concha resulta que ya no tenía ropa interior y ella habría las piernas para darme más espacio para tocarla, mis dedos entraban y salían con violencia y sin ninguna resistencia, esa vulva chorreaba de flujo literalmente, se notaba su pelvis rasurada algo rasposa pero sin nada de bellos, y en un momento me separé para meterme los dedos llenos de su jugo en mi boca.
– Hay que chanchito que sos he, bajate el pantalón y sacala que ya necesito una pija, prométeme que jamás le vas a contar a nadie- si si le dije mientras me bajaba los pantalones hasta la rodilla, rosa se subió sobre mi, con una mano por detrás localizo mi fierro duro y se lo metió de una y hasta el fondo, largo un gemido como de desahogo y empezó a moverse frenéticamente arqueando su espalda hacia adelante y refregándose como poseída, giro y agarró un repasador que estaba sobre la mesa ratona y lo puso sobre mis testículos.
– Si acabo te voy a dejar empapado-me dijo y otra vez arrancó su carrera solo que esta vez me empezó a besar ahogando sus gemidos, sentí como me mojaba con su abundante flujo, después de eso se bajó de mi y me hizo parar, me seco un poco el perineo y se secó ella también con el trapo, y como lo sospecho, la humedad había llegado al sillón.
– Ya está no importa- me dijo empujándome para que me siente, saco una de sus enormes tetas y me la ofreció, al tiempo que manoteaba mi pene para pajearme bien fuerte.
– Hay no puede seguir tan dura por favor- me hizo tirar para atrás y otra vez se subió sobre mi, pero está vez de espalda, verla así con el vestido enrollado en la cintura, sus nalgas bien blanquitas, se movía arriba y abajo o de adelante para atrás con gran velocidad solo se escuchaba nuestras respiraciones a penas el sillón y sobre todo el ruido húmedo del líquido que de ella brotaba, su olor ya se percibía en el ambiente, se recuesta de espalda sobre mi pecho y gira la cabeza para besarme.
– Adónde querés acabarme- me pregunta, una sola cosa se me ocurrió,
– En el culo – respondí – quiero metértela por el culo – afirme
– Nooo vos estás loco con todo lo que comimos anoche sabes lo que puede pasar, no ni loca un asco-
– No va a pasar nada dale déjame- intentaba convencerla al tiempo que ella movía el culo en círculos con mi pija en la concha.
– Si querés te la chupo y me tomo la lechita- me dice, en eso escuchamos el despertador del celular de su marido eran ya las 10 30 de la mañana y el se tenía que ir a trabajar, salto de encima mío cómo un resorte, guardó su teta y acomodo su vestido, tiró un poco de desodorante de ambiente y fue a despertar al tío, el se levantó y luego de lavarse la cara salió aún medio dormido para su trabajo, nosotros quedamos sentados en el sillón unos minutos más haciendo tiempo por si se había olvidado algo.
– Vos sabés que si no me higenizo bien y me la metes por la cola va a salir olor y hasta se te puede infectar el pito? – me decía mi tía.
– Pero no me importa yo quiero por ahí, te prometo que si te duele dejamos pero quiero probar- suplicaba.
– Imagínate que tú tío no me atiende por atrás porque dice que aunque me haga los enemitas y todo igual sale mucho olor- continuaba rosa
– Pero yo quiero sentir ese perfume igual, a mí me gusta – insistía
– Como puede ser que con 16 años ya seas todo un pervertido- me estiró la mano y yo la agarre y me llevo a su pieza, me empujó a la cama y cerró con llave, se sacó el vestido quedando totalmente desnuda frente a mi, sus tetas eran majestuosas y ocultaban sus rollitos que recién ahí pude notar, rápidamente me saque la ropa mientras ellas solo miraba, un pantallazo note como de su vulva la humedad llegaba casi a medio muslo, se acercó lentamente como una leona a su presa y fue directamente a mi falo se lo pasó por la cara y los labios mirándome a los ojos.
– Que olor a concha que tiene esta piba- dijo y se la metió en la boca, por Dios era la primera chupada de mi vida y fue increíble, su rostro reflejaba toda la perversión y el morbo que nos invadía en ese momento, se lo tragaba por completo chocando su nariz contra mi pubis varias veces, luego pasaba a meterse los testículos de a uno en la boca dándole ricos chupetones y después, subía pasando la lengua por todo el tronco y todo eso con su mirada clavada en mis ojos, subió gateando sobre mi.
– Haceme acabar una vez más y te entrego el orto mi vida, pero con la condición de que me acabes en la espalda ok- yo asentí con la cabeza y ella se sentó de espaldas a mi, se movía suavemente sin apuro, yo intentaba concentrarme en no acabar, pero cuando me chupo el dedo para que la valla dilatando estuve a punto de acabar cuando le metí el dedo entro moderadamente fácil, y lo movia en círculos, al ritmo de sus movimientos, se giró nuevamente para quedar frente a frente.
– No tocaste nada extraño ahí adentro, nada que esté muy cerca de la puerta no? – moví la cabeza negando, levantó una pierna y se puso en 4 patas en el lateral de la cama, con la car en el colchón y el culo bien levantado.
– Chúpame el agujerito y después mételo despacito que yo te guio- me dijo, yo me arrodille al lado de la cama, le chupe un poco la concha recogiendo algo de todo el flujo que brotaba como si fuera una canilla, y después a la escarapela de carne, era como una mancha a penas marroncita entre sus amplias carnes blancas, lamí y hundí la lengua a más no poder, me calentó tanto que mi tía me tubo que frenar.
– Bueno amor se nota que de enserio te gusta el culo de la tía pero ya la quiero adentro, hace tanto que no me la meten por ahí que estoy desesperada- me incorpore y ella la agarró con la mano entre sus piernas se la paso por la puerta de la concha un poco, para que se moje con su flujo y después si al chiquito, uff qué sensación increíble fácilmente se la metió entera y me pidió que le diera fuerte al tiempo que hundía su cara en una almohada, me prendí como perrito a su cadera, la fulmine a pijasos, el ambiente se impregnó de su aroma como lo había predicho, y eso me calentó aún más, le di bien fuerte y ella se masturbaba con la mano en su clítoris y al tiempo que la veía retorcerse por sus espasmos empecé a acabar, rosa lejos de sacarme me agarró de los testículos y los esprimio contra su vulva, acabamos de una forma bestial, agarró el vestido y lo enrollo y me pidió que se la saqué y se lo puso en la cola como tapón para que no chorree nada en la cama, y se metió en el baño, yo me dormí desnudo en su cama, ella me despertó después de bañarse para que me vista y me acueste en el sillón del living, me dijo que me porte muy bien y que si todo se mantenía en secreto nos íbamos a ver en un telo para que yo use su culo a mi antojo y sin restricciones.
Y así fue nos encontramos y fue increíble desde ahí creo que me enamoré de ella, si quieren que les cuente lo del telo comenten …
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