Hermanas, nos deseábamos como putas…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Aquel fin de semana había llegado a visitarme mi hermana.
Lo hacía desde otra provincia y llevabamos unas semanas sin vernos, pero en este tiempo habíamos intercambiado mensajes muy calientes desde la impunidad de la distancia.
Siempre me había atraído su figura, sus formas, y su manera descarada de afrontar el sexo.
Disfrutaba cuando en nuestra casa me llamaba “perra” al cruzarnos o como se insinuaba de ese modo sutil pero seguro de que yo no daría un paso adelante.
Sin embargo estas últimas semanas se había comportado especialmente cerda y provocativa en sus conversaciones conmigo, y el recuerdo de todas las pajas que me había hecho con ella al leer como relataba sus tríos me tenía a tope.
Mi hermana es varios años más joven que yo, pero igual su experiencia se me iguala o supera.
Así pues, había preparado una fiesta en honor de ella y las amigas que con ella vinieron a visitarme.
A última hora me animé a tomar el avión.
Acompañaba a unas amigas q se desplazaban a la ciudad donde vive mi hermana.
No sabía, nunca había tenido tanta certeza como ahora de lo puta que podía llegar a ser.
Cómo se entregaba en cada conversación , como respondía a cada provocación mía, como me relataba sus cogidas con el novio y con aquellos que se la supiesen conquistar.
Cómo dentro de esa cabeza tan bella, de ese rostro tan lindo convivía una explosión de sexo, una mente ávida de sensaciones y de deseos de experimentar.
Así que, después de haber sostenido con ella varios chat en la que se me entregó como una puta experimentada, como alguien deseoso de entregarme su concha para todas las perversiones que se me ocurriesen, decidí dar el paso, no sin dudas, de ir a visitarla.
Total, es mi hermana, y si no se daba el encuentro siempre estaba deseosa de compartir unos días con ella como cuando éramos niñas.
El alcohol corrió en la fiesta.
Me sentía terriblemente contenta con esa visita inesperada.
Las cosas me iban bien esos días, y la visita de mi hermana y sus amigas ponían la guinda al pastel.
Corría la cerveza, el fernet, el whisky, el vodka.
Nos juntamos un buen grupo de amigos, todos comunes y bebimos y reímos con la música alta toda la noche.
Mi hermana provocaba los juegos y se animaba a enseñarnos como hacer twerking y nos invitaba a probar.
Los tragos se fueron sucediendo y noté como yo pasaba de grupo en grupo, de sillón en sillón notando manos que me tocaban, risas que estallaban en mis oídos.
La muy puta seguía como siempre, yo apenas probé unos tragos y decidí q aquella fiesta fuese inolvidable.
Mi hermana reía y jugaba entre los amigos.
Su minúsculo tanga blanco quedaba expuesto apenas se tiraba en el sofá, y algún amigo descaradamente la manoseaba las tetas.
Me estaba poniendo loca.
La deseaba coger ahí mismo.
Mi novio tenía que salir, no se quedaría en casa a ver como acababa la fiesta, así que se despidió de mi, fuimos solos a una de las piezas de la casa.
Hablamos un rato y mientras lo hacíamos sentí su mano bajo mi minifalda, acariciando mi tanga, e inmediatamente baje mi mano hacia su pantalón y toque por encima su polla que ya estaba bien dura.
Acabamos de besarnos y baje rápidamente por su cuerpo hasta sus pantalones.
Me arrodillé y abrí su bragueta y con una mano saqué la enorme polla que directa apuntó a mi boca.
Estaba ebria pero deseaba mamarle la polla.
como siempre.
Me la metí despacio en la boca, succione y note como creía más aún dentro de mi.
Le di unas cuantas mamadas esperando acabase en mi boca, como a mi me gusta.
y cuando lo sentía gemir a unos centímetros de mi.
sentimos que alguien abría la puerta.
Recordaba que tenía buena música bajada de Spoty en mi laptop, así que fui con una amiga a la pieza donde había dejado mis cosas y donde me iba a alojar en casa de mi hermana.
Abrí la puerta,,,y allí estaban ellos.
Mi hermana se movió agitadamente de pie, Justo delante de su novio, y ambos me miraron con cara de pocos amigos.
Pero a mi me importaba una mierda.
Iba a lo que iba, tomé mi laptop, y les hice una foto con el celu “para que veáis que cara de culo tenéis” y cerré la puerta tras de mi.
Terminé lo que había empezado, pero ahora con avidez.
Me metí de nuevo la polla de mi novio en la boca, que creció a toda velocidad después del susto, y mientras metía sus dedos entre mi pelo eyaculó en mi boca.
No deje que ni una gota saliese de mi boca y casi atragantándome me bebí toda su leche.
Me levante, tomé entre mis manos su cara y le estampé un beso que aún tenía restos de su semen.
Nos besamos largo y nos despedimos hasta el día siguiente no sin desearme antes que la fiesta terminase bien.
Seguí bebiendo hasta que la fiesta fue decayendo y me retire a mi pieza a dormir.
Todo me daba vueltas pero me sentía feliz, muy feliz.
La puta se retiró a su pieza, no sin mi atenta mirada.
Vasos y botellas y restos de la fiesta estaban por todos lados pero ya todos se iban, algunos a su casa, otros se quedaron en la casa de mi hermana.
Cuando fui a retirarme a mi habitación ésta estaba ocupada.
No se que tiene la casa de mi hermana pero siempre que hay más de cuatro personas alguien acaba cogiendo con alguien en algún sitio.
Así que, me dirigí a la pieza de mi hermana.
Estaba tumbada sobre la cama, vestida, desmadejada, con la mini alzada enseñando esa tanga q me volvía loca.
Note entre los vapores del alcohol que era mi hermana la que había entrado, algo me dijo y se tumbo a mi lado.
La hice hueco en la cama.
“Mi pieza está ocupada, puedo quedarme a dormir contigo?”.
Me dio un leve gruñido q interprete de asentimiento y se hizo a un lado.
Me tumbe con ella, y todo tipo de ideas pasaron por mi cabeza.
Ella obviamente dormía y yo no dejaba de mirarla, tenia ante mis ojos, ante mis manos ese bocado que había deseado desde que tuve conciencia de lo que es una mujer y del tipo de mujer que era mi hermana.
Estuve mirándola unos minutos mientras su respiración era cada vez más acompasada.
Hasta que decidí provocar el roce.
Mi adrenalina se disparó cuando apenas le baje las hombreras del vestido y del corpiño, y pase suaves mis dedos sacando su teta al aire.
Me detuve en contemplar el pezón, ese pezón que junto con el otro se erectaba y dejaba ver tan claramente los timbres cuando no llevaba sujetador.
pase mi dedo por el.
Y acerque mis labios.
Mi corazón iba a mil cuando saqué la punta de la lengua y lo pasé por él.
Pero parecía profundamente dormida.
¿Que estaba haciendo? Entre el estupor, el estado de embriaguez y el placer, note como mi hermana se empleaba con mi corpiño y sacaba una teta.
Me removí un poco, pero más para acomodarme que para poner impedimentos, y noté como una cosa suave y húmeda mojaba mi pezon derecho.
cerré aun más los ojos, y me dispuse a gozar y a ver hasta donde mi hermana era capaz de llegar.
Su cara reflejaba el relax, el sueño profundo.
Echada hacia un lado, su boca se entreabría mientras me dejaba a la vista ese hermoso cuello que siempre ha tenido.
Puse mi cara muy cerca de la suya, y pose mis labios sobre los suyos.
Total, si despertaba y preguntaba, siempre tendría excusa para justificar un pico.
Pero no despertó, saboreé su boca, su aliento.
El aroma del tabaco del que últimamente abusaba se unía al aroma del alcohol.
y a un sabor metálico que la llenaba toda.
Mierda!! La hija de puta aún tenía el persistente sabor al semen de su novio.
Era evidente que se la había mamado.
y eso me puso aún más caliente, metí la lengua apenas unos milímetros entre sus labios, y me llegó más persistente aún ese sabor.
Me debatía entre retroceder y abrir los ojos, o responder a ese leve pero intencionado beso que me estaba dando, sin embargo, el alcohol y la sensación de bienestar que me estaba provocando la presencia de mi hermana me dejaron inmóvil, expectante, solo disfrutando.
Era mi momento.
Seguro nunca mas tendría una oportunidad parecida.
Deslice mis manos suavemente por su cuerpo hasta levantar un poco más su mini.
Deje su boca y me dirigí directamente a su concha.
La tanga blanca se interponía en mi camino, así que la aparte con un dedo y quedo ante mi una concha preciosa, con un vello sutil, cuidado, que enmarcaba unos labios apenas abiertos por la apertura de sus piernas desmadejadas sobre la cama.
Pase mis dedos despacio, acariciando apenas su raja, abriéndola un poco.
Baje mi cara hacia ella, metí mis narices, olfateé lento y profundo.
ese delicioso olor amoniacal de la orina impregnaba aún su vello y su vagina.
Pase la lengua despacio, recogiendo cada molécula de ella.
Notando el sabor de su flujo, suave y transparente, que ya había visto en alguna foto, goteando de sus dedos.
De pronto unas manos agarraron mi cráneo.
Hice intención de separar mi boca, pero las manos, suaves, pero firmes, me impedían apartarme.
Habría despertado? Estaría soñando que la cogían? Que la comían la concha como a la puta de mi hermana tanto la gusta?
La cerda estaba comiéndome el coño!! Me moví incrédula pero en una nube de placer indescriptible.
Aprovechaba cada momento como podía, entre la confusión de mis sentidos.
No entendía que lo estuviese haciendo pero no deseaba que dejase de hacerlo.
En ese momento me sentí una muñeca sin voluntad en sus manos.
Los pensamientos no fluían coherentes pero por nada deseaba que terminase eso, y sin embargo no me sentía con fuerzas, con iniciativa, para corresponder como tal vez deseaba.
Gemía a cada lengüetazo mío.
Leves, por que no sabía hasta donde había consciencia y no deseaba enfrentarme a una situación que no sabía cuan incomoda podría resultar; pero prendida a su concha, mojada, sabrosa, a esa concha que en días anteriores la dije, entre juegos, que quería comerme.
Mis dedos explotaron la raja de su culo, sus nalgas.
pero ante el temor dejé unas últimas lamidas y levanté la cara hacia ella.
Se debatía en una especie de sueño agitado en el que los límites de lo real eran difusos.
Mientras la miraba, con mis dedos, baje mi tanga, que ya llevaba unos minutos mojado, y me lo quite.
Trepé hacia ella y me decidí a hacer una prueba final.
Estaba claro que ella no se enteraba de nada, y si lo hacía no quería afrontarlo.
así que me tumbe apenas sobre ella, soportada en mis brazos y mis piernas.
y trepé hasta dejar mi concha a la altura de su boca.
Había dejado de chuparme.
Mi coño ardiendo y la cerda había dejado de chuparme!! Mi cabeza confusa tenía bien claro q estaba sucediendo.
Pero no reunía la decisión para tomar la iniciativa.
Note como su cuerpo se movía sobre mi, pero un peso descomunal me impedía abrir los ojos.
y al momento note como un cuerpo húmedo, caliente, pegajoso se posaba sobre mi boca.
Estaba a mil con la puta!! A vida o muerte!! Mi concha chorreaba y mis dedos se movieron sobre ella deseando una paja brutal sobre mi hermana.
pero no hizo falta.
Saqué la lengua, y lamí.
Ese sabor familiar de mis dedos cuando me masturbaba y tomaba de mi flujo y lo llevaba a mi boca se reproducía en ese momento.
Un sabor más sutil que el mío, una sensación de jugosidad se extendió por toda mi cara.
No abría los ojos en ningún momento.
Es como aquello que hacen los niños de “si no lo veo, no existe”.
Mi lengua recorría cada uno de los pliegues de su coño, que la cerda de mi hermana me ofrecía a cada momento.
Recorría con sus movimientos mi cara, mi lengua pasaba entre sus labios menores, y ascendía hasta su clitoris, pequeño y duro.
Y recibía sobre mi la ración de saliva aumentada con su flujo.
Notaba como se movía sobre mi, casi sin disimulo, y como intentaba ahogar sus gemidos.
hasta que llegado un momento descargó en mi boca todos sus jugos y cayó desplomada a mi lado.
Me giré hacia ella, palpé su cuerpo al lado del mío.
Note su cara junto a la mía, y busque sus labios con los míos, llenos de todo lo que ella me había echado.
La bese en la oscuridad de la habitación, en la oscuridad de mis ojos cerrados y la propuse “durmamos”.
y caí en un profundo sueño.
Al despertar a las horas, estaba sola, y con la incertidumbre de si eso había ocurrido o rea uno de mis mas bellos sueños.
Su boca, su lengua, se movía con habilidad en mi concha.
No dejaba lugar por explorar.
Se movía como la mejor de las putas que podría esperar.
Nada tenía que ver con las experiencias que había tenido con una amiga mía.
Esa era la zorra que amaba y a la que deseaba coger.
Noté como me venía sobre su cara y como ella aceptaba cada jugo que la expulsaba.
Me corrí y me deje caer a su lado , exhausta, maravillada, inquieta y aún en shock por lo que había hecho con ella.
Hasta el momento en que vi que busco a tientas mi cara, me dio un beso mezclado de alcohol, tabaco, semen.
y el jugo de mi concha,, y murmuró unas palabras ininteligibles.
Acto seguido se giró al otro lado de la cama y empezó a roncar.
Me levante sigilosamente, y me dirigí a mi pieza, que esperaba ya estuviese desocupada, no sin antes pasar por el baño y darme una paja recordando todo lo vivido esa noche.
La madrugada estaba avanzada, y empezaba a clarear al otro lado de las ventanas.
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