Hermanos de leche
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por getaway11.
Voy a contar esto como una forma de desahogarme y sacar lo que tengo en mi pecho.
Para contar la historia diré que me llamo Y, mi hermano H y mi esposo E.
Mi hermano acaba de terminar un matrimonio de 13 terribles años, en los que nunca logró que su mujer tuviera un orgasmo.
Además, ellos eran extremadamente conservadores y por lo mismo, nunca pusieron mucho esfuerzo en complacerse sexualmente además de las cosas básicas.
Desde que mi hermano se separó, vino a vivir a la casa y se ha concentrado en sí mismo, por lo que pasa mucho tiempo comiendo saludable y haciendo ejercicio, debo confesar que se ve extremadamente sexy estos días.
Yo soy gay, estoy casado con otro hombre y resulta que siempre he tenido la fantasía de verlo cogiendo con alguien más, pero hasta ahora solamente fue fantasía.
De hecho, no estaba seguro si lograría soportar verlo en la vida real.
Aunque E ha estado con ganas de explorar esta fantasía conmigo, así que a veces platicamos y nos imaginamos lo que haríamos con un tercero, pero siempre ha estado claro que no es algo que estemos buscando en realidad.
E y yo no somos supermodelos pero si sabemos que somos atractivos y juntos hacemos una buena pareja, de hecho dejamos de salir a bares gays porque siempre había gente tratando de ligarnos.
Todo empezó una mañana que mi hermano se sentía mal y regresó del trabajo temprano a la casa.
Yo tenía el turno de la tarde y estaba tomando un baño de tina relajándome porque no sabía que H iba a regresar.
Al mismo tiempo, él tampoco sabía que yo tenía el turno de la tarde y pensó que no había nadie en casa.
Total que él pensó en hacer lo miso que yo estaba haciendo y entró desnudo al baño con el pito bien parado, solo para encontrarme dentro de la tina masturbándome.
De pronto fue algo raro, pero ya nos habíamos masturbado uno en frente del otro cuando éramos adolescentes, aunque no lo habíamos hecho en años, solamente nos quedamos mirando sin decir nada y seguimos masturbándonos.
Yo ya estaba demasiado caliente cuando él entró y supongo que él también, así que por primera vez en nuestras vidas me atreví a tocarlo y empecé a pajearlo, él me dejó hacerlo.
Yo estaba sentado dentro de la tina y H estaba de pié así que cuando terminó, se vino encima de mí y dentro de la tina.
Luego tuvo un choque de conciencia y me dijo que iba a esperar afuera a que yo terminara de bañarme.
Yo me masturbé y me vine rápidamente y no hablamos más del tema.
De pronto también tuve un golpe de conciencia y en la tarde le conté a E lo que había ocurrido, esperando que lo tomara como algo pasajero y que no se pusiera celoso o pensara que había algo más entre mi hermano y yo.
Mi esposo me pidió tiempo para definir lo que sentía porque confesó sentirse un poco amenazado por mi hermano pero que al mismo tiempo estaba muy excitado y a pesar de su coraje sabía que no era algo que afectara nuestra relación.
Lo que hizo explotar todo es que hace tres noches, mi esposo nos chupó el pito a mi hermano y al mí al mismo tiempo y ayer hizo lo mismo de nuevo.
Luego fueron más lejos y los vi teniendo sexo.
Hace tres noches mi hermano trajo una botella de mezcal como regalo de despedida porque al fin encontró un lugar para mudarse, no fue por lo que había pasado, era un plan que ya sabíamos mi esposo y yo.
Y estuvimos tomando un poco en su habitación mientras H hacía sus maletas.
Era una noche calurosa y los tres estábamos solamente en boxers y ya estábamos un poco borrachos, pude notar que la mirada de mi esposo también recorría con algo de lujuria el cuerpo de mi hermano.
Fueron tal vez unos 20 minutos donde yo pude sentir la tensión sexual entre los tres pero finalmente mi hermano dijo que se iba a acostar y dormir.
Mi esposo y yo nos fuimos a la cama también.
Me desperté en medio de la noche y E no estaba en la cama, salí al pasillo y escuché ligeros gemidos que venían de la habitación de H y la puerta estaba abierta, por un momento pensé que se estaba masturbando así que pasé disimuladamente como si fuera a recoger algo a la cocina, no pude ver hacia el interior pero definitivamente algo estaba pasando.
Así que simplemente me decidí y entré en su habitación para encontrar a mi hermano sentado en su cama y a mi esposo de rodillas chupándole el pito.
Inmediatamente sentí una electricidad recorriendo mi piel, me excitó mucho lo que estaba mirando y ellos también me miraron como complacidos sin dejar de hacer lo que hacían, así que simplemente me acerqué hasta que E tuvo mi pene en frente de su cara y pudo chupar ambos pitos.
Yo terminé primero y mi esposo se tragó el semen, luego mi hermano y sucedió lo mismo.
Salí caminando de la habitación y E fue detrás de mí, nos acostamos en nuestra cama con una extraña sensación pero nos abrazamos, besamos y deseamos buenas noches.
De cierta forma traspasamos una barrera entre nuestras fantasías y la realidad.
No hablamos de lo ocurrido con mi hermano pero tampoco fue algo incómodo, más bien era como un secreto entre los tres y de día nos tratamos como si nada.
Por otra parte, mi esposo y yo si hablamos del tema, me preguntó si yo estaba bien y le dije que si, que entendía lo que había pasado porque yo sentí lo mismo en el baño, H era un hombre muy sexy y seguramente estaba necesitado de afecto y sexo.
Si no fuera mi propio hermano probablemente también hubiéramos terminado teniendo algo más sexual.
Pero que tal vez me excitaría más verlos a ellos dos que hacer algo con H, me gustaría algo más vouyerista.
Finalmente, ayer sucedió algo muy parecido.
Me desperté en la noche y mi esposo no estaba en la cama, así que me dirigí hacia la habitación de mi hermano y los ví en la misma posición, H sentado desnudo sobre su cama y E desnudo arrodillado frente a él.
Solo que ahora mi hermano se veía mucho más cómodo y relajado.
Yo en lugar de unirme a ellos, preferí sentarme a un lado y disfrutar lo que estaba mirando.
Mi esposo extendió su mano y empezó a masturbarme, luego empezó a turnarse entre mi hermano y yo para chuparnos, hasta que finalmente me hice más aun lado y con la mirada le indiqué que podía quedarse solamente con H.
Yo ya estaba totalmente apartado de la acción, complacido con mi fantasía de observarlos.
E se puso sobre mi hermano en posición de 69 y empezó a tragarse su verga hasta lo más profundo de su garganta.
La verga de mi esposo colgaba dura sobre la cara de H y para mi sorpresa mi hermano la chupó un poco, creo que no se atrevió a más porque el ángulo en que quedaron no era muy cómodo para él.
Así que H más bien empezó a pajear y jugar con la verga de mi esposo, mientras recibía una mamada de garganta profunda.
Los tres tenemos pitos más bien regulares, nada fuera de lo normal, pero en ese momento la verga de H y E me parecían deliciosas, incluso me parecían mucho más grandes que la mía.
Mi esposo empezó a lamer los testículos de mi hermano y él empezó a gemir como si se fuera a venir y de pronto empezó a chorrearse todo de leche.
Unas gotas de semen cayeron en la cara y el cuerpo de E y en general los dos quedaron embarrados de leche, incluso salpicaron partes de la cama y el piso.
Mi esposo se levantó pensando que ya habían terminado, pero mi hermano lo tomó de la mano y se colocó sobre su verga que todavía estaba chorreando un poco de leche.
Así, E empezó a lamer las gotas de semen del cuerpo de mi hermano y H se reía un poco porque le hacía cosquillas.
Mientras tanto yo los observaba desde un lado, mi corazón latía muy fuerte y mi verga chorreaba líquido baboso.
Ni si quiera quería tocarme por miedo a eyacular precozmente, estaba demasiado excitado.
Le dije que regresaba rápido, me levanté y salí a buscar condones y lubricante.
Regresé a la habitación y se los puse a un lado.
Mi hermano nos miraba a E y a mí verificando que estábamos de acuerdo mientras su verga volvía a ponerse dura como piedra.
Así que que yo abrí un condón y se lo puse a mi hermano, luego tomé el lubricante y lo puse sobre la verga de H y el culo de mi esposo.
Después regresé a sentarme y mirarlos.
E se sentó lentamente sobre la verga de mi hermano y H temblaba de la excitación, echó su cabeza hacía atrás y puso los ojos en blanco.
Quién sabe cuánto tiempo tenía sin coger.
Mi esposo también se veía bastante excitado y empezó a moverse muy rico montando a mi hermano.
Después de un rato H reaccionó como un macho y cargó a mi esposo sin sacarle la verga y lo tiró sobre la cama donde empezó a cogérselo con las piernas al hombro.
No podría decir cual de los tres estaba disfrutando más la acción, probablemente E quién gemía sin poderse controlar cada vez que H le metía la verga casi hasta los huevos.
Se notaba que a mi hermano le hacía falta una buena cogida desde hacía mucho tiempo y se estaba desquitando.
Por mi parte yo estaba totalmente chorreado en precum, solamente tomaba el exceso con mis dedos y me lo untaba en el pecho o me lo metía en la boca.
Mi esposo no aguantó mucho tiempo y empezó a venirse, le cayeron chorros de leche por su abdomen mientras gritaba de placer sin poder controlarse, nunca lo había visto ponerse tan fuera de control con un orgasmo.
Mi hermano le dijo que todavía no terminaba y le pidió voltearse, E obediente, se puso en 4 para que H se lo cogiera de a perrito.
Yo no podía adivinar si las caras de mi esposo eran de placer o de dolor pero lo veía mordiéndose los labios y apretando las cobijas con las manos.
Mientras mi hermano cogía de los hombros y la cintura a E para seguir dándole con todo.
Hasta que finalmente se detuvo de golpe y empezó a gemir mientras su cuerpo se convulsionaba y empezó a respirar lentamente.
Después de esa locura, mi hermano sacó su verga del culo de mi esposo, se quitó el condón y entró al baño.
E volteó a mirarme y yo me acerqué para besarlo en la boca mientras terminaba de pajearme y finalmente me vine en un tremendo orgasmo que me hizo manchar a mi esposo y la cama de mi hermano de semen.
E regresó a nuestra habitación para meterse en la ducha y yo me quedé limpiando todo, luego salió mi hermano del baño y me dijo un poco apenado que me agradecía todo lo que habíamos hecho por él y que esperaba que no hubiera cambiado nada.
Yo sonreí y le dije, creo que si cambió algo pero fue para bien.
Nos dio mucho gusto poder ayudarlo en su momento más difícil y que él nos ayudar a hacer una fantasía realidad.
A la mañana siguiente H se despidió de nosotros con mucha gratitud y se fue de la casa.
Todo regresó a como era antes, mi esposo y yo seguimos con buena comunicación contándonos nuestras fantasías y deseos, aunque ahora nos acordamos de las noches con mi hermano.
Aun no ha pasado suficiente tiempo para saber si haremos otro trío con alguien más o si mi hermano quiere repetir la experiencia, ya se verá.
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