HIce mujer a mi hija (Tercera Parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por corsario1971.
Elizabeth e Irene se encontraban tomando el sol en el jardín. Yo simplemente disfrutaba viendo sus cuerpos desnudos bronceándose al sol. La diferencia en años sólo se traducía en el cuerpo maduro, rotundo, de Elizabeth, y en el cuerpo rectilíneo, suave, con pechos turgentes y duros de Irene. Pero ambas totalmente deseables.
– ¿Quién es George?, preguntó Irene.
– Ya te lo dijimos, un amigo de tu padre. Es corresponsal de un banco de las Islas Barbados, y de vez en cuando es intermediario en los negocios de algún cliente de tu padre.
– Y eso de invitarle a comer hoy?
– Vendrán él y su hija Anna. Tiene casi tu edad, creo que 16 años. Es viudo desde hace más de un año. Un accidente de coche y su mujer se mató. Eramos muy amigos. Lo pasábamos bien juntos.
– ¿Cómo de bien? –preguntó Irene.
-Si, follábamos juntos y participamos en la organización del Círculo. George es un excelente amante, incansable y una fuente inagotable de placer y de esperma. Y todo un caballero, pendiente del disfrute de su pareja.
-¿Qué es el Círculo?
-En su momento, si estás preparada y lo deseas, lo sabrás. Pero es algo en lo que tienes que tener mucho interés en participar. Es totalmente libre la entrada y su permanencia, pero tiene, tenemos, unas normas muy estrictas.
-Y su hija Anna?
-Eso es algo que tendrías que preguntarle a ellos. No me parece correcto airear las intimidades de los amigos. Sólo sé que Anna se define como la mujer, la puta y la perra de George.
-Cuéntame algo más, anda….. Papá ha follado con Anna?.
– Que boba eres. Claro que la ha follado, y yo, y su padre me ha follado a mí, y los tres nos hemos follado a Anna….. Que preguntas haces…
-Eres lesbiana? En mi cole había un par de lesbianas.
-Hija. El placer es el placer, independientemente de quien te lo proporciona. Es algo que aprenderás con el tiempo. Puedes proporcionártelo tú o puede dártelo cualquier otra persona, animal o cosa. Lo esencial es que tú estés a gusto, disfrutes y seas feliz. Puedes usar un dildo y disfrutar más que con la lengua de un hombre, o con la lengua de una mujer más que con tus dedos. Y no siempre el placer es físico. Muchas veces comienza por algo psicológico, mental, o visual, o como quieras llamarlo, y que desemboca en la preparación para el placer físico.
Por ejemplo, el ver la cara de placer de otra persona a la que quieres mientras se aproxima al orgasmo, es delicioso. No te puedes imaginar el placer que me dio ver la cara de tu padre mientras lentamente te desvirgaba. O la tuya cuando ibas recibiendo en tu coño el pene de tu padre, hasta que entró del todo. Tan excitante que me puso a mil. Disfruté a tope de los dos.
-Cuando os enseñé lo que compré también me puse a tope. No estaba muy segura que me hiciérais el regalo que me hicisteis. Pero me empapaba pensando en ello. Desde que os veía follar lo deseaba, pero tenía miedo que me tomárais por loca. Gracias por hacerme disfrutar tanto.
-A nosotros, después de conocer a George y Anna no nos tomaba tan de sopetón, pero claro… tampoco nos imaginábamos que tú lo desearas. Una cosa es la fantasía y otra la realidad. Suerte que a veces las fantasías se vuelven realidades. Tú no dejes que tus fantasías se queden en sólo eso. Lucha por hacerlas realidad. Y vive el placer en cada instante.
-Mamá, ¿es cierto lo que dicen del tamaño de las pollas de los negros?
-Jajajajajajaja… cuantas leyendas se tejen en torno al sexo, hija. ¿Tienes alguna queja del tamaño de la de tu padre? No creo que hubieras disfrutado tanto si hubiera sido monstruosa, no? Pues te aseguro que el tamaño de la de tu padre es muy respetable. Aunque nunca se la he medido, claro… Ya ves en las secciones de contactos cuando dicen ….”25 cm, 32, cm”. ¿Crees que alguien en su sano juicio se dedica a medírsela? Jajajajaja
-Jo, que no me has contestado. Bueno, vale, la de George, dime de la de George.
-Si te sirve para hacerte una idea, te diré que sí, que es imponente, y que si decides tenerla dentro, seguro que te enteras. Pero no hay problema de entradas, eh? Date cuenta que salen niños por donde entran las pollas. Y por el culo, sólo es cuestión de lubricantes…. Pero una polla puede ser imponente pero si su propietario sólo piensa en su placer…. No te enterarás. Y si te enteras no disfrutarás. Por eso te dije que George es todo un caballero.
-¿Os importará que folle con George?
-Cariño. Y si George no quiere follar contigo???? Aún debes aprender un montón. Cada uno folla con quien quiere. Ni tú eliges ni nadie elige. Surge y se folla.
-Mamá ya te lo conté ayer. Cuando os veía me daban unas ganas inmensas de participar en vuestros juegos, de estar con vosotros en la cama haciéndoos disfrutar y que vosotros me hicierais disfrutar a mí. Y ahora por fin es realidad. Os amo, y quiero que hagáis conmigo lo que os parezca. Sé que no me vais a hacer daño. Sólo enseñarme a dar y recibir placer.
-Jajajaja, bueno, para eso el mejor entrenador es George.
Elizabeth alargó la mano hasta rozar el pubis de su hija. Irene separó levemente las piernas con un gemido. Su coño comenzaba a humedecerse con los dedos de su madre acariciándolo mientras jugaba con su vello.
-Te gusta tener así el coño? No estarías mejor con él depilado? Además lo tendrías más sensible…
En ese momento llamaron a la verja. Miré y ví el coche de George, así que le abrí para que fueran aparcando en el interior.
George es el prototipo de jugador de la NBA. 1,90. En la Universidad, cuando le conocí, jugaba a baloncesto, y creo que estuvo a punto de pasar a profesional. No sé si hizo bien o mal, porque la verdad es que con su trabajo en el banco está forrado.
Su hija Anna estaba espléndida. Algo más baja que su padre tenía un pelo largo y sedoso que le llegaba hasta la cintura. Su piel era ligeramente más clara que la de su padre, y sus ojos, preciosos, verdes. Todo ello era resultado de la unión de su padre con una preciosidad danesa, Erika. Una maravilla de mujer, que lamentablemente falleció en un accidente cuando Anna tenía 14 años.
Anna era la perfecta mezcla de caribeña y escandinava. Esbelta, preciosos pechos erguidos, tamaño mediano, justo para caber en una mano. Sus pezones oscuros destacaban contra el pareo semitransparente que vestía, dejando entrever sus piernas largas y esbeltas, coronadas con un ajustadísimo tanga granate cuya tira se introducía en su culo, destacando unas nalgas prietas y deseables. En su cuello destacaba un grueso aro con una anilla, a modo de collar.
Nos abrazamos contentos de vernos después de algunas semanas de ajetreo laboral.
-George, muchacho, que tal todo? La vida te trata bien?
-Estupendamente. Y me da la impresión que a ti no te va nada mal, no? Me parece que tienes otra mujer en casa… ¿Qué tal?
-Pues ya ves… -le indiqué la cristalera de la terraza, hacia la piscina, donde Elizabeth acariciaba el coño de Irene.
-Uauuuu, es una verdadera belleza. ¿Y ya está preparada?
-Abierta por todos lados, aunque aún le falta mucho por aprender. Pero seguro que tú la encuentras cerrada del todo.
-Mejor que ya esté un poquito abierta y no la pille de sorpresa. Bueno, todo se andará. Anda, preséntanos.
Nos dirigimos los tres al jardín. George portando una cadena sujeta al collar de Anna.
-Y el collar? –le pregunté
-Ha decidido ser mi mujer, y además mi puta y mi perra. Hemos tenido larguísimas conversaciones y hemos decidido que así sea. Ahora me pertenece totalmente y es aún más feliz.
Llegamos donde se encontraban Elizabeth e Irene. MI mujer tenía introducidos dos dedos en el coño de mi hija, y ésta respiraba agitada, moviendo las caderas y disfrutando de la penetración. Al percatarse de nuestra llegada, Elizabeth sacó los dedos, brillantes con el flujo de Irene y nos saludó con una sonrisa.
-George, guapísimo, que tal estás?
George tomó su mano, la besó y pasó la lengua por sus dedos mojados.
-Mmmm he llegado en el momento oportuno. Saben deliciosos.
Desenganchó la correa del collar de Anna
-Anda, perrita, sigue tú –dijo, dirigiéndose a Anna y bajándole la cabeza hacia el coño de Irene.
Anna, obedeciendo, colocó su cabeza entre las piernas de Irene, pasando la lengua delicadamente sobre su sexo húmedo. Irene, excitada como estaba, pasó sus manos por la cabeza de Anna, dirigiendo sus lametones y apretando sus labios contra su coño mientras de su garganta surgían roncos gruñidos de placer y oíamos los chapoteos de Anna en el coño de mi hija. Se retiró un momento, para proceder a introducir los dedos índice y anular bien profundamente en el coño de Irene, mientras el pulgar le apretaba el clítoris.
Irene se excitaba aún más si cabe. Se la notaba al borde del orgasmo.
-¡Más hondo, por favor, más hondo! –suplicaba mientras Anna obedecía y se los introducía al máximo. Elizabeth, excitada, se colocó sobre ella, las rodillas a los lados de su cara apretando su coño contra sus labios mientras sus manos estrujaban los pechos mientras con los dedos estiraba de los pezones.
Los gemidos de lujuria de las tres hacían sonreir a los dos hombres, que seguían charlando mientras distraídamente acariciaban a una u otras.
-Están increiblemente calientes, a este paso van a correrse como perras. ¿Qué tal, hija? ¿Estás bien? – le pregunté con guasa a Irene….
-AAAAAAjhhhh me está clavando los dedos hasta el fondo. Dios qué dedos….. Me tiene empapada.
-Y tu madre? Está mojada?.
-Mmmm, siii, callaaaa por favor, que no me dejas concentrarme –protestó Irene.
Levanté el pareo, o caftán que llevaba Anna y le acaricié brevemente el coño, que también estaba mojado, observando un plug metálico, con un cristal de color rojo rubí incrustado en su ano.
-Jo, George, parece mentira que tu hija tenga 16 años y esté tan preparada para follar. Me dejarás disfrutar luego de ese culo, eh??
-Hoy tengo ideas maquiavélicas para que los cinco acabemos destrozados de follar. Me dijiste que Irene está ya desvirgada, no? Bueno, si no lo estaba con los dedos de Anna ya no le quedará ni rastro, jajaja.
-Ya está penetrada por todos sus agujeros, así esta tarde la tendremos perfectamente lista. Si es que estas dejan algo para nosotros, jajajaja.
Un grito casi animal nos interrumpió, saliendo de la garganta de Irene. Su cuerpo se movía espasmódicamente al ritmo del orgasmo que le estaba arrancando Anna. Pero ella continuaba hurgando en el coño de mi hija, por lo que a ese grito le sucedió otro, y otro, esta vez ahogados por el coño de su madre, que se aplastaba contra sus labios mientras estiraba cruelmente de sus pezones. Elizabeth soltó un leve gruñido y se derrumbó sobre el vientre de su hija, y Anna se incorporó levemente para ofrecerle los labios embadurnados con los jugos de Irene. Elizabeth la besó golosa, lamiendo asimismo los dedos mojados de Anna. Las tres estaban exhaustas. El coño de Ann también goteaba, pero un leve movimiento negativo por parte de George le impidió hacer nada para conseguir su propio orgasmo.
-¿No vas a dejarla correrse?
-Aún no. Lleva unos cuantos días excitadísima, pero tengo algo preparado para ella.
George enganchó de nuevo la correa al collar de Anna y nos dirigimos a la casa.
-Anna, cariño, te importa subir a mi habitación y rasurar el coño de Irene? Seguro que está más bonito así. Y así habláis de vuestras cosas…
Irene y Anna subieron a la habitación de Elizabeth, recogiendo en el baño los elementos para rasurar el coño de Irene. Esta se tumbó en la cama, con las pìernas bien abiertas y el coño a la total disposición de Anna, que comenzó a embadurnarle con espuma.
-Desde cuando eres la amante de tu padre? –preguntó Irene.
-Desde los 14. Un año después de la muerte de mamá.
-¿Qué pasó? Anda, cuéntame cómo fue y como te decidiste a follar con él.
-Un accidente de automóvil. Mamá era toda una belleza. Era de Dinamarca, con un pelo rubio precioso y ojos verdes. De ahí he sacado yo los míos, y el pelo largo y liso. Papá no lo superó y comenzó a beber muchísimo. Muchas veces le sorprendía totalmente borracho, en el salón, abrazado a la foto de mamá, tirado en el suelo. La gente del banco donde trabaja le dio unos meses de vacaciones o excedencia, o como se llame eso, así que estábamos por lo general solos en casa.
Al cabo de unos meses comenzó a llevar putas a casa. A veces se las follaba, otras las chicas pedían más dinero por el tamaño de mi padre, y otras muchas veces, como estaba tan borracho no podía follar, así que las chicas le cogían el dinero y se iban. Entonces yo le subía al sofá y le arropaba
.
A veces, cuando las chicas se negaban a que se la metiera, les daba dinero por azotarlas el culo hasta que lo dejaba totalmente rojo y les metía vibradores por el culo o por el coño mientras ellas gritaban. Pero les daba más dinero y se largaban. Y la mayoría volvía otros días. La verdad es que se llevaban un dineral.
Un día llevó a una chica. Estaba tan borracho que no podía ni tenerse en pie. La chica le miraba con cara de asco, y lo único que hizo fue coger el dinero de encima de la mesita y registrarle la cartera para cogerle más. En ese momento le dije que dejara la cartera, se largase y no volviera en su puta vida. Me miró con cara de desprecio y me dijo : “Tíratelo tú si quieres”.
Conseguí subirle a la cama y le quité la ropa. Empecé a pensar en lo que había dicho la zorra esa. Yo no quería que siguiera por esa caída en picado, ni quería que siguiera sufriendo por mamá, ni que fuera la burla y el desprecio de todas esas zorras, así que me prometí que ninguna más pisaría mi casa.
Terminé de desnudarle del todo y pude observar el tamaño de su polla y sus huevos. Yo ya había visto algunas revistas y algunas pelis porno, así que no me llamaba la atención el verlo en sí, pero sí su tamaño, así caída. La tomé con las manos y empecé a acariciarle, como ya había visto que hacían, y a bajarle la piel para descubrir la cabezota. Imagino que por el alcohol que llevaba dentro no reaccionaba, yo creo que estaba inconsciente, más que dormido. Bajé la cabeza y me la metí entre los labios y le empecé a pasar la lengua y a ensalivarla toda. Bajé hasta los huevos y los lamí, acariciándolos a la vez, pero seguía totalmente muerta, así que corrí las cortinas para dejar la habitación totalmente a oscuras, me desnudé y me acosté a su lado.
Era ya de madrugada cuando me desperté, notando que papá se había movido a mi lado y me abrazaba, dormido, pero con sus manos en mis tetas, como acariciándolas. También noté como su sexo se apoyaba contra mi, ya totalmente duro, así que me deslicé un poco bajo las sábanas y le acaricié de nuevo los huevos y la polla. Esta vez sí que noté que reaccionaba, sin dejar de dormir. Bajé la cabeza y me lo introduje en la boca, lamiéndola totalmente de arriba abajo, mientras con la mano le subía y bajaba la piel. Notaba como iba creciendo, más aún dentro de mi boca, así que comencé a lamerla y chuparla más fuerte. Un poco de líquido surgía por la punta, y lo saboreé. Estaba rico.
Con una mano acaricié despacito sus pezones, mientras con la boca y la otra mano seguía acariciándole. Le oí una especie de suspiro y de golpe un chorreo de leche me llenó la boca sin darme tiempo a tragarla del todo. Seguí surgiendo, toda espesa y chorreándome por la barbilla y el cuello. Conseguí chupar el máximo, y con la lengua se la limpié totalmente. Pero seguía sin despertarse, así que, una vez limpita, me volví a mi sitio y viendo que respiraba normalmente, totalmente relajado, me volví a dormir.
Era avanzada la mañana cuando me desperté al notar los dedos de mi padre acariciando mi coño, que notaba húmedo. Me dí la vuelta y encendí la lámpara de la mesilla. Papá estaba medio adormilado y estaba jugando con mi coño. Al verme, se despejó del todo:
-¿Qué haces aquí? ¿Dónde está la chica de anoche?
-Pues cuidarte, que no estabas muy en condiciones. Y la chica de anoche tras llevarse el dinero y querer quitarte más de la cartera, la eché a la calle.
-Un momento. ¿Me dices que no pasó la noche aquí?
-Pues no. La envié de vuelta a su puta casa.
-Para, para, que anoche alguien me estuvo haciendo algo, así que tuvo que ser esa puta.
-Pues no, papi. Esta noche hemos estado tú y yo solos.
-¿Quieres decir que has sido tú…..?
-Pues sí. En esta casa no va a volver a entrar ninguna tía que te tome el pelo y te saque el dinero. Sé que estás pasando un mal momento desde lo de mamá, pero yo puedo estar contigo y ayudarte en lo que necesites. Te quiero y no me da la gana verte hundido. Lo que quieras hacer con las otras, me tienes a mí. Que sé que ni me vas a hacer daño y que me quieres, como yo te quiero a ti. Así, que date la vuelta y vuelve a dormir un ratito más.
Apagué la luz y se quedó boca arriba, mientras yo me giré y me acurruqué a su lado. Con la mano derecha volví a acariciarle la polla y los huevos, que esta vez respondieron al instante con una erección imponente, mientras le besaba los ojos, la frente, la nariz y los labios entreabiertos, donde metí mi lengua para jugar con la suya.
-Descansa un poquito más, papi. Luego ya hablaremos –y simplemente me quedé así, acurrucada contra él y con mis dedos jugando con su sexo.
Sería mediodía cuando al fin nos despertamos los dos. Sin decirnos nada me coloqué sobre él, mientras le besaba de nuevo por toda la cara, para bajar poco a poco por su cuello y sus pezones, con los que jugueteé con la lengua. Seguí bajando por su ombligo hasta llegar a su sexo. Lo abarqué con la boca y lo embadurné con mi saliva mientras despacito le apretaba los huevos. El, mientras, me acariciaba la cabeza, los hombros y la espalda. Subí de nuevo y pasé su polla por la entrada de mi vagina, que estaba cada vez más mojada.
Nos miramos muy profundamente y volví a pasar mi lengua por su cuello, mientras él, deslizando la mano, comenzaba a acariciar mi coño.
-Mmm, cariño, estás húmeda, pero no tanto como para que entre.
Me volteó colocándose sobre mí, y esta vez fue él quien bajó y comenzó a lamerme mientras pellizcaba despacio mis pezones y masajeaba mis tetas. Luego bajó las manos, separó los labios de la vagina e introdujo la lengua en el interior, para luego subir hacia mi clítoris, que estaba hinchándose con sus caricias.
-Cariño, voy a entrar, ¿quieres?
-Sí, papi, quiero darte más placer del que te han estado dando. Quiero darte el mismo que te daba mamá. Trátame como una de esas putas, pero con cuidado, eres el primero, pero sobre todo piensa en disfrutar, como si fuera tuya.
-Entonces espera. Para ser la primera vez hay que hacerlo con cuidado.
Abrió un cajón de la mesilla y sacó un tubo de lubricante, y con una porción me mojó despacito la entrada del coño.
-Es un lubricante especial, además de facilitarlo, te excitará.
Untó un poco en la entrada y luego puso algo más en la cabeza de su polla, y con la mano la frotó en la entrada de mi vagina. Noté una especie de frescor como de menta y que mis labios se abrían, esperando la entrada de su polla
.
-¿Preparada, cariño? Te dolerá un poquito, pero será sólo un instante. Aguanta y pronto estará toda dentro.
Siguió moviéndola lentamente por la entrada de mi vagina hasta que en un momento la encajó entre los labios y lentamente fue empujando hacia el interior, con suavidad, pero sin detenerse. Yo la sentía llenándome totalmente hasta que en un momento lancé un gemiddo, y entonces se detuvo.
-Voy a entrar del todo. Cariño, estás preparada? Intenta relajarte y todo irá bien.
Yo abrí totalmente las piernas mientras él me sujetaba por los hombros y con las rodillas me mantenía las piernas separadas. Introdujo un poquito más la polla y, sujetándome por los hombros, empujó totalmente hasta el fondo.
No pude más que soltar un grito de dolor mientras me aferraba a sus hombros. Me notaba totalmente llena, repleta, como si tuviera la vagina desgarrada. MI padre se quedó un instante quieto, acariciándome la cara y el pelo y luego volvió a apretar un poquito más, hasta que sus caderas quedaron pegadas a las mías. Entonces movió el cuerpo un ratito, circularmente, sobre mí mientras me aferraba con las manos el culo, apretando contra mi interior y susurrándome al oído:
-Ya, pequeña. Ya me tienes dentro totalmente. Aún te dolerá un poquito, porque voy a entrar y salir, primero despacito y luego más rápido. Intenta relajarte y no pensar en el dolor, sino en el placer que vas a darme y que más adelante vas a recibir.
El coño me dolía y lo notaba repleto, pero en el fondo me excitaba ver la cara de placer de mi padre. Quería sentir como se corria dentro de mí, pertenecerle, ser su puta.
-Sí, papi, por favor, disfruta con tu pequeña puta. Hazme tuya como se lo haces a las otras. Estoy para eso, para tu placer. Lléname, por favor.
La sacó lentamente y volvió a introducirla despacio, para luego ir acelerando el ritmo , cada vez más fuerte, cada vez más profundamente. Yo me mordía los labios, pues no quería que nada le distrajera de su más que cercano placer. Siguió empujando profundamente mientras sus dedos se engarfiaban en mis nalgas, apretándolas contra él, hasta que noté como las venas de su cuello se hinchaban y sus manos me apretaban más y más y una riada de liquido caliente y espeso entraba en mí a borbotones. Papá se quedó sobre mi, apoyado en los codos para aligerar su peso, mientras yo le acariciaba el cuello, el pelo, la espalda, el culo…
-Gracias, papá, te noto totalmente dentro. Estoy totalmente llena y muy feliz de darte placer. Me vas a dejar que sea tu mujer, tu puta? Dime que te pertenezco, por favor, dímelo.
-Si, cariño. Se acabó el andar buscando chicas que no me interesan para nada y que sólo me dejan una pena inmensa detrás. Hoy me has hecho tan feliz como cuando estaba con tu madre.
-No voy a quitarle su puesto. Pero me dejarás ser como ella?.
-Sí cariño. Claro que sí. Te iré enseñando a ser una verdadera amante. Nunca pensé disfrutar como disfruto contigo, con una niña de 14 años. Bueno, con una mujer de 14 años.
Sacó, con gran pesar mío la polla de mi coño. Como si hubiera descorchado una botella. Su lefa desbordaba mi coño y se desparramaba por mis muslos, llegando a las sábanas. Mezcla de semen y sangre, pero que me hizo de lo más feliz.
Y así es como me he convertido en la mujer, la amante y la puta de mi padre.
-¿Y el collar que llevas? Seguro que algo significa
.
-Es el símbolo de que le pertenezco. Aparte de su mujer soy de su propiedad. Su placer es mi placer. Todo lo que desee es mi placer. Le obedezco y disfruto haciéndolo. Hasta que cumplí los 16, hace meses, sólo me ha montado mi padre. Me ha ido enseñando a ser una buena putilla. Cuando cumplí los 16 me dejó disfrutar con más gente, bueno, incluídos tu padre y tu madre. Y que bien me han tratado. Me encantan el coño de tu madre y la polla de tu padre.
Bueno, en realidad me gustan todas las pollas y todos los coños.
-Incluído el mío? –preguntó Irene pícaramente…
Anna había terminado de rasurar el coño de Irene.
-¿Qué te parece? ¿Te ha quedado bien?
-Mmm, si, la verdad es que aparte de suavecito está mucho más sensible.
-Ya lo noto, zorra, jajajaja, otra vez tienes el coño chorreando.
-Tú tienes la culpa. Tus dedos que han estado poniéndome a mil mientras me ponías la espuma y me pasabas la maquinilla. Y no disimules, que también tú estás mojada, que se te nota en el tanga….
-Jajajaja, claro. Llevo tres días que mi amante no me deja correrme. Si me tocas ahora reviento de placer.
-No te lo he preguntado, pero ¿y eso que llevas en el culo?
-Es un plug, un rosebud que llevo desde ayer. Y la culpa la tiene tu padre….
-¿Mi padre? Pobre….
-Si. Cuando llamó ayer tu padre, previendo que tendría su polla en mi culo, mi padre me insertó el plug. Como si hiciera falta ampliarlo, jajajajaja. Y me tiene sin correrme hace tres días…
Irene besó suavemente los labios de Anna.
-Bueno, será cosa de ir bajando, que seguro que algo nos tienen preparado. Por cierto. Me encantas. Creo que vamos a ser muy buenas amigas…
CONTINUARÁ….
Qué relato tan excitante pero triste por la pérdida de la mamá de la chica.