Hijos del Diablo…
Estoy asustada, hasta dónde llegaremos, ya lastimamos a su padre, ya nos abandonó. No sé qué me pasa, estoy perdida por los 24 cms de mi hijito..
(cogido de por ahi…)
Hola:
Mi nombre es Lupita, tengo 40 años. 1:60m y 62 Kg, morena, redondita, no gorda, eso sí pechoncita y culoncita. Bonita de cara de sonrisa fácil y blanca. Vivo en el norte de la Cd. de México. Soy madre soltera de un muchacho de 17 años. Hasta hace 5 meses tuve una relación estable con un hombre, ésta duró 16 años. Incluso mi hijo lo consideraba su papá ya que lo trató desde muy niño. La pena me incomoda al contar lo siguiente, espero irme relajando conforme avance:
Todo empezó hace 4 años. Mi hermana mayor con una hija mayor que mi hijo 3 años, o sea 16 cumplidos entonces, me advirtió que vigilara a ambos, pues había sorprendido a su hija espiando al mío en su cuarto en una visita que nos hicieron. Desde luego se lo dije a mi marido en la primera oportunidad y el me sorprendió al revelarme que él también era espiado por Lucy-mi sobrina- cada que tenía oportunidad, desde que ella tenía 11 ó 12 años y que ya se lo había dicho a su papá desde hacía mucho y que mi cuñado se hizo el desentendido y evitó el tema con bromitas estúpidas. Me contó que en una reunión en casa de ellos, poco después de eso, él se puso a observarlos, a padre e hija, y notó cosas muy raras. Una de ellas fue cuando en la habitación de los niños varones- tienen dos- ellos jugaban Nintendo y mi cuñado dejó la reunión y se fue hacia allá donde también estaba Lucy. Mi marido se fue tras él sin que lo notara y se asomó por la puerta sin ser visto para ver que pasaba. Jaime mi hijo, y mis dos sobrinos jugaban absortos y la niña estaba atrás de ellos viendo el juego cerca de la cama, mi cuñado se sentó en la cama a espaldas de ellos y según Fer-mi esposo- se empezó a sobar la entrepierna y a «cachetearse» en su cosa, como para que se le parara rápido, si me entiendes verdad.
Lucy volteo a verlo y se le quedó viendo al bulto que se le hizo a su papá el cual impúdicamente él se agarraba y como si fuera un tubo se lo zarandeaba hipnotizando a la chiquilla. Fer se explicó ya lo que pasaba: Mi cuñado aprovechaba el desorden vouyerista de su hija para excitarse. Después de eso él no quiso meterse en problemas y no dijo nada.
Siguió observando, y a los pocos meses en un día de campo en una alberca privada de un amigo de mi cuñado, éste se metió al agua a jugar con los niños y jugando… jugando agarró a la niña y le acercó su cosa por todos lados, llegó un momento, según me dice Fer, en que Lucy ya no se reía sino que más bien su carita denotaba gran excitación, incluso mordiéndose los labios al sentir como su papá le restregaba su animal por abajo del agua. Increíble, verdad? espérate!!!
Al rato mi cuñado se salió de la alberca y se fue, según él, al auto a oír música. Lucy disimuladamente lo alcanzó y se metió al coche estacionado por el frente de la casa de campo de dos pisos, a los pocos minutos mi marido se subió al segundo piso y con cuidado se salió al balcón desde donde se veía el coche y el interior de la parte delantera y más de la mitad de los cuerpos de mi cuñado y Lucy, su hija. Aquel, desde luego se estaba frotando sobre el traje de baño tipo bikini para hombre, hasta que de tanto y tanto se le salió la mitad de la cosa por arriba del calzón. Echó su respaldo atrás y se lo bajó a medio muslo, sacándose todo el asunto incluso las bolas, la niña se recargaba en el tablero del lado del copiloto y lo miraba extasiada, mientras su papá se acariciaba muy lento todo el tronco y lo agarraba de la base y lo blandía como para que se le viera más grandote. Entonces mi cuñado se sacó el calzón completo y pasó su pierna derecha sobre la niña y la puso en el asiento del copiloto arrodillando a Lucy en el suelo del carro con su carita a escasos 30 cms de su, para ese entonces, bien irritado animalote y se siguió masturbando y sobando los huevos. Dice Fer que a él se le hace que mi cuñado ya tenía tiempo con esto, porque traía completamente depilado el pene y los testículos, como para que se le vieran más. Dice que a los 4 ó 5 minutos de estársela jalando le agarró la manita a la niña y se la empezó a pasar por toda la cosa y los testículos. Que como que quería que Lucy lo masturbara, pero que ella estaba como amensada, de repente su papá la jaló de la nuca y la metió entre sus piernas con la boca y la nariz de la niña pegadas a sus huevos y se empezó a venir bastante en el cabello de la chiquilla. Que cuando acabó la separó de sus huevos y le pasó la cosota por toda la carita, como para limpiársela. Con la toalla que él llevaba se limpiaron y se fueron a la alberca otra vez, como si nada.
Con todo esto te imaginarás, ya no vi las cosas de la misma forma, no sé explicarte… me indignaba mucho la idea de que mi cuñado abusara así de su hija, pero no sé, la manera en que me lo contó Fer me dejó muy impresionada… muy caliente, para que te lo niego. El muy cabrón aderezaba su platica con comentarios como: » Se le vio a tu cuñadito que está bien armado el huey, con razón Lucy lo mira con cara de lela . Casi la tiene como el antebrazo de la niña!! Y los huevotes son del tamaño de la carita de la nena!!!» Y como Lucy era muy delgadita y de carita muy exquisita, no lo dudaba.
Esa noche lo hicimos como nunca, yo me sentía muy, muy caliente. Como si fuera poco Fer aceleraba el ritmo y me decía al oído: » Toma hijita, papi te da rico, Lucy, te gusta la vergota de papi?» Y yo uufffff, que orgasmos manita!!
Desde esos días ya no fui la misma. Siempre me sentía muy inquieta, como impresionada. No por mi cuñado, huácala!! Nunca se me ha antojado, no está feo, pero tal vez por ser el hombre de mi hermana. No sé cómo, me sentía como irritada, no sé!! Tú me has de entender. La idea de que hay hombres tan bien dotados, con la cosa tan grandota y que calientan a niñitas enseñándoselas y a éstas les gusta y se ponen tan mal que hasta casi pierden la conciencia, no existía en mi mente hasta entonces. Me afectó mucho.
Ahí viene lo bueno… lo que me tiene desesperada, por lo que escribo.
Después de todo aquello, empecé a cuidar a Jaimito, a observarlo más y me empecé a fijar en su entrepierna, sobre todo cuando andaba en cortos y… Madre mía!! Que cosa tremenda.
Pero si sólo tiene 14 años!!! Le dije a Fer que si ya se había fijado y me respondió que porqué creía que Lucy lo espiaba tanto. Le pregunté si ya se la había visto y me dijo que últimamente no. Al poco tiempo Jaime se quejó conmigo de irritación en su parte y le dije que eso lo viera con su padre. Al llegar a casa por la tarde, se encerraron en un baño y lo revisó. Por la noche le pregunté a Fer qué tenía el niño y me respondió que le sugirió que ya no usara trusa sino boxer, porque no le cabía en la trusa y se le rozaba. Yo sólo emití un estúpido aaahhh. Al apagar la tele, nos fuimos a dormir y en la cama le pregunté; que me explicara bien lo de Jaime. Me dijo que en el baño ël se sentó en el inodoro y le dijo que se bajara pantalón y trusa y que se «pelara» la cosa. Yo desde luego rápido le pregunté que cómo la tenía, y como vio que yo quería detalles me los dio. pocas veces he estado tan atenta a algo, hasta nerviosa estaba…
Me siguió contando:
Se la agarró con la mano derecha desde atrás y se la levantó, mientras con la mano izquierda se la pelaba…Y yo: Pero cómo la tiene?? El: Te estoy diciendo que se la agarró con las dos manos FLACIDA!. Por lo menos le calculo unos 17 ó 18 cms.» Sentí un escalofrío y dije sin pensar : te imaginas cuando se le para!!. Y me respondió que así flacida no se le veía mayor daño, por lo que le dijo que se la sacudiera para que se hinchara y poder examinarlo mejor. Jaime se dio media vuelta, supongo que por respeto, y se la empezó a sacudir y a masturbar y a los pocos minutos se volteó y bien paradota!! Dijo Fer que fácil eran 21 cms y bien gorda. Lo revisó y le dio para que comprara una pomada, pero cuando le dijo que ya se la guardara, Jaime le dijo que no podía porque así no se podía subir los pantalones. Él le insistió y no, no se pudo guardar semejante cosona, el jeans no le cerraba, te imaginas? Yo estaba chorreando, me sentía como poseída por el diablo. Esa noche soñé con mi hijito y su bestia y amanecí peor. Para no hacértela tan larga, poco después de que Jaimito cumplió los 15 años ya era una exageración lo que se le notaba su cosa con pantalones, con cortos, en toalla, en fin. Aparte con la excusa de que no le fuera a volver la irritación yo -con doble intención- le recomendaba que anduviera en boxers en casa, cuando no estuviera su papá ya que no le hubiera gustado. Ya sabrás los espectáculos que me daba. Se le dibujaba perfectamente la vergota. Ya no podía más, siempre andaba caliente, pero caliente con mi propio hijo. DEVERASSS!!!
Empecé a buscar el modo de vérsela, de conocerla, de tocársela… no sabía cómo. Estaba muy excitada y nerviosa a toda hora.
Un día por la tarde platicábamos en casa por la mañana, después del desayuno, él se acababa de bañar y andaba en interiores, sin camisa.
Le pregunté por Lucy su prima, que hacía tiempo que no venía y me dijo que le había pedio que ya no fuera tanto por nuestra casa porque como le autoricé andar en boxers en casa no quería que lo viera así. Le respondí que era muy natural que le quisiera ver «ahí» que se le veía muy rico, el se sonrojó y yo le compuse que estaba muy orgullosa de tener todo un hombre de hijo, mirándole descarada el miembro dormido que se le dibujaba perfectamente en el calzón.
Se abrió confiado conmigo y me empezó a decir que las niñas y las adultas le veían mucho ahí. Le pregunté si se sentía mal y me aclaró que su papá ya le había dicho que eso no era ninguna vergüenza sino todo lo contrario. Claro!! Le dije, si mira nada más que rica se te ve, a ver, ven. Y se paró frente a mí, yo estaba sentada en un sillón de la sala. No lo creía, lo tenía a escasos centímetros de mí. Haciéndome la inocente, le dije- mira que cosona! Y sobre el corto se la medí con mi mano derecha, tocándole todo el lomo medí una cuarta y faltaba mano. Yo pensé que se iba a hacer hacia atrás, pero no, ahí se quedo viendo interesado como se la medía y sobaba porque haciéndome la tonta no dejaba de mover la mano a todo lo largo de su cosota por encima del calzón. Seguimos comentando, incluso alcé ya atrevida mi mano izquierda y muy suavemente se la acariciaba con ambas manos, y no paraba de halagarlo diciéndole que la tenía muy grande y rica, que cualquier mujer se sentiría contenta con él, etc. Se le empezó a levantar de manera asombrosa. Ahí fue que me asusté y se la solté, nerviosa le dije que yá estaba bien, como que me arrepentí. El puso cara de decepción y de inmediato como si se le prendiera un foco me dijo rápido: Má sabes que ya me volvió la irritación! No me digas-preocupada yo- te duele? Con mi voz más tierna y me le quedé viendo fijamente al tremendo tubo que se le veía…
-Me revisas tú o espero a papá? Preguntó. Pues no sé si te dará vergüenza, hijito, que yo te vea ahí, le dije. No má cómo crees. Bueno a ver,- te juro que me temblaba la voz-. Se bajó el boxer hasta las rodillas y ahí estaba, el causante de mis ultimas pesadillas. Semi erecto, gordo, pesado. Le dije que me enseñara dónde le dolía, se la peló y afloró un jitomate de cabezota que casi me desmayo, se la empezó a sacudir para que se le parara más-así me dijo papá, recordó, para que se vea mejor. Bárbaro, inmenso, yo estaba obnubilada, semiinconsciente viendo como la sacudía en mi cara, sentía el aire que generaba, su olor entraba directo a mi cerebro. La dejó de sacudir, ahora sí, completamente erecta. Nunca pensé que existiera algo así. Su padre biológico y mi FER eran mis únicos hombres y Fer está mucho mejor equipado que aquél, pero nada que ver con mi niño: 24 cms de pene en un cuerpo de 70 Kgs!!, ( después se la medí con mi cinta de costura ).
A estas alturas yo ya no sabía ni como me llamaba, recordé a Lucy viéndosela a su papá, como me platicaba Fer. Así estaba yo, absorta, perdida. Jaime se la sobaba muy despacio frente a mí, ya no le importaba que le viera la irritación, simplemente me la estaba enseñando, orgulloso y obsceno. Me dijo muy quedo: te gusta Mami? Sí mijo esta linda, conteste como autómata con un hilo de voz y se la jalaba muy despacio, y se la agarraba de la base y la sacudía desde allá muy suavemente, parándose de puntas y echando sus riñones hacia delante, golpeándose el abdomen con ella y yo callada, hipnotizada, viendo como le llegaba bastante más arriba del ombligo. La forzaba a apuntar lo que pudiera hacia abajo y se frotaba el lomo de la vergota y se la jalaba con la mano al revés. Se la soltaba y sin tocársela la hacía brincar ante mis impresionados ojos. Era increíble ver como el tremendo cañón botaba cuando él movía sus músculos abdominales. Se la volvió a masajear y se llenó de saliva una mano y se frotó la cabezota con toda la palma, estimulándola hasta ponérsela casi morada.
Me dijo indicándose con el dedo- Ahí me duele, Mami ( hacía años que no me decía así ) , dónde hijito, aquí? Y seguí su dedo con el mío, toque la cabezona apenas rozándola, con mi índice, y el me dijo: sí Má, ahí mero. Imitándolo, me llevé el dedo a mi boca y con mi lengua lo humedecí de saliva y se la unte en el lugar que me indicaba. No duré ni dos minutos untándole saliva en el glande, cuando del agujero del pene le salió un goterón de baba impresionante. Te duele? Pregunte temblorosa y tierna, -no Mami, para nada. Siento rico que me cures. Siento rica tu salivita. Había necesidad de seguirle despistando? No sé, pero así seguimos un rato, cuando acordé ya era toda mi mano la que, llena de aceite para bebé, que lo mandé a traer de mi recamara según yo para curarlo, le recorría TODA la vergota desde la base hasta la punta y él ya no estaba parado sino sentado en el respaldo del sillón, impúdicamente abierto de piernas, mirando como su madre lo masturbaba como posesa con ambas manos, con su cañón terriblemente irritado, empapado de aceite, con las venas a punto de reventar, brilloso y poderoso. Nunca jamás había sentido algo así en mis manos. Porque déjame decirte que aparte de bien dotado, mi niño aguanta horrores y en 15 minutos se repone.
Por fin después de casi 45 minutos explotó. Terrible, parecía manguera, no sé cómo en su huevitos, esos si son de tamaño normal, puede caber tanta lechita. Así seguimos unos días, ante cualquier excusa quería que le jalara el animal y yo, encantada. Después ya me atreví a chupársela y eso lo hizo muy feliz, se la chupo por partes, metérmela en la boca no puedo, soy de boca chica, pero se la lamo toda desde la cabezota hasta sus huevitos. Lo que no deja de impresionarme es la gran cantidad de baba que le sale cuando se pone muy caliente, es demasiada, parece que estuviera escurriéndole miel. Dice que en la escuela, cuando se acuerda de lo que hacemos, se tiene que ir a los baños a exprimírsela, porque tiene miedo que se le manche el pantalón.
Como al mes y medio de la primera vez, me cojió. Yo no quería, me parecía, ya muy salido, que idiota verdad, ya que más podía pasar? En fin, como nuestra comunicación en materia sexual creció, platicando le dije que a su papá le gustaba mucho comerme mi cosita, que decía que la tenía muy rica. Ese día que me la metió, se puso muy terco, quería hacerlo completamente y le dije que no y que no. Yo estaba sentada en la sala vestida con una falda con algo de vuelo, entonces se puso a llorar en mis piernas y yo le agarraba la cabeza y le hacía piojito, diciéndole que no llorara, que comprendiera que eso no era bueno y que además la tenía muy grande y me iba a lastimar, que ya se levantara que Mami tenía hambre. De qué? Me dijo, de tu cosota, mi rey, quiero jalártela y chupartela hasta que me des mi lechita rica. Me empezó a subir la falda y a besar las piernas , me mordisqueaba los muslos por dentro y la vulva por encima del calzón, mientras yo le decía que quería su vergota en mis manos y en mi boca, que quería que me golpeara la carita con ella, todo con mi voz más sexi, para calentarlo, se puso como loco; me chupeteaba las piernas y restregaba su boca y su nariz en mi vulva por encima de la tanga. Yo solita me hice la tanga a un lado y clavo su boca en mis íngles para chuparmela como él entendía, me comía desde la parte alta de la chucha hasta la cola…ahí perdí: Le dije que me quitara los calzones y que me cabeceara con su garrote, me los quitó, pero me volvió a abrir las piernas y se incrustó de cara en mi papaya a mamarme ota vez. No me extrañó porque su padre biológico y mi Fer se perdían allí bastante rato antes de cojerme, como que la tengo deliciosa. Por fin se retiró y se incorporó agarrándose el garrote y poniéndola en mi bajo abdomen como para ver hasta dónde me iba a llegar, DIOS!!, me llegaba hasta más allá del ombligo. Me arrancó la ropa y me dejó desnuda, me chupó los pechos y me acarició las axilas con desesperación. Se montó en mí y me la puso entre las tetas, ahora sí que la tenía parada, nunca se la había visto así, estaba como poseso, hacía conmigo lo que quería, me golpeaba con su animalote el pecho hasta que me lo dejó completamente empapado de la baba que le salía en cantidad del agujero del pene. Estaba desconocido, no parecía mi niño sino un hombre extraño dispuesto a gozar a la mujer que tenía en sus manos. Para entonces yo estaba completamente inundada y con voz nerviosa le dije » ya métemela, papi». Se incó en el suelo y me la paso por toda la raja como si fuera brocha, yo ya estaba muy alocada, ya sólo quería que me la hundiera todita. Le dije que con cuidado y entró la cabezota, sentí lo más rico que he sentido en mi vida y como no dolió le dije, ya mi rey, métala toda. Se fue firme, sentí cada venota, cada pliegue, hasta que topó, todavía quedaron 4 ó 5 cms fuera pero ya topó, él todavía empujaba y yo le dije: ya!! Me vas a descomponer la matriz. Ahora sí, mijito, dele a Mami rico… que bárbaro, me hizo ver estrellitas. Así es como empezamos. Me dio 4 veces, pero como de 40 minutos cada una, me dejó toda rozada e inundada, toda la noche estuve vuelta y vuelta al baño, me salían borbotones de semen de mi niño. Si no fuera porque me cuido, me hubiera hecho triates. Con Fer, desde luego, disminuyó la actividad sexual radicalmente, ya no hallaba excusas para darle
Lo triste es que mi Fer nos cachó, llegó de improviso, ya sospechaba algo. Me agarró con el animalón de nuestro niño haciendo el esfuerzo de metermelo a la boca, aunque fuera la cabezona, atragantada del jugo ese que te digo que le sale en cantidad y con los ojos irritados y rojos por el esfuerzo. Se nos fue, ya no quiere saber nada de nosotros, dice que esos niños (Jaime y Lucy) son del diablo. Que si lo sigo buscando le contará al mundo lo que sucede en mi familia.
He hecho esfuerzos por dejar lo que tengo con mi hijo. Duramos una o dos semanas sin contacto, hablamos y él entiende que está muy mal lo que hacemos, amamos a Fer y queremos que regrese, pero de repente alguna noche de esas, Jaime viene a mi cuarto y dormida me palmea las mejillas con su cosa bien gordota por la dieta y yo no aguanto. Otras veces soy yo la que de madrugada va a su cuarto y sólo en camiseta, sin calzón, lo agarro dormido y me monto en su cara y sin tocarlo me abro la cosita y se la paso cerca de la nariz. De volada despierta con mi olor y me come como loco casi hasta ahogarse. Cojemos toda la noche, a veces nos levantamos por la tarde, sólo para asearnos y comer algo. La tranca le sigue creciendo, será porque sólo tiene 17 o por la gran actividad que tiene, hace una semana llegué de la calle y escuché ruidos en su cuarto, al acercarme salió rápidamente una vecinita de mi hermana de 11 ó 12 años cubriéndose el rostro, la detuve por un brazo y la giré hacia mí, tenía la cara completamente cubierta de sémen se lo recogí y se lo dí en la boca, ella sumisa se lo comió. Le dije que me esperara en la sala y entré al cuarto de Jaime que estaba acostado en su cama jalándose su todavía erecto animal. Lo empecé a regañar por el hecho de meterse con una menor y sin inmutarse me miró como invitándome a probar y no me quedó más que sentarme en la cama y darle otra mamada y masturbada hasta que se corrió de nuevo. Ya descansado me dijo que esa niña ya había estado en casa con Lucy su prima y que entre las dos se la habían chupado toda una tarde, que no me preocupara que ya estaban de acuerdo. Lo confirmé al encontrarme con su amiguita en la sala y platicar un rato con ella. No sé como va a acabar esto, pero a veces pienso que Fer tiene razón: Estos niños son del Diablo…
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