Historia de amor con mi hermana
Dos hermanos muy unidos empiezan a explorar otros horizontes….
La historia comenzó con la separación de nuestros padres durante nuestra adolescencia. Ángela y yo siempre habíamos estado unidos, apenas discutiamos por nada. Todo eso nos unió muchísimo. Yo era 2 años mayor que ella, moreno, ojos azules y delgado. Ella era rubia, delgada y con ojos color miel. Siempre estabamos juntos en casa y muchas veces necesitaba abrazarme para sentirse mejor. Pareciamos una pareja de novios. Nuestra madre era enfermera, así que casi todas las tardes estabamos solos en casa. Una tarde comenzó todo, cuando ella empezó a hacerme muchas preguntas, al haber oido a sus compañeros de clase hablando de sexo. Ella empezó a sentir mucha curiosidad y al tener mucha confianza conmigo, vino a preguntarme.
- Carlos, me gustaría preguntarte unas cosas que he oído hablar a unos compañeros de clase.
- Dime, soy todo oídos.
- Estaban hablando sobre «pajas». Se más o menos que es todo esto, pero es algo que haceis todos los chicos?
- Pues…. no se si todos, pero vamos, la mayoría seguro.
- aja….tú lo haces?
- Si, lo hago de vez en cuando. (En realidad me hacía muchas a la semana, pero era algo que todavía no quería reconocer).
- Y que sientes? Te gusta tanto? Yo a veces siento calor… ya sabes… pero nunca he probado, me da un poco de respeto.
- Pues…. bueno, se siente muy bien al final. Si, me gusta bastante. Es normal que sientas todo eso, yo también empecé a sentirlo hace dos-tres años y le pasa a todos.
- Te acuerdas cuando nos duchabamos juntos antes? No teníamos tanta verguenza como ahora… y no entiendo esas cosas. Si, nosotros crecemos y evolucionamos, pero no hay nada que ambos no hayamos visto de nuestros cuerpos.
- ¿Qué quieres decir ángela?
- Pues que que más da si lo hacemos ahora que tenemos 3-4 años más? A mi me gustaba mucho pasar cualquier momento contigo… y ya sabes que desde lo que pasó no me gusta separarme de ti.
- Pero hermanita es normal tener cierta intimidad, pero si a ti no te importa, ya sabes que tenemos confianza y podemos hacer lo que te haga sentirte bien.
- Bueno… ya veremos, pero ya sabes que a mi me gustaría.
- De acuerdo no te preocupes, ya veremos
Esa noche apenas pude dormir… la conversación me excitó muchísimo y no dejaba de darle vueltas. Al final decidí hacerme una paja para quedarme más tranquilo. Pensé en mi hermana y me sentí avergonzado, pero las cosas que me dijo me excitaron muchisimo. Yo era virgen y todavía no había estado con ninguna chica. Algún beso y algún magreo, pero poquito más. Aún no conocía la sensación de que alguien tocara mi polla. La sensación de nervios que tenía era tremenda.
Al día siguiente nos fuimos al colegio y ángela no me comentó nada relacionado con el tema. Yo estaba nervioso, pues por la tarde nuestra madre no estaría en casa y se me ocurrió hacer algo.
Después de comer, ángela estaba en su habitación y subí a verle.
- Ángela, he estado pensando en lo que me dijiste ayer…
- Y que pasa? – me dijo sonriendo timidamente
- Te apetece que nos demos un baño tranquilamente…?
- Ahora? Bueno, vale, lo que quieras
Ambos nos fuimos al baño y encendimos el agua para que la bañera fuera llenándose. Los dos nos empezamos a desnudar de espaldas al otro y cuando terminamos nos dimos la vuelta. Sus tetas eran preciosas, pequeñas pero en crecimiento, con un pezón rosado de tamaño medio. En su pubis, no había ningún pelo, parece que mi hermana se depila muy a menudo. Ella se quedó mirando mi cuerpo. Yo no estaba fuerte, pero estaba algo marcado, mi pecho y mis abdominales, de tanto entrenamiento de fútbol. Yo también estaba depilado, y mi polla estaba a mitad erección, pero de los nervios que tenía a penas había subido del todo. Normalmente me mide unos 15 cm. Ella miró mi polla.
- Bueno… pues si hemos cambiado un poco no…? – dijo Ángela con mucha verguenza.
- Tienes un cuerpo muy bonito Ángela…
- Tú también..
Ella cogió mi mano y me llevó hacia la bañera. Ella se metió y se sentó en la derecha y yo fui a la izquierda a hacer lo mismo.
- No quiero que tengas vergüenza, Ángela. Tú dijiste ayer la verdad, nos hemos visto siemrpre desnudos cuando eramos más pequeños. Tenemos confianza y te quiero.
- Si, yo también te quiero. Me da vergüenza porque no se… me siento rara.
- Qué pasa?
- Me gusta tu cuerpo, no sé…
- Y a mi el tuyo.
- Tu polla… ha crecido mucho – dijo con una media risa nerviosa.
- Jaja, bueno, no está mal. Pero aún puede hacerse más grande… – ahora mi polla ya estaba despierta, por suerte debajo del agua y del jabón.
- Si? Madre mia… me dejas verla…?
Yo asentí. Estaba excitadísimo. Saqué un poco mi cuerpo y ahí apareció mi polla, en plena potencia.
- Madre mia… es bastante grande – Ángela miraba mis huevos y el tronco de mi polla absorta – Y… como os haceis las pajas…? os la moveis hacia abajo?
- Quieres verlo?
- Bueno… es por curiosidad. Vale, si tu quieres…
Rodeé mi polla con mi mano. Estaba durísima y más grande que cuando yo me hago pajas de normal.
- Se coge así y se baja y sube a la velocidad que quieras.
- Y… cuando terminas…?
- Pues…. cuando sale el semen….
- Ah claro… si, el semen… – ángela estaba embobada mirando el movimiento y yo estaba más cachondo que en mi vida. – Puedo tocarla? Nunca he tocado una…
- Em… claro, si, puedes seguir si quieres….- dije alucinando y deseándolo.
Ángela acercó su pequeña mano y rodeó mi polla, la cual dio un brinco. Noté una punzada de electricidad por mi vientre y por mi polla alucinante. Empezó a bajar torpemente su mano, escondiendo y sacando a la luz la punta. Yo estaba en la gloria.
- Está así bien…?
- Está muy bien… me encanta Ángela.
- Me alegro…
Ella siguió pajeándome y ambos no deciamos nada. Ella miraba mi polla y de vez en cuando me miraba a mi a ver si segúia disfrutando. Al poco noté que me corría.
- ángela… voy a acabar ya…
Ella se puso nerviosa y aceleró el ritmo, casi automáticamente y a los escasos segundos 4 borbotones de semen salieron volando y cayeron en el agua y en su mano. Yo estaba exhausto.
- Entonces…. esto es el semen – dijo mirando su mano. – Es super espeso…
- ángela ha sido increible…. he disfrutado más que nunca en mi vida…
- Me ha gustado a mi también… estaba muy dura y caliente. Se que es raro haber hecho esto, pero no tengo verguenza. Tenemos mucha confianza y no es nada malo…creo
- No hermanita… es normal tener curiosidad…. querías ver que era todo este mundo…
- Bueno, estoy contenta. Ahora quiero salir, he recordado que tengo que ir a comprar un regalo de mi amiga Carla.
Ángela salió disparada y se envolvió en la toalla. Yo aún estaba alucinando y me quedé varios minutos reposando en la bañera. Aquí había empezado nuestra historia.
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